¿El futuro del modelo o el modelo del futuro?

domingo, 31 de julio de 2011




Por: José I.Távara
Profesor PUCP
Con la designación del primer gabinete, se confrontan distintas maneras de entender el desarrollo en nuestro país. Se afirma que el gobierno ha optado por mantener el modelo económico: la conducción de la economía ha sido encargada a tecnócratas ortodoxos, para garantizar estabilidad y crecimiento, y las políticas sociales estarán a cargo de profesionales progresistas, lo cual aliviará las tensiones sociales. Desde esta perspectiva, la fortaleza del modelo se impone en el campo de la economía y también en la política, siempre que existan recursos para financiar los programas de inclusión social.
Una interpretación menos optimista afirma que el modelo no es sostenible en el tiempo y que su reemplazo por un modelo superior es indispensable para el desarrollo y el bienestar. El argumento es que el modelo actual es dependiente de los precios de los minerales, cuya evolución es incierta en el actual contexto internacional. Al estancamiento de EEUU y la Unión Europea, se añade hoy un crecimiento más lento de los países emergentes. Analistas como Roubini proyectan incluso una fuerte desaceleración de la economía China a partir del 2013. Al margen de estas proyecciones, el modelo trae consigo “la enfermedad holandesa” –una moneda nacional fuerte que abarata las importaciones, inhibe el desarrollo industrial y la generación sostenible de empleo– y otras “maldiciones” derivadas de la abundancia de recursos naturales: “capitalismo salvaje” y cultura rentista, que debilitan las instituciones y corrompen el sistema político.
La expresión más visible de esta debilidad es un Estado raquítico, con un tamaño fiscal reducido, que no asegura el acceso de todos a servicios básicos de calidad, como salud, educación, seguridad y justicia. Esto se traduce, por un lado, en enormes niveles de desigualdad, que se transmiten de una generación a otra, y por el otro limita la capacidad de competir de las empresas, salvo de aquellas vinculadas a la inversión extranjera y a ventajas comparativas derivadas de la explotación de recursos naturales. Además, el modelo descuida la protección de bienes comunes y compartidos como el aire y el agua, y en algunos casos amenaza con destruir nuestros ecosistemas.
¿Es posible introducir ajustes al modelo para superar estas limitaciones? Los optimistas consideran que solo hace falta elevar la recaudación en 2% o 3% del PBI, fortalecer un poco al Estado y financiar los nuevos programas sociales. Basta que la minería se ajuste un poco los cinturones, aportando más impuestos al fisco, y que los nuevos ministros sean efectivos en “golpearle el codo” al ministro de economía, para que los problemas centrales queden resueltos.
Los nuevos programas sociales mejorarán, sin duda, las condiciones de vida de los más pobres y darán al gobierno el oxígeno requerido para aliviar algunos conflictos. Sin embargo, hay reformas que no pueden postergarse, precisamente para asegurar la efectividad de las políticas sociales, como son la carrera pública, con una gestión transparente orientada a resultados, y las reformas en salud y educación, incluyendo el sistema universitario. Su viabilidad dependerá, a su vez, de una reforma tributaria de mayor alcance, que al parecer no está en la agenda del nuevo gobierno.
También es urgente poner en marcha una nueva política de desarrollo productivo. Al igual que otros países, el Perú tiene y tendrá serias dificultades para competir con las manufacturas del Asia. Expertas como Carlota Pérez sostienen que, bajo estas condiciones y considerando la “hipersegmentación” de los mercados internacionales, la estrategia más adecuada es orientarse, por un lado –”desde arriba”– a la especialización en procesos de transformación de las materias primas, en alianza con corporaciones globales, diversificando la producción y agregando valor para responder a una amplia gama de demandas específicas, aprovechando así la rica dotación de recursos naturales y fuentes de energía; y por el otro  –“desde abajo”– al desarrollo de los mercados y la creación de riqueza y empleo en los diversos espacios locales y regionales. Esta “estrategia dual” es consistente con la preservación y mejora del medio ambiente y se orienta al aumento en la calidad de vida de las personas. Pero al mismo tiempo requiere del desarrollo de nuevas capacidades en el campo de la investigación científica y tecnológica, lo cual pasa por una profunda reforma institucional en los sistemas de innovación.
El cuestionamiento al modelo no supone entonces “un retorno al pasado proteccionista y estatista”. El desarrollo futuro dependerá, inevitablemente, de la trayectoria seguida hasta ahora, en particular durante las dos últimas décadas. El debate gira en torno al modelo que necesitamos construir para que todos tengan bienestar en el nuevo contexto global. Como sabemos, las reformas más importantes y trascendentes deben ponerse en marcha durante los primeros meses de un nuevo gobierno, o simplemente dejarse de lado. Esperemos que el nuevo gobierno esté a la altura de estos desafíos.

Yo pongo la receta

viernes, 29 de julio de 2011




Waldo Mendoza Bellido
Jefe del Departamento de Economía de la PUCP

El presidente Humala encontrará una economía amenazada por la recesión. A pesar que esta amenaza se gestó cuando el actual Ministro de Economia, Luis Miguel Castilla, era el brazo derecho del cuestionado ex Ministro Benavides, le corresponderá a él la tarea central de alejar dicha amenaza. Según Humala, no hay  incoherencia en este nombramiento, pues es él quien “pone la receta en el Gobierno”.

Para saber qué pasa con la producción en tiempos normales,  comparamos el PBI de un mes de este año, con el PBI del mismo mes del año anterior. Según este indicador, nuestro ritmo de crecimiento ha bajado del 10 por ciento anual en enero, a 7 por ciento en mayo último. Nada llamativo. Parece una simple desaceleración.

Sin embargo, para ver el comportamiento más reciente del PBI, es mejor echar mano al PBI desestacionalizado. Este indicador permite comparar un mes o un trimestre con el mes o el trimestre anterior del mismo año.

Según los indicadores desestacionalizados del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), los dos sectores que generan más empleo, la industria y la construcción, están en franca caída. El PBI de la manufactura no primaria ha descendido en el segundo trimestre de este año y el PBI del sector construcción, medido por el consumo interno de cemento, ha caído durante los dos primeros trimestres de este año.

Esta amenaza de recesión se presenta en un contexto muy especial. En primer lugar, la actual situación de la economía internacional amenaza el crecimiento de nuestras exportaciones. En segundo lugar, según las encuestas recientes del BCRP, las expectativas del sector privado (sobre las ventas, la demanda, la contratación de mano de obra), lucen cada vez más deprimentes. Por último, el ritmo anual de crecimiento del crédito total al sector privado ha empezado a caer en junio, debido a la política monetaria restrictiva del BCRP.

El presidente deberá proponer hoy, 28 de julio, la receta apropiada para alejar la amenaza de la recesión. No se le vaya a ocurrir aplicar la receta de un conjunto grande de notables economistas despistados para quienes basta con restaurar la confianza. Al mismo tiempo, la receta deberá contener las políticas que inauguren un estilo de gobierno en el que el candidato cumple, por primera vez en la historia contemporánea, con las promesas electorales.

El Difícil equilibrio de Ollanta



Por: Pedro Francke Profesor PUCP.
Tras el nombramiento de su gabinete, nuestro nuevo presidente Ollanta Humala debe anunciar las líneas maestras de su gobierno en el discurso inaugural del 28 de julio. Enfrentará, en esta ocasión, un problema central que radica en la conexión entre la política económica y la inclusión social.
Correctamente, el presidente Humala ha insistido, una y otra vez, en que la inclusión social es el reto central que enfrentará su gobierno. Es alrededor de esta idea central que logró mantenerse vigente entre el 2006 y el 2011 y que pudo agrupar fuerzas sociales, morales e intelectuales. Esta línea la mantuvo firme durante la etapa electoral contra todos los embates y en medio de todos los cambios y concesiones que tuvo que hacer, y es esta idea la que ha concitado el entusiasmo de millones de peruanos.
La inclusión social, además de ser una bandera políticamente exitosa, es una necesidad nacional. Tirios y troyanos lo reconocieron en sus discursos electorales. Nuestro país no puede abrirse a un camino de progreso, si no resuelve las gigantescas brechas y diferencias que hay entre peruanos.
La cuestión es que esa inclusión requiere de políticas inclusivas que requieren un Estado mucho más activo. Requiere que la salud, la educación y la protección social dupliquen su presupuesto, y con eso apenas se acerquen al bajo promedio latinoamericano de gasto social. Requiere que los trabajadores dejen de ser el lado más débil por el cual la pita siempre se rompe, y se pase a defender el salario, los derechos laborales y la salud y seguridad de los trabajadores. Requiere que el agro deje de ser el sector que es el patito feo y que las comunidades campesinas y nativas sean vistas como un lastre que no tiene potencialidades. Requiere que una política de pensiones tenga como prioridad el bienestar de los jubilados antes que las ganancias de las AFP. Requiere que los pueblos sean consultados y el medio ambiente protegido, antes de dar paso a la minería y el petróleo.
En todos estos aspectos, la inclusión social requiere de cambios en la política económica. No se puede tener más gasto social si no se recaudan más impuestos, y por eso la necesidad de establecer un impuesto a las sobreganancias mineras, que es además de estricta justicia.
El balance es difícil, desde luego, porque no pueden establecerse impuestos que quiebren a las empresas. Tampoco se puede subir el salario mínimo hasta un punto que se genere problemas a las pymes y medianas empresas. Requerimos redistribución y políticas sociales reforzadas, pero desde luego sin atentar contra el crecimiento económico.
Hasta ahora, todos los gobiernos han fallado en lograr este equilibrio; todos ellos, por darle poca importancia a la inclusión social. Fujimori, Toledo y García han privilegiado las ganancias de las grandes empresas, las transnacionales y monopolios, al punto de sacrificar las políticas sociales y de inclusión social.
Cambiar eso fue la gran promesa de Ollanta Humala. Ahora le toca cumplirla, con la ayuda de todos los peruanos. 

¿Hacia un nueva recesión Mundial?

martes, 26 de julio de 2011

Bruno Seminario


Es tan extraño el espíritu del tiempo que nadie parece capaz de anticipar lo que finalmente ocurrirá. Así, a nadie puede sorprender que los pronósticos económicos formulados a principio del presente año sean revisados, porque el escenario que vaticinaron nunca llego a consolidarse. Como las economías emergentes de mayor tamaño y dimensión, experimentaron en el 2009, sólo por breve tiempo los efectos de la crisis, se extendió la opinión que convertía su expansión en la base fundamental del proceso de recuperación. Sin embargo, esta afirmación al finalizar el primer semestre del 2011 sería prematura: en todas ellas desfallece el vigoroso ímpetu que parecía caracterizar su recuperación. Por diversas causas, se impone una nueva coyuntura donde el crecimiento lento parece ser la norma en los países emergentes mientras que el estancamiento domina la dinámica en Estados Unidos y la Unión Europea.


En Asia, el aumento en el precio de las materias primas empuja hacia arriba la inflación, deteriora la balanza de pagos, y, obliga a los bancos centrales a adoptar políticas monetarias restrictivas. Por ejemplo, en la India el Banco Central de Reserva ha aumentado en diez oportunidades el tipo de interés pero éste permanece aún a un nivel inferior a la tasa de inflación. En este mismo país, el gasto del gobierno está fuera de control y el déficit fiscal llega a diez puntos porcentuales del producto interno bruto. Aunque en China, el Banco Central ha procedido de forma similar, el principal problema es la cartera de dudosa calidad de su sistema bancario. En el año 2006, se estimó el monto de estos malos préstamos en 911,000 millones de dólares, pero la suma puede haber crecido sustancialmente, debido a la burbuja hipotecaria y a los préstamos de estímulo otorgados por el gobierno chino. En el Brasil, el principal problema el crédito de los consumidores absorbe el 28 por ciento de su ingreso disponible, una cifra mayor a la de Estados Unidos, y, el gasto del fisco también estaría fuera de control.


Agotada, en las principales economías emergentes, la posibilidad de aumentar la demanda interna, sólo pueden preservar su ritmo de expansión con una agresiva política comercial. Pero, ¿es viable esta estrategia en el momento actual? Ni Estados Unidos ni la Unión Europea se han recuperado plenamente de la recesión del 2008 y el 2009. En Europa, el estancamiento es la norma en el sur del continente, mientras que Alemania, la economía de mayor tamaño, basa su crecimiento en el dinamismo de las economías de Asia, y, por esta razón , ésta y su socios de la UE, pueden resistir cualquier intento de los países emergentes orientado a alterar esta situación. Si bien en Estados Unidos, la recuperación es bastante más fuerte y con un fundamento más sólido, pues se apoya parcialmente en la innovación de sus industrias de alta tecnología, su gobierno no parece estar dispuesto a asumir nuevamente el papel de comprador universal. Además, también en este país no parecen viables nuevas políticas de estímulo monetario o fiscal. En esta coyuntura en las que parecen predominar tantas azarosa circunstancias, sería difícil encontrar factores que operen en opuesta dirección; existen empero ¿Cuáles son estas poderosas fuerzas capaces de contrarrestar esta inexorable tendencia hacia la contracción? En primer lugar la reconstrucción del Japón y el gasto asociado a la misma, en segundo lugar, las innovaciones que se han registrado en sectores claves de industrias de tecnología de Estados Unidos (teléfonos inteligentes, tabletas de computación, tiendas virtuales de música, libros y películas, etc.) y que en este momento impulsan hacia arriba la inversión empresarial de Estados Unidos.

Subir el Salario Mínimo Vital

miércoles, 20 de julio de 2011




Javier M. Iguíñiz Echeverría*

Varias exageraciones rodean el debate actual sobre el Salario Mínimo Vital (SMV). Una que es un instrumento privilegiado para la generación de empleo, otra que lo es para bajar la informalidad, una tercera que afectará la competitividad de la economía, una cuarta que aumentará la inflación. El aumento del SMV sería la fuente de todos los males imaginables.

1.- SMV: fin más que medio

El salario no es principalmente un medio para estimular o frenar la generación de empleo asalariado. De ser un mero instrumento para ese fin, habría que reducir aún más el salario, deteriorar aún más las condiciones de trabajo, quitarle el seguro a todos los que todavía lo tienen. El salario no es tampoco un mero costo de producción, es también y sobre todo, un beneficio, parte del valor agregado de la actividad económica, de la razón de ser de la economía. Ni instrumento de política, ni costo; la extensión del salario decente es, ante todo, uno de los fines de la economía; uno más importante que el aumento del PIB per cápita.
En efecto, el nivel de la remuneración mínima es una medida principal del éxito o fracaso de la economía. En la medida en que los sueldos y salarios son el ingreso fundamental de una enorme proporción de las familias, es la base de la legitimidad social de los empresarios, de los gobernantes y de la institucionalidad de la economía capitalista. Una remuneración que se aleja de los requerimientos para sostener a la familia obliga a decisiones trágicas, a abandonos de la responsabilidad familiar y a múltiples riesgos, forzados por la necesidad de subsistir ¿Por qué un SMV de 600 Soles, esto es, de 4 soles per capita al día, no es “vida extrema” en los noticieros?

2.- INFORMALIDAD: problema y solución

Se argumenta que una elevación del SMV aumentará la informalidad. En primer lugar, por mucho que la evasión de la ley es un problema serio, a menudo gravísimo, la informalidad no es la principal ni la más peligrosa evasión de la ley, menos aún el principal problema del Perú. Más importantes son, por ejemplo, la desnutrición infantil o la incapacidad de comprender lo que se lee. La actividad económica informal es un problema pero también una solución a y una consecuencia de la carencia de demanda de trabajo, especialmente del adecuado, que sufre el país y que se refleja también en la migración al exterior. Es, por otro lado, una alternativa al desempleo abierto, como se comprueba al analizar tanto los ciclos económicos como los niveles de la tasa de desempleo en diversos países. Cuanto mayor es la informalidad, menor suele ser el desempleo abierto. La extensión de la informalidad se debe a factores mucho más importantes que el SMV.  

3.- SMV y productividad

Los salarios individuales dependen en parte de la productividad en la empresa en que se trabaja pero también opera la relación inversa. Podemos relacionar positivamente el aumento de los sueldos y salarios con una mayor productividad por varias vías. Una es por la mayor motivación de quien labora como asalariado. Otra es por la mejor salud del trabajador. A más largo plazo, por la educación y salud de los hijos.  
Pero también hay un efecto a través de la nueva tecnología que las empresas tienen que incorporar al proceso productivo cuando los salarios reales son altos o rígidos a la baja y no hay más remedio que competir bajando los costos de producción por una vía distinta de la de los salarios. Se evita así la tentación del atajo espurio para sobrevivir en la competencia a base a bajos y estancados salarios, baja calidad de producción y agresiva competencia de precios. Esa competencia no eleva la competitividad, exprime la que hay. Colaborar a la innovación facilitando apoyo, crédito y  mercados dinámicos es crítico para generar pequeñas empresas que provean de nuevos empleos decentes. A mediano plazo, no subir salarios es promover la informalidad.

4.- SMV e inflación

Un mayor salario en empresas formales obliga a pensar más en innovar los procesos productivos y adquirir, en base a crédito y apoyo técnico, equipos que reduzcan costos totales por unidad de producto incluso con salarios en aumento.  Cuando el aumento de SMV ocurre en plazos previsibles y con criterios (productividad, inflación) claros se puede programar más adecuadamente y tener planes permanentes de innovación tecnológica. Así se llega a la evolución que Adam Smith destacaba y que permite elevar salarios  y vender más barato.

5.- SMV y empleo

Por supuesto que una subida intempestiva de los salarios afecta negativamente el empleo en algunas empresas que operan en el límite inferior de la competencia en sus respectivas ramas o mercados. Pero más importante es que el crecimiento del empleo depende más del crecimiento de la economía que del nivel del salario. Un alto crecimiento de la economía mucho más que neutraliza, al punto de hacer muy poco importante el reducido efecto negativo que seguramente tiene en algunas empresas la elevación del SMV. No se ha demostrado que el aumento del SMV o su disminución influyan significativamente en el crecimiento agregado de la economía.
La elevación de remuneraciones mínimas por mandato legal es, en buena medida, resultado de la tendencia de muchos empresarios a combinar el ansia de lucrar con fuertes dosis de mezquindad. Hay que distinguir entre los que pueden pero no quieren de los que, efectivamente, no pueden pagar más, a no ser que se les ayude, cosa que hay que hacer desde el gobierno.


* Profesor principal del Departamento de Economía de la PUCP.

Desaceleración: Causas y Retos



Kurt Burneo

Nadie discute que la actividad económica en el Perú se ha desacelerado. Según el Banco Central (BCRP) se ha ralentizado la dinámica de la actividad económica, de 10.2% anualizada en diciembre de 2010 a 4.1% hacia abril con tendencia a la baja. Una medida más específica de la dinámica económica con mayor efecto sobre el empleo y la recaudación tributaria  es el  PBI no primario, que mide la actividad económica del Perú urbano, se viene frenando en los primeros 6 meses del presente año, pasando del 10.7% anual en el último trimestre del 2010 hasta un 6.8% anual en el segundo trimestre del 2011. En una proyección pasiva el BCRP estima  que el ritmo de crecimiento del PBI no primario seguirá desacelerándose hasta un 5% anual en el segundo semestre del 2011.

Estas tasas de crecimiento son calculadas comparando la producción de un trimestre cualquiera con la producción del mismo trimestre del año anterior y, en general, permiten apreciar adecuadamente si la producción se expande o se contrae cuando no hay quiebre de la tendencia. Pero si existiera esto último para detectarlo es mejor comparar la producción de un trimestre cualquiera con la producción del trimestre inmediatamente anterior, una vez que se ha corregido el índice de producción por estacionalidad. Este indicador es el PBI no primario desestacionalizado.

Mirando este último indicador el pbi no primario desestacionalizado que venia creciendo en 9.1% en el último trimestre del año pasado al primer trimestre del 2011 lo hizo en 5.3% con una tendencia a la baja en el 2do trimestre, ¿Pero es verdad que esto responde sólo al deterioro de expectativas?   Dado que para algunos la contracción de la inversión pública iniciada en marzo  con el DU 012 derogado después  en junio, no explica lo que hoy ocurre; entonces como diría una conocida conductora de talk shows:¿Será cierto eso o no será cierto?

Los que señalan que la desaceleración responde sólo a deterioro de expectativas y no a la retracción de la inversión pública argumentan que esta última sólo equivale al 6% del PBI mientras que la privada equivale al 21%. Frente a esto pregunto ¿la retracción de la primera no genera externalidades negativas sobre la segunda? Para entender mejor, si el gobierno decide postergar el inicio o el mantenimiento de una via carrozable en el interior del país, ¿Eso no afectaria la decisión de un inversor privado de echar a andar un proyecto de habilitación de tierras para sembrar un producto agrícola de exportación por ejemplo? La inversión pública y la privada no pueden ser vistas como estancos separados.  


Por otro lado, insisto que el frenazo de la inversión pública en marzo pudo haberse evitado si en febrero el gobierno no hubiese tomado la absurda decisión de reducir en un punto el IGV, lo que implicó en términos anualizados una inyección de S/. 1,700 millones por el lado de la demanda, demanda que a continuación con el DU 012 buscó reducir abruptamente dadas las presiones sobre la inflación. La situación es descrita en el reporte diario de una institución no precisamente conformada por amigos míos, pero sí del ratificado Presidente del BCRP y del actual Ministro de Economia, cuando mencionan justificando el DU 012: ” Que era necesario frenar el ritmo de expansión de la inversión pública no está en duda y se sustenta justamente la de la política fiscal anticíclica que siempre reclama, con razón, el Sr, Burneo. En el 2010, la demanda interna en el Perú venía creciendo a tasas mayores a las sostenibles (13% en promedio), lo cual genera presiones inflacionarias. En este contexto, el crecimiento de más de 26% de la inversión pública, generando un déficit fiscal, era contrario a las buenas políticas fiscales y debía ser fuertemente reducido.” ¿La reducción del IGV no agravaba este cuadro? ¿O esta medida también fue perfecta sobretodo para todos aquellos que le echan la culpa de la desaceleración a una administración económica que aún no está en funciones?


Ciertamente esta desaceleración representa un desafio para las autoridades económicas entrantes, desafío que estoy seguro será enfrentado con la diligencia que ello amerita, siendo un componente fundamental frente a este reto recuperar la confianza menoscabada pero también evitar errores de política macroeconómica.

El Desarrollo de la Nueva Recesión

martes, 19 de julio de 2011



En el último informe de producción del INE podemos  encontrar este extraordinario gráfico y así verificar cuan extendida y profunda es la recesión en el sector construcción. 


En la figura, la línea negra muestra el producto mensual del sector  y la azul la trayectoria  corregida por estación. Dos conclusiones podemos extraer . En primer lugar, el descenso de la producción  que experimenta el sector parece ser mas intenso que el que experimentó en la  última crisis. En segundo lugar, la nueva recesión empezó en el IV trimestre del año pasado, es decir, en un momento donde nadie esperaba el triunfo de Gana Perú . Este punto es importante porque nos permite verificar que el descenso del sector no fue provocado por las expectativas de los inversionistas sino por la política fiscal ejecutada por la administración del presidente García.

Aunque en un inicio la recesión tuvo un carácter local  , en  el primer semestre del presente año se transmitió a la manufactura  gracias a dos canales: (1) reducción  de la  compras del sector de productos manufacturados; (2) reducción en el empleo , el ingreso y el consumo, de los trabajadores empleados en la construcción. 


En el Gráfico No. 7, podemos apreciar también incluido en el informe de producción del INE podemos apreciar la tendencia adversa de la manufactura.  ¿Podrá el nuevo gobierno de Gana Perú contener la nueva recesión y evitar su propagación hacia otros sectores económicos? Es claro que su éxito puede depender de dos factores: (1) el desarrollo de la coyuntura internacional ; (2) la política fiscal y monetaria que ejecuté la nueva administración.  

Ajustes al Plan Bicentenario




Germán Alarco Tosoni
Investigador CENTRUM Católica

El gobierno, a finales del mes de junio, emitió un decreto supremo que aprobó el Plan Bicentenario. Este documento fue elaborado por el Centro Nacional de Planeamiento Estratégico (CEPLAN) y para su redacción se convocó a las diferentes esferas del gobierno, algunos investigadores del sector académico y, al parecer, a los actores de los diferentes sectores productivos. La preocupación por el mediano plazo es importante. Sin embargo, su aprobación se hizo fuera de tiempo. Con esta se condicionaría al futuro gobierno, sin que las diferentes fuerzas políticas, y menos la ganadora, hayan participado en su elaboración. Tampoco implica obligación alguna para las autoridades que están de salida.

Los seis ejes estratégicos del Plan se ven bien. Nadie podría estar en contra de un Estado basado en la plena vigencia de los derechos humanos y el respeto a la dignidad de las personas. Todos debemos procurar por una economía competitiva basada en la generación masiva de empleos con alta productividad. Es plausible insistir que se ofrezca igualdad de oportunidades y acceso irrestricto a los servicios. También buscar un crecimiento económico basado en el aprovechamiento sostenible de los recursos naturales. Es imperativo el mayor desarrollo de la infraestructura distribuida regionalmente y por último lograr una gestión pública eficiente que facilite la gobernabilidad.

Los problemas surgen cuando estas buenas intenciones deben convertirse en realidad. También hay errores en el diagnóstico cuando se elude evaluar las tendencias de corto y largo plazo de la economía internacional. Se omite a los emprendedores. No se dice palabra alguna de la gestión macroeconómica, asumiendo que todo estuviera muy bien. No ven peligros en el bajo nivel del tipo de cambio real, ni en los elevados márgenes de intermediación financiera. Todo se resuelve con credibilidad y predictibilidad. La desigualdad y exclusión ocupan un lugar menor. Todo el marco legal e  institucional es para ellos ideal.

El Plan es al mismo tiempo una lista extensa de acciones estratégicas, pero que no miran alto ni lejos. La generación nucleoeléctrica, el trasvase de aguas de la vertiente del Atlántico al Pacífico, los grandes ejes carreteros al estilo del primer mundo, entre otros, son temas que se ignoran. Hay aportaciones en el mayor rol de la ciencia y tecnología, o en el desarrollo de encadenamientos productivos. El Plan debe ser revisado y reformulado; pero ante todo se debe fortalecer al CEPLAN, haciéndolo participar en el Consejo de Ministros. Las decisiones diarias deben ser tamizadas por una visión de mediano y largo plazo (En: La Primera, 15/7/2011, p.11).

Descentralización

lunes, 18 de julio de 2011



 
Por Edgardo Cruzado
Investigador DESCO
Tenemos 10 años de descentralización, las certezas que deja el proceso pueden ser escasas pero son significativas. Una de las principales es que la descentralización representa, sin miedo a equivocarnos, la principal reforma del Estado peruano en los últimos años, la creación de gobiernos regionales y el fortalecimiento de los gobiernos locales, como operadores directos de las políticas de Estado, no tiene vuelta atrás.
Otra gran certeza, que nace de la experiencia más que de la teoría, es que en el proceso de descentralización las mejores opciones no son blancas o negras, en muchos casos la tonalidad adecuada es gris, resulta de un equilibrio de competencias compartidas, políticas coordinadas y evaluaciones sucesivas que perfeccionan las decisiones tomadas.
El gobierno que sale ha tenido, en esta materia, mucho ruido y pocas nueces. Se limitó a concentrarse en metas numéricas de transferencias de funciones, sin considerar las lecciones aprendidas. Con esta visión, que lo pone todo en blanco o negro, se perdieron los espacios de coordinación, se limitó la institucionalidad del proceso y nos quedamos en el pragmatismo de construir “obras por encargo”.
Pero el rol del Estado no es solo construir, su tarea es proveer servicios públicos de calidad, asegurar un gasto social bien focalizado y promover oportunidades para todos. Sobre esto es poco lo que hemos avanzado. Tres prioridades, a nuestro modesto entender, para la consolidación del proceso de descentralización:
1) Reconstruir una instancia rectora: la Secretaría de Descentralización (PCM) no ha estado a la altura de la circunstancia, para conducir el proceso. Se requiere una instancia pública renovada, con participación de los gobiernos regionales y locales, que promueva una agenda de mediano plazo para la descentralización. Esta instancia debe ser responsable de promover el desarrollo de capacidades en las regiones y localidades, debe identificar los cuellos de botella en el proceso de asignación de funciones y tendrá que promover una articulación de los sectores del gobierno nacional con los subnacionales.
2) Promover una política social compartida y un sistema de focalización eficiente: la experiencia internacional demuestra que la lucha contra la pobreza debe ser prioridad nacional, por tanto es compartida entre los niveles de gobierno. Necesitamos un sistema de focalización de hogares eficiente y eficaz, con mecanismo de actualización permanente y con capacidad de brindar confianza a todos. Los gobiernos subnacionales son los operadores naturales de la política social, lo que no limita el rol rector y promotor del gobierno nacional. La operación del servicio en una ciudad es responsabilidad local, pero asegurar un estándar mínimo para todo el territorio peruano es responsabilidad nacional.
3) Implementar la descentralización fiscal: el componente fiscal de la descentralización es el menos desarrollado del proceso, los gobiernos subnacionales son dependientes de las transferencias de recursos, su espacio fiscal es reducido y su asignación no tiene relación con sus necesidades. Se requiere una nueva ley de descentralización fiscal, que ordene el sistema de transferencias, promueva la innovación y asegure el financiamiento para los departamentos y provincias menos desarrollados.

Humala versus García

jueves, 14 de julio de 2011




Waldo Mendoza Bellido
Jefe del Departamento de Economía de la PUCP

En términos de crecimiento, inflación y reducción de pobreza, los 5 años de García han sido muy buenos. Para alcanzar esos logros le bastó agarrar el impulso económico dejado por Toledo y calcar su política económica. Humala no puede darse el lujo de no hacer nada. Ha sido elegido para hacer lo que hizo García y, además, bajar el nivel actual de desigualdad.

Al gobierno de García se le recordará por la reducción de la pobreza y la explosión de obras públicas. La inversión pública de 2010 es la más alta de la historia, el doble del anterior pico alcanzado en 1982, y como porcentaje del PBI, es el doble del de hace 5 años.

Estos logros se deben al ritmo de crecimiento de los últimos años y a los altos precios de nuestros minerales. Cuando la economía crece, crece el empleo y el gasto social respaldado en una mayor recaudación, y baja así la pobreza. Cuando la economía crece, y los precios de los minerales son tan altos, la recaudación sube como espuma, y se pueden hacer todas las obras que el Presidente inaugura ahora diariamente.

Esta dinámica puede continuar sin mucho esfuerzo en los próximos años. Bastaría con generar “confianza” en el sector privado, garantizando que nada va a cambiar, que todo va a seguir igual. Este método puede ser eficaz incluso si se ratifica en su cargo al actual Ministro de Economía, quien ha mostrado serias limitaciones en el ejercicio de su cargo.

Pero Humala no puede darse el lujo de no hacer nada. Para responder a sus electores, él tiene que preservar el ritmo de crecimiento de los últimos años y, además, reducir la desigualdad.

El camino es más o menos claro. Hay que elevar en un par de puntos porcentuales la presión tributaria e inyectar parte de esos recursos (el resto puede ir a un fondo de estabilización) allí donde se necesite.

Existen sobradas razones para que el principal aporte de los dos puntos de presión tributaria venga de la minería. Existen sobradas razones también para hacer una reforma de la política social que actualmente está en manos de los que no tienen ni poder ni calificación. Hay que darle a la política social poder y calificación.

Si esta política funciona, se habrá sepultado la filosofía de la confianza que conduce a la mediocridad en política económica.

Agenda externa presidencial



Alan Fairlie Reinoso

La gira del presidente Humala ha sido muy importante y exitosa. Ha ratificado la prioridad de las relaciones vecinales, y la vocación de integración regional sudamericana. Reafirma especialmente el rol de UNASUR, donde coexistimos países con diferentes estrategias de desarrollo y de inserción internacional. La cumbre que se realizará en Lima el 28 de julio, será una extraordinaria coyuntura para una consolidación del diálogo regional que se fue adelantando en las reuniones bilaterales. En ese sentido, la declaración que saldrá sobre integración regional y los temas de la desigualdad social y la exclusión, marcan dos puntos centrales de agenda.

Fue simbólico que el primer país de destino haya sido Brasil. Se continúa y potencia una asociación estratégica, que se ha convertido afortunadamente en política de estado. Las primeras gestiones y acuerdos se dieron durante la administración del presidente Toledo y se continuaron con el presidente García. El desafío es cómo llevar al máximo ese vínculo, de forma tal que sea mutuamente beneficioso, y que el Perú defina las políticas necesarias y suficientes para expandir nuestras exportaciones, darles mayor valor agregado, desarrollar la integración fronteriza, infraestructura, social, con inversiones crecientes. El problema pendiente es el de las centrales hidroeléctricas que ha generado rechazo en el sur por sus implicancias medioambientales. La política debería ser capaz de simultáneamente profundizar la asociación estratégica, y de replantear amigablemente los términos de la integración energética.

La visita a EEUU constituyó un rotundo éxito por varios motivos. En primer lugar, porque es una clara señal de que la integración regional y sudamericana se plantea desde el regionalismo abierto, desde una perspectiva integral con los socios principales (comerciales y políticos) a nivel global. En segundo lugar, la reunión con la Secretaria de Estado y en gesto inusual por el mismo Presidente, muestra una voluntad de la primera potencia del mundo de tener relaciones amigables y fortalecer los vínculos con la nueva administración. En tercer lugar, porque crea un ambiente propicio no solo para la discusión de los temas clásicos de la relación bilateral, sino para maximizar los beneficios y reducir los costos de mecanismos como los TLCs suscritos, y establecer nuevos mecanismos de cooperación.

Está pendiente un diálogo al más alto nivel con países europeos y del Asia. La agenda va mucho más allá de los temas comerciales o de los TLCs firmados. Hay una relación histórica que debe potenciarse desde una perspectiva integral y diferenciada, que considere las características y proyecciones de un país como el Perú. Afortunadamente, hay anuncios en esa dirección. La Cumbre de APEC constituye una excelente oportunidad para establecer y fortalecer nuevos vínculos con los países de la Cuenca del Pacífico, y el presidente Humala debería confirmar su participación en ese evento preparando cuidadosamente los objetivos e instrumentos que se pueden conseguir.

La relación con los BRICS parece crucial. Ya tenemos encaminada la estrategia con Brasil, y hemos suscrito un TLC con China. Parece plausible tratar de enriquecer al máximo nivel los vínculos con esta potencia mundial emergente en todos los planos. El inicio de negociaciones de un TLC con la India debería continuarse, ampliando también los términos de la relación. Asimismo, debería buscarse llevar al máximo nivel la relación con Rusia (en todos las esferas).

¿Cuál es la política comercial pendiente?

El Perú, a diferencia de la mayoría de países, prácticamente no ha utilizado políticas de defensa comercial (antidumping, salvaguardias, etc.) en el contexto de la crisis internacional. Se requiere una política activa en defensa de la industria nacional, de las pymes, utilizando los instrumentos que la Organización Mundial del Comercio y los propios tratados de libre comercio permiten.

Se necesita una adecuada coordinación interinstitucional entre el MINCETUR, Ministerio de la Producción, Agricultura, Cancillería y órganos claves como INDECOPI. En el contexto de una economía abierta se debe propiciar el desarrollo de la industria local, las cadenas productivas exportadoras, clusters y actores como las pymes. Todo ello debe tener una dimensión territorial por lo que es clave un diálogo y programación conjunta con los gobiernos regionales. Esto no funcionará, sino se convoca a los gremios empresariales y de productores no solo para que alcancen propuestas concretas y específicas que tienen, sino creando espacios de participación en la misma implementación de las políticas.

Esos esfuerzos para diversificar no solo la relación con países y bloques diferentes, sino dando mayor valor agregado a nuestras exportaciones de bienes y servicios, debe articularse con una adecuada política frente a los TLCs. Patear el tablero no parece una buena opción y sería muy costosa para el país. Dejar las cosas como están, tampoco. Hemos visto cómo la política de liberalización y apertura combinada con la frenética suscripción de TLCs no han logrado hasta el momento cambiar la inserción primario-exportadora del Perú, y por lo tanto, el crecimiento ha tendido a ser excluyente.

Se necesita impulsar activamente las agendas complementarias: de compensación a perdedores, para hacer efectivo el acceso potencial a los mercados, y el impulso de la competitividad y productividad. Esperamos que la gira auspiciosa del presidente electo se traduzca en avances concretos no solo en agenda comercial, por el bien del país.

La vida exagerada del Dr. García

miércoles, 13 de julio de 2011




Farid Matuk



Una de las características de la presente gestión presidencial, es lo que apropiadamente la Embajada de EEUU denominó “ego colosal”. En materia económica significó tener un crecimiento económico por encima de las capacidad productiva del Perú, la cual al presente está en crecimiento del PBI en torno al 6%.

De la misma manera, que una persona puede dejar de dormir con ayuda de estimulantes, una economía puede crecer artificialmente por un tiempo, y tal como ocurre con las personas los estimulantes no pueden suprimir el sueño, ni tampoco nuestra economía crecer indefinidamente al 10% como lo hacen países con una política autoritaria y una economía planificada, tal es el caso de China.

Como se puede ver en el gráfico, que cubre desde 1995 al presente, cuando el crecimiento económico sobrepasa el 6%, lo que se tiene despues es una contracción económica de magnitud considerable. Al día de hoy, tenemos una desaceleración palpable del crecimiento económico, la cual fue desmentida por el MEF primero y luego por el Canciller, pero el día de ayer reconocida por el Presidente de la República.

Para el Presidente, la desaceleración presente se explica por la coyuntura política y la incertidumbre que la acompaña, cuando en realidad tenemos que la economía peruana tiene ciclos económicos de una duración de 15 meses, al alza y a la baja. Siendo la magnitud de los mismos responsabilidad del MEF y del BCR a través de la política fiscal y de la política monetaria.

Viendo el gráfico se tiene que la contracción de menor impacto fue aquella entre Marzo 2006 y Agosto 2007 donde la desaceleración del PBI fue de sólo un punto, de 7.4% a 6.3%. Esta leve desaceleración fue consecuencia de la prudente política del MEF y del BCR -de ese entonces- quienes se encargaban que el crecimiento no se desvíe del 6%, a diferencia del presente donde las autoridades fiscales y monetarias se han coludido con la megalomanía presidencial del 10% de crecimiento.

En esta gestión presidencial por dos veces consecutivas se ha querido llegar al 10% de China, la primera en Septiembre 2008 donde a consecuencia de los inexorables ciclos económicos, el PBI se derrumbó a su mínimo en Diciembre 2009. Y luego se tiene un ciclo de crecimiento que llegó a su fin en Febrero 2011, pero que en vez de frenarse en un 6% siguió incrementandose con el único propósito de tener un crecimiento fabuloso -y artificial- para el año 2010.

El gobierno que empieza este 28 de Julio, recibirá una economía que contraerá hasta Mayo 2012 a consecuencia del ciclo contractivo que se vive. Sera responsabilidad de las nuevas autoridades fiscales y monetarias elaborar las políticas contracíclicas apropiadas a fin de minimizar esta contracción

El Canon

lunes, 11 de julio de 2011




Edgardo Cruzado

En unas semanas asume el nuevo gobierno y las promesas electorales se tienen que concretar en políticas públicas. En varias intervenciones el ahora presidente electo manifestó que “el canon lo deben pagar las empresas y no el Estado”, esto es lo que repitió en la reunión con los presidentes regionales y ahora se debe concretar en una nueva forma en que se define el canon en el Perú.

Una primera constatación es que el canon existe, con diferente nombre, en Ecuador, Colombia, Brasil y Bolivia. En todos los casos, como en el Perú, los gobiernos locales y regionales de las zonas productoras reciben una parte de los recursos fiscales generados por la explotación de los minerales y los Hidrocarburos (petróleo y gas).

Segundo, en la mayoría de países las regiones no productoras participan de parte del canon. En el caso de Colombia lo hacen como parte del Fondo Nacional de Regalías (hoy transformado en fondos específicos) y en Bolivia directamente con una asignación porcentual en el canon total. Entonces, el canon no debe ser solo para las zonas productoras, lo que no implica que el beneficio de las zonas productoras deba ser relativamente mayor que para las zonas no productoras.

Un tercer elemento, relevante para el debate, está relacionado con los tributos que conforman el canon. En la experiencia internacional, de nuestros vecinos y otros países del mundo, el canon se conforma de las rentas asociadas al derecho de utilizar los recursos naturales (en la jerga económica “regalías”). Es verdad que en muchos casos las circunstancias han llevado a definiciones particulares. Por ejemplo, en Ecuador, el gobierno ha disminuido la participación de los trabajadores sobre las utilidades de las empresas extractivas de 15% a 3% y con la diferencia se forma el canon. Ahora bien, en ningún caso el impuesto a la renta es utilizado para la formación del canon.

Entonces, la propuesta de recuperar el impuesto a la renta para el gobierno nacional, que debe financiar los programas sociales y los servicios públicos para todo el territorio nacional, no resulta descabellada. Y bajo la misma argumentación, en el momento que se establezca un impuesto a las sobre ganancias los recursos generados deben ser considerados como parte del canon para las regiones productoras.

Agenda para el BCRP




Germán Alarco Tosoni
Investigador CENTRUM Católica

Algunos medios de difusión siguen proponiendo candidatos para dirigir el Banco Central (BCRP) y el MEF. Se trata, en muchos de los casos, de personas alejadas de los contenidos de la propuesta de gobierno ganadora. Se puede creer que las funciones del BCRP están perfectamente acotadas y que no hay más espacio que cumplir con lo señalado. Esto no es correcto. Hay que reconocer que la administración del banco y los últimos directorios han avanzado significativamente en cumplir con la función básica de preservar el poder adquisitivo del dinero, pero lo realizado es insuficiente. El próximo directorio, a ser nombrado por el Presidente y el Congreso, tiene funciones por ajustar y mucho trabajo por hacer.

La Constitución de 1993 y la Ley Orgánica del banco establecieron un objetivo claro, que derivaba de la experiencia histórica previa. El BCRP es útil para enfrentar a gobiernos fiscalmente irresponsables. Sin embargo, lo dejó con armas muy limitadas frente a la reducción de la demanda y del nivel de actividad económica, tanto por origen internacional como local. El panorama económico mundial se ha debilitado y lo seguirá en tanto no se atiendan los problemas del cambio tecnológico incluyente de mano de obra, la agenda de redistribución del ingreso y el mayor énfasis por lo productivo en lugar de lo financiero.

En la crisis internacional 2008-2009 se actuó con política monetaria anticíclica, pero esta se derivó de la práctica mundial y de la buena voluntad del directorio. El país no puede estar sujeto a la discrecionalidad de un conjunto de personas, por más capaces que sean. A la función antiinflacionaria habría que agregar un segundo objetivo, anti recesivo, que podría establecerse mediante un mecanismo gatillo asociado al nivel de demanda y desempeño productivo o a través de la decisión de un Comité interinstitucional ad hoc donde podrían participar el sector académico y algunos centros de investigación especializados.

Se necesita de un BCRP, que en el marco de su autonomía, interactúe más con la SBS para procurar mayores niveles de crédito y menores márgenes de intermediación financiera. Debe vincularse con INDECOPI, los ministerios de la producción y las regiones. Se necesita de un banco más abierto a las observaciones para que avance en resolver la excesiva concentración de las reservas en dólares americanos y ampliar el portafolio de instrumentos de inversión; evitar la concentración de fechas de vencimientos de sus certificados de depósito, más transparencia y rendición de cuentas. Después de todo esto se podría discutir el nombramiento escalonado de su directorio (En: La Primera, 8/7/2011, p.11).

Medias verdades mineras




Germán Alarco Tosoni
Investigador CENTRUM Católica

Desde inicios del año, la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPYE) se viene preparando contra el establecimiento de tributos adicionales a la minería. Al respecto, contrató una conocida empresa consultora privada para que le prepare un documento que aborda la contribución, carga tributaria y fundamentos conceptuales sobre el tema. El estudio se publicó en enero, es ahora de conocimiento público e incluye información interesante. Sin embargo, está realizado con los objetivos de demostrarnos que el sector actualmente realiza una importante contribución a la economía y que los márgenes de acción hacia adelante son muy limitados.

La investigación reconoce, en lo positivo, que la minería debe tener un tratamiento tributario diferente al resto de las actividades económicas. El argumento es que debe pagar impuestos asociados al agotamiento del recurso que se le ha permitido explotar (p.49). Sin embargo, cuando se debe definir la participación en las rentas económicas generadas, aluden a que en la práctica supondría un régimen tributario distinto para cada proyecto, basado en información no disponible y verificable. En otro orden de ideas, también es positiva la recomendación para que se estudie el establecimiento de subastas para las concesiones mineras, tal como se hace con los hidrocarburos, que permitirían aumentar la recaudación tributaria y promover la explotación de los recursos (p.55).

Nadie discute que el sector minero sea el principal contribuyente al gobierno a nivel nacional. Tampoco debe olvidarse que algunas empresas mineras proveen servicios básicos (como salud, educación, energía eléctrica, agua potable, comunicaciones, entre otros)  no sólo a sus trabajadores sino también a la población de las zonas donde operan. Sin embargo, la discusión no es si contribuyen a la economía. Es obvio que lo hacen. Se trata de un sector que genera importantes rentas económicas, goza de condiciones de precios internacionales favorables y que podrían incrementar sus aportaciones a la Sociedad a través del Estado. 

El estudio concluye, obviamente, que las tasas efectivas de impuestos que se aplican en el Perú son de las más elevadas respecto de la muestra de los principales países mineros analizados. Al respecto, se propone que los tributos se establezcan sobre las utilidades netas y no sobre las ventas. Lo cual haría más complejo su cobro. Asimismo, estos cálculos se realizan bajo un análisis estático con parámetros simulados, omitiendo la inversión, la evolución esperada de los precios, de los costos y del horizonte de la vida útil de los proyectos mineros (En: La Primera, 2/7/2011, p.13

Para un Gobierno diferente

miércoles, 6 de julio de 2011

Promedio (4 votes)
Por Fernando Eguren
presidente de Cepes
Varios de los ofrecimientos del presidente Ollanta Humala no difieren mucho de los que hicieron otros partidos en el pasado: política económica inclusiva, ampliación del gasto social, apoyo decisivo a la educación, reforma del Estado, mejora de la educación en extensión y calidad. Ya sería una diferencia importante con los gobiernos previos si es que cumpliese estos ofrecimientos, como todos esperamos, y más aún si se implementan ofrecimientos inéditos, como el de la pensión 65. Si lo hiciera, además, luchando decidida y persistentemente contra la corrupción, como también esperamos, sería un gobierno notable.
Pero, a pesar de todo, sería insuficiente para los tiempos que corren, pues estas políticas no necesariamente iniciarían la transformación del país en dos aspectos fundamentales: en la reducción de las diferencias regionales y en la modificación de las condiciones que hacen que la pobreza se sigan reproduciendo.
Lograrlo no es tarea sencilla ni de un solo gobierno. Pero hay un camino por donde empezar: priorizar –esta vez de verdad– el desarrollo de los espacios rurales.
Hay varias razones para ello. Mencionaremos tan solo tres. La primera es que en la mayor parte de las regiones las actividades económicas más importantes se realizan en los espacios rurales. La agricultura, la ganadería y las actividades forestales son las principales y son las que más empleo generan: a ellas se dedican más de dos millones de hogares. El peso del PBI agrario, si se consideran los eslabones a la entrada y a la salida y no solo la actividad primaria, supera el 30% del PBI total nacional. Muchas ciudades intermedias dependen de la producción agraria y de las actividades ligadas a ella. No hay manera de que se logre un desarrollo regional y descentralizado sin el desarrollo de los espacios rurales.
En segundo lugar, el desarrollo rural es el medio más adecuado para derrotar la pobreza, como lo muestran diferentes estudios. La incidencia de la pobreza en el campo es muy superior a la de las ciudades, sobre todo en la sierra rural, en donde dos de cada tres pobladores son pobres. Los programas sociales para aliviar la pobreza no pueden reemplazar al desarrollo rural, único camino para que estas poblaciones la superen de manera sostenible.
En tercer lugar, son los espacios rurales en donde se produce la mayor parte de los alimentos que el país consume. La volatilidad de los precios internacionales de algunos alimentos claves de consumo masivo –entre ellos el maíz, el trigo y las oleaginosas- ha puesto sobre el tapete la necesidad de diseñar y ejecutar estrategias de seguridad alimentaria que promuevan la producción interna y reduzcan la dependencia de las importaciones.
Ahora bien, decir desarrollo rural es decir desarrollo de la pequeña y mediana agricultura, de las comunidades campesinas y de las poblaciones amazónicas. Es este inmenso sector social, sus actividades y el territorio en donde habitan los que deben ser la primera prioridad del gobierno de Gana Perú. Sería el comienzo de la “gran transformación”.
(1) Ver La Revista Agraria No 130, http://www.larevistaagraria.org/

La Danza de Shiva

Bruno Seminario

I

¿Entienden, realmente, los especialistas en cuestiones internacionales la desconcertante coyuntura internacional o son los acontecimientos tan extraordinarios que desafían incluso a la más fina interpretación convencional? En todo caso no sería la primera vez que la Historia desafía a los economistas al mostrar, espléndida y salvaje, el consumado resultado de su potente energía.

¿Quién, acaso, puede ignorar, el desventurado papel de la sabiduría convencional cuando ocurrió la gran crisis de 1929 y las desdichada interpretación de los acontecimientos que en ese entonces inspiró la sabiduría convencional? Irving Fisher, por ejemplo, perdió la totalidad de su fortuna y con ella también su gran reputación cuando días antes del desplome de la bolsa de Nueva York, expresaba, con gran seguridad, que el precio de las acciones no estaba inflado por el desenfreno de los especuladores, sino que éstos habían alcanzado un nuevo y permanente equilibrio. Para Pigou, el maestro de Keynes, el desempleo en Inglaterra sólo era la consecuencia inevitable de la perversa acción de los sindicatos británicos que impedían un ajuste hacia abajo de los sueldos y salarios. A pesar que los datos indicaban que el desempleo afectaba a casi un tercio de la fuerza laboral insistía con vehemencia en tal opinión. De la misma manera que en ese entonces, los cruciales eventos que hoy vivimos, vuelven a superar los lindes de incluso los más atrevidos espíritus. Y, como es natural, en estas circunstancias prevalece la confusión pues sólo del caos primordial puede surgir una solución definitiva.

Porque el Olvido no diluye aún sus formas más interiores, el desastre económico del 2008, todavía es la fuerza que rige la dinámica de los espacios globales y es probable que sea esta situación la norma del Mundo para el inmediato futuro. En un breve e intrigante trabajo de divulgación sobre la catástrofe, los profesores españoles Gabriel Tortella y Clara Eugenia Nuñez dicen que la cualidad característica del fenómeno es la sorpresa, pero una bastante peculiar, pues no tiene su origen en la llegada de la crisis sino en el hecho de que haya tantos sorprendidos.

Que esta es una afirmación insólita puede resultar evidente para los historiadores de la economía y los especialistas más perspicaces ,pues los desastres económicos y sociales son tan antiguos como la historia humana. Pero si esto es así, ¿cómo explicar el masivo estupor, el desconcierto abrumador? Cuestión fundamental que todavía no tiene una respuesta satisfactoria, quizás porque pocos han hecho algún esfuerzo para comprender plenamente su sentido. No se trata de dilucidar si hubo alguien que pudo vaticinar el advenimiento de la crisis, sino de responder por qué fue desechada la opinión de quienes lo hicieron. Para Paul Krugman, la respuesta se encuentra en la Edad Obscura y en el retroceso intelectual que experimentó el espíritu occidental cuando olvidó lo que ya conocían griegos y romanos. Según Krugman, un desarrollo similar registró la macroecoeconomía debido al predominio intelectual del Neoliberalismo en general y el de la Nueva Economía Clásica en particular.


Aunque la Nueva Economía clásica se confunde con el Monetarismo de Milton Friedman y la escuela de Chicago, quizás, por su fe inquebrantable en la estabilidad del mercado, posee una base metodológica bastante diferente. La Nueva Economía clásica es una creación de Robert Lucas, Thomas Sargent, Edward Prescott, Robert Barro, Neill Walace y Cristopher Sims,En su mayor parte entrenados en la Universidades de Harvard, Carnegie Mellon y Chicago donde prosperaron, en los 1960s, las escuelas de equilibrio general, el uso de la programación dinámica, la computación y las matemáticas como medio de expresión del conocimiento económico. En contraste, Milton Friedman y sus principales colaboradores, favorecen una metodología básicamente empírica, las respuestas parciales, los modelos de dimensiones reducidas que enfatizan los principales canales de causalidad, y, una forma de expresión que usa palabras o un lenguaje matemático bastante elemental. Así, mientras que cualquier persona educada podía entender lo que decía Milton Friedman y descubrir sin dificultad las bases fundamentales de su forma razonar ; para hacer lo mismo con el Nuevo Obscurantismo, es necesario recibir un entrenamiento técnico especial.


Elegancia, obscuridad y sofisticación, que produce un doble efecto: potente atracción en las generaciones jóvenes y respeto reverencial en los aficionados, políticos, burocracia estatal, periodistas, ideólogos, etc., los cuales a lo largo de la historia han demostrado cierta predisposición para aceptar con levedad todo aquello que no pueden entender especialmente si favorece su inmediato interés.

Se dice con demasiada frecuencia que en el paradigma de la Nueva Economía clásica son imposibles las recesiones pero ésta es una afirmación inexacta que con facilidad podría ser rebatida por cualquier economista que simpatice con las proposiciones centrales del nuevo paradigma.

En realidad, todas las figuras centrales de la Nueva Macroeconomía afirman que pueden explicar las fluctuaciones que exhibe la producción y el empleo en una economía capitalista . Es más, sostienen que su explicación es superior a la de Keynes porque ésta es consistente con el postulado de racionalidad , central para la consistencia de la teoría económica. Para probarlo elaboraron, entre los 1970s y 1990s, dos teorías de los ciclos económicos. Así, en un modelo publicado en los 1970s, dice Robert Lucas que una recesión es provocada por la confusión de los trabajadores y empresas, los cuales por carecer de información adecuada y oportuna confunden las señales que transmite el sistema de precios, es decir, las variaciones que se explican por el juego de la oferta y la demanda, en un mercado particular, con aquellas que tienen su origen en el movimiento de la oferta monetaria. En el segundo modelo, creado en los 1980s por Edward Prescott, esta explicación es desechada y sustituida por una alternativa en que las fluctuaciones de la producción tienen su origen en ritmo irregular del progreso técnico.

Si bien esta forma de razonar puede parecer algo peculiar, más extraordinarias resultan las conclusiones que pueden ser extraídas de estos elegantes modelos. Así, un descenso en la producción no justifica una política económica activista pues ésta sólo aumentaría las penas o disminuiría, en general, el bienestar de cualquier sociedad que la ponga en marcha. Como ésta es la proposición más conocida de la nueva economía clásica, quizás por eso mismo, se tiende a confundir con otra que negaría efectos o potencia alguna a la política económica; los simpatizantes de la Nueva Macroeconomía nunca ha dicho que no pueda ella afectar la trayectoria del producto o el empleo de una economía ,empero. Afirman algo más singular: piensan que el desarrollo que exhibe cualquier economía capitalista es siempre el mejor posible, aunque incluya abruptos descensos en el producto o una masiva desocupación.

Es quizás oportuno, si se desea apreciar con mayor claridad la lógica de los defensores de esta posición recordar , la novela Cándido de Voltaire y a uno de sus personajes centrales, un seguidor incondicional de la filosofía de Leibniz y de su teoría del Optimismo, el Dr. Pangloss.

Cándido es en efecto una sátira que intenta criticar la inacción que se deriva lógicamente del optimismo postulado por Leibniz. En efecto, el filósofo alemán postulaba que el mundo en que vivimos es “ el mejor de los mundos posibles”, es decir, una doctrina basada en un “optimismo sistemático” predispuesta a creer que todo lo que ocurre lo hace con un propósito bien definido , sin importar cuán terrible parezca , ni tampoco el daño y destrucción de cualquier evento o fenómeno específico.

Creía, en efecto, Leibniz, al igual que los estoicos de la época helenística, que el universo era regido por el destino, una ley inexorable que no podía ser alterada por la acción humana. Además, ya que Dios tenía el poder de elegir entre infinitas posibilidades, había creado un mundo optimizado. Es necesario aclarar que la idea de Leibniz es más compleja ya que lo que el filósofo quiere indicar es que Dios eligió la mejor de todas las posibilidades entre un conjunto de mundos posibles donde en todos existe el mal.

En Cándido, el Dr. Pangloss está predispuesto a la inacción absoluta. Cuando, por ejemplo, ocurre el terremoto de Lisboa ,que produce la muerte de 30.000 personas, Pangloss, firme en su optimismo, establece que el desastre ocurrió para el mejor de los propósitos ya que es imposible que esto no sea así. Cuando llega a Inglaterra y es testigo de la ejecución de un almirante por no haber ganado una batalla nava; piensa, Pangloss que después de todo es bueno ,de cuando en cuando, ajusticiar almirantes para animar a otros a cumplir con su trabajo.

Caracteriza también a la Nueva Macroeconomía una visión bastante peculiar que desecha cualquier diferencia entre riesgo e incertidumbre, el cambio abrupto y discontinuo y el papel de los eventos catastróficos en la historia humana.

Según esta forma de concebir el mundo, las expectativas de los agentes económicos pueden siempre calcularse, expresarse en forma bien definida y así reducirse a simples condiciones matemáticas que coinciden con valores esperados de las distintas variables económicas.
Este tratamiento de la probabilidad como algo objetivo e independiente de la historia y estado inicial de una economía , desempeña un rol crucial en la teoría financiera de los mercados eficientes, en el tratamiento de la política económica, y, en la dos teorías del ciclo económico que propone la Escuela. En la monetaria porque sin ella las políticas públicas son siempre relevantes; en la teoría real para poder presentar al progreso tecnológico como un proceso predecible y regular.

Frente a este tratamiento del riesgo y la incertidumbre, podemos oponer las opiniones de Frank H. Knight y John Maynard Keynes, quienes pensaban que sólo el riesgo y no la incertidumbre pueden expresarse en forma cuantitativa pero que era la incertidumbre la base de las decisiones económicas. También, comparar el paradigma de Prescott del progreso técnico, con el tratamiento de Schumpeter, basado en el estudio de las innovaciones y revoluciones tecnológicas que no pueden reducirse a simples aumentos de productividad.

II

¿Se vislumbra ya alguna solución para estas intratables y espeluznantes cuestiones de política? ¿Cuáles son, en todo caso, las distintas visiones en concurso en este debate tan singular? ¿Hay una solución viable o es tan intricado el entrampamiento que sólo puede ser desbaratado por la más gigantesca y ruinosa conmoción? Nadie por ahora puede saberlo con certidumbre absoluta; pero gracias al gentil esfuerzo de los economistas que aceptaron las proposiciones de la Nueva Economía Clásica y de otros especialistas interesados en el tema podemos por lo menos orientarnos e identificar las distintas propuestas.

En el Cisne Negro, El Impacto de lo Altamente Improbable, Nassim Nicholas Taleb, un filósofo y ensayista libanés, se desarrolla una visión del riesgo similar a la propuesta por Knight y Keynes. Según Taleb, el Cisne Negro es un suceso con tres atributos esenciales: rareza, impacto tremendo y predictibilidad retrospectiva. Es raro pues nada en el pasado puede señalar de modo totalmente convincente su posibilidad. Tremendo y decisivo su impacto, porque es capaz porque es capaz de alterar el curso de la historia. Predecible retrospectivamente por el rechazo de la naturaleza humana a cualquier existencia sin sentido. Como consecuencia no puede dejar de inventar “explicaciones” para racionalizar su existencia y así olvidar al suceso en el futuro.

¿Explican, acaso, estas fábulas el masivo desconcierto generado por la nueva crisis? Que el olvido sólo haya sido parcial, dada la política económica que contuvo parcialmente los efectos, en modo alguno, niega esta posibilidad: la política fiscal y monetaria de la Unión Europea y el programa económico del Partido del Té en Estados Unidos demuestran, con claridad, que funcionan con gran eficacia.


En cualquier caso, la coyuntura que domina la economía mundial desde el 2009, encaja perfectamente en esta definición. Si bien hubo quienes pronosticaron la debacle de la banca de inversión, no hubo nadie que pudo hacerlo de un modo totalmente convincente. ¿Hubo, acaso, alguien capaz de vaticinar el terremoto del Japón, las revoluciones del Oriente Medio, el extraño comportamiento del clima, la enigmática popularidad del partido del Té en los Estados Unidos, el rápido descenso de la popularidad del nuevo presidente de los Estados Unidos o el extraño comportamiento del sol? Una masiva sucesión de eventos altamente improbables que generan, en la economía mundial, un desorden masivo sino que modifica las bases mismas que impulsaron a la nueva globalización.

Extraños eventos que no aparecen aislados o espaciados en el tiempo sino en desconcertante concurrencia que multiplican su potencia. Por ejemplo, no es el clima la única causa que explica el rápido aumento que registraron en estos últimos meses los alimentos, sino también la política monetaria de los Estados Unidos y de los países de Asia, aunque quizás haya jugado un papel en el desarrollo de las revoluciones del Medio Oriente y el rápido aumento en el precio del petróleo. Y, ¿no son estos sucesos los que justificaron parcialmente la desconcertante política económica de los nuevos gobiernos conservadores de la Unión Europea?

No podemos comprender el impacto de esta insólita constelación de fuerzas, sin recordar cuáles fueron los procesos que dominaron la nueva globalización y el efecto que la misma ejerce sobre éstos.Dos procesos parecen haber dominado la dinámica de la II Globalización que se inició en los 1980s. El primero correspondió a la conjunción de internet con la tecnología financiera que produjo el esquema de finanzas estructuradas y un gran crecimiento de capital financiero en todas partes. Como consecuencia, aparecieron muchos instrumentos financieros que parecían seguros, pero no lo eran. A este proceso correspondió el primer cisne negro, la crisis del 2008 que hizo caer la demanda agregada en todo el mundo. El segundo proceso fue una revolución de la logística, hecha posible por el precio relativamente bajo de la energía que prevaleció en los 1990s y por la reducción de fletes entre Asia y el resto del mundo, gracias a la introducción de los contenedores en el transporte marítimo. Gracias a esto fue posible crear grandes cadenas productivas que operaban a nivel internacional mediante la deslocalización de fábricas, como consecuencia, surgió un alto dinamismo entre los Estados Unidos y Asia, así como cambios en la red de comercio entre China y otras economías asiáticas, las cuales, antes enviaban productos a los Estados Unidos, ahora es posible enviarlos a China, que se encarga de convertir la materia prima en productos manufacturados y enviarlo a los Estados Unidos. Eso permite diseñar los productos en un lado, producir las partes o materia prima en otro y ensamblar o manufacturar en un lugar distinto. Como consecuencia, se tiene una reducción significativa de los inventarios en todas las partes involucradas, lo cual ha cambiado radicalmente el sector servicios en los Estados Unidos, llevando, por ejemplo, a la desaparición de las comercializadoras pequeñas.
El problema con estas cadenas es que inicialmente presuponen que el tráfico de mercancías no se va a interrumpir por un choque -se interrumpiría este tráfico de mercancías solo ante un evento geopolítico como una guerra, o un evento natural inesperado que afecte a un componente importante de la cadena- en ese sentido, el terremoto de Japón es importante porque muestra la vulnerabilidad del sistema. Dada la importancia de la economía japonesa como nodo de la cadena productiva, esta puede quedar completamente paralizada ante un choque. Si Japón es el único fabricante de piezas que, aunque pequeñas, son necesarias para la fabricación de ciertos productos (sin ser necesariamente las más importantes), su paralización puede detener la producción por completo. Un caso muy particular fue la demora en el lanzamiento de la segunda versión del iPad de Apple, que se retrasó luego del terremoto debido a que algunos componentes (baterías y una pieza que funciona como compás) sólo eran producidos en Japón.

Esta posible paralización de la cadena productiva tiene una implicancia importante para las empresas que siguen este esquema, ya que, cuando se valorizó estas empresas no se consideró el riesgo de paralización de la cadena. Si bien una empresa que opera desintegrada, sin inventarios, tiene menos costos, está expuesta a mayor riesgo. Una cadena de este tipo carece de redundancia, lo que la hace, al menos en apariencia, más eficiente, sin embargo, el costo por redundancia que se evita al descentralizar el proceso productivo implica una pérdida de flexibilidad y de capacidad de respuesta ante eventos inesperados, al no incorporar componentes redundantes quedaron vulnerables a eventos que implican un costo de paralización no anticipada y, dado que fueron valorizadas con distribuciones normales (que subestiman el costo esperado de eventos catastróficos de baja probabilidad), aparentan un valor mayor al verdadero.

En el corto plazo, se verá un aumento más o menos persistente de la inflación, los Estados Unidos han tenido la tasa de inflación más alta en mucho tiempo, mientras que en Inglaterra esta es alrededor de 5%, este incremento tiene implicancias importantes para la política económica, pues, al impedir mantener la política monetaria actual, los bancos centrales se van a ver en la necesidad de subir la tasa de interés, lo cual, resulta complicado dada la coyuntura, ya que muchos países aún no terminan de salir de la recesión.

Los países afectados por los choques de oferta (o geopolíticos) son Japón y los países árabes, que son, después de China, las fuentes más importantes de fondos financieros. La participación combinada de Japón y los países árabes en los bonos del tesoro norteamericano probablemente sea casi tan grande como la de China (aproximadamente el 45%). Esto significa que van a haber presiones hacia la subida de la tasa de interés de los Estados Unidos, lo cual dificultará la política monetaria de la Reserva Federal.

Por otro lado, Japón es una fuente de fondos barata para el capital especulativo. Los especuladores se llevan el capital a Londres, de donde lo recanalizan a otras partes del mundo, como la bolsa norteamericana y los grandes países emergentes como Brasil. Este canal funciona correctamente mientras Japón produzca un excedente de fondos, por lo que ante una paralización de la economía japonesa el sector especulativo va a empezar a descender.

Limitar el análisis a esto, sin embargo, sería negar la estrecha relación entre los movimientos de la economía y la política, es muy probable que, si aumenta la inflación, se incremente también el descontento popular ¿Qué ocurrió con los programas para reactivar la economía mundial? No sería extraño que surjan dudas sobre la efectividad de estos y los gobiernos de turno. Habría, entonces incentivos para reactivar partidos nacionalistas, como ya está ocurriendo en Europa, donde los gobiernos conservadores están implementando programas de restricción fiscal. Mientras tanto, en los Estados Unidos se puede apreciar el crecimiento del Tea Party y la tendencia del partido Republicano, que controla varios Estados, de llevar a cabo políticas para recortar el gasto público. Resulta interesante cómo los cambios en los países árabes van a afectar a los países industriales si no se remedia la situación.

La industria que más ha sido golpeada por estos choques es aquella con la que los países querían cambiar su estructura energética. La energía nuclear había sido “vendida” como una fuente segura y limpia. Sin embargo, luego del terremoto, muchos países van a retardar sus planes de inversión o eliminarlos totalmente y la mayoría probablemente va a buscar alternativas, esto presionará la demanda por petróleo y aumentará aún más su precio. Es también probable, sin embargo, que haya una tendencia hacia desarrollar tecnología de fuentes de energía alternativa como las solar y la eólica, que cambie la estructura energética.

En el mediano plazo habrá efectos de la recuperación de Japón, dado que es un país tradicionalmente superavitario -la reconstrucción japonesa puede prolongarse más allá de lo anticipado-. Si bien se puede reconstruir bastante en seis meses, la reconstrucción total puede demorar hasta dos o tres años, entonces, el superávit se reducirá e incluso la cuenta corriente entre Japón y los Estados Unidos podría volverse deficitaria, lo cual, puede generar también efectos de largo plazo, pues ahí el valor de la moneda es determinado por la cuenta corriente.

El choque también tendría consecuencias de largo plazo sobre la estructura de determinadas industrias. Si Japón no arregla a tiempo sus problemas logísticos puede perder el dominio que tiene en determinadas cuestiones industriales. Por ejemplo, si comienzan a escasear los Toyota y la desordenación de la cadena logística no se arregla luego de año y medio, los consumidores van a preferir comprar otro carro. Incluso es posible que, si la paralización se generaliza, se cuestione la sensatez de estas cadenas de producción, pues ha quedado en evidencia la fragilidad de una economía completamente descentralizada. ¿Qué más depara el futuro? ¿A que otros vaivenes estará sometida la economía mundial? Resulta demasiado pronto para decirlo, a fin de cuentas, alguna vez se creyó que todos los cisnes son blancos.

III

En su estudio sobre las Crisis y los Ciclos Económicos publicado en 1939, Joseph Schumpeter, una de las teorías más conocidas y fascinantes de los ciclos económicos. Según la misma, hay en una sociedad industrial ciclos de diferente longitud y dominados por distintos fuerzas : el ciclo de Kitchin de corta duración expresaba la dinámica de los planes de producción y de los inventarios, el de Juglar que duraba entre ocho y onece años los programas de inversión en infraestructura o capital fijo y el de Kondratieff que duraba casi medio siglo el impacto de las innovaciones tecnológicas.

No debemos confundir una innovación con un mero cambio en la productividad ni creer que la misma tiene un carácter estrictamente material. Hay innovaciones de distinta clase: institucionales ( nuevas formas de gestión empresarial y regulación estatal), políticas ( la aparición en la escena mundial de un país de dimensión continental como Estados Unidos al finalizar el siglo XIX o China al finalizar el XX, y, técnicas ( la máquina de vapor, los ferrocarriles, los materiales sintéticos, los bienes de consumo durable y las computadoras).
Según Schumpeter, cuando se introduce una innovación en la economía sigue un período de rápido crecimiento porque la misma expande las dimensiones de la división del trabajo tanto en un sentido horizontal como vertical. Cuando ésta hace aparecer nuevas industrias y productos, hay una expansión horizontal, que altera la demanda de los consumidores, la estructura de la industrias , los métodos de organización del trabajo y las exigencias de las instituciones educativas. La conmoción que produce depende de su transcendencia pero todas provocan un aumento transitorio en la rentabilidad de las inversiones y la ejecución de un programa de inversiones de larga duración.

Es importante mencionar que el estudio de los ciclos de Kondratieff es una empresa que es por varias razones bastante atrevida. En efecto, su comprobación estadística requeriría de la observación de un número significativo de “revoluciones tecnológicas” y ello, dada la breve existencia de las sociedades industriales, es algo imposible. También, las técnicas estadísticas usuales no están bien adaptas para estudiar sucesos discontinuos y poco frecuentes y procesos estocásticos no lineales y no estacionarios. Sin embargo, en un extraordinario ensayo[1], A Spectral Analysis of World GDP Dynamics: Kondratieff Waves, Kuznets Swings, Juglar and Kitchin Cycles in Global Economic Development, and the 2008–2009 Economic Crisis, Andrey Korotayev y Tsirel Sergey, investigadores de Academia de Ciencias de Moscú y de la Universidad Técnica Plekhanov de San Pestesburgo, afirman haber detectado la presencia del ciclo de larga duración en un serie que resume la dinámica del PIB Mundial para el período comprendido entre 1870 y el 2007.

En este mismo trabajo, los autores enumeran las revoluciones tecnológicas que habrían ocurrido en la era del capitalismo industrial: (1)la primera revolución industrial ( 1790-1851); (2) la era del vapor y el ferrocarril (1851-1896) ; (3) la era del acero y la electricidad (1896-1950); (4) La edad de oro del capitalismo (1950-1991) ; (5) la era de la información ( 1991- 2030?).

Aunque existen modelos alternativos de periodización que postulan una reducción en la longitud del ciclo de larga debido a la aceleración del progreso de la ciencia y la tecnología, todas señalan tecnologías y desarrollos esencialmente similares. Cada revolución tecnológico pueden subdividirse en fases de menor longitud . Así, en el modelo más simple se distinguen dos etapas, la prosperidad y la crisis, pero esquemas más complicados postulan una división alternativa en fases de 17 años de duración , denominadas ciclos de Kuznets.

IV

Sea cual fuera la interpretación, la discusión nos puede permitir tres etapas en la revolución de la información.

La primera etapa correspondió a la popularización de las computadoras y su uso en forma aislada. Como consecuencia de esto, apareció una multiplicidad de industrias y nuevos productos en mercados relativamente poco concentrados, donde había muchos ofertantes, tanto en hardware como en software.

La segunda fase fue dominada por la aparición de internet y por las redes de computadora, primero locales y luego globales. La tecnología de conexión que usaban estas computadoras, sin embargo, era de banda angosta. El contenido que circulaba en el Internet consistía básicamente de textos, programas o productos virtuales apropiados para esta situación. En esta se produce cierta concentración tanto por el lado del hardware como el de software. Las grandes empresas que dominaron el mercado en esta etapa fueron Microsoft que controlaba el sistema operativo más popular , Windows, y el programa de mayor uso, Microsoft

Al parecer, en los próximos años, se iniciaría una nueva etapa marcada por la desaparición de las computadoras especializadas en actividades generales, las cuales serán sustituidas por dispositivos de naturaleza más especializada: teléfonos inteligentes, televisores inteligentes, consolas de videojuegos.

La principal diferencia de esta fase respecto a las anteriores es el internet de banda ancha. A diferencia de lo que ocurrió en las dos anteriores, los productos que dominan esta fase de la revolución tecnológica, más que nuevos, son sustitutos de productos antiguos. Por lo cual es posible que este dinamismo tecnológico haga desaparecer ramas enteras del sector servicio. Así como está ocurriendo con negocios como las librerías, que han sido desplazados en países desarrollados por servicios como Amazon, nuevos servicios han empezado a sustituir medios como la radio y la televisión. El más claro ejemplo es la iTunes Store de Apple, que ofrece audio, video y aplicaciones para dispositivos de la compañía. Existen también otros servicios como Hulu, que ofrece televisión digital por suscripción, y Netflix, que permite descargar y ver películas instantáneamente.

En esta nueva fase, las computadoras dejarán de ser autosuficientes y su funcionamiento dependerá crecientemente del acceso que tenga el usuario al internet. El software instalado en las computadoras será sustituido en su mayor parte por aplicaciones en línea y los contenidos pasarán de los discos duros a estar almacenados en distintos servidores a los que se podrá acceder por internet. Ello ya está provocando una revisión de los sistemas operativos antiguos a favor de sistemas nuevos distribuidos, tendencia que está tomando fuerza con el lanzamiento del sistema opreativo de Chrome OS, sistema operativo de Google, y la próxima versión del OSX de Apple, que busca integrar su sistema operativo de teléfonos y el de computadoras.

En la nueva industria, el esquema básico estará basado en la generación de una gran tienda virtual para distribuir contenidos informáticos, como música, televisión, películas y software y en la creación de una gigantesca red de ofertantes hacia estas empresas, que se encargarán de organizarlos y su contenido. Es obvio que los efectos de esta fase pueden determinar la desaparición de ramas que ahora funcionan de forma independiente. Por ejemplo, una compañía aislada de televisión por cable difícilmente va a poder competir con otra que proporcione contenidos digitales, pues su servicio se torna redundante, del mismo modo que mucha gente ha empezado a optar por no comprar periódicos y prefiere informarse por internet. En general, en esta fase hay mucha sustitución de productos por parte de los consumidores.

¿Qué dinamismo adicional inyectaría en la economía mundial esta tercera fase? En primer lugar, resulta obvia la necesidad de inversión sustancial en fibras de alta velocidad e inversión adicional para la sustitución del cableado de cobre por fibra óptica. Inclusive, en muchos casos, la ubicuidad de los nuevos artefactos hará que se ceda ante la tecnología inalámbrica en perjuicio de la tecnología de cableado. Es necesaria, además, inversión adicional en software para sustituir los sistemas viejos por los antiguos y en la creación de los nuevos productos. La desaparición de otras industrias y la desinversión, sin embargo, impiden conocer con certeza cuál será el resultado neto. ¿Qué más depara el futuro? ¿A que otros vaivenes estará sometida la economía mundial? Resulta demasiado pronto para decirlo, a fin de cuentas, alguna vez se creyó que todos los cisnes son blancos.










[1] El lector interesado puede recuperar este ensayo sin costo en la siguiente dirección electrónica http://www.escholarship.org/uc/item/9jv108xp#page-28.

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