La Crisis y la Sequía del Crédito en Dólares

martes, 15 de diciembre de 2009


Waldo Mendoza Bellido
Departamento de Economía de la PUCP

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Hay una sequía del crédito en dólares debido a que la banca local perdió el 2008 su acceso a fondos de corto plazo en el extranjero a raíz de la crisis financiera ocurrida en USA. En noviembre último, los préstamos en dólares de los bancos al sector privado disminuyeron en 0.6 %, respecto al mismo mes del año pasado. Como el crédito en dólares representa la mitad del total, esta sequía crediticia es una importante fuerza recesiva que está detrás del crecimiento cero que viene registrando la economía peruana en 2009.

Eso es, en resumen, lo que dije en El Comercio del 24 de noviembre. Recibí la réplica inmediata del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), a través de su Gerente de Estudios Económicos, Adrián Armas (El Comercio, 28 de noviembre) e, inesperadamente, también de Mirko Lauer, el columnista político de La Republica y amigo del presidente García.

Según Lauer, mi crítica a la política monetaria tiene “un sesgo político importante”, porque el dato es que yo seria “uno de los principales asesores del candidato puntero Luís Castañeda”. Si Lauer hubiera cruzado sus fuentes y me hubiera llamado a la Católica, le hubiera dicho que su dato es falso. Y de paso le hubiera explicado también el secreto del “milagro peruano”, de cómo se logra parar en seco en unos pocos meses a una economía que crece al 10% anual. Y que parte de ese secreto es esta sequía crediticia en dólares.

Las cuestiones de fondo

La evolución del crédito en soles depende de la tasa de interés de referencia del BCRP, del humor de los banqueros respecto al futuro de la economía y del crecimiento del PBI. Si se reduce la tasa de referencia o si los banqueros se tornan optimistas o si la economía se reactiva, aumenta el crédito en soles.

Para que el ritmo de crecimiento del crédito en soles no se desplome, el BCRP debió bajar la tasa de referencia apenas detonó la crisis internacional en setiembre de 2008. El presidente del BCRP ha declarado que eso “hubiera sido una locura. En un  momento de presión al alza del tipo de cambio solo un loco, un imprudente, hubiera bajado la tasa de interés”. Pobre presidente del Banco Central de Australia, quien bajó la tasa de interés en setiembre de 2008, medio año antes que el BCRP, justo cuando el dólar se fortalecía respecto a casi todas las monedas del planeta.

Esta demora en la reducción de la tasa de referencia, el enfriamiento de la economía y el cambio de humor de los banqueros, explican que el ritmo anual de crecimiento del crédito en soles haya descendido desde el 52 % registrado en noviembre de 2008 a solo 16 % en noviembre último.
Fuente: BCRP.

Los créditos en dólares

Si los banqueros locales quieren ampliar rápidamente el monto de sus préstamos en dólares, como ocurrió en 2007-2008 o en 1996-1998, la opción es conseguir los fondos afuera. El problema es que, usualmente, estos fondos son de corto plazo, muy volátiles.

En la segunda mitad de los 90, se produjo una explosión de estos adeudados con el exterior que saltaron desde 1400 millones de dólares a principios de 1996 hasta 3630 millones a mediados de 1998. Como resultado, el crédito bancario local en dólares, que se alimentaba con estos fondos del exterior, se duplicó entre ambas fechas. Con la crisis rusa, hubo que pagar apresuradamente esta deuda, lo que provocó una sequía del crédito en dólaresfue una de las principales causas de la recesión de 1998-2000.

En 2007-08, ocurrió básicamente lo mismo. Hubo también una explosión de adeudados de corto plazo con el exterior que saltaron desde 754 millones de dólares a fines de 2006 hasta casi 2900 millones a mediados de 2008. Como resultado, el crédito local en dólares creció en más de 40 % entre ambas fechas. A raíz de la crisis financiera en USA, entre mayo del 2008 y setiembre del 2009, esta deuda con el exterior se redujo en tres cuartas partes. Esto provocó la sequía del crédito en dólares, que fue una de las principales causas de la recesión de 2008-2009.
Fuente: BCRP

Para evitar este ciclo de explosión-implosión de los adeudados con el exterior, el BCRP tiene a la mano una solución sencilla que ya se aplicó en 2004. Le pone un encaje a estos adeudados igual al encaje del 30% que recae sobre los depósitos en dólares. Esto significa que si un banco recibe un depósito o fondos del exterior por valor de 100 dólares, solo puede prestar 70 dólares y debe depositar en el BCRP los otros 30 dólares. El BCRP paga un interés (la remuneración al encaje) por estos 30 dólares. Mientras mayor sea la tasa de encaje y menor sea la remuneración del encaje, menos atractivo es tomar adeudados en el exterior para alimentar los prestamos locales en dólares.

La tasa de remuneración al encaje debe utilizarse como un instrumento de política para desalentar estos capitales y desdolarizar el crédito bancario, manteniéndola lo más baja posible, y no debe estar amarrada, como ahora, a la tasa de interés internacional.

Así, podemos aislar a la economía de la volatilidad de estos engreídos capitales de corto plazo.


Verdades a medias de la CADE 2009

jueves, 3 de diciembre de 2009




Germán Alarco Tosoni
Investigador principal CENTRUM Católica

Hace dos semanas terminó la Conferencia Anual de Ejecutivos (CADE 2009) con el tema “nuestro futuro, nuestra oportunidad”. En la clausura se hizo un recuento de los cuatro ejes fundamentales para impulsar el desarrollo del país. Todo se resuelve, para ellos, continuando con las altas tasas de crecimiento económico, mejorando la competitividad, modernizando la educación y reformando el Estado. La lista de propuestas fue corta. No se discutieron las corresponsabilidades de la Sociedad, el Estado y de los propios empresarios en esta agenda. Tampoco los límites del modelo de crecimiento actual, las nuevas características del entorno internacional y menos todos los temas irresueltos del corto plazo que pueden afectar el crecimiento económico en el mediano plazo.

Problemas del modelo de crecimiento

Existe consenso académico de que, como a finales del siglo XIX e inicios del XX, tenemos nuevamente un modelo primario exportador, donde los elementos básicos son la inversión extranjera, la utilización de tecnologías intensivas en capital en estas actividades, la expansión de las exportaciones primarias, la apertura de la economía, y el repliegue del Estado para cederlo al mercado. Este modelo, al igual que antes, tuvo periodos de alto crecimiento, pero colapsó por múltiples factores externos tales como la crisis de los años treinta y la Segunda Guerra Mundial; e internos asociados a su incapacidad para atender las exigencias económicas y sociales de una población urbana en crecimiento.

Con este modelo se gestan problemas particulares que deben ser atendidos para poder crecer y desarrollarnos. Entre algunos de sus principales resultados destaca una elevada vulnerabilidad asociada a la evolución de los precios internacionales, la creación de economías de enclave con reducidas articulaciones internas, la generación de pocos empleos de calidad. A estos se suman dos problemas serios: una creciente heterogeneidad estructural, donde las distancias entre los trabajadores, regiones y localidades se hace mayor, y el surgimiento de la enfermedad holandesaque a través de los amplios superávits comerciales contribuye a la apreciación de la moneda nacional. Esta afecta la competitividad de los otros sectores exportadores no tradicionales y reprimariza la economía.

Propuestas de política sin entorno externo

Con la crisis, el futuro no puede ser similar al pasado cercano. Hay sobre la mesa un conjunto de nuevos elementos que definen nuevas oportunidades y amenazas para nuestra economía. ¿Cómo hacer frente a la menor demanda internacional?; ¿acaso no se ha debilitado la relación entre nuestras exportaciones y el nivel de actividad de los países desarrollados?; ¿los desequilibrios en las finanzas públicas, los mayores niveles de deuda y las políticas monetarias expansivas no afectarán las posibilidades de financiamiento de nuestro país?; ¿acaso los altos niveles de desempleo y de reconcentración del ingreso no impactan las tasas de crecimiento del PBI?¿cuáles serán los efectos de la depreciación del dólar americano sobre nuestras importaciones?

Omisión de la realidad nacional

¿Tienen alguna vinculación las recomendaciones de la CADE con los grandes temas de discusión que marcarán la diferencia entre los diferentes frentes y partidos políticos en la próxima coyuntura electoral? Ninguna. Nada se dice sobre la necesidad de priorizar el abastecimiento interno de gas natural sobre el internacional. No se discute la política de precios y tarifas para los energéticos. No se evalúa la política de venta de activos del Gobierno. Ninguno de los empresarios parece poner en cuestión la política de concesiones o de asociaciones públicas-privadas, más aún en los casos de los proyectos que requieren apoyo financiero del Estado (proyectos “cofinanciados”)por ejemplo, los problemas de las tarifas en el puerto de Paita. Tampoco se comenta que la privatización de servicios y hasta de bienes públicos agravaría las condiciones de vida de los marginados en una sociedad tan desigual como la peruana.

Un mejor desempeño económico en el mediano y largo plazo exige que se revise la distribución de los excedentes del sector primario exportador. ¿Pueden coexistir los regímenes especiales para la minería con una presión tributaria por debajo de los estándares internacionales de economías de similar desarrollo a la peruana?. Tampoco hay que matar a la gallina de los huevos de oro, pero hay muchas experiencias internacionales recientes de negociaciones más equilibradas, que benefician no sólo a las empresas sino a los países respectivos. Es ineludible la creación de sistemas de pensiones complementarios al privado. La cobertura y niveles de ingresos obtenidos no son solución para la mayor parte de la población. En fin, es necesario discutir el régimen económico establecido en la actual Constitución Política del país.

Los ajustes al modelo económico son inevitables, tanto por razones económicas como sociales. La luz solar no puede ser tapada con un dedo. El entorno internacional es incierto pero ya hay algunas tendencias más o menos claras. Quizás ya no corresponda a este Gobierno desactivar sus bombas de tiempo, pero hay que reconocer que existen, y al menos no debe alimentarlas con más pólvora. Los modelos económicos no son inmutables en el tiempo, son un medio, para el fin último que es el desarrollo humano integral y deben por tanto guardar perfecta correspondencia con la sociedad que los albergaNo hay fórmulas universales para todos los tiempos. La tarea pendiente es la de encontrar el balance adecuado para ajustar este modelo con realismo y creatividad.

2-12-2009.
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