El Retorno de los Inmigrantes

lunes, 30 de junio de 2008

COMERCIO SIN RESTRICCIONES Y EL RETORNO DE LOS INMIGRANTES
Por: Santiago Roca, Profesor Principal Universidad ESAN

La directiva del retorno de los inmigrantes recientemente aprobada por la Unión Europea pone sobre la mesa una vez mas las contradicciones y el doble discurso de los acuerdos de libre comercio. Mientras por un lado se pide el acceso libre a los flujos de capital y al movimiento de bienes y servicios entre países, de otro lado se restringe la entrada y movilidad del trabajo, se aprueban subsidios generalizados a la producción agrícola (Farm Hill) y se protege con monopolios estatales el desarrollo tecnológico.
Los países hoy día desarrollados siempre han sabido manejarse a favor de sus intereses. Cuando Estados Unidos era un país en vías de desarrollo (productor de materias primas) Alexander Hamilton colocaba impuestos a las exportaciones de algodón encareciendo los insumos para los ingleses y a la vez gravaba con aranceles a las importaciones de textiles para favorecer la producción nacional. Unas décadas después, cuando llegaron a ser buenos produciendo textiles pedían que los mercados del mundo se abran sin ninguna restricción y se respete el libre comercio. Iguales han sido los otros países desarrollados. Hace apenas unos 50 años los japoneses se dedicaban a copiar e imitar cuanta tecnología extranjera era posible, pero ahora que son ya buenos generando su propia tecnología, reclaman y exigen que el resto del mundo no copie y respete sus derechos.
El Perú está en estos momentos suscribiendo tratados de apertura de mercados con diversos países, pero pareciera que en estos tratados los temas que nos interesan no estuvieran presentes. Si bien a ellos les interesa que nuestros mercados de bienes y capitales (que ellos tienen en abundancia) se abran, a nosotros nos debería interesar que el mercado de trabajo de ellos se abra, al ser nosotros abundantes en mano de obra. En las conversaciones ni siquiera se ha tocado el tema. Si de principios se tratase y todos quisiéramos libre movilidad de bienes y factores, este debería haber sido uno de los pilares de los acuerdos.
En el fondo, en ellos, más que los principios de libertad económica predominan sus intereses y beneficios específicos de cada época. Ahora les conviene que los mercados de bienes se abran pero que los mercados de mano de obra se cierren, que los conocimientos se protejan en vez de que sean libres, y que sus productores agrarios vivan mejor (con subsidios desleales frente a los competidores del mundo) aunque sean ineficientes y poco competitivos. El problema no es de ellos es de nosotros. Cuáles son nuestros intereses? Reflejan nuestras decisiones los intereses nuestros o los de ellos y sus principales representantes en nuestros países?
Por centenas de años, los países de América Latina han recibido millares de extranjeros casi en forma libre e ilimitada, que venían en búsqueda de mejores ingresos y formas de vida, ahora sin embargo que nosotros necesitamos exportar nuestra abundancia de mano de obra para lograr que los de adentro puedan vivir mejor, los europeos nos cierran aún más sus puertas, porque realmente no están dispuestos a compartir ni disminuir su bienestar. Los tratados de libre comercio deben de poner este tema en la agenda. No todo pueden ser temas en donde ellos tienen mucho más que ganar. Hay que reconocer que en el momento que se discutía el retorno de los inmigrantes en el Parlamento Europeo solo el Presidente Evo Morales levantó su voz para exigir a los europeos reciprocidad y no atentar contra los principios de libertad económica y los derechos de las personas. Quizás por ello exige tratados de comercio diferentes. Bien sin embargo que los demás países latinoamericanos, incluido el Perú, se hallan finalmente plegado a conversar sobre este tema con la Unión Europea.

Memorando Sobre el Ritmo Chino

domingo, 29 de junio de 2008


Waldo Mendoza Bellido

El crecimiento del PBI en este año será mayor que el del año pasado, y el más alto desde 1994. Este crecimiento a ritmo chino puede generar la inflación y el déficit de la cuenta corriente más altos que se hayan registrado desde 1998. El BCRP y el MEF son los principales sospechosos de este crimen.

A ritmo chino

Durante el periodo enero- abril de este año, la economía ha crecido a un ritmo del 10 % anual. Según el reporte de indicadores líderes del MEF, este ritmo se mantendría en los próximos meses, con lo que podríamos terminar el año con un crecimiento de dos dígitos. Como el crecimiento actual está liderado por sectores no primarios, intensivos en mano de obra, la pobreza en el 2008 podría caer tanto como en el 2007. Todas estas son buenas noticias.

El problema es que se observa una elevación ininterrumpida de la inflación desde abril del año pasado. En el periodo abril 2007-mayo 2008, la inflación anual pasó de -0.1 a 5.39 %. La versión oficial es que el alza se debe exclusivamente a la inflación internacional y que el crecimiento a ritmo chino no tiene nada que ver.

En efecto, en ese periodo, la inflación importada ha saltado de –0.1 a 11 %. Pero la inflación subyacente - la inflación que no considera a los componentes más volátiles del IPC como combustibles y ciertos alimentos- también se ha elevado, de 1.5 a 4.3 %. Así mismo, la inflación de bienes no transables, que es menos dependiente de la inflación importada, también ha subido fuerte, de 0.1 a 5.2 %.

Y, por último, no hay que olvidar que la inflación no ha subido más porque el precio de los combustibles está embalsado, gracias al subsidio estatal, a pesar que los precios externos del petróleo se han disparado

Fuente: BCRP

Por otro lado, por el lado del sector externo, en el primer trimestre de este año se ha registrado un déficit en cuenta corriente de 2.2 % del PBI, el más de los últimos 5 años.

Fuente BCRP.

Los sospechosos

El auge, acompañado de más inflación y de deterioro de las cuentas externas, se explica por el comportamiento de la demanda interna. La mayor demanda interna que se dirige hacia los productos nacionales eleva la producción en algunos sectores y la inflación en otros de precios flexibles. La parte de la demanda que se dirige hacia los bienes importados deteriora la balanza comercial.

La velocidad del crecimiento de la demanda interna se ha acelerado en el gobierno del APRA. Este resultado obedece, por un lado, al optimismo de los consumidores y los empresarios pero, especialmente, a las políticas fiscal y monetaria expansivas aplicadas por el MEF y el BCRP.

Fuente: BCRP. (*) Enero-abril.

El MEF, en el Marco Macroeconómico Multianual 2009-2011, documento oficial de la política económica gubernamental, ratifica el carácter expansivo de la política fiscal al mostrar la reducción gradual del superávit fiscal a partir de este año, quebrando la tendencia iniciada en el 2001.

Así mismo, según el indicador de impulso fiscal del BCRP, la política fiscal ha sido expansiva en el 2007 y lo será también en el 2008. De hecho, ya se observa en este año un salto en la velocidad del crecimiento del gasto público: en el primer trimestre el gasto público total ha subido en 19 % y el gasto en inversión en 76 %.
Por último, las cuentas fiscales no toman en cuenta el costo del embalse del precio de los combustibles. Mantener congelado el precio local de los combustibles, al precio internacional actual del crudo, significa que el fisco tendrá que aportar en el 2008 al Fondo de Estabilización del precio de los Combustibles alrededor de S/ 3500 millones, como 1 % del PB. La contabilidad fiscal no considera este subsidio como un gasto; entonces, la política fiscal actual es más expansiva de lo que dicen los números.

La política monetaria, a pesar de las medidas adoptadas en los últimos meses, sigue siendo expansiva. En primer lugar, el BCRP ha permitido la reducción de la tasa de interés real de referencia (tasa de interés de referencia ajustada por la inflación esperada). Las reglas de buena conducta monetaria señalan que el BCRP debe reaccionar ante un aumento en la inflación subyacente con una elevación más que proporcional de la tasa de interés.

Pero, en vez de subir, la tasa real de referencia cae, mientras la inflación se eleva. No sorprende, entonces, que el crédito en soles de las empresas bancarias crezca a 50 % anual y que las tasas de interés activas reales continúen reduciéndose.

Fuente: BCRP

Las medidas de encaje adoptadas para los depósitos en moneda extranjera tampoco han sido eficaces. El crecimiento del crédito en dólares se mantiene en 35 % anual.

Qué hacer

La política macroeconómica debe recuperar su rol estabilizador. En la coyuntura actual, hay que implementar una política macroeconómica contractiva, contra cíclica, para morigerar el crecimiento de la demanda interna, detener el alza de la inflación y evitar un deterioro abrupto de la cuenta corriente, el que puede agravarse considerando la reducción de la tasa de crecimiento mundial y la disminución de los aranceles.

En política fiscal, hay que sacar el pie del acelerador del gasto público, manteniendo la tendencia a la mejora de las cuentas fiscales que se inició en el año 2001. El superávit fiscal de este año debiera ser mayor que el del año pasado (3.1 % del PBI); y en aras de la transparencia, debe publicarse lo que cuesta el embalse del precio de los combustibles.

En política monetaria, la tasa de referencia debe subir sistemáticamente para llegar a 7.5 % a fin de año y recuperar la tasa real no inflacionaria de principios del 2007. Además, deben producirse elevaciones adicionales de la tasa de encaje en dólares, junto con una reducción de su remuneración.

Con esta mezcla de política monetaria y fiscal frenaremos gradualmente el ritmo de crecimiento de la demanda interna, creceremos menos que los chinos, pero evitaremos el alza de la inflación subyacente y el deterioro rápido de la balanza en cuenta corriente. El objetivo final es crecer sostenidamente, por muchos años, sin generar desequilibrios externos y presiones inflacionarias que terminen por minar el crecimiento económico. 

Desigualdad económica y conflicto social

jueves, 26 de junio de 2008


Jürgen Schuldt
Economista U. del Pacífico


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Apesar de la sostenida bonanza macroeconómica, venimos experimentando un proceso aparentemente paradójico de movilizaciones y protestas sociales que no se daban hace buen tiempo. Lo que no solo se debe a la extensa pobreza absoluta, sino principalmente a la extrema desigualdad en la distribución del ingreso y de los activos. Perplejo ante esta ‘intranquilidad social’, el gobierno se la atribuye candorosamente a ‘minorías extremistas’. Sin embargo, esos procesos psico-sociológicos dinámicos se pueden explicar como resultado de lo que fuera bautizado como ‘efecto túnel’ por Albert Hirschman y que otros académicos han denominado ‘factor esperanza’ (Pablo González Casanova), ‘política de la frustración’ (Ralf Dahrendorf) o ‘tolerancia limitada frente a las desigualdades’ (Adolfo Figueroa).

Según esa hipótesis, mientras las personas de menores ingresos relativos tengan la expectativa de que se reduzcan las desigualdades extremas, la tolerancia respecto a la iniquidad predominará sobre la impaciencia. Pero "esa tolerancia es como un crédito que se vence en cierta fecha. Se concede con la esperanza de que, finalmente, se reducirán de nuevo las disparidades. Si esto no ocurre, habrá inevitablemente problemas y quizá desastres". En nuestro caso, esa pasividad aparente desembocó inicialmente en emigración masiva, delincuencia común, corrupción desaforada, etc.. Solo ahora viene materializándose, aún desarticuladamente, en erupciones sociales en extendidas zonas críticas del país.

El gráfico adjunto muestra las drásticas disparidades del gasto promedio entre y dentro de tres espacios geográficos, según datos del INEI. Esas desigualdades están representadas por curvas conformadas por grupos de 10% de pobladores (deciles) para cada una, cuya dispar participación en el gasto total no ha cambiado durante el último quinquenio de auge económico. Ahí se pueden observar las diferencias abismales del gasto promedio mensual por habitante de cada grupo: un 40% de la población limeña forma parte de los estratos de altos ingresos (más de 2000 soles por familia), 50% de ingresos medios (entre 230 y 500 soles por persona) y un 10% son pobres; en las otras urbes la relación es de 20%, 50% y 30%, respectivamente; mientras que en las zonas rurales a ningún decil le alcanza para consumos elevados y apenas realizan gastos medianos un 20% y el restante 80% es pobre. No en vano el 86% de la población considera que la distribución de la ‘riqueza’ en el Perú es injusta o muy injusta (PUCP-IOP, Estado de la Opinión Pública, Año III, junio 2008; Parte II; p. 2).

La paciencia parece estarse acabando como consecuencia de las frustraciones acumuladas y que, sin aviso previo, le irán explotando en el rostro al gobierno. El ‘crédito sociopolítico’ de que disponía parece haberse suspendido de golpe en ciertas regiones, por lo que no nos debe sorprender que se desaten inadvertidos huaicos sociopolíticos en los momentos y regiones menos pensados, cuya probabilidad es aún más alta por la falta de previsión del gobierno y por la inexistencia de canales institucionalizados de concertación. Sin embargo, como ya lo decía Dahrendorf hace décadas, el conflicto social en sí no es de temer, sino todo lo contrario: es necesario y debe ser bienvenido porque conduce a la ‘modernización’, siempre y cuando se disponga de los mecanismos para canalizarlo adecuadamente. Como éstos no existen habrá que prepararse para experimentar procesos acelerados de ‘ingobernabilidad’ en lo que resta del presente gobierno.



Crecimiento si, pero sostenible


Kurt Burneo


Comentando el crecimiento económico de abril último (13.3%), el oficialismo económico señala que hay que sentirnos muy satisfechos porque estamos creciendo mas que China; cuando en verdad estos hipos en la dinámica del PBI deberían ser mas bien la justificación, para oportunamente implementar decisiones de política económica mas prudentes. Explicaré porque.

¿Qué factor importante está detrás de este salto del PBI? Sin duda es la expansión de la demanda interna que a dicho mes creció en 15.2% teniendo dicho número tras de sí un aumento importante del consumo e inversión privados, pero también del gasto público. Esta tendencia no es nueva para nada. Según el BCR en su último Reporte de Inflación ya al primer trimestre, mientras que el PBI crecía 9.3%, la demanda interna lo hacía en 10.8% teniendo tras de sí un aumento del consumo e inversión privada en 8.4 y 18.6% y un aumento del gasto público de 18.7%.

¿Por qué sería necesario morigerar las tasas de crecimiento del PBI y la demanda interna? La primera razón, (muy especial por cierto para la administración del Sr. Garcia dados lo malos recuerdos de la 2da. mitad de los 80`s) es lograr reducir las presiones de demanda que sobre los precios se están desarrollando paulatinamente, dado que el PBI potencial no estaría creciendo mas allá del 7%, siendo la mejor prueba de este desequilibrio la actual tendencia creciente de la inflación subyacente. La segunda razón se refiere a que la volatilidad de estas tasas de crecimiento complica las acciones de planeamiento por parte de las firmas; ello se evidencia con solo mirar que, como consecuencia del (inevitable) frenazo generado por la fuerte elevación de los encajes y ulteriores elevaciones de la tasa de interés de referencia por parte del Directorio del BCR, los bancos y las firmas prestatarias en el sistema financiero han tenido que modificar a la baja fuertemente sus proyecciones de colocaciones y fondeo respectivamente en relación a lo planificado desde inicios de este año. Y señalo que esta drasticidad de las medidas adoptadas por el Directorio del BCR hace 2 meses eran ineludibles, porque era evidente que la viada con la que venia creciendo la demanda interna era simplemente insostenible sin provocar con ello un salto importante en la inflación, contextuado esto en aquel momento, con un choque adverso de oferta provocado por la suba en el precio internacional de alimentos.

No obstante, creo que el Directorio del BCR, no debió reemplazar la elevación de la tasa de interés referencial por incrementos en el encaje en algunos de los varios ajustes que se iniciaron desde el año pasado; puesto que aparte de las distorsiones a nivel microeconómico que genera esta opción al interior de las empresas bancarias; todos los bancos centrales que aplican el esquema de metas de inflación (uno de ellos es el BCR) tienen como variable instrumental fundamental a la tasa de interés de referencia y no al encaje.

Por otra parte, y mirando los números de ahora, no creo que sea para nada evidente que las aun altas tasas de crecimiento del crédito de consumo (32% en abril) sean consistentes con la meta inflacionaria tope (3%) propuesta por el Directorio del BCR. De similar forma, el que ya se tenga al primer trimestre un déficit en cuenta corriente de 2.2% del PBI, con términos de intercambio que en el futuro se prevé con fuertes retracciones, podría incrementar las posibilidades de súbitas devaluaciones nominales, hecho que desordenadamente afectaría adversamente al sector financiero y real de nuestra economía, en el primer caso por la reducción de la solvencia de los endeudados en dólares con ingresos en soles y en el segundo caso por el efecto contractivo que detenta una devaluación. Estos aspectos deberían de merecer mas atención.

Finalmente, el que el MEF continue con una absurda política fiscal procíclica, es parte del problema por resolver, al impulsarse la expansión y volatilidad de la demanda interna. Según el propio BCR, el alto crecimiento proyectado del gasto público para este año en 15.2%, descompuesto en aumento del consumo público en 4.7% y en 42.9% en el caso de la inversión pública; no ayuda para nada, sino mas bien complica la tarea de crecer, pero a tasas que sean sostenibles en el tiempo.

Del canon a los puertos: ¿para quién gobiernan?

martes, 24 de junio de 2008

Edgardo Cruzado


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Los problemas por la mala distribución del canon entre Tacna y Moquegua generaron una crisis anunciada casi un año antes. Nadie puede explicar por qué el gobierno, en particular el Ministerio de Energía y Minas, utilizaba un índice de distribución que nada tenía que ver con el valor del material extraído en cada departamento. Son cosas del Orinoco, que tú no sabes y ellos tampoco. El problema se podía solucionar con un decreto supremo, una norma administrativa que esta en la cancha del ejecutivo, y que cambiaría una mala práctica que desvirtúa el espíritu y la lógica de la Ley de Canon.
A diferencia de lo que pasó con el canon, donde el gobierno jugó al muertito, en el caso de los puertos se jugó a la ofensiva. Se ha modificado, de raíz, el marco legal vigente. La Ley de Puertos data de marzo del 2003 (Ley Nº 27943) y se había reglamentado en febrero del 2004 (DS 003-2004-MTC); en estas normas se definía la orientación de la política portuaria y se establecía una nueva institucionalidad, con el establecimiento de la Autoridad Portuaria Nacional-APN Autoridades Portuarias Regionales – APR. Además, entre las primeras medidas se estableció la elaboración del Plan Nacional de Desarrollo Portuario, aprobado en marzo del 2005 DS No 006-2005-MTC, donde se desarrolla la estrategia portuaria nacional, con el objetivo de ordenar y coordinar la modernización y sostenibilidad del Sistema Portuario Nacional.
Parece que esta estructura legal no era suficiente para agilizar y facilitar los procesos de privatización en curso, entonces decidieron saltarse todos los requisitos y utilizar las competencias legislativas delegadas por el Congreso. Se ha decidido poner el acelerador a los procesos de privatización de Paita y Pisco en el corto plazo, para luego ocuparse de Salaverry e Ilo.
Nadie puede estar en contra de la modernización de nuestros puertos, por el contrario. Por ejemplo, los exportadores de mango de Piura este año han incrementado nuevamente su volumen exportado de fruta fresca, han superado las 80 mil toneladas del 2007 y consideran importante que mejore la competitividad de sus servicios de exportación. Pero, ¿quién le ha dicho al gobierno que esto pasa principalmente por privatizar el puerto? En Chile, los productores han logrado una sociedad con su política portuaria nacional, que potencia sus negocios. A los puertos regionales les falta mucho más que un nuevo dueño.
Los clientes del puerto de Paita, importadores y exportadores, los de ahora y los de mañana, tienen una agenda para el puerto. Cómo hacemos para que su administración guarde sintonía con ellos, potencie los negocios de la macro región norte y no se oriente sólo a maximizar las utilidades de un operador. Paita es el segundo puerto del país, moviliza más de 100 mil contenedores y en total traslada más de un millón de toneladas anuales. Sin embargo, las frecuencias de las naves siguen siendo muy pocas, en promedio se tiene solo un barco por día, los servicios asociados están poco desarrollados y la poca seriedad de las agencias de aduanas asustan a cualquier exportador.
Celebramos que en el caso de los puertos, a diferencia del canon y la descentralización fiscal, tenemos un gobierno con las pilas puestas. Es crucial, sin embargo, que los más interesados en un puerto más competitivo, aquellos que vienen produciendo y exportando y cuyo comercio quiere promoverse, encuentren reflejados sus intereses en las políticas. No vaya a ser como con Moquegua, donde la sensación fue que los locales son la última rueda del coche y solo importa el gran capital. Tener puertos más competitivos es mucho más que una venta por cerrar.
Este artículo también lo puede leer en http://aeperu.blogspot.com

Hambre: Estancado por Ocho Trimestres

lunes, 23 de junio de 2008


Farid Matuk
En el caso de la construcción de los indicadores de pobreza para el periodo 2004-2007, quienes participamos en el proceso podemos dejar constancia del profesionalismo del INEI y su vocación por mejorar la calidad de las bases de datos y las metodologías para construir indicadores de pobreza que fueran robustos, consistentes y replicables. (Javier Escobal, Peru21 12-Jun-2008)
Así, es muy probable que una buena parte de lo avanzado en materia de mejora de ingresos y gastos de las familias peruanas durante el 2007–y que correctamente se reflejan en la caída de la pobreza medida por el lado del gasto– (Eduardo Zegarra, La República 12-Jun-2008) Hace unas semanas, la algarabía gubernamental por las cifras de la reducción de la pobreza con el respaldo institucional de la ONG Grade era contra fáctica. Evidencia colateral se acumulaba indicando que el año 2006 la pobreza se redujo artificialmente al imputar de manera poco científica los cuatro primeros meses de dicho año, mientras que la reducción de la pobreza en 2007 se redujo artificialmente al cambiar la población de referencia de 30%-50% en 2006 a 18%-58% en 2007.
Al día de hoy no se dispone de los códigos de programación para 2004, 2005, y 2006, y parcialmente para 2007.

Mas allá que hace exactamente una semana se afirmó falsamente en Peru21: “La total transparencia del proceso (de medición de la pobreza) se hace evidente en la decisión del INEI de poner a disposición del público toda la información, metodologías y códigos de programación para que usuarios independientes pudiesen reproducir los resultados y criticarlos, si así lo estimaban conveniente”.



Mientras el trabajo artístico del Equipo Técnico del Comité Asesor Interinstitucional del INEI logra reducir la pobreza monetaria en 9 puntos durante dos años, se tiene que una medición física de la pobreza como es el déficit calórico indica un estancamiento absoluto en la evolución de este indicador durante el presente gobierno. Al tomar como línea de base lo dejado por la administración Toledo en el segundo trimestre de 2006.

En síntesis, estos números nos dicen que en los últimos ocho trimestres la pobreza física esta estancada; uno de cada tres peruanos padece hambre, y que mientras en Lima Metropolitana esta cifra es de uno de cada cinco, en Provincia se duplica para pasar a dos de cada cinco.

Pequeñas Sumas

sábado, 21 de junio de 2008



Pedro Francke


Gotea para abajo, diluvia hacia arriba

¿Cuánto han mejorado los ingresos de los pobres en el Perú? ¿De cuánto dinero adicional en los bolsillos de los pobres estamos hablando, ahora que tanto se ha discutido sobre la “gran” reducción de la pobreza de que se vanagloria el gobierno? En los últimos 3 años los pobres sólo han logrado una mejora de 21 soles mensuales, menos de 75 centavos diarios. Esto es lo que dicen las cifras oficiales del INEI para el 2007, las mismas que sustentan la reducción de la pobreza que tanto dio que hablar en las semanas pasadas.

A este ritmo, para mejorar su “diario” en apenas 10 soles, los peruanos pobres deberán esperar cuarenta años ¡hasta el 2048!. Un joven pobre, de 25 años, que hoy trabaja arduamente para ganarse la vida, recién cuando tenga 65 años de edad, podrá disponer de 10 soles diarios más que ahora.

Si esas cifras son escalofriantes, esperen un poco. Ese cálculo es referido al 40% más pobre de la población. Pero si concentramos la mirada solamente en los más pobres, en ese 10% (2,7 millones de peruanos) muy muy pobres, sus ingresos han mejorado en solamente 25 céntimos diarios. Media china. Ni un pan.

Gracias a esa mejora, estos peruanos ahora disponen para vivir de la enorme suma de 2 soles cincuenta por día. ¿Alguno de nuestros lectores puede imaginarse como vivir con esa suma diaria? ¿Dos soles cincuenta para pagar agua y luz, pasajes, ropa, comida, medicinas, útiles escolares?

Llamar chorreo a eso es evidentemente un exceso. Apenas si gotea.

Compárese eso con las sobreganancias mineras. Entre el 2002 y el 2007, el valor de la producción minera aumentó de 15 mil millones a 59 mil millones de soles, en un 286 por ciento. Eso no se debió a que aumentara la producción minera, que creció apenas en 23 por ciento en ese periodo, sino a que los precios promedio se triplicaron.

Si los precios de los minerales fueran los del 2002, las empresas mineras hubieran tenido ingresos por 19 mil millones de soles; en vez de eso, tuvieron 59 mil millones: ¡40 mil millones de soles más! Una parte de eso fue a impuestos, de tal manera que las sobreganancias para sus dueños fueron de 25 mil millones de soles en el 2007.

Todos los pobres del Perú, contados por el INEI, 11 millones de peruanos, aumentaron sus ingresos sumados, todos juntos, en menos de 3 mil millones de soles. Los dueños de una veintena de empresas aumentaron sus ingresos en 25 mil millones de soles: 8 veces más.

Eso no es chorreo: eso es diluvio.

Sumando a favor de los pobres

Supongamos que el Perú decidiera, por esta única vez, cobrarle a las empresas mineras la mitad de sus sobreganancias. Ojo, eso quiere decir que aún se quedarían con la otra mitad de las sobreganancias, es decir de las ganancias extraordinarias que han obtenido por los altos precios de los metales en el mercado internacional, ganancias que no se deben a ningún esfuerzo de su parte sino a la pura suerte.

En los últimos 3 años las empresas mineras han acumulado 62 mil millones de soles de sobreganancias. En un ejercicio de imaginación, dejémosle a sus accionistas que se queden con 31 mil millones (un recontra montón de dinero) y cobremos 31 mil millones a favor de los pobres. Y eso que no hemos contado las mayores ganancias de petroleras, pesqueras, bancos y AFPs, cuya rentabilidad excede en todos los casos lo razonable.

Con esa suma se podría invertir en cada hogar pobre del país ¡15 mil soles¡ ¡más de 5 mil dólares para cada familia pobre peruana! Imagínense ustedes todo lo que las familias, sus comunidades y el estado juntos podrían hacer con ese dinero. La Federación Campesina del Cusco con la experiencia de riego por aspersión con tecnologías simples, y capacitación de campesino a campesino con los yachachiqs, probada durante varios años, permite que con solo 600 soles por familia campesina multiplicar sus ingresos varias veces. Con 1,100 soles se podrían añadir otras 10 tecnologías de transformación de productos, como la leche en yogurt y quesos. ¡Y podríamos tener 14 veces esa suma!


Para quienes piensan que invertir en los pobres es ineficiente, tengo otra alternativa: pongamos la plata en un banco. Con los intereses que hoy obtiene el gobierno con sus fondos, un 8% anual, se podría dar 100 soles mensuales a los 2 millones de familias peruanas pobres ¡eternamente! ¡por siempre! No se usaría el capital, que se mantendría intacto, sólo los intereses. La plata estaría guardada en un banco y cada familia pobre peruana podría estar segura que, pase lo que pase, llueva o truene, tendría todos los meses 100 soles mensuales en su cuenta.


Mientras tanto, las sobreganancias mineras siguen acumulándose, mes tras mes y año tras año. Si hiciéramos lo mismo el 2008, seguramente podríamos subir esos 100 soles a 140 soles. Y en un par de años más, a 200 soles. Todos los meses, a todas las familias pobres peruanas, por siempre. Parece un sueño.


¿1% de pobreza o eficiencia del gasto social?


Mientras el sueño sigue siendo un sueño, se discute si la pobreza se redujo 5% y no 2%. Poco relevante: si las sobreganancias mineras dejaran de concentrarse en unas pocas manos y fueran utilizadas para combatir la pobreza, podríamos realmente cambiar las condiciones de vida de millones de peruanos en 3 o 5 años.


Lourdes Flores, por su parte, propone una mejor política social y un mayor esfuerzo por la inclusión…pero sin tocar las sobreganancias. En una entrevista reciente, insiste en que los gobiernos regionales y municipios gasten más – aumentando así el déficit fiscal en un momento en que este debe mas bien reducirse– y en que el problema es de gestión en las áreas sociales.


Seguro que las ineficiencias en la gestión en educación, salud y programas de lucha contra la pobreza son muy grandes. Pero no tienen comparación con las sobreganancias. Tanto han criticado los partidarios de Lourdes la focalización en el vaso de leche y los comedores populares, y hablan allí de lograr ahorros de 50 u 80 millones de soles al año…!eso se llevan las mineras de sobreganancias en un día!


Más importante, estos neoliberales se olvidan esa gran máxima de su ideólogo number uán, Milton Friedman: no free lunch, no hay lonche gratis. Si queremos tener educación salud y programas sociales de calidad, hay que invertir en ellos. ¿O de verás creen que hospitales y centros de salud con equipos obsoletos y sin medicinas, profesores mal pagados y colegios sin baño, pueden dar un buen servicio? ¿O alguien puede creer que la desnutrición infantil se resuelve con sólo un vaso de leche diario, que no cuesta ni 5 soles al mes?


Hoy los peruanos tenemos la posibilidad de dar un salto gigantesco en la lucha contra la pobreza. Cuestión de compartir un poco mejor la riqueza y de invertir para que el Estado sea capaz de hacer su trabajo y mejorar la vida de la gente.





Crisis mundial de alimentos

miércoles, 18 de junio de 2008


Armando Mendoza


Como causas de la crisis mundial de alimentos -reflejada en el alza continua de precios en el Perú y el mundo- se han mencionado el creciente consumo de China e India, las malas cosechas en Australia, la producción de biocombustibles, etc., todas las cuales contribuyen a reducir la oferta y elevar la demanda por trigo, maíz, soya y otros alimentos básicos. Pero a esos factores debe agregarse uno más, artificial y perverso: la creciente especulación por mega inversionistas internacionales, que han visto en la crisis de alimentos una oportunidad de lucro.

Lo sucedió es sencillo: por determinadas razones (como la reducción de cosechas en Australia) se produjo un desbalance entre oferta y demanda en los mercados internacionales –demasiados compradores y no suficiente oferta-, desbalance que lógicamente tiene que ajustarse con un incremento de precios hasta que nuevamente demanda y oferta se equilibren. El problema es que al subir los precios para ajustar el mercado, surgen los especuladores –grandes firmas y fondos de inversión internacionales- que comienzan a comprar y demandar alimentos; no porque realmente los requieran, sino simplemente por especular apostando a que los precios subirán aun más: compro hoy a diez y venderé mañana a veinte.

Así, estos especuladores inflan artificialmente la demanda, creando una “burbuja especulativa”: un desequilibrio del mercado generado por precios elevados, lo que atrae a especuladores que incrementan nuevamente los precios, atrayendo más compradores y elevando aun más los precios, etc., etc., etc. En esta situación, los precios se elevan por encima del valor real o valor intrínseco del bien. En otras palabras, una vez desatada una burbuja especulativa, nadie sabe hasta que niveles llegaran los precios, producto del capricho y la irracionalidad.

¿Recuerdan cuando los peruanos acaparábamos dólares esperando que el tipo de cambio subiese? Eso, pero en grande, es lo que ahora están haciendo con los alimentos los inversionistas internacionales. Y es que, más allá de toda su parafernalia, los fondos internacionales de inversión son en realidad simples y vulgares especuladores, que hacen su riqueza saltando de una burbuja a otra, buscando siempre comprar barato y vender caro. El despegue de la Internet, la ola de inversiones en Rusia, o el reciente auge inmobiliario en Estados Unidos son ejemplos de burbujas especulativas pasadas. Justamente, una vez liquidada la burbuja inmobiliaria estadounidense, los inversionistas se han lanzado a buscar un nuevo “el dorado”, entrando masivamente a especular en los mercados internacionales de alimentos.

Así -según el Sistema Económico Latinoamericano y del Caribe (SELA)- mientras del 2004 al 2007 la inversión internacional en oro y otros metales ha sido estable, por el contrario, la inversión en otros bienes –lo que incluye alimentos- se disparó, multiplicándose por ocho, hasta alcanzar la monumental suma de 8,400 billones de dólares para diciembre del 2007, estimándose que hasta 30% del alza en los precios internacionales de alimentos se explica por la presión especulativa, reflejada en las crecientes inversiones en instrumentos financieros vinculados a alimentos.

La teoría económica dice que tarde o temprano toda burbuja especulativa termina por estallar y los precios vuelven a un nivel de equilibrio “normal”. Pero mientras tanto, las consecuencias económicas y sociales de esta especulación, en el Perú y en el mundo, serán muy graves. La apuesta de los especuladores es lucrar con una carestía mundial de alimentos que significara para millones de personas, hambre y miseria. ¿Se quedaran con los brazos cruzados los gobiernos y organismos internacionales?

Tamaño del Gobierno y apertura económica

lunes, 16 de junio de 2008


José Oscátegui A.

Profesor del Departamento de Economía, PUCP


Hace ya diez años, en 1998, en base a la evidencia procedente de una diversidad de países, Dani Rodrik publicó un trabajo en la prestigiosa revista especializada Journal of Political Economy, de la universidad de Chicago. El título, traducido al castellano, es ¿Por qué las economías más abiertas tienen Gobiernos más grandes?. En él, Rodrik muestra la evidencia a nivel internacional que existe, sobre la relación entre la apertura de la economía y el mayor tamaño del Gobierno y, además, la explica.

Esta relación debe parecer imposible a muchos, pero, tal como lo muestra Rodrik, es más bien una solución óptima. La explicación tiene que ver con la incertidumbre y el riesgo al nivel de actividad económica doméstica que acompañan a la apertura comercial y financiera, y el rol atenuador de ese riesgo que cumple el gasto y la acción del Gobierno.

Las diversas crisis financieras internacionales han mostrado que la apertura financiera crea riesgos, y la actual crisis económica internacional, entre otras, muestra que la apertura comercial también genera riesgos. El trabajo de Rodrik sostiene que, en este contexto, el gobierno es un estabilizador y puede cumplir mejor este papel cuanto mayor sea su tamaño.

La evidencia trabajada por Rodrik muestra que “la relación entre apertura y gasto del gobierno es válida también para el consumo público y no sólo para las transferencias…”. Es decir, que el Gobierno cumple su papel de reducir el riesgo que enfrenta el país debido a la apertura comercial, consumiendo, demandando, comprando a las empresas y no sólo con el gasto que acá llamamos “social” y que consiste en algunas transferencias directas.

Nuestros propugnadores de un Gobierno pequeño sostienen que los riesgos externos que enfrentan los países pequeños deben ser diversificados por medio de la participación en los mercados financieros. Pero la evidencia muestra que eso no se consigue a plenitud ni siquiera en los países desarrollados.

Rodrik encuentra que siendo cierto que la apertura conduce, en países desarrollados y en países en desarrollo, a un mayor gobierno, la forma en que este actúa difiere según el tipo de país. En los países desarrollados el gobierno gasta más en seguridad social y bienestar que en consumo gubernamental. Sin embargo, en países en desarrollo la acción del gobierno, para atenuar el riesgo, reposa en un amplio conjunto de instrumentos, entre los que se encuentra también el empleo público. Como dice Rodrik (la traducción es mía),

“…también hay otras implicaciones con respecto a la relación entre mercados y gobiernos. Ellos son, a menudo, vistos como sustitutos. Toda acción del gobierno que no sea la producción de bienes públicos, ley y orden, y derechos de propiedad, es vista como enemiga del mercado. La integración internacional de los mercados es vista como debilitadora de la efectividad, a nivel nacional, de la acción del gobierno. Lo que presentamos en este trabajo… sugiere que hay un grado de complementariedad entre mercados y gobiernos…En verdad, los gobiernos se han expandido más rápidamente en las economías más abiertas…Parece que los gobiernos han buscado mitigar la exposición del país al riesgo incrementando la parte del producto doméstico que consumen”.

Muchos de los que asumen ser pro-mercado en Perú, consideran que la máxima ampliación del mercado sólo puede ocurrir con la reducción del Gobierno a su mínima expresión. El texto, poco conocido, de Rodrik muestra que el mercado dejado libre conduce a resultados indeseables, pero que las economías funcionan mejor si junto a la ampliación de los mercados se amplía el rol del Gobierno en la economía, en la demanda, en el consumo de la producción doméstica y en el empleo. Este es un tema importante a la luz de la discusión sobre la reforma constitucional.

¿Existen estadísticas de “sabor nacional”?

domingo, 15 de junio de 2008

Farid Matuk

Las proyecciones del MEF y del BCR para el 2009 diferían en 1,1 puntos, pero el BCR ajustó las cifras, considerando la inflación a mayo, y su expectativa sobre el déficit en la cuenta corriente pasó de 2,4% a 2,7% del PBI. El Marco Macroeconómico Multianual, documento de referencia emitido por el MEF, espera un déficit menor en 1,4 puntos. Al respecto, el director de Asuntos Económicos y Sociales del MEF, Javier Kapsoli, explicó que, al margen de cómo cada entidad haya hecho los cálculos, lo importante es que tanto el MEF como el BCR coinciden. (El Comercio B-3 – 14 de Junio de 2008)1

Los estándares internacionales y la transparencia metodológica son componentes esenciales de un estado moderno, para que no se “pacten” coincidencias como las informadas ayer o para que se “arreglen” resultados como los de la pobreza de hace unas semanas atrás. Pero lo primero que llama la atención es que el Marco Macroeconómico Multianual 2009 – 2011 aprobado por el Consejo de Ministros el pasado 28 de Mayo, hace sólo 18 días, tiene un déficit en cuenta corriente inferior a la mitad del pactado esta semana.

Un componente esencial del “balance en cuenta corriente” son las exportaciones e importaciones de bienes y servicios que representan más de cuatro quintos de los flujos de entradas y salidas de la cuenta corriente externa. Es decir, esta duplicación del déficit de cuenta corriente ocurrido durante las últimas tres semanas tienen que tener una explicación en la evolución reciente de las importaciones y exportaciones.

Hasta Enero de este año, nuestro país reportaba las estadísticas externas siguiendo los criterios de Naciones Unidas explicados en la ficha técnica de las últimas dos páginas del boletín denominado “Evolución de las Importaciones y Exportaciones”2, en particular la metodología de cálculo de los precios externos para separar lo comerciado en términos físicos de las fluctuaciones de los precios internacionales.

En el último boletín diseminado este mes3, se tienen criterios de “sabor nacional” que desechan los criterios homogéneos de la Comisión de Estadística de Naciones Unidas aprobados en 2003, que permiten la comparabilidad entre dos países cualesquiera con idénticos criterios. Ahora nuestras exportaciones son clasificadas con un obsoleto decreto supremo de 1992, y nuestras importaciones son clasificadas con un criterio elaborado por CEPAL en 1965.

Las razones que explican el cambio a una metodología arbitraria y obsoleta no han sido documentadas, como es la práctica gubernamental usual en estos días, para quién la transparencia debe ser una propiedad física del cristal y otras sustancias.

Farid Matuk

Bonanza con espinas



Francisco Durand


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Simple y atractivo; engañoso. Según el discurso oficial la integración de la economía al mercado mundial está generando una bonanza exportadora que reduce considerablemente la pobreza. Los banqueros y mineros (que dominan la economía desde 1990), y los apristas (en el gobierno desde el 2006, influenciados por los primeros), prometen que llegaremos a ser un país rico y desarrollado. Solo hay que dejar libres a las fuerzas del mercado, no molestarlas. Existen problemas, sí, pero son políticos (el ruido de la protesta, la burocracia), o remanentes del pasado (los "sobrecostos laborales", y la mentalidad de perro del hortelano que no deja invertir).
El mensaje emana de Palacio y hace eco en los principales medios de comunicación. Lo refuerzan declaraciones de ministros y se complementan con entrevistas a la CONFIEP. Lo dicen los expertos del Banco Mundial, y hasta el ex presidente Aznar. Ergo, debe ser cierto.
Estamos frente a un ídolo de autoridad: creer en algo si alguien importante lo dice. Para alejarnos del ídolo, preferimos ver otros indicadores y mejores métodos. Contra lo que afirma el discurso oficial, descubrimos que la bonanza oculta serios problemas del propio modelo económico y los refuerza.
Cierto, hay mérito. La bonanza ocurre desde 1990, cuando se liberalizó la economía apoyando al sector privado para que se expandiera sobre la propiedad estatal y comunal, desatándose una acumulación de capital acelerada. También porque desde 1994 se invirtió en el sector extractivo-exportador luego de una virtual parálisis de inversión desde 1968, lo que explica su impresionante velocidad. Por último, a partir del 2002 aumentó sostenidamente el precio y la demanda internacional de commodities. Cuando llegó el boom, estábamos listos, y como siguió, continuamos invirtiendo. De allí el "milagro peruano".
Obviamente, así como llegó, la bonanza también puede irse. Son cíclicas. Trae además altos precios de petróleo y alimentos, y el dólar anda devaluado. Pero ¿para qué ser "derrotistas"?, sigamos "pensando en grande", y creámosle al MEF, que proyecta crecer a una tasa promedio del 7% anual varios años más. Aun así, hay problemas.
Un análisis realista debe empezar entendiendo que el modelo neoliberal criollo centra el crecimiento en oligopolios y oligopsomios en su mayoría extranjeros que concentran y concentran el poder económico. Persistir en el modelo es reforzar estos rasgos, impidiendo el verdadero crecimiento con bienestar y bloqueando las oportunidades para todos. Los monopolios, y sus defensores, que los consideran intocables, impiden el desarrollo empresarial nacional acelerado de las pequeñas y medianas empresas y una más efectiva y permanente reducción de la pobreza.
Para ver mejor esta dura realidad cambiemos el método palaciego y empresarial del jardín (mirar solo los casos de éxito, las flores) por otro panorámico (que también mire a la hierba mala). El análisis de la cúpula del poder económico y ciertos indicadores nos habla de bonanza con asimetrías y problemas. Tatsuya Shimizu (Instituto de Desarrollo Económico de Tokio) comprueba que entre 1987 y el 2001 las multinacionales del Perú pasaron de 25 empresas a 41 de las top 100 y que su porcentaje de ventas subió de 20.6% a 48.5%. Igual tendencia se observa en América Latina según informes de la CEPAL, indicando una fuerte extranjerización económica entre las empresas top. En el Perú es más extrema, hay menos éxito nacional y más posibilidades de nacionalismo económico.
Esta tendencia se puede estimar viendo el desempeño de los mayores Grupos de Poder Económico peruanos. Como se aprecia en el cuadro, el resultado no es bueno. De los 28 grupos más grandes, 11 han quebrado, los han comprado o se han debilitado profundamente desde 1990. También 6 han perdido posiciones, pasando a escalones más bajos del ranking. Solo 6 están creciendo y en el sitial más alto encontramos 3 viejos y 2 nuevos más. No olvidemos que aún entre ellos una parte de las acciones de varios buques bandera están en manos transnacionales o vía las AFPs (42% de Credicorp y 34% de Alicorp del grupo Romero, 50% del Banco Continental de Brescia, 55% de Yanacocha y 13% de Buenaventura de Benavides, 6% de Graña y Montero).
MULTINACIONALIZACIÓN  Y OLIGOPOLIZACIóN
Existen dos problemas interrelacionados, la multinacionalización de la cúpula económica y la oligopolización, y generan graves consecuencias que la bonanza refuerza. Ejemplos:
Al exigir altos intereses y excesivas garantías la banca impide crear un mercado de capitales para la pequeña y mediana empresa. El crédito de consumo también es depredador.
• Las leyes y el Estado apoyan la estrategia de las corporaciones de empleo precario y bajos ingresos.
• Los monopolios suelen abusar de los usuarios y aprovecharse de un Estado capturado (ataques especulativos cambiarios, elevado costo de llamadas, innecesaria renta básica telefónica; recargos bancarios y pérdidas por manejo cambiario en los bancos; bloqueo a la libre desafiliación de pensionistas; exoneraciones tributarias a grandes empresas; oposición a los impuestos a la sobreganancia minera; altas tarifas de energía, uso portuario, carga aérea y peajes).
• Tal situación, aunada a un sistema de impuestos punitivo (19% de IGV), penaliza a los pequeños empresarios y favorece la informalidad.
• La transnacionalización induce al Estado a adoptar una mentalidad convoy y sin estrategia. Más que clase dirigente tenemos clase dirigida. El principal grupo de interés no entiende al país por ser extranjero pero influye.
• El Estado infiltrado bloquea reformas para desogolipolizar la economía y profesionalizar la burocracia porque dejaría de usarla.
Terminamos con una nota optimista. Contamos con los recursos humanos suficientes para generar una Estrategia de Desarrollo Nacional, y capacidades empresariales nacionales para el desarrollo de todos. El problema económico se resuelve políticamente. El 2011 es la oportunidad de cambiar, y para evitar que los empresarios secuestren al presidente o que uno nuevo quiera secuestrar a los empresarios.
(*) Profesor de Política Latinoamericana en la Universidad de Texas, Los Angeles, EEUU.
Este artículo lo puede leer también en: http://aeperu.blogspot.com

Pobreza y la Ingesta Calórica

sábado, 14 de junio de 2008



Escribe Juergen Schuldt

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Frente a la avalancha de guarismos de la más variada naturaleza sobre la extensión y profundidad de la pobreza en el país, conviene presentar unos elementales cuadros sintéticos para que pueda usted tener una visión panorámica de las cifras básicas en torno al tema. Nos concentraremos en las que relacionan las cifras absolutas y porcentuales de pobres (diferenciando entre los que son extremos de los demás) y el porcentaje de la población que no cubre el mínimo calórico, tal como han sido determinados por el INEI. Para lo que vamos a suponer que los datos oficiales son absolutamente confiables [1].
Ya que cualquiera puede sacar sus propias conclusiones sobre esas bases, nos limitaremos a enumerar, sin mayores comentarios, los principales resultados correspondientes al bienio 2006-2007, en que nos concentraremos en los cambios que se dieron a nivel nacional (Tabla I) y los que corresponden a cada región o departamento (Tabla II).
TABLA I: VISIÓN GLOBAL
Fuente: Datos oficiales del INEI, calculados por Farid Matuk.
Nota: AGRANDE la imagen con un CLICK

  1. La pobreza total cayó de 44,5% a 39,3%, es decir, en un apreciable 10,5% o 5,2 puntos porcentuales. Con lo que el número de pobres se redujo en 1,3 millones de personas. Pero aún subsisten algo más de 11 millones en condiciones de pobreza [2].
  2. La pobreza extrema se redujo en 13,8%, al disminuir de 16,1% a 13,7%, con lo que casi 620.000 personas salieron de esa condición; pero siguen soportándola 3,9 millones.
  3. La pobreza no extrema disminuyó 8,6%, de 28,4% de la población total a 25,6%, lo que benefició a algo más de 680.000 ciudadanos, quedando en tal situación 7,2 millones de ciudadanos.
  4. Finalmente, la población peruana que no ha logrado cubrir las necesidades calóricas normales fue de 29,9% en 2006, proporción que declinó a 28,5% en 2007, significando una caída de 3,4% (o 1,4 p.p.). Lo que querría decir que apenas 280.000 personas más que en 2006 lograron cubrir sus requerimientos alimenticios el año pasado. Sin embargo, aún algo más de 8 millones de peruanos no alcanzan a satisfacerlas.

TABLA II: PERSPECTIVA POR DEPARTAMENTOS, 2006-2007

Nota: Las cifras de déficit calórico han sido tomadas de: Farid Matuk, “Mapa del Hambre, 2006-2007”, junio 12, 2008
(http://aeperu.blogspot.com/2008/06/mapa-del-hambre-2006-2007-farid-matuk.html).
AGRANDE LA TABLA CON EL RATÓN.

Desglosando las cifras por regiones, de acuerdo al Cuadro antecedente (Tabla II), ya algo más complicado de leer, podemos decir lo siguiente (nótese que hemos ordenado los Departamentos de manera que los que albergan el mayor porcentaje de ‘pobres extremos’ en 2007 están arriba y van bajando a medida que son menos en términos relativos):
  1. Respecto a la pobreza total (sumatoria de pobres extremos y no extremos, data que no figura en el Cuadro), ha disminuido en casi todos los departamentos, excepto en Ancash (donde sube de 42 a 42,6%), Cajamarca (63,8 a 64,5%), Cusco (49,9 a 57,4%), Tacna (19,8 a 20,4%) y Tumbes (15,8 a 18,1%).
  1. En relación a los pobres extremos (PE), observamos lo siguiente:
    1. Todos los departamentos de la sierra y selva rebasan el promedio nacional de PE (del 16,1%) en 2006, excepto ‘Lima Provincias’ (6%) y Madre de Dios (4,3%); y de la costa solo La Libertad excede ese promedio. En el 2007, con una menor tasa de pobreza extrema (13,7%), se repite el cuadro anterior, pero ya no se incluye en el rubro a un solo departamento serrano (Junín). En pocas palabras, como es bien conocido, es en la sierra y la selva -y más notoriamente en las zonas rurales- donde vive la gran mayoría (relativa) de los que no poseen “el valor monetario necesario para la adquisición de una canasta de alimentos capaz de satisfacer un mínimo de necesidades nutricionales de las personas”, que es la definición de ‘pobreza extrema’ que utiliza el INEI [3].
    2. Los casos extremos de extrema pobreza (por encima del 30% de su población) se presentan en los departamentos de Huancavelica (72,3% y 66,7% en 2006 y 2007, respectivamente), Ayacucho (41,3 y 35,5%) y Huánuco (40,6 a 31,7%); en cada uno de los cuales se ha reducido en el último año. En cambio hay casos en que aumentó la PE: Pasco (de 31 a 31,5%) y Cajamarca (29 a 31%), así como en Cusco (22,8 a 27,8%). También ha aumentado la PE en departamentos en que no es muy alta la PE en términos relativos (por debajo del 7%): Lima Provincias, Moquegua, Tacna, Arequipa, Lima-Callao y Tumbes.
  1. Respecto a los pobres no extremos (25,6% en 2007), que representan un porcentaje mucho mayor que los PE (13,7%), tenemos que han aumentado –en parte por el traslado de los pobres extremos a esta categoría- en Huánuco, Puno, Apurimac, Cusco, Ancash, Lambayeque, Tacna y Tumbes.
  1. Finalmente, considerando la ingesta calórica por departamentos, podemos establecer que, a nivel nacional, se ha reducido levemente el déficit, de 29,9% a 28,5%, lo que significa que aún son más de 8 millones de peruanos los que no cubren lo necesario. Por el lado más negativo, tenemos que:
    1. El déficit calórico ha aumentado en diez de las 25 regiones, a saber: Huancavelica de 61,1 a 66,1%; Ayacucho de 37,8 a 41,8%; Pasco 50,8 a 54,6%; Cusco 24,5 a 39,3%; San Martín 20,7 a 21,3%; Lima-Provincias de 21,6 a 26,6%; Moquequa, 31 a 33,5%; Tacna 23,6 a 27,2%; e Ica 17,3 a 21,6%.
    2. Y lo que es más grave: Hay departamentos en que no solo los pobres extremos sino que todos los pobres, e incluso algunos no pobres, no llegaron a cubrir la ingesta calórica requerida. Es decir, el porcentaje de personas que no llegan a ese nivel es superior al porcentaje de pobres. En el 2006 fueron cuatro (Moquegua, Tacna, Arequipa y Madre de Dios), los que seguían en esa condición en 2007 y a los que acompañó Ica (21,6% con déficit contra 15,1% de pobres). Este último es el que más llama la atención, ya que un quinto de su población no cubre sus necesidades calóricas, cuando los pobres representan un sétimo.
    3. Como es obvio, ningún pobre extremo cubre sus necesidades calóricas en departamento alguno, por más que se los haya definido oficialmente como aquellos que cubren una canasta mínima de alimentos.
    4. En cambio los porcentajes de los pobres no extremos que no alcanzan el requerimiento calórico varía entre departamentos y llega a niveles escalofriantes [4]. A nivel nacional, un promedio de 57,8% de no pobres no llega a cubrir los requerimientos calóricos en 2007 (en 2006 eran menos: 48,5%). Más específicamente para los departamentos –en el año 2007- tenemos los siguientes porcentajes de pobres no extremos con déficit superiores al 50% (en orden decreciente de importancia), aparte de los departamentos mencionados en que ninguno cubre el requerimiento (Moquegua, Tacna, Arequipa, Madre de Dios e Ica): Tumbes (99,2%), Lima-Provincias (91%), Lima y Callao (89,9%), Pasco (72,4%), Piura (62,2), Loreto (58,1), La Libertad (56,6) y Junín (54,1).
    5. Finalmente, en varios departamentos ni siquiera todos los ‘no pobres’ cubren sus requerimientos calóricos [5]. El porcentaje de los que no viven en condiciones de pobreza (‘no pobres’) que tienen ese déficit es el siguiente para 2007: Arequipa, 16,1%; Moquegua, 10,4%; Ica, 8,7%; Tacna, 8,5% y Madre de Dios, 4,4%.

Para terminar, el diagrama de barras que sigue sintetiza gráficamente lo antedicho para el año 2007, ya que representa, para cada departamento, la cantidad de pobres en la primera columna (en violeta los pobres extremos y en rojo los no extremos) y los déficit calóricos en la segunda barra.
PARA AMPLIAR PRESIONE SOBRE LA IMAGEN


Sí, saque usted sus propias conclusiones.

[1] Digo esto porque, como no soy pobretólogo, quiero cumplir con la orden dictada por Mirko Lauer: “Nadie ha cuestionado las cifras de pobreza cuando estas eran más altas y permitían criticar a los anteriores gobiernos. Ahora que las cifras bajan, ya no valen para los más críticos. ¿Se va a necesitar un repunte fuerte de la pobreza en el país para que el INEI-BM recupere su credibilidad?” (‘Lucha Frontal contra la Cifra’, en La República, mayo 31, 2008 : www.larepublica.com.pe/component/option,com_contentant/task,view/id,223869/Itemid,0/).
[2] En ausencia de datos oficiales al respecto que sean de nuestro conocimiento, hemos asumido que la población total creció 1,35 entre mediados de 2006 y octubre de 2007.
[3] Esta es una canasta normativa de un subconjunto de todos los bienes que permiten satisfacer el mínimo calórico, mientras que el déficit calórico toma en cuenta el consumo efectivo de calorías por toda fuente. En otras palabras, la canasta es un indicador de valor monetario (cuyo deflactor deja mucho que desear), mientras que la insuficiencia calórica es un indicador de volumen.
[4] Este valor (es decir, el porcentaje de no pobres que no cubre el mínimo calórico) se obtiene de la siguiente manera: Se resta el porcentaje de pobres extremos del porcentaje de población que no cubre el requerimiento calórico; ese valor se multiplica por 100 y el resultado se divide entre el porcentaje de pobres no extremos.
[5] Se sigue el método de la nota anterior para obtener este porcentaje: del porcentaje de déficit calórico se le resta el porcentaje de pobres, cuyo resultado se multiplica por cien, lo que se divide entre el porcentaje de no pobres.

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