Kurt Burneo
Hace poco el Congreso de la República constituyó una comisión para evaluar entre otros asuntos “una total reestructuración de la Superintendencia Nacional de Administración Tributaria (SUNAT)”. El caso es que esta discutible iniciativa en el plano formal tiene curiosas justificaciones; desde aquellas que señalan que SUNAT cuenta con una organización administrativa proveniente de la última década del siglo pasado, hasta el señalar que hay un “estancamiento” en su gestión institucional, pues la mayor recaudación respondería sólo al crecimiento económico. ¿Tienen algún asidero estas curiosas justificaciones? ¿Cuales son las motivaciones reales tras esta iniciativa? ¿Es pura casualidad que en este contexto, a continuación un ministro de Estado plantee -cual genuino representante de la moda retro en institucionalidad económica- que se escinda Aduanas de la SUNAT? Presentaré algunas reflexiones y datos que permitan una mejor comprensión de los hechos..
La primera justificación invocada es considerar como obsoleta la actual organización de la SUNAT, no reparando que justamente a fines de los 90’s, acertadamente se crearon y/o reorganizaron junto a esta institución, una serie de entidades de la administración pública con autonomía administrativa, como fue el caso de Indecopi, CONASEV,SBS, Organismos Supervisores etc, constituyéndose como islas donde el profesionalismo y la calidad de gestión son elementos comunes en ellas; características mantenidas a lo largo de todos estos años. Cabe anotar que estas destacables perfomances, han venido siendo corroboradas en las encuestas de opinión sobre instituciones públicas.
En lo que respecta al mal invocado “estancamiento” de la gestión en la SUNAT, algunos números evidenciarán la inexistencia de tal condición. Observando las cifras de la recaudación del 1er. Trimestre, esta crece en 13.7% en términos reales cifra mucho mayor al crecimiento estimado de la actividad económica de nuestro país (PBI) de 10.3% y al crecimiento de la demanda interna de 10.6%. Pero si tomamos algunos otros indicadores para plazos mas largos, podríamos señalar que la eficiencia en la recaudación del IGV pasa de 34.7 a 42.2% entre el 2001 y el 2007, en el mismo sentido la evasión del IGV se reduce de 44.9 a 35% entre el 2001 y el 2006. Por otra parte el número de contribuyentes que pagan pasó de 411,000 a 635,000 entre el 2001 y julio del 2007. Otro dato interesante, indicativo de la ampliación de la base tributaria, es que el número de nuevos contribuyentes inscritos (promedio mensual) pasó de 28,377 en el 2001 a 46,510 en el 2007. ¿Estos resultados surgen de la nada o meramente del crecimiento económico? Mirando esta pequeña muestra de indicadores, no se puede argumentar seriamente que hay estancamiento en la gestión de SUNAT
A todo este contexto de iniciativas para “reestructurar” (yo diria mas bien para estropear) la SUNAT, se suma la mas reciente propuesta de un Ministro ( el creador de la “brillante” idea del Pisco 7.9) que pretende retornar al pasado y separar nuevamente Aduanas de la SUNAT, pretextando deficiencias en los procesos operativos relacionados al comercio exterior; como si reviviendo instituciones fenecidas fuese la manera de resolver tales limitaciones (¿Para eso no existe la reingeniería de procesos?). No hay que olvidar que cuando se produjo la fusión de SUNAT y Aduanas, tal decisión se enmarcó en el plan establecido por la ley de Modernización de la Gestión del Estado, norma dirigida a la obtención de mayores niveles de eficiencia del aparato estatal, a la vez de la integración de funciones y competencias. Cuando tal fusión se produjo, la integración se dio en el muy corto plazo en las áreas administrativas, presupuestales, financieras, tecnológicas y de órganos de apoyo en general, originándose ahorros y sobretodo economías de escala. Para ejemplificar esto último: Para qué tener 2 instituciones cada una con sus gerencias de personal, logística o legal si bien podría evitarse esta duplicidad y mayor costo contando con una institución integrada como es la SUNAT hoy, sin menoscabo en la calidad de los servicios que presta.. Por añadidura a continuación de la fusión se han reducido las comisiones cobradas por el servicio de administración de los tributos aduaneros de 3 a 1.5% y en el caso de los tributos internos de 2 a 1.6%..
La existencia de estas instituciones fusionadas permitió además, ampliar la base tributaria y aumentar la recaudación en el largo plazo, por ejemplo mediante actividades integradas de fiscalización, prevención y represión del contrabando en base a impuestos como el IGV, que como sabemos grava la importación como la posterior venta interna de bienes en el país, siendo necesaria la existencia de una sola autoridad tributaria que fiscalice todo el circuito de provisión y distribución de dichos bienes. ¿Se quiere debilitar la fiscalización? ¿Se quiere duplicar aparatos administrativos y de apoyo perdiéndose economías de escala destruyendo así una de las pocas islas de eficiencia en la administración pública? Debe anotarse que la integración de entes administradores de tributos internos y aduaneros no es nada singular, esto existe en países desarrollados como España, Francia u Holanda y también en paises emergentes como Colombia, Argentina, Guatemala, Brasil entre otros.
Finalmente, por “pura casualidad” esta concentración de iniciativas respecto a la SUNAT, aparecen luego que esta institución se esforzara en evitar (con relativo éxito) el despropósito de la promulgación de una ley, que con la supuesta intención de flexibilizar algunos requisitos para el uso del crédito fiscal del IGV, en realidad lo que buscaba era imposibilitar los controles de su uso y posibilitar mayores fraudes. Señalo que el éxito fue relativo, porque al final los Congresistas (tan prestigiados entre la población) se las ingeniaron para mantener una norma transitoria con efectos retroactivos (y por tanto con nombre propio). ¿La reestructuración y el desmembramiento de la SUNAT es quizás el precio que pagará esta institución por intentar enmendarle la plana al Congreso?
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