¿Dónde están el millón de empleos?

martes, 27 de julio de 2010

Por Pedro Francke
Economista

Un millón de empleos es lo que se nos prometió que iba a generar el TLC, gracias a que nuestras exportaciones se iban a ver favorecidas. Pero el 2009, año en que entró en vigencia el TLC, nuestras exportaciones textiles cayeron 28%, mientras lo que China, India o Bangladesh exportaron a EEUU casi no se redujo. Países que no tienen un TLC han tenido mejores resultados que el Perú.

Hay dos razones para este resultado. Por un lado, la posibilidad de vender al mercado norteamericano ya la teníamos con el ATPDEA desde años atrás y el TLC no mejoró ese acceso. Cuando en su momento hicimos esta crítica, los defensores del TLC insistieron en que el ATPDEA iba a caducar y que perderíamos lo avanzado; pero lo cierto es que 4 años después de firmado el TLC, Ecuador y Colombia siguen teniendo las ventajas del ATPDEA sin tener vigente un TLC.

Por otro lado, el éxito de China y otros países asiáticos ha mostrado que, para una estrategia exportadora, lo clave no es tener TLCs sino mantener un tipo de cambio competitivo y una política industrial sólida de apoyo a sus sectores productivos. Los TLCs tienen ventajas y desventajas, y exigen diversos requisitos para que nuestras exportaciones puedan acogerse a los beneficios. Pero si, como China, se tiene un tipo de cambio favorable a las exportaciones y se da crédito fácil y apoyo tecnológico a la industria, no hay que cumplir condiciones adicionales para vender en Estados Unidos o en cualquier otro país.

Alfredo Ferrero ha respondido diciendo que el negativo resultado de nuestras exportaciones textiles se debe a muy particulares condiciones del mercado de ropa. Pero resulta que con el TLC toda la balanza comercial ha sido favorable a los EEUU. Hace dos semanas, un artículo de Jurgen Schuldt demostraba que el ganador del TLC ha sido Estados Unidos: en efecto, el gran vecino del norte venía teniendo notorios déficits comerciales con Perú. Esos déficits comerciales que tiene con nosotros solo los ha logrado revertir a partir del año 2008. Lo que fue posible porque EEUU incrementó sus exportaciones al Perú en 50% y sus importaciones en solo 10%. Mientras que en 2009 redujo más sus importaciones del Perú (-27%) de lo que cayeron sus exportaciones a nuestro país (-20%). Nos hemos convertido en uno de los pocos países que tienen un déficit comercial con EEUU. No habiendo con el TLC ventaja para nuestras exportaciones, pero sí para las de ellos, tal resultado no es de extrañar.

Si no exportamos más quiere decir que no se genera más empleo. No es de extrañar, por eso, que el millón de empleos que el Mincetur de Alfredo Ferrero prometía, no se encuentre por ningún lado. Más bien las importaciones han quitado mercado a productos peruanos como el algodón y el maíz, matando más empleos nacionales.

Por otro lado, Ferrero dice que, como con el TLC se rebaja impuestos a las importaciones, el consumidor gana porque los precios se abaratan. Pero un reciente estudio muestra que, aunque el Estado ha perdido medio millón de dólares en impuestos, las medicinas importadas de los Estados Unidos no han bajado de precio. Los beneficios se quedan en las transnacionales farmacéuticas y las grandes cadenas, y no llegan al consumidor.

El legado de García

miércoles, 21 de julio de 2010



Waldo Mendoza Bellido

En materia de política económica, el gobierno de García ya concluyó. Es un buen momento para hacer un balance. Hay consenso en que su segundo gobierno ha sido infinitamente mejor que el primero (once entre cero es infinito). Hay, sin embargo, varios dolores de cabeza que le esperan a la siguiente administración.

Para el debido proceso, debe recordarse que el desempeño macroeconómico de un país depende del contexto externo, la política macroeconómica y el modelo de crecimiento.

El contexto externo

El contexto externo fue, en promedio, favorable para García, con la excepción de 2009. En el periodo 2006-2010 la economía mundial creció en alrededor de 3.5 % anual y el ingreso de capitales a nuestro país bordeó el 2.5 % del PBI.

La política macroeconómica

La política monetaria tuvo tres fases. En la primera, al inicio de este gobierno, el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) bajó innecesariamente la meta de inflación; elevó, también por gusto, la remuneración al encaje en moneda extranjera; y ofreció, y reculó de inmediato, una mayor flotación del tipo de cambio.

La segunda etapa estuvo marcada por la crisis mundial. Cuando ya existía evidencia de fuertes impulsos recesivos desde el exterior, no se bajó a tiempo la tasa de interés; aunque sí se evitó una crisis cambiaria con la venta de dólares.

El BCRP se justificó diciendo que no se puede bajar la tasa de interés cuando salen los capitales y presionan el tipo de cambio. Pero otros bancos centrales, en condiciones similares, bajaron sus tasas de interés mucho antes que nosotros. Esto es posible porque el BCRP tiene dos instrumentos, la venta de dólares esterilizada y la tasa de interés. El primer instrumento fue usado a tiempo; el segundo no.
En la etapa post crisis el BCRP hizo lo correcto, subió la tasa de interés y la tasa de encaje en moneda extranjera.

La política fiscal, antes de la crisis externa, fue expansiva y, en la fase siguiente, cuando llegó la crisis, fue contractiva. En el primer semestre de 2008, cuando la economía peruana crecía a ritmo chino, la inversión pública subió en 65 % anual y en el periodo recesivo, fines de 2008 y principios de 2009, se elevó solo en 20 %.

En la fase post crisis, desde fines de 2009, la política fiscal ha retomado su carácter contra cíclico.

El modelo de crecimiento

Nuestro desempeño macroeconómico se explica también por el modelo de crecimiento vigente (cuanto estado y cuanto mercado, cuanta protección arancelaria y cuanto libre comercio).

En América del Sur, por el grado de intervención estatal (en el sistema de precios, en la propiedad de las empresas) y de apertura al comercio internacional, pueden juntarse a los países en dos grandes grupos. En el grupo A están Perú, Colombia, Chile y Brasil, y en el grupo B, Venezuela, Argentina, Bolivia y Ecuador.

En los últimos años, en términos de inflación y crecimiento del PBI, al grupo A le ha ido mucho mejor que al grupo B.

Los retos para el 2011-2015

En política monetaria, el BCRP tiene cuatro tareas: mover a tiempo la tasa de referencia, impedir el ingreso masivo de capitales de corto plazo, acumular un montón de reservas internacionales y, para que los cambios en las tasas de interés de corto plazo afecten rápidamente a las tasas de largo plazo, debe abandonar el obsoleto instrumento de la tasa de encaje en soles.

La política fiscal debe recuperar el carácter contra cíclico del periodo 2001-2005. Esa política, que fue producto de la buena voluntad política, debe institucionalizarse, a través de una regla de superávit estructural como el que tienen los chilenos

En ocasiones, no hacer nada es meritorio. Mientras en el grupo B paran “refundando” sus modelos de crecimiento, transitando, cada cierto tiempo, entre la extrema derecha y la extrema izquierda, y manteniéndose a la larga en el mismo sitio, García no tocó un pelo del modelo heredado de Toledo.

Hizo bien en privilegiar el sector externo como fuente de demanda y la inversión privada como principal fuente de capacidad productiva. No existe un país en el mundo, pequeño y abierto como el nuestro, que haya logrado crecer sostenidamente si no es a punta de exportaciones. China es el ejemplo notable de este estilo de crecimiento basado en el mercado externo. El mercado interno podría ser importante para la política social, no para el crecimiento sostenido.

La evidencia también señala que para sostener un crecimiento alto las exportaciones tienen que ser principalmente de productos manufacturados. El desarrollo de la infraestructura necesaria, junto con políticas específicas para ese objetivo, podrían elevar nuestra tasa de crecimiento potencial.

Por último, lo más importante. Si queremos dejar de ser uno de los países más desiguales en América Latina, hay que elevar sustantivamente la recaudación, para poder sostener un gasto público mayor en capital humano e infraestructura.
A García nunca le ha preocupado la recaudación. En su primer gobierno redujo la presión tributaria de 15 % del PBI a 7.5 %. En su actual gobierno, lo recibió en 16 % y lo dejará por debajo de esa cifra.
Para evadir el tema, podemos insistir en que “hay que ampliar la base tributaria”. En realidad, la presión tributaria solo puede subir apreciablemente desapareciendo las exoneraciones o modificando el esquema actual de tributación minera.

Lo hecho no ha sido destrozado. Eso está bien. Lo fácil, ha sido hecho. Al siguiente gobierno le toca hacer los cambios importantes que nos permitan sostener un crecimiento elevado y, al mismo tiempo, enfrentar al problema distributivo.

Estado y Mercado en Smith


Félix Jiménez

Adam Smith es sin duda de los menos leídos. Si le preguntamos a un neoliberal peruano en dónde se encuentra la frase “la mano invisible del mercado”, es casi seguro que no sabe. Si le preguntamos al mismo neoliberal, sin mencionar el nombre de Smith, quién escribió la historia del desarrollo económico en Europa desde la caída del Imperio Romano, o quién fue el primero que explicó el cambio técnico endógeno y que al mismo tiempo teorizó sobre una economía nacional de mercado, con 100% de probabilidad seguro que no pensará en Smith. Y quizá un anti-neoliberal pretencioso dirá, pensando en las palabras “economía nacional”, que fue List.

Lo que es peor, la obra de Smith, de este liberal “moralista”, es utilizada por neoliberales y conversos para justificar el capitalismo salvaje. Se le menciona, con cinismo, como el profeta del mercado sin justicia ni valores éticos.

Pero, Smith, jamás teorizó ni defendió el mercado auto-regulado. Fue partidario de un Estado fuerte, con capacidad de crear y reproducir las condiciones de existencia del mercado; con capacidad de regular su funcionamiento e intervenir en él para corregir sus efectos sociales indeseables. Nunca planteó la desaparición de los aranceles, sino su uso moderado. Smith tampoco defendió al capitalismo como motor del progreso. Para él una economía nacional de mercado puede seguir la ruta de una economía no capitalista. En fin, tampoco fue partidario de la explotación del trabajo mediante la ruta de la plusvalía relativa. Se preocupó más de la división social del trabajo y de la extensión del mercado nacional como límite al crecimiento de la productividad y del cambio técnico.

Recursos Naturales y Calidad de Voda




José I. Távara
Profesor PUCP

En un notable comunicado publicado en La República el 19/07/2010, el Grupo Basadre llama la atención sobre la forma irresponsable y desordenada como se vienen explotando nuestros recursos naturales. La contaminación de diversas cuencas con relaves mineros, la exportación injustificada del gas, el debilitamiento del sistema de fiscalización ambiental en minería y energía, la falta de transparencia sobre las concesiones en la Amazonía y la concentración excesiva de las tierras de cultivo, son algunas expresiones visibles de una política que parece más orientada a la protección de intereses particulares, que al interés general de la sociedad.

Una teoría con sólido sustento empírico, conocida como “la maldición de los recursos naturales”, postula que los países ricos en estos recursos pero pobres en instituciones, están condenados al subdesarrollo. La apropiación de las rentas obtenidas por las industrias extractivas, genera mecanismos que pervierten el proceso político: las autoridades ceden a la corrupción y al clientelismo, en lugar de construir instituciones sólidas y funcionales al desarrollo humano. La consecuencia es un Estado débil y un crecimiento económico inestable, sin incentivos a la innovación. Una explicación complementaria – conocida como “la enfermedad holandesa” – sostiene que al aumentar las exportaciones en base a recursos naturales, se fortalece la moneda local y se debilita el desarrollo industrial, aún si los productores locales operan con estándares tecnológicos internacionales.

Algunos países ricos en recursos naturales han superado exitosamente estos males. Para lograrlo adoptaron políticas macroeconómicas responsables y efectivas en evitar la apreciación de su moneda local, lo que hizo posible que sus empresas eficientes puedan competir, internamente y a escala global. Gravaron con mayores impuestos a las actividades causantes de “la enfermedad holandesa”, y algunos de ellos usaron estos ingresos para constituir fondos soberanos de estabilización o compensación, los cuales permitieron amortiguar el impacto de las fluctuaciones en los precios de los commodities, asegurando al mismo tiempo una mayor equidad inter-generacional. También utilizaron las rentas generadas por la explotación de recursos no renovables, en fortalecer sus sistemas de educación e innovación tecnológica y en financiar sus políticas de desarrollo productivo.

El principal obstáculo para adoptar estas medidas en el Perú es la resistencia irracional de las empresas extractivas. Los contratos de concesión suscritos por el Estado les ofrecen condiciones excesivamente generosas, lo cual se justificó con el argumento de que era necesario compensar a los inversionistas por sus percepciones de riesgo de expropiación. Pero estas condiciones son insostenibles pues limitan el desarrollo de otras actividades productivas, generan una distribución muy desigual de las rentas, y provocan el cuestionamiento social y político de los contratos, socavando su legitimidad. Esto agudiza la percepción de riesgo, dando lugar a un círculo vicioso de depredación e inseguridad.

Por ello es urgente adoptar un régimen de explotación sostenible de nuestros recursos naturales, que ofrezca condiciones atractivas a la inversión privada, y que al mismo tiempo proteja el medio ambiente y asegure una distribución racional de las rentas generadas, por ejemplo mediante la creación de un fondo similar al utilizado en otros países. Un régimen de este tipo nos libraría de la “prosperidad falaz” denunciada por Jorge Basadre, reduciría los conflictos y elevaría la calidad de vida en nuestro país.



El dolor de los especuladores

Kurt Burneo*

“Nos ha llenado de incertidumbre”, “La forma en la que actuó en los últimos días le resta credibilidad”. Estas son algunas de las recientes lastimeras expresiones por parte de los especuladores, en relación a la compra en un solo día de US$ 493.5 millones por parte del Banco Central de Reserva (BCRP) el miércoles pasado. Es que el efecto de dicha decisión se constituyó como un aciago suceso para gerentes de cambios y tesorería de algunas instituciones financieras locales y foráneas que especulaban en el mercado cambiario. ¿Qué pasó y que lección principal puede extraerse?

En los dos primeros días de la semana pasada el tipo de cambio venia descendiendo y acercándose al –para ellos- mítico S/. 2. 80 sin que intervenga el BCRP; este hecho fue interpretado por los especuladores, como que el ente emisor no iba a hacer nada para impedir una revaluación mayor del sol. A partir de ello, estos inversores (especuladores) locales y foráneos buscando anticiparse a un desplome cambiario mayor, se dedicaron alegremente a vender dólares y comprar papeles, bonos del tesoro y dólares a futuro. Luego de 2 días de caída del tipo de cambio, para sorpresa de ellos, el miércoles temprano entra el BCRP a comprar US$ 493.5 millones; con ello no sólo paró en seco la caída del tipo de cambio, sino incluso hizo rebotar este de S/. 2.809 a S/. 2.823, y así dadas las pérdidas en ocasionadas, les cortó súbitamente la alegría; o sea les salió pelona. ¿Fué acertada esta intervención del BCRP? Pienso que sí.

En principio, cualquier acción especulativa puede originar una mayor volatilidad –no controlada- del mercado cambiario, volatilidad que se puede transmitir a la dinámica de los precios internos; por ello, siendo el único objetivo del BCRP la estabilidad monetaria, procurar una moderada volatilidad resulta siendo funcional al objetivo antes señalado. El caso es que con la estabilidad monetaria y el cumplimiento de la meta de inflación anunciada, se ordenan las expectativas respecto al valor presente y futuro del nuevo sol. Cabe mencionar que dicha estabilidad puede ser definida como un bien público en el sentido de la inexistencia de rivalidad en el consumo, por lo cual los agentes económicos no explicitan la utilidad de esta a fin de evitar asumir los costos de su generación. 

Pero volvamos a lo sucedido. Habiendo asumido los especuladores, que el BCRP dejaría, en medio de una apreciable volatilidad que el tipo de cambio se desplome, ello originó que estos con sus acciones antes descritas, aumentaran fuertemente la oferta de dólares provocando una notable presión revaluatoria sobre el nuevo sol, el problema es que cuanto más bajo sea el nivel al cual caía el tipo de cambio –considerando un mercado de capitales muy abierto y dependiente de eventos internacionales- mayor era el riesgo (ante un evento que pusiera nerviosos a estos mismos especuladores) que se produzca un devaluación de magnitudes importantes. Con créditos en dólares representan el 45% del total y una parte sustancial de los tomadores de estos con sus ingresos en nuevos soles, la cosa no es de juego. Dado lo descrito ¿No había nada que hacer? Por supuesto que sí, dado el efecto indeseado generado. 

Todo agente que especula en un mercado –en este caso cambiario- por definición tiene que ser tolerante al riesgo y este implica eventos de ganancias y de pérdidas. Por ello y tal como hace algunos años me refirió con mucha sabiduría un ex ministro de economía con el que tuve la oportunidad de trabajar en el Ministerio de Economía y Finanzas y luego en el Banco Central: “No hay peor dolor que el del bolsillo”; entonces en atención a lo sucedido los especuladores corroboran por experiencia propia, que algunos riesgos se pueden convertir en una fea realidad; pero por último y no por ello menos importante, el que con estas acciones el BCRP busque disuadir acciones desestabilizadoras sobre el mercado cambiario resulta siendo algo necesario y útil, puesto que con la preservación de la estabilidad monetaria y de la certidumbre de los agentes respecto al valor presente y futuro de la moneda local se dan las condiciones necesarias (aunque no suficientes) para el desarrollo de procesos continuos de inversión y de crecimiento de la actividad económica.
*Director Carreras Economia USIL

Entre la recesión y la inflación

Luis Gamero Russo, economista

Entre planes de austeridad en Europa, cumbres mundiales de éxito limitado y rebajas en la calificación de riesgo de algunos estados europeos, los mercados financieros y cambiarios vienen mostrando nerviosismo.

Y aunque la economía global muestre ciertas señales de recuperación , las malas noticias de Grecia y otros países de Europa no ayudaron, y a pesar de los inmensos fondos de rescate, el nerviosismo de los mercados no ha podido ser calmado . En el corto plazo, las medidas para abordar la crisis griega fueron eficaces en evitar el contagio hacia otros países, pero todavía no se perfeccionan los ajustes estructurales de más largo plazo, y el mercado lo intuye. La crisis financiera se ha transformado, en última instancia, en una crisis de confianza. Y mientras esta no se recupere, el nerviosismo bursátil y la volatilidad cambiaria seguirán. Se anticipa, por ejemplo, que las monedas de América Latina seguirán atadas a los temores globales, lo que obligará a sus bancos centrales a continuar participando activamente en sus mercados cambiarios para contrarrestar su volatilidad.

En la última cumbre económica, de Toronto, Canadá, se enfrentaron dos posturas opuestas con respecto a la salida de la crisis: la primera, de corte más keynesiano es patrocinada por los EE.UU. y apoya continuar con las políticas de estímulo fiscal y monetario; y la segunda, de corte más ortodoxo es liderada por los europeos , los que están más bien iniciando la aplicación de medidas de austeridad fiscal, y abogan por una limitación de sus déficits fiscales y deudas públicas, con la idea de emprender una recuperación económica más sostenible con la casa ya en orden. Sn embargo, los oponentes los critican de poner en peligro la recuperación mundial.

En los EE.UU. le tienen más temor a una segunda recesión, a pesar de la inmensa liquidez que se ha inyectado con los paquetes de rescate que, hasta ahora, no se manifiesta en mayores créditos bancarios. Pero es que el desempleo y la capacidad ociosa de planta siguen altos y con pocas señales de disminuir, y mientras estos dos indicadores no reviertan a la baja, se percibe que el riesgo de un rebrote inflacionario es todavía lejano . Además, desde el punto de vista de la disponibilidad de políticas económicas, la valija de herramientas aprovechables sería más amplia en caso de una inflación que de una recesión . Y es por eso que en los EE.UU. prefieren prevenir una posible segunda recaída, ante la cual se sienten más vulnerables, que vacunarse contra una posible inflación, a pesar de que tanto el déficit fiscal como la deuda pública estén a niveles europeos .

Pero, al final de cuentas, ¿quién tendrá la razón, los recesivos o los expansivos?

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[1] Muchos países emergentes han comenzado a retirar los estímulos fiscales y monetarios ante las evidencias de recuperación. En las últimas semanas, los bancos centrales de India, Brasil, Corea, Tailandia, Malasia y Perú han aumentados sus tasas de interés, en una tendencia más contractiva de sus políticas monetarias.
[1] Las bolsas mundiales, medidas por el MSCI World Index de 24 países desarrollados, sufrieron pérdidas de 9.5% en la primera mitad del 2010; mientras que las inversiones en bonos, medidas por el Bank of America Merrill Lynch Global Broad Market Index tuvieron ganancias de 4.2% en el mismo período, una diferencia de más de 13 puntos porcentuales, el margen más amplio desde el 2001.
[1] Aunque contradictoriamente, Alemania es considerada por muchos como el mayor éxito keynesiano de recuperación económica de la última crisis recesiva (tema a tratarse en próxima nota).
[1] La inflación norteamericana actual, excluyendo alimentos y energía, se encuentra cerca del 1% anual, por debajo de la meta de la FED de 1.5% a 2% (El Comercio, Lima, Perú, The Wall Street Journal of the Americas, 14-07-2010).
[1] Sobre todo en cuanto a políticas monetarias, en las actuales circunstancias de tasas de interés cercanas a cero.
[1] A los EE.UU., por ser el país emisor de la principal moneda de reserva internacional, les depara el privilegio de poder seguir endeudándose, casi sin límites, gracias a China y otros países superavitarios que siguen invirtiendo en Bonos del Tesoro norteamericanos.

Minería y Petróleo: Asegurar el Ambiente

miércoles, 14 de julio de 2010

Pedro Francke
El escándalo de la contaminación petrolera y minera no cesa. En la selva, Pluspetrol ha vertido más de 300 barriles de petróleo al río Marañón, los que han viajado 100 kilómetros aguas abajo afectando decenas de comunidades. No es la primera vez que pasa esto con Pluspetrol, que hace unos años derramó 5,000 barriles de petróleo. La respuesta de la empresa y el gobierno han sido, una vez más, tardías e ineficaces: indígenas recogen petróleo con las manos.
En Huancavelica ha sido la minera Condestable, cuyas 500 toneladas de relave han caído al río afectando también muchas comunidades y kilómetros río abajo. Tampoco ha habido ninguna respuesta seria ni de la empresa ni del gobierno.
Ninguno de estos daños se considera cuando se calcula el PBI y se presentan entusiastas cifras de crecimiento.
También en el golfo de México se ha derramado petróleo, mucho más que en nuestra amazonía. Pero la diferencia está en que el gobierno estadounidense ha obligado a separar un fondo de 20 mil millones de dólares a la empresa para cubrir los daños, de los cuales ésta ya ha gastado más de 3 mil millones.
En el Perú muchas empresas, a pesar de las enormes ganancias que han tenido los últimos años, ganancias realmente multimillonarias, ni toman las acciones preventivas necesarias para cuidar el ambiente ni limpian su porquería. Tampoco compensan a las familias afectadas por la contaminación, que sin excepción se trata de campesinos e indígenas pobres y sin palanca política.
Estos no son los únicos problemas ambientales graves que enfrentamos. La lista de problemas acumulándose es larga, como el mercurio en los ríos de Madre de Dios y los daños causados por la minería informal, los desagües sin tratar de la mayor parte de ciudades del país, el aire cargado de partículas emitidas por carros de segunda, el agotamiento del agua subterránea en Ica y otros valles costeños, el ingreso de semillas transgénicas y el desconocimiento de nuestra biodiversidad.
POLITICA SUCIA
Mientras tanto, la fiscalización ambiental está por pasar de OSINERGMIN a un organismo autónomo del Ministerio del Ambiente, la OEFA, pero sin que se le aseguren los recursos mínimos indispensables para cumplir su función.
La política del gobierno ha agravado esta pésima situación ambiental no solo por omisión, sino también por acciones directas. Se ha suscrito un convenio con Brasil para que se construya la central hidroeléctrica de Iñambari y otras 13 con el fin de exportarles energía, pero a pesar que esas centrales tendrían fuertes impactos ambientales y sociales, no se establece en el acuerdo ninguna protección al respecto. En La Oroya, sigue sin asegurarse que cese la contaminación y se limpie el ambiente. Alan García ha vetado el proyecto de ley de consulta a los pueblos indígenas, quienes se han constituido en uno de los pilares de la defensa de nuestro ambiente.
La ciudadanía ha venido protestando frente a estos abusos, ¿y cómo responde el gobierno? Decidió expulsar al ambientalista Paul MacAulay, lo que felizmente hemos impedido. Pero se sigue propalando un spot agresivo contra los ambientalistas, promoviendo nuevos conflictos cuando lo que necesitamos es diálogo y paz.
CAMBIO NECESARIO
Es necesario aplicar un plan de emergencia para el cuidado de nuestro ambiente. Algunas medidas claves que no pueden esperar más son:
·         Fiscalización estricta por un Ministerio del Ambiente que cumpla su función, actúe preventivamente y haga que los contaminadores paguen por los daños.
·         Nueva  ley de forestal para la protección de nuestros bosques y la explotación sostenible.
·         No más concesiones a Doe Run y limpieza del ambiente de La Oroya.
·         Educación y campañas publicitarias para fortalecer la conciencia ambiental.
·         Consulta previa a los pueblos antes de cualquier explotación de sus recursos.
·         Revisión del convenio energético con Brasil por parte del Congreso.
La explotación minera y petrolera no puede seguir como hasta ahora. Tenemos más de 20 millones de hectáreas concesionadas a actividades mineras en costa y andes, y el 75 por ciento de la amazonía está cubierta por concesiones de hidrocarburos. Hay una avalancha de explotaciones petroleras y mineras iniciándose sin consulta previa a los pueblos cercanos. Tampoco hay un planeamiento básico que asegure que con estas explotaciones no se está echando por la borda desarrollos más inclusivos basados en el turismo, la agricultura y la biodiversidad. Carecemos también, está clarísimo, de una fiscalización ambiental mínima.
Industrias extractivas abusivas y gobiernos permisivos nos han llevado a una situación en la que no podemos estar seguros si el daño que causan mineras y petroleras es mayor o menor que los beneficios económicos que traen. Debemos en un breve plazo establecer las leyes e instituciones para asegurar que este sector tenga un aporte positivo, y no negativo, para los peruanos. Hasta que esto no suceda, mejor parar la mano. Tenemos exportaciones y recursos energéticos suficientes para seguir creciendo y desarrollándonos mientras tanto.

Tlc:Revisando las Evidencias

Pedro Francke



El ex – ministro Alfredo Ferrero ha sacado recientemente un libro sobre el TLC, pero deja de responder una pregunta clave: Pasado un año, ¿ha sido positivo o negativo para la economía de los peruanos el TLC con los Estados Unidos? Más allá de ideologías y teorías, corresponde revisar los datos y ver lo que nos dice la cruda realidad.

  1. EXPORTACIONES, BALANZA COMERCIAL Y EMPLEO

Se nos dijo que con el TLC nuestras exportaciones, en especial las textiles que son nuestro primer producto industrial en el exterior, se iban a ver favorecidas. Los datos del Comité Textil de la Sociedad nacional de Industrias indican que en el 2009, año en que entró en vigencia el TLC, las exportaciones textiles cayeron 28%. Se dice que es sólo producto de la crisis en EEUU, pero el mismo informe de la SNI muestra que, en se mismo año, las exportaciones de textiles que China hizo a EEUU casi no cayeron.

Si el problema es que Estados Unidos está comprando menos, eso se aplica a los productos de todo el mundo, sin que hayan diferencias entre productos chinos y peruanos. Pero los datos, la cruda realidad que Alfredo Ferrero oculta, muestran que a China y al Asia le fue mucho mejor que al Perú que estrenaba un TLC. ¿Cómo es esto posible? Mientras el TLC no traje mayor ventaja a los productos peruanos porque ya teníamos al ATPDEA, China que NO tiene un TLC con Estados Unidos, tiene una política inteligente de mantener su tipo de cambio competitivo.

No sólo es el caso de las exportaciones textiles, sino que con el TLC toda la balanza comercial ha sido favorable a los EEUU. Hace dos semanas, un artículo de Jurgen Schuldt en este mismo espacio demostraba que el ganador del TLC han sido los Estados Unidos: “En efecto, el gran vecino del norte venía teniendo notorios déficit comerciales con Perú. Esos déficit comerciales que tiene con nosotros sólo los ha logrado revertir a partir del año 2008. Lo que fue posible porque EEUU incrementó sus exportaciones al Perú en 50% y sus importaciones en sólo 10% durante 2008. Mientras que en 2009 redujo más sus importaciones del Perú (-27%) de lo que cayeron sus exportaciones a nuestro país (-20%). Nos hemos convertido en uno de los pocos países que tienen un déficit comercial con EEUU, que sigue viviendo muy por encima de sus posibilidades en este campo. Aunque usted no lo crea, durante el primer trimestre de este año su déficit comercial total con el resto del mundo ascendió a US$ 134.000 millones”. No es nada raro: como dijimos en su momento, el TLC favorece que importemos de Estados Unidos, pero no favorece que nosotros les exportemos a ellos.

Si no exportamos más quiere decir que no se genera más empleo acá. No es de extrañar, por eso, que el millón de empleos que el Mincetur de Alfredo Ferrero prometía, no se encuentre por ningún lado.

  1. EL CONSUMIDOR Y LAS MEDICINAS

Ferrero y los defensores del TLC dicen que, como se rebaja impuestos a las importaciones, el consumidor gana porque los precios se abaratan. Un reciente estudio de AIS-REDGE muestra que, aunque el estado ha perdido medio millón de dólares en impuestos, las medicinas importadas de los Estados Unidos no han bajado de precio. Como ejemplo, en el caso del tracrolimus en crema (Protopic®, Roche) que es un medicamento para la afección dermatológica, el precio siguió en 58 soles mientras el margen comercial creció de 7.6% entre octubre de 2008 a 28.3% en diciembre de 2009. La situación se repitió, en ese mismo lapso, con el pegaptanib (Macugen®, Pfizer), que es un medicamento usado para degeneración de la retina y que se mantuvo en 2,746 soles.

No sólo eso: debido al TLC, ya hay 4 medicinas a las que se les ha legalizado un monopolio en virtud de la llamada “protección de datos de prueba”. Su costo es altísimo: ECALTA, de Pfizer,  es la marca del medicamento anidulafungina, usado para  infección por hongos generalizada. El tratamiento completo costaría  S/.  23,400, equivalente a  aproximadamente 40 salarios mínimos  vitales en el Perú.

  1. AGRICULTURA

¿Agricultura beneficiada? Ha dicho Alfredo Ferrero que gracias al TLC podemos exportar palta Hass a Estados Unidos. Saca pecho por algo que representa menos del 1 por mil de nuestras exportaciones. Pero ni eso es verdad: lo que impedía el ingreso de la palta al mercado norteamericano eran sus normas fitosanitarias, y el capítulo del TLC al respecto no asegura nada; es tan malo que hasta Colombia, que negociaba junto al Perú, sacó algo mejor.

En cambio, nuestros agricultores se han visto perjudicados. La propia SIN muestra como el algodón, en vez de producirse más, se produce menos: el hectareaje cultivado se ha reducido de 44 mil a 30 mil hectáreas, mientras el hilado importado equivale a 580 mil quintales, que es la producción de 5 hilanderías medianas, sector que ha entrado en crisis.

En maíz, las importaciones de EEUU subieron del 2008 al 2009 de 214 mil a 572 mil toneladas, (de 57 a 116 millones USD) desplazando a las importaciones de Argentina que si pagan aranceles. El estado ha dejado de recaudar más de 10 millones de dólares por este concepto. Mientras tanto, el precio en chacra pasó de US$ 360 a US$ 200 la tonelada, afectando seriamente a los agricultores.

  1. INVERSIONES, MEDIO AMBIENTE Y PUEBLOS INDIGENAS

Con documentación fotográfica, la ONG Survival (http://www.survival.es/noticias/6206) y Upper Amazon Conservacy, muestra que se extrae caoba en la reserva Murunahua de indígenas no contactados. Además de afectar la biodiversidad del bosque amazónico, esta extracción de madera para venderla a Estados Unidos en el marco del TLC, pone en riesgo la vida de estos indígenas que no tienen defensas frente a las enfermedades occidentales. Este es sólo el ejemplo más reciente: los casos de contaminación por industrias extractivas a las que el TLC da beneficios, se han multiplicado las últimas semanas, y el TLC no ha brindado ninguna protección al respecto.

Peor aún, con el pretexto del TLC se dieron una serie de Decretos Legislativos que violaban derechos indígenas y llevaron al baguazo. Mercedes Araoz, que trabajó con Alfredo Ferrero en el equipo negociador del TLC, sustentó públicamente que si se derogaba el DL forestal, se venía abajo el TLC. Fue mentira. Pero un año después, el gobierno ha presentado un nuevo proyecto forestal, que insiste en permitir que el bosque amazónico sea talado y destruido para proyectos de etanol como el del Grupo Romero.

Al mismo tiempo que el TLC no ha servido para mejorar las condiciones ambientales como se prometió, el capítulo de inversiones del TLC protege a trasnacionales norteamericanas que generan daño ambiental, como es el caso de Doe Run. Gracias al TLC, esta empresa tramposa puede recurrir a tribunales internacionales si nuestro estado, soberanamente y como corresponde por su negativo historial, decide que Doe Run se retire del Perú.

Alfredo Ferrero ha montado una campaña de marketing político en torno al TLC, a ver si convence a algún partido que lo lleve al Congreso. Es su derecho. Pero debiera al menos darse la molestia de realizar un balance honesto y real de lo que el TLC ha significado para el Perú, que está muy lejos de las promesas que el hiciera cuando negociaba el TLC. Perdón, ¿escribí “negociaba”? Si alguna duda quedaba, esta ya se disipó, cuando constatamos que prologa su libro la negociadora norteamericana, la representante del otro lado de la mesa, en vez de cualquier compatriota.


La Balanza Comercial de Conocimiento

lunes, 12 de julio de 2010


por: Santiago Roca, Profesor Principal, Universidad ESAN.


Todos somos testigos que el Perú ha sido calificado por organismos internacionales y jefes de Estado como una de las economías más sólidas del continente. La solidez dicen, proviene del crecimiento del producto, el elevado nivel de inversión extranjera y los saldos favorables en la balanza comercial. Indiscutiblemente, si se compara a décadas anteriores, los números del PBI, inversión y exportaciones están mejor que antes.



Si se observa sin embargo ¿cuáles son los bienes y servicios que están logrando estos resultados? uno encuentra que el país se está especializando en productos de poco valor relativo. Entre 1990 y el 2008, las exportaciones primarias y de productos basados en recursos naturales han aumentado su participación del 82.4% al 88.6%, mientras los basados en mediana y alta tecnología han disminuido su participación del 3% al 2.6% y los de baja tecnología del 14.6% al 8.5%. Tomando en cuenta índices internacionales, los productos de mediana y alta tecnología tienen 6 y 21 veces más contenido de investigación y desarrollo que los productos de baja tecnología y estos 1.5 veces más que los productos primarios. Esto quiere decir que el Perú produce y exporta cada vez menos conocimiento y tecnología incorporada.


¿Qué consecuencias tiene que el Perú produzca bienes y servicios de poco conocimiento incorporado? La primera es que a pesar de que la balanza comercial sea superavitaria, la balanza que mide el intercambio de conocimientos se hace más deficitaria (US$2,000 millones el 2008). En segundo lugar, conforme mejoran los niveles de vida y aumentan las importaciones, se tendrá que explotar más intensamente los recursos primarios. Tercero, los productores de bienes de alta tecnología, requerirán más unidades de bienes primarios por unidad de alta tecnología, ensanchando las diferencias de horas de trabajo e ingreso entre los productores de ambos tipos de bienes. Cuarto, como parte de los recursos primarios se depredan y otros son no renovables, se afecta el nivel de vida de las generaciones futuras. Por último, se desperdicia la oportunidad de añadir valor a los recursos primarios, sin que aumente la productividad y se acelere el crecimiento.


En vez de seguir expandiendo la inversión y exportación en actividades primarias, se debe instaurar una política de crear valor e incorporar tecnología. Para comparar con solo dos países abundantes en recursos naturales: Nueva Zelanda y Colombia. En 1979, el 86% de las exportaciones de NZ se basaban en productos primarios y recursos naturales, ahora solo el 75%. En Colombia, las exportaciones primarias y basadas en recursos naturales han disminuido del 81.7% en 1987 al 65.6% en el 2007. Ambos países partieron de niveles similares a los del Perú (82.4% hace 20 años) pero el día de hoy tienen 13.6 y 23 puntos menos respectivamente (el Perú subió a 88.6%). NZ y Colombia intercambian más tecnología y tienen niveles de vida mejores que el Perú. 


El Perú no tiene entonces un crecimiento sólido. Para que sea sólido se requiere: i) crear mayor valor, sin tener que explotar hasta el límite los recursos primarios; ii) incorporar tecnología y conocimientos, acumulando y aprendiendo para seguir innovando; iii) crear más vínculos y conexiones con lo local; iv) diversificar a bienes de mayor calidad en empresas medianas y pequeñas, para atender mercados premium y especializados utilizando las nuevas tecnologías de información. Solo así se elevará la productividad en su conjunto y se equilibrará la balanza comercial de conocimientos, condiciones necesarias para participar en forma más sólida y equitativa en la economía mundial.


Peligros de la Concentración

viernes, 9 de julio de 2010



Germán Alarco Tosoni
Investigador CENTRUM Católica

El tema de los límites al tamaño de la propiedad territorial en el agro costeño no es trivial. El dictamen de la Comisión Agraria del Congreso sostiene, en mayoría, que el límite máximo debe ser 40,000 hectáreas. Las minorías plantean topes inferiores. Los grandes intereses señalan que no hay problema alguno con la concentración de tierras, a menos que se produzcan abusos en la posición de dominio. Este fenómeno, que busca su validación legal, tiene aristas delicadas en la generación de empleo rural, seguridad alimentaria y abastecimiento, rompe balances de poder local y condiciona el modelo de desarrollo rural y nacional.

Equívocamente se cree que el tema de los topes al tamaño de la propiedad fue un asunto exclusivo del gobierno militar peruano. Nadie pone en duda que se cometieron errores, pero fue parte de las agendas de política de muchos países para promover el desarrollo capitalista. La reforma agraria se mantiene en el portafolio de acciones recomendadas por la FAO. En Corea del Sur y Taiwán, de los años sesentas, fueron pieza esencial para promover el incremento de la productividad del campo y liberar mano de obra para los procesos de industrialización. Sirvió para romper con las condiciones de explotación y servidumbre.

La gran propiedad agraria puede traer desarrollo y nuevas tecnologías, pero esto también puede ocurrir en la mediana propiedad, en modalidades asociativas y en la agricultura familiar moderna. La mayor productividad es positiva, pero implica menos empleo rural y debiera plasmarse en mayores remuneraciones. Esta es una cuestión delicada en tanto no se incorpore mano de obra a otros sectores productivos. La gran propiedad tiende a orientarse hacia la exportación y los biocombustibles, soslayando la producción de alimentos para el mercado interno. Asimismo, con la desaparición de la agricultura familiar y la preeminencia de las condiciones asalariadas se reduce la autoproducción, lo cual puede incrementar la inseguridad alimentaria.

El tema rebasa los alcances de INDECOPI, que centra su análisis en los abusos de posición de dominio que impactarían sobre los volúmenes, precios y condiciones en que se ofertan los alimentos. La gran propiedad no es sinónimo de eficiencia. La concentración en un valle costeño puede romper los equilibrios de poder con efectos económicos y políticos. Asimismo, limita las posibilidades de desarrollo al convertir a la población de pequeños y medianos propietarios en asalariados o desocupados sujetos a más vaivenes en los mercados. No hay que legislar a favor de pocos (En: La Primera, 9/7/2010).
7-7-2010.            

TLCs y los conflictos de la agenda de implementación

miércoles, 7 de julio de 2010


Alan Fairlie Reinoso
Miércoles 07 de Julio, 2010

La coyuntura de la actual crisis internacional no ha hecho variar las políticas del gobierno. Mientras el resto de países usan la política comercial para protección del mercado interno y apoyar a los exportadores, aquí solo se ha hecho tibiamente lo segundo. Tampoco se han considerado políticas sectoriales o para pymes o agentes que se definan como prioritarios o vulnerables.

Se ha continuado con la apertura unilateral y la suscripción de nuevos TLCs. No solo no es la mejor coyuntura para hacerlo, sino que cuando entren en vigencia y se implementen paulatinamente se sentirán sus costos, que se sumarán a los que la propia crisis internacional genera.

Los acuerdos de libre comercio vienen con una agenda de acompañamiento que se divide en dos partes: la agenda de implementación, que se refiere a las medidas obligatorias inherentes al tratado, y la agenda complementaria, que son medidas y políticas voluntarias de apoyo.

El gobierno no solo no ha impulsado una agenda positiva de competitividad promoviendo la articulación de sectores y actores (se ha confiado exclusivamente en las concesiones, el mercado), sino que no ha respondido de manera integral a la crisis cautelando el mercado nacional y la economía. Sin políticas defensivas (diferentes a algunas macroeconómicas adoptadas), el sector productivo nacional y la población en su conjunto, tendrán que enfrentar no solo la crisis internacional, sino la implementación de los TLCs cada vez más numerosos.

El gobierno ha impulsado básicamente la agenda de implementación, y de una manera desprolija.

No ha sido una agenda consensuada en torno a dispositivos que permitan la ejecución del TLC con EEUU. Luego de afirmar que el Perú estaba listo, se puso en evidencia que se requerían diversos cambios en normativa e instituciones. Pero, se hizo a nivel nacional a través de los decretos legislativos, por delegación de facultades otorgados por la mayoría parlamentaria. Y en el ámbito andino, con el cambio de normativa comunitaria en propiedad intelectual.

El casi centenar de decretos legislativos fue muy polémico. Primero, porque una proporción considerable habría excedido las atribuciones concedidas al no referirse al TLC propiamente, sino que se utilizaron para profundizar el modelo de liberalización y apertura de los noventa, siguiendo los lineamientos que el jefe de Estado planteó en su tesis del “perro del hortelano”. Tendría por tanto un carácter inconstitucional.

Segundo, porque dichos decretos afectaban derechos de comunidades nativas de la sierra y selva, y no estaban en concordancia con el Decreto 169 de la OIT que obliga a una consulta previa. Es decir, que las concesiones de tierras para explotación minera y/o petrolera se daba en tierras que las comunidades reclamaban como suyas, y muy ricas en biodiversidad que sería destruida. Este enfrentamiento llevó a los sangrientos hechos de Bagua donde perecieron numerosos nativos y policías. Los decretos se tuvieron que anular por el Congreso y se produjo una crisis parcial ministerial. El Congreso recientemente aprobó una ley para adecuarse a la los convenios OIT, pero ha sido observado por el Ejecutivo. En su opinión, otorgaría un derecho de veto a las comunidades nativas que puede frenar la inversión extranjera.

Tercero, porque hay un conflicto que se está presentando entre la protección de las inversiones y derechos de los inversionistas, con la protección del medio ambiente definido en altos estándares contenidos en las adendas del TLC. Se han dado concesiones sobre tierras que tienen actualmente uso agrícola, son bosques o fuentes de agua y más allá de los argumentos de cada parte, lo concreto es que los conflictos van en aumento y potencialmente son numerosos y significativos.

En la minería hay importantes inversiones no solo de EEUU, sino europeas, canadienses y chinas; países todos con TLC. En los primeros casos, con elevados estándares en los acuerdos, con China no se acordó ese capítulo. Aunque, también hay conflictos en el marco de la integración regional y bilateral con Brasil, particularmente en la proyectada integración energética y en menor medida con la ejecución del IIRSA.

En otras palabras, el conflicto se deriva no solo de contenidos de los capítulos que se puedan tomar para la defensa de diferentes intereses presentes en los TLCs. En última instancia, depende de la profundización de la estrategia de apertura que impulsa el gobierno, utilizando la implementación de los TLCs. Esta situación es de difícil solución, y se acerca una coyuntura electoral que posiblemente complicará el panorama.

Se debería discutir las mejores opciones para el Perú en el enfrentamiento de la crisis internacional y las agendas complementarias, buscando puntos de consenso. Persistir en la política del “perro del hortelano”, solo agudizará los conflictos. El diálogo es el camino, y no la represión, la criminalización de la protesta o la expulsión de religiosos comprometidos en las luchas regionales.

La pobreza y la edad

martes, 6 de julio de 2010


Javier M. Iguíñiz Echeverría

Las cifras de pobreza promedio en el Perú son importantes para tomarle la temperatura a la economía pero tales cifras no bastan para orientar la política social. La conversión de ingreso en calidad de vida depende de muchos factores, entre ellos la discapacidad, pero también la edad.

Acoplamiento de desventajas por tercera edad

Las capacidades de las personas consisten en lo que ellas pueden hacer o ser en la vida. Aunque esas capacidades dependen de cuánto ingreso se tiene, también dependen de otros factores. Uno de ellos es la edad o la salud. Dificultades en salud y limitaciones de ingreso, como sabemos bien, se “acoplan” y unas agravan a las otras.

Como señala Sen en La idea de la justicia: “Las desventajas para competir, como la edad, la discapacidad o la enfermedad, reducen nuestra habilidad para ganar un ingreso. Pero también hacen más difícil convertir ingreso en capacidad, puesto que una persona mayor, más discapacitada o más enferma puede necesitar más ingreso (para asistencia, tratamiento o prótesis) para realizar las mismas actividades (incluso si esa realización fuera, en efecto, posible en absoluto).” (286)  Los ancianos debieran ser económicamente hablando menos pobres para vivir lo más parecido posible a los que son más jóvenes que ellos.

Las cifras dicen lo contrario. En las cifras publicadas por el INEI, hay un salto en pobreza cuando se llega a 60 o más años de edad. La incidencia de la pobreza en personas entre 55 y 59 años es 24.6%, la incidencia entre 60 a 64 es 24.6% y entre 65 a 69 sube a 30.4% y se mantiene a ese nivel con 29.5% a los 70 años o más. La tercera edad requiere una política especial.

De modo similar, la pobreza de ingreso se convierte a menudo en desnutrición y ésta, a su vez, puede dificultar la obtención de empleo y de ingreso. “Así, la pobreza real (desde el punto de vista de la privación de capacidad) puede fácilmente ser mucho más intensa que lo que podemos deducir de los datos.” (Sen 2010: 286).

Desventajas de largas consecuencias: infancia

Algo parecido sucede aunque por distintas razones con los niños y niñas. En este caso, a la fragilidad propia de la edad y al riesgo de no sobrevivir se suman los efectos a menudo irreversibles sobre la capacidad cognitiva y de resistencia a la enfermedad así como la fuerza física de las personas. Lo que no se hace por ellos y ellas a esas tempranas edades a menudo se arrastra para siempre.

Las cifras de pobreza del INEI indican una clara desventaja para los infantes. Mientras el promedio de incidencia de pobreza en el Perú se estima en 34.8%, la del grupo de edad entre 0 y 4 años en 48.9%. Similar es la cifra, 48.0% para quienes tienen de 5 a 9 años. La pobreza excepcional para el Perú persigue también la vida de los escolares más allá de la primaria pues entre 10 y 14 años la incidencia es 45.4%.

Así, se genera un círculo vicioso por ese acoplamiento entre la  pobreza de ingreso y la capacidad de desempeñarse en la vida, cosa que refuerza la desventaja en ingreso.

Prioridad de políticas

En esas edades, la pobreza de ingreso es más grave que en otras en un doble sentido: porque hay mayor incidencia y porque hace más daño a las capacidades tanto presentes para desenvolverse en la vida como es el caso de los ancianos, como para lograr en el futuro una ocupación que permita vivir con lo que se gana y para desempeñarse en ella de manera adecuada. Son más pobres aquellos a quien más daño hace la pobreza. Se requiere una política especial que tome en cuenta tales desventajas.

Actualidad Económica del Perú

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