Los Romero y el Algodón

domingo, 30 de mayo de 2010

Por Francisco Durand
Profesor de Ciencias Políticas Universidad de San Antonio, Texas , EEUU



“Mi madre apañaba algodón para los Romeros”, me contaba el taxista mientras se dirigía a San Jacinto, en el bajo Piura, donde estaba una de las antiguas desmotadoras del grupo. “Muy millonarios esos señores, ¿no doctor?, y salieron de aquí, de La Legua”. Siguió hablando y terminó en tono de revelación: “Mi mamá contaba que tenían una maquinita de hacer dinero”.

La frase me dejó intrigado. Era una curiosa forma de explicar cómo se amasa una fortuna. Para la pobre señora, los “Romeros” habían hecho tanto dinero que creía, literalmente, que lo manufacturaban. Quizás, pensé después, se refería metafóricamente al algodón Pima, o algo que los Romero trajeron de Castilla, que les permitía hacer tanto dinero.

En Piura, gente bien informada como Óscar Izquierdo decía que en los viejos tiempos bastaba una hectárea de algodón para comprarse un Mercedes Benz nuevo. Esa sería, pues, la maquinita. Aunque podía haber algo más que les permitió primero comprar algodón, desmotarlo y exportarlo, y más tarde, entre 1880 y los años 1920, adquirir tierras para sembrarlo, luego instalar y comprar plantas de aceite. Sabían entonces manejar la maquinita.

Paradójicamente, o más bien, lógicamente, cuando indagué qué había pasado con el oro blanco del valle, un alcalde de una pobre comunidad campesina –cuyos padres también apañaron el algodón– me contó que los piuranos cada vez lo siembran menos. Desde hace años los Romero ejercen un monopsonio como principal comprador, y pagan tan mal que muchos agricultores prefieren plantar paltas o cultivar el banano orgánico. Algodón ya no. Solo hace rico a los ricos.

Los Romero se han mantenido católicos y unidos en torno a las empresas que maneja un jefe varón por cuatro generaciones. Las dos primeras nacieron en España, y fueron a hacer, o a hacer crecer el dinero en Piura; las dos siguientes nacieron en el Perú, y hoy son multimillonarios. Tanto el abuelo Calixto como el sobrino Feliciano vieron la luz del día en la lejana Soria. A partir de Dionisio Romero Seminario, el tercer jefe, nacido en Piura, es que comienzan las generaciones criollas a reinar en lo que hoy es ese enorme conglomerado agroindustrial, financiero, y de infraestructura de exportación.

Incluso en Piura, de donde se fueron, se renueva esta incesante acumulación de propiedades. “Han vuelto”, dicen, recordando que los Romero salieron rumbo a Lima al llegar la reforma agraria en 1969. Ahora en el viejo predio a la entrada polvorienta de San Jacinto hay una nueva planta de Alicorp, una de las muchas que conforman la corporación agroalimentaria más poderosa y mejor conectada del país. Pero el regreso a Piura lo dicen sobre todo por la compra de tierras. El grupo Romero acaba de adquirirlas del gobierno regional en el valle del Chira, donde siembran azúcar para transformarla en etanol, insumo de uso obligatorio. Nada como influenciar la demanda. Ahí hay dos buenos engranajes: la mano amiga del gobierno, la obligación de compra por ley.

Me dio tanta curiosidad la anécdota de la maquinita que, me pregunté, ¿y si de repente la trajeron de España? Así que aprovechando una conferencia me fui a España. “Para qué vas a Soria”, me dijo un colega geógrafo, “si allí no hay nada”. “De allí vienen los Romero”, le contesté, “una de las familias más ricas del Perú”. No había manera de perderse. Llegando a Soria, ciudad capital de la provincia más pobre, alejada, y despoblada de Castilla, que lleva el mismo nombre, no es difícil llegar a la aldea de Langosto. A unos 20 kilómetros de Soria, camino a El Royo, antiguo nombre de la picota, se gira hacia Pedrajas y poco después la carretera atraviesa esa aldea por la mitad.

Dio pena la visita. En Langosto hay unas 30 casas viejas. Solo dos están ocupadas. Está a punto de ser una aldea fantasma. Allí hablé con don Fernando Durán, quien se acordaba de los Romero como ricos, pero sin saber bien de dónde. “Sí –me dijo– aquí se les recuerda. Hicieron mucho dinero, creo que en Buenos Aires, ¿no?”. Me recomendó ir al otro extremo del pueblo y hablar con los Diez, que eran sus parientes. “No puede equivocarse. Es la última casa de este lado, la única pintada de blanco”.

Los Diez no estaban o no quisieron abrir, cosa a la cual ya estoy acostumbrado. En Lima el cierrapuertas es tradición cuando los sociólogos indagan. Felizmente apareció un lugareño que andaba de visita. Se animó a hablar y me llevó a la casa de los Romero, la número 16. Todavía se ve en el balcón de fierro las letras D y R. Debe ser por Dionisio Romero Durán, padre de Calixto Romero Hernández, el que cruzó el charco en 1874.

Se trata a todas luces de una modesta casa de labriegos. Salvo el balcón, y el hecho de que tiene dos pisos, nada indica que en esa casa los Romero tuvieran la intrigante maquinita. Soria es fría y la tierra pobre, aunque en la hondonada donde está Langosto, la tierra es buena y tiene agua suficiente. El monte es agreste, pero hay caza y pacen animales. Todo labriego, además, criaba cerdos. Chorizo no faltaba. El problema, aparte de la poca tierra arable, eran las heladas.

Si se hubieran quedado en Langosto, los Romero seguirían tan pobres como el vecino Durán, como la apañadora piurana que imaginaba mecanismos de acumulación. Cuando Calixto salió rumbo a Puerto Rico en 1874 era un joven campesino alfabeto dispuesto a buscar fortuna en otro continente. En su aldea y provincia natal sus posibilidades eran mínimas. Los Doce Linajes dominaban la economía de Soria y hacían uso exclusivo de las pocas oportunidades que ofrecía. España era uno de los países más atrasados de Europa que exportaba mano de obra. Como muchos jóvenes de su generación, Calixto Romero se fue a “hacer la América”, trabajando en lo que pudiera.

A la entrada de Langosto está la iglesia de la Magdalena. Al frente, una casa bien construida que parece servir de ayuntamiento. Tiene una gran placa que reza: “HA SIDO EDIFICADA POR D. CALIXTO ROMERO AÑO 1921”. De vuelta de Piura, ya con fortuna, Calixto la mandó colocar antes de morir, previa refacción del inmueble. En el libro laudatorio sobre este personaje (Calixto Romero: Para quitarse el sombrero, 2008) la placa aparece misteriosamente en la iglesia. Me di la vuelta al perímetro y no encontré nada. Debe ser un fotomontaje.

De regreso de España, luego de desentrañar ilusiones y fantasías, era obvio que la famosa maquinita de hacer dinero tenía que estar en el Perú. De allí salió la plata que permitió una mejora en el pequeño ayuntamiento de un pueblo que está a punto de desaparecer, mientras en el Perú la fortuna crece, crece y sigue creciendo.

Secretos del Tren

martes, 25 de mayo de 2010


Secretos del tren



Por Kurt Burneo
Director de Carreras de Economía de la Universidad San Ignacio de Loyola
Hoy, el gobierno central se encuentra en una lucha contra el tiempo para que la línea 2 (Atocongo-Av. Grau) del Tren Eléctrico sea inaugurada por el Sr. García antes de que culmine su mandato, de allí que vemos trabajando incluso de madrugada a cuadrillas de trabajadores en la obra. Dado que este proyecto se está ejecutando como obra pública y por lo tanto financiado con nuestros impuestos, hay preguntas fundamentales de respuestas pendientes.
Recordemos el turbulento historial del tramo inicial de este proyecto (Villa El Salvador-Atocongo), con denuncias de sobrecostos en la obra y de su financiamiento (¿se acuerdan del Consorcio Tralima y las azarosas historias contadas por el Sr. Siragusa sobre estos asuntos?). El caso es que el proyecto fue un fracaso porque el trazado de este fue en zonas donde, si bien se podían poner columnas, este competía con los corredores viales en los que discurrirían combis con tarifas menores. Así, en los estudios iniciales, el costo del pasaje era de alrededor S/. 1.20, mientras que la gente por el trayecto en mención paga 1 sol o menos.
Por ello, cual tren fantasma circuló vacío durante 23 años, de cuando en cuando, para que no se estropearan los motores de las locomotoras y las vías por falta de uso, muy al margen del presupuesto anual que requerían las operaciones de mantenimiento de la infraestructura y del personal administrativo de la famosa Autoridad Autónoma del Tren Eléctrico (AATE).  Pero  los recursos tienen un costo de oportunidad, es decir, al usarlos para una finalidad dejas de lado opciones alternativas con un valor definido: ¿alguien asumió alguna responsabilidad por este elefante blanco? Es paradójico que hoy un convenientemente desmemoriado primer ministro haga alarde de una supuesta existencia de eficiencia gubernamental. ¿Se olvida no solo del ayer sino también del hoy cuando recibieron una economía  sana –macroeconómicamente hablando– y, a pesar de tener el viento económico a favor, en estos casi 5 años de gobierno han sido incapaces de intentar siquiera alguna reforma estructural importante? ¿O la eficiencia más bien es en los faenones, tal como sucesivamente los medios de comunicación nos vienen informando?
Pero esta obra pública, de acuerdo con estudios del Banco Mundial (junio 2005) y de la consultora española Taryet-Getinsa (noviembre 2007), refiere una fundada incertidumbre respecto a lograr los 300,000 pasajeros demandantes diarios de este servicio estimados en el proyecto, entre otras cosas, por el aún pendiente reordenamiento global del transporte en Lima y además porque la ruta trazada de este proyecto en el tramo Atocongo –Av. Grau considera pasos como por la avenida Aviación, donde la demanda es reducida.
El dinero implicado en la línea 1 no es ripio: US$ 431.8 millones.
Si bien este tipo de proyectos implica un subsidio estatal puesto que su principal función es el mejoramiento de la calidad de vida de la población (por ejemplo, un país desarrollado como Francia tiene los recursos para subsidiar el equivalente al 60% del costo operativo), ¿cuál es la magnitud del subsidio estatal por cada año de operación que este proyecto implica, estimado a valor presente? ¿O a lo mejor tendríamos  que esperar un nuevo audio del ahora famoso don Bieto (o un “carrillero” de él) para enterarnos?

Mercado Interno Comprimido

viernes, 21 de mayo de 2010




Germán Alarco Tosoni
Investigador CENTRUM Católica

Lamentablemente todos los peruanos estamos sufriendo a propósito de un nuevo virus importado. Afecta nuestros bolsillos en forma directa, impide el crecimiento del mercado interno, el desarrollo de la productividad por el efecto aprendizaje y el bienestar. Se trata de la “ley de un solo precio”. Mediante ésta práctica las empresas privadas establecen los precios locales tomando los precios internacionales de los mismos bienes por el tipo de cambio (soles por dólar americano). En el Perú comenzó a aplicarse en los combustibles, luego en la energía eléctrica, azúcar y ahora en los bienes de consumo en general. El criterio avanza peligrosamente a terrenos inusuales, como los precios de los terrenos, de la vivienda y hasta servicios como los cines. Es una enfermedad progresiva y corrosiva del ingreso real.

Este síndrome no es de origen natural, ya que fue creado en el Fondo Monetario Internacional (FMI), especialmente para los países exportadores de petróleo. La instrucción consistía en que internamente debían establecerse precios similares a los que se cobran en el exterior. Con esta política no se introducirían distorsiones, ya que se evita “subsidiar” a los consumidores domésticos. El fundamento utilizado fue aplicar el criterio del costo de oportunidad: cobrar aquí lo que se puede exigir afuera. Al final, acorde con los objetivos del FMI, se mejora la situación de las finanzas públicas, pero se tienen precios internos más elevados, reduciendo el poder de compra de la población.

Los precios domésticos deben determinarse de conformidad a las condiciones de producción y demanda. Por el lado de la oferta deben contribuir los reducidos sueldos y salarios, por debajo de los estándares internacionales y los menores costos de los bienes importados por el abaratamiento del tipo de cambio real y los aranceles, a pesar de que los costos financieros en el país son mayores a los internacionales. Por el lado de la demanda, los precios deben reflejar los niveles de ingreso propios de economías del tercer mundo, no del primer mundo. La aplicación de la ley de un solo precio es una práctica que encubre márgenes de ganancia más elevados.

Esta “Ley” es inequitativa, ya que convive en Perú con remuneraciones reducidas y empleo precario. Su replicación extendida afecta la demanda interna, al redistribuir ingreso de asalariados a los propietarios. Su fundamento teórico es débil y soslaya las ventajas comparativas del país. Es una práctica no competitiva que debemos enfrentar desde las asociaciones de consumidores e INDECOPI (En: La Primera, 21/5/2010, p.10).  


Reconstrucción en Chile con impuestos a los ricos

miércoles, 19 de mayo de 2010


Vicente Sotelo y Pedro Francke

Poco después del trágico sismo de semanas atrás, asumió el cargo de Presidente de Chile el derechista Sebastian Piñera. Rápidamente, anunció un conjunto de medidas en pos de la reconstrucción del vecino país del sur. Para financiarlas, el mandatario chileno anunció varias medidas tributarias.

La primera medida es el aumento temporal del impuesto a la renta de primera categoría (grava a las llamadas rentas de capital). De acuerdo a lo manifestado por Piñera este tributo se mantendrá en 17% en 2010, se elevará a 20% en 2011, luego se reducirá a 18.5% en 2012 y volverá a 17% en 2013.Las  pequeñas y medianas empresas (PYMES) cuyas ventas no superen los US$ 2 millones y con utilidades inferiores a US$ 101 mil al año quedarían exentas del impuesto de primera categoría.
 
Piñera anunció también el aumento de forma temporal las regalías a las empresas mineras, lo que generará una contribución adicional de US$ 700 millones en tres años. Además, se anunció la aplicación de una sobretasa temporal de 0.25% por dos años a las contribuciones de bienes raíces y del 5% de las viviendas de mayor avalúo fiscal (de manera de no afectar a la clase media) que no hayan sido afectadas por el terremoto.  

Queda claro el fuerte carácter redistributivo de las medidas tributarias propuestas por Piñera, ya que se aumenta la carga tributaria a los sectores con mayores ingresos con el objeto de ayudar a los sectores menos favorecidos y perjudicados por el terremoto. Interesante, además, el que esto sea implementado por el primer gobierno de derecha que hay en Chile en 20 años. Seguramente un gobierno de la Concertación o de la Izquierda, hubieran tomado medidas más fuertes.
 
Pensemos ahora en el caso peruano, si bien el terremoto suscitado en Pisco en 2007 no alcanza la magnitud del desastre chileno, resulta interesante plantear la siguiente interrogante ¿hubiera sido posible el conjunto de medidas fiscales planteadas por Piñera en nuestro país?
 
En el Perú, el  tema fiscal ha sido uno de los espacios en donde ha tenido mayor persistencia la lógica del recetario neoliberal adoptado a partir de la década de los noventa. En los últimos gobiernos, el tópico de la reforma tributaria prácticamente no se ha tocado. Nuestros gobernantes ni siquiera se han enterado que el propio autor del “Consenso de Washington”, John Williamson, reconoció posteriormente que uno de los grandes errores de su propuesta había sido la de no considerar la  necesidad de una tributación más redistributiva.  

Siguiendo esa lògica, hoy persiste en este gobierno una devoción por “ajustar” el déficit fiscal únicamente a través de la reducción del gasto. Este es el camino más fácil, que se traduce en menos infraestructura, salud y educación, con lo cual se termina perjudicando a la población más vulnerable del país. 
  
Es momento de dejar de aplicar un “recetario” fiscal de hace 20 años y repensar alternativas tributarias acorde a nuestra realidad y nuestras necesidades, que no son menores que las de Chile.
 

La CAN y la UE





Por Alan Fairlie Reinoso
Profesor de Economía de la PUCP
La cuestión es discutir escenarios probables luego de la firma del acuerdo de la UE con Perú y Colombia, en el contexto de la Cumbre.
Estos dos países continuaron con la política previa plasmada en el TLC con EEUU. Se debatió mucho sobre las diferencias entre las características de este tratado y los acuerdos de asociación de la UE. En el papel y por la práctica previa, estos tenían diferencias no menores, y sobre todo respecto a la integración regional, para la cual fue siempre un factor de cohesión.
Terminadas las negociaciones, estas diferencias no son significativas a pesar de matices que se pueden establecer en los contenidos de los capítulos. En ese sentido, contribuiría a la agudización de diferencias y conflictos y consolidará la necesidad de modificaciones normativas en la línea de lo que se tuvo que hacer por el TLC con EEUU.
Hasta antes de la resolución del tema del banano a nivel multilateral, se había vuelto a la situación inicial donde Ecuador y Bolivia conformaban el otro bloque, opuesto a la suscripción de algo que replicara un TLC. Después de ese hecho y gestos políticos europeos, Ecuador anuncia que retomará negociaciones, aunque no firmará un TLC. Bolivia no ha manifestado algo similar, pero dio señales políticas de cierta expectativa por la presidencia española de la UE.
A principios de este año, se desarrolló el decisivo encuentro de la Comisión Ampliada de la CAN, donde hay resultados contrapuestos. De 
un lado, una agenda realista, cuyos principios orientadores han aterrizado en propuestas interesantes sobre temas territoriales, culturales, de asimetrías, infraestructura, medio ambiente y biodiversidad, inclusión social, que buscan salvar 40 años de integración regional. Aunque no aborda los temas de conflicto actuales, se da una declaración formal de buscar convergencia de procesos y posiciones que tienen una perspectiva de, por lo menos, mediano plazo.

Pero, por otro lado, tenemos las denuncias presentadas por Bolivia ante el Tribunal Andino. No solo se cuestiona el proceso de implementación del Perú en su TLC con EEUU, que llevó a una modificación de la normativa en propiedad intelectual aprobada por el resto de socios. Se plantean además exigencias de cambio sobre el mecanismo mismo de aprobación de los acuerdos. También se cuestiona una decisión anterior, que permite una negociación bilateral de los socios. A diferencia de la coyuntura anterior, donde el conflicto había sido fundamentalmente con Perú estos cuestionamientos también pueden llevar a un enfrentamiento con Ecuador.
Parece claro que ante un acuerdo de UE con Colombia y Perú, Ecuador no hará una adhesión, como en su momento hizo República Dominicana con CAFTA. Se ha comprometido ante su población de negociar algo diferente, lo que si no cumple puede causar complicaciones políticas significativas.
Independientemente de formato que se asuma, será muy difícil que la UE haga concesiones cualitativamente diferentes en el caso ecuatoriano, salvo que Bolivia se sume al proceso y plantee mejores condiciones apelando al principio de trato especial y diferenciado y tratamiento de asimetrías que fuera rechazado en su momento.
Dado el cambio en la posición ecuatoriana, Bolivia sería el único que cuestiona frontalmente el proceso. Esto implica que seguirá con acciones que entramparán la marcha de la CAN, más allá de las intenciones que se tengan al interponerlas. En el extremo, se estaría dispuesto a una ruptura, para fortalecer su participación en Alba. Lo más probable es que se espere el cambio de la Presidencia pro-témpore de Perú, para buscar nuevos escenarios. Puede ser algo muy riesgoso, si se consideran los cambios políticos que están operando en el vecindario sudamericano. Habrá que ver el desenlace de la salida del actual secretario general de la CAN para asumir un cargo en el gobierno ecuatoriano, recusado en su momento por Bolivia.
Un ex canciller boliviano ha cuestionado públicamente al gobierno esta actitud, ponderando más bien la de Ecuador como un camino más razonable a seguir. Independientemente de la dinámica nacional política, y las motivaciones y los impactos internos, desde la perspectiva del fortalecimiento de la integración, parecería plausible moderar la posición y hacer un bloque con Ecuador pero no en la posición maximalista, sino en esta intermedia que se está proponiendo.
Esto implicaría retirar alguna de las demandas presentadas ante el Tribunal Andino, creando un clima político propicio para discutir la forma de implementar los acuerdos de la agenda estratégica aprobados recientemente en la CAN. Inclusive, de la forma de impulsar finalmente los acuerdos de Tarija. Una respuesta recíproca de tolerancia de Perú y Colombia, completarían un escenario óptimo. Pero no parece el más probable, aunque el reemplazo del secretario general abre un espacio.
Otro escenario extremo es que la reunión andinos - UE sea intrascendente en sus implicancias, que Ecuador no alcance lo buscado o lo políticamente soportable en términos internos. Y, que junto a Bolivia recusen el acuerdo-TLC suscrito por Perú y Colombia.
Una variante de este escenario pesimista, es que Ecuador alcance lo buscado y que Bolivia patee el tablero, aislada. A este no lo consideramos tampoco como el escenario más probable, ni mucho menos  deseable.
Me parece que lo plausible sería que los diferentes sectores oficiales y de sociedad civil trabajemos con el objetivo de contribuir a que el primer escenario se convierta en el más probable, o situaciones intermedias que se le acerquen.
Se vuelve al viejo debate: tratar de salvar 40 años de integración planteando propuestas y construyendo escenarios que lo permitan, o buscar su destrucción para que desde las cenizas busquemos reconstruir algo nuevo, cualitativamente superior. Claramente el autor suscribe el primer enfoque.

Probadas, Probables y Posibles


Armando Mendoza

Ayer se publicaron los nuevos estimados sobre las reservas de gas de Camisea; que tanta controversia han generado últimamente, y que, seguramente, seguirán generando, pues el tema es extenso y complejo. Así, se ha anunciado que, acorde a la última evaluación, el volumen de reservas se habría elevado a entre 11.2 y 18.6 TCF (Trillones de Pies Cúbicos), con lo que estarían largamente asegurados el abastecimiento interno y la viabilidad de la exportación.

Al respecto, vale la pena hacer algunos comentarios para ver como la controversia sobre Camisea está aún muy lejos de haberse solucionado. En primer lugar, esta la cuestión de cuales son las reservas realmente existentes; y aquí debe distinguirse entre reservas “probadas”, “probables”, y posibles”:

Probadas: aquellas reservas estimadas sobre las cuales hay una real y razonable certeza de que son recuperables (explotables) comercialmente
Probables: hay menos seguridad de que sean recuperables comercialmente (usualmente  un 50% de probabilidad de que se concrete el volumen estimado)
Posibles: hay alto riesgo e incertidumbre (la probabilidad de que lo estimado se concrete puede ser tan baja como 10%)

Es decir, reinterpretando la estimación de reservas en Camisea tenemos que probadas o “seguras” hay supuestamente 11.2 TCF, y lo demás son no probadas; que ojala se concreten, pero que también puede que no se den. No se trata de ser aguafiestas pero igual hay que tener mucho cuidado con los “Don Óptimos”. ¿Recuerdan cómo en los 70 y 80 se creía que en la Selva Norte había un mar de petróleo y que Venezuela sería chancay de a medio al lado del Perú?. Al final, todo fue promesas, pues hasta ahora no la vemos.

Otra observación a hacer es sobre la transparencia de las estimaciones de reservas, pues se han barajado las cifras más contradictorias y caprichosas. Así, llama la atención como en el 2009 Pluspetrol anunciaba con bombos y platillos que las reservas probadas de Camisea eran 14.1 TCF. ¿Extraño, no? ¿Cómo se explica que un año después una consultoría independiente encuentre, que, en el mejor de los casos, las reservas probadas sólo son 11.2 TCF? ¿Se evaporó la diferencia?

Lo anterior refleja como en este tema de las estimaciones de reservas las cifras, y los intereses detrás de ellas, varían ampliamente, y por ello, es urgente, que se establezcan procedimientos regulares y transparentes para estimación y verificación de las reservas, no sólo de Camisea, sino de cualquier otra explotación hidrocarburífera en el país.

Y finalmente, debe mencionarse la cuestión del abastecimiento interno. La exportación del gas se justifica afirmando que el abastecimiento del mercado nacional esta “asegurado para los próximos 20 años”. ¡Qué bacán! ¿Pero, y después? ¿Qué garantías de abastecimiento tendremos, si no se encuentran nuevas y sustanciales reservas?. Cambios al contrato original de Camisea rebajaron la obligación de los inversionistas de asegurar el abastecimiento interno antes de exportar, a sólo 20 años, contados a partir de la firma del contrato, y ahora estamos viendo las consecuencias. Así, como vemos, más allá de las sonrisas y anuncios, en lo que corresponde a Camisea algo aún huele mal, y no es precisamente el gas.

Inflación autogenerada




Germán Alarco Tosoni
Investigador CENTRUM Católica

Los economistas explican la inflación, desde tiempo atrás, cómo un fenómeno originado en la demanda o en los costos. La inflación por demanda ocurre cuando esta variable crece nominalmente por encima de la capacidad productiva. En el caso de los costos, se produce cuando se incrementan los precios de los diferentes componentes de la producción: sueldos y salarios, tipo de cambio, impuestos indirectos, precios regulados por el gobierno, tasas de interés activas reales, margen de ganancias, entre otros.

La evidencia empírica actual permite afirmar que no están surgiendo presiones por el lado de la demanda, ya que la inflación explicada por esta variable: bienes y servicios no transables tiene al cierre de abril del 2010 un valor anualizado negativo del -0.33% (BCRP). Asimismo, todavía no se excede la capacidad productiva instalada creada a partir de la expansión de la inversión privada realizada en 2008 (25.6% real) y el crecimiento de la oferta de dinero está en balance con la demanda monetaria.   

Las remuneraciones tampoco contribuyen a la inflación, ya que pierden participación en el producto. Son equivalentes al 20.9% del PBI y tuvieron un valor máximo del 42.7% en 1972. La inflación no viene ahora de afuera, por la combinación de un tipo de cambio real cada vez menor (-6.4% anualizado a abril), aranceles más reducidos y menores incrementos en los precios internacionales, a excepción del petróleo.  

¿Cuáles son los factores explicativos de la aceleración de la inflación?. Nuestra hipótesis es que aún siendo moderada, por el momento, va a ser mayor como resultado del comportamiento del sector privado y del propio gobierno. El mayor crecimiento de los precios transables (2.47% en abril) respecto del tipo de cambio real y de los precios al por mayor (0.48% en abril) refleja que los márgenes de ganancia de las empresas en general y de las comercializadoras minoristas en particular se están elevando.

No se trataría de una inflación por demanda, sino otra explicada por mayores expectativas de ganancias que se plasman en precios más altos. El gobierno contribuye a través de los ajustes en los combustibles y sus excesos de optimismo, que conducen a equívocos en el sector privado. Al describir un país idílico, se crea el ambiente para que se activen los intereses de los particulares. También juega algún rol en la inflación la elevación de las tasas de interés activas promedio reales en soles del sistema bancario en 2010 (13.8%), respecto de lo que ocurrió en 2009 (12.7%) y 2008 (10.3% anual).

12-5-2010.


¿Peligros de un país minero?



Germán Alarco Tosoni
Investigador principal CENTRUM Católica

Los sectores primario exportadores, como la minería y los hidrocarburos, pueden ser útiles para promover el crecimiento económico de cualquier economía, pero también para reducirlo. Es sintomático que la literatura les asigne el calificativo de constituir una bendición, pero por mayoría se les tipifica como una maldición. La línea de separación entre ambas alternativas es tenue. Son las características de estas actividades, sus vinculaciones con los otros sectores productivos y con otros mercados como el cambiario y laboral, entre otros elementos, los que explican resultados tan disímiles. La evidencia peruana lamentablemente no es muy positiva al respecto.

Efectos multiplicadores positivos

La posibilidad de crecer con base al empuje de determinados sectores productivos se profundiza en Hirschman (1987). El planteó la posibilidad de un crecimiento desequilibrado. Este proceso comienza a empujones, donde la planeación y política del desarrollo consiste principalmente en ir implementando sistemáticamente una serie de proyectos que aceleren el paso, construyendo las secuencias y repercusiones necesarias. Se debe impulsar no sólo los eslabones hacia delante y hacia atrás que implican un sesgo a favor de la industria, sino los enlaces en el consumo creando capacidad productiva en los sectores donde la demanda crece a propósito de una expansión de las exportaciones.

No se trata entonces de una minería de enclave con reducidas compras locales de bienes y servicios como la peruana. Con reducidos niveles de contratación de mano de obra por la elevada intensidad del capital y con diferencias intersectoriales significativas. Ros (2004) señala que las exportaciones de bienes intensivos en recursos naturales pueden convertirse en motor de crecimiento económico y transformación, a partir de rendimientos crecientes en las actividades que la proveen, con salarios reales crecientes y el aumento en la intensidad de capital en el sector industrial. Si se traba o impide una mayor especialización en sectores de rendimientos crecientes, la productividad de la economía en su conjunto y el nivel de ingreso se verán afectados. Existe potencial de crecimiento a partir de nuestros sectores primarios, pero se necesita de empresas y gobiernos nacional, regional y local activos en la creación de nuevos y sólidos encadenamientos productivos (clusters).

Enfermedad holandesa

Por el lado negativo, desde los años setentas, la enfermedad holandesa está sobre la mesa. Sin embargo, como señala Schuldt (2007), el problema se conoce desde hace muchas décadas y hasta siglos, cuando a propósito del ingreso masivo de metales preciosos, procedentes de los virreinatos americanos, se afectó adversamente a la agricultura y manufacturas españolas. Actualmente, los países petroleros son los que más padecen la enfermedad a nivel internacional.

Esta surge a propósito del significativo crecimiento de un sector primario exportador que luego genera impactos negativos sobre las otras actividades económicas. La exportación de materias primas tiende a apreciar la moneda doméstica en términos reales, con el resultado de que la producción y exportaciones de los otros sectores comiencen a estancarse o a contraerse relativamente respecto del PBI, con efectos consecuentes sobre los niveles de empleo. Luego el síndrome se ha ampliado, al considerar otras fuentes distorsionantes de divisas, tales como los mayores ingresos por la venta de servicios (como el turismo), ingresos de capital (inversión extranjera directa), financieros de corto y largo plazo y, hasta la ayuda externa, que generarían los mismos efectos negativos sobre el resto de los sectores productivos (Schuldt, 1994).

El problema nos alcanza cuando las abundantes entradas de divisas de la minería y los hidrocarburos tienen una rentabilidad de mercado a S/. 1.50 por dólar americano, mientras que las exportaciones no tradicionales son cercanas (hasta menores) al tipo de cambio de mercado. Más divisas contribuyen a apreciar la moneda nacional, sustituyendo exportaciones que emplean menos trabajadores por otras que dejan de realizarse y que hubieran utilizado una mayor cantidad de mano de obra. El abaratamiento del dólar americano conduce también a mayores importaciones que pueden desplazar producción que antes se realizaba localmente.


Algunas soluciones posibles

Todavía no se puede identificar si el síndrome holandés está operando en el país. Es un tema complejo, ya que las exportaciones no tradicionales se reducen también por la menor demanda externa. Nadie lleva un registro de quién deja de exportar y menos cuando es sustituido por un exportador primario. Para hacer frente al problema existen espacios por el lado de las políticas intermedias y sectoriales para coadyuvar a mejorar la competitividad de los sectores exportadores no primarios. La lista es amplia. No vamos a detallarla aquí, pero nuevamente nos estrellamos con un Estado en retirada.

Otra ruta complementaria es considerar a la enfermedad como una externalidad negativa. Una nueva modalidad más activa y significativa de regalías a las actividades mineras y los hidrocarburos es una ruta a explorar, ya que internaliza los daños. Las mayores regalías, garantizando una rentabilidad razonable al productor, incrementan el tipo de cambio mínimo al cual deben exportar, reduciendo las diferencias respecto de las otras exportaciones. Estas regalías, vinculadas a precios internacionales y volúmenes, también podrían servir para modular los ritmos de producción y exportación en una perspectiva de desarrollo sostenible.

15-5-2010.  

Cambio de Modelo

sábado, 8 de mayo de 2010


Pedro Francke

Muchos opinamos que el modelo económico neoliberal debe ser cambiado. Esta política económica, bajo el pretexto del libre mercado, permite el dominio de monopolios y la extracción de nuestros recursos para beneficio de las trasnacionales. Por eso, es más un capitalismo de amigotes corruptos que un verdadero libre mercado, y ha llevado a una alta concentración del ingreso. Necesitamos un cambio de fondo.

Cinco ejes de cambio son los centrales:

  1. Dar prioridad al agro, el turismo, las economías solidarias y las PYMES, orientando nuestra economía a generar empleos para los millones de peruanos que los necesitan. Hay que facilitar el crédito, ampliar los mercados en el país y en el extranjero, brindar tecnología e información, y capacitar a los jóvenes y a los trabajadores. La concertación con las organizaciones gremiales y empresariales es clave para que el estado les resuelva problemas en vez de creárselos.

  1. Planificación para un desarrollo descentralizado, de tal manera que logremos que la economía se fortalezca sobretodo fuera de Lima. Para ello, se debe promover la creación de empresas industriales y de valor agregado en las regiones. La infraestructura de puertos y transportes, y la energía y el gas, que son bases fundamentales del desarrollo económico, tienen que responder a los intereses nacionales y no privatizarse bajo esquemas corruptos.

  1. Ampliar el mercado interno de tal manera que la industria y el agro nacional puedan vender más y  a mejores precios. Para ello se necesitan salarios justos y  derechos laborales de tal manera que el progreso económico llegue también a los trabajadores y así estos puedan comprar más a los productores peruanos. Las importaciones subsidiadas facilitadas por los TLCs, que se comen nuestro mercado interno y trae crisis al agro y la industria textil, deben ser controladas.

  1. Redistribuir el ingreso mediante impuestos mayores a quienes concentran la riqueza, para multiplicar el presupuesto orientado a mejorar la educación, la salud y las carreteras. Junto con impuestos a las sobreganancias mineras y una mayor fiscalización sobre las grandes empresas que hoy deben cientos de millones en impuestos, hay que reestablecer el impuesto a las grandes propiedades y herencias.

  1. Amistar la economía con la ecología, evitando los daños ambientales y promoviendo negocios sostenibles. Normas estrictas de protección del medio ambiente deben ir de la mano de la promoción de los bionegocios, como el procesamiento de plantas naturales, el aprovechamiento del ecoturismo y la exportación de productos orgánicos. La investigación científica y tecnológica debe apoyarse con fuerza, sobretodo la orientada a conocer y aprovechar nuestra biodiversidad.

Con estos cinco ejes de cambio, nuestra economía puede crecer rápidamente y al mismo tiempo distribuir mejor los ingresos, combatir la pobreza, respetar el medio ambiente y proyectarnos hacia el futuro.

Enfriamiento: turno del BCRP

jueves, 6 de mayo de 2010


Waldo Mendoza Bellido

El Ministerio de Economía y Finanzas ha anunciado el inicio de una política fiscal contractiva. Por su parte, el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) está listo para “adoptar ajustes preventivos en la posición de la política monetaria”. Esos ajustes se iniciarían con un alza de la tasa de encaje. Esa política es dañina para la política monetaria y, en ciertas condiciones, inútil.

En un régimen de metas de inflación, la tasa de interés de referencia es el instrumento de la política monetaria. Pero a principios de 2008 el BCRP resucitó el viejo instrumento de la tasa de encaje y parece que volverá a usarlo hoy. El argumento es que el alza de la tasa de encaje enfría la economía e impide la caída del tipo de cambio, mientras que si se sube la tasa de referencia solo se consigue el enfriamiento.

Casi ningún banco central moderno usa la tasa de encaje como instrumento. Sus razones tienen.

Primero, la tasa de encaje debilita la potencia de la política monetaria. La tasa de interés de referencia afecta a las tasa de interés de largo plazo y de esta manera a la  economía. El uso prolongado de este instrumento fortalece el vínculo entre las tasas de corto y largo plazo. El uso de otros instrumentos sustitutos debilita este “efecto traspaso”.

Segundo, subir la tasa de encaje puede ser inútil. Es el caso cuando ante un alza en la tasa de encaje, banqueros optimistas no recortan su oferta de préstamos y prefieren desprenderse de los bonos que poseen.

Tercero, si ante una mayor tasa de encaje banqueros menos optimistas deciden recortar el crédito bancario, esto producirá tendencias alcistas en la tasa de interés interbancaria, que el BCRP anulará, inyectando soles, para no mover la tasa de interés.

Hay una ruta más limpia de enfriar la economía, sin hacer caer el precio del dólar. Elevar la tasa de interés de política, con lo que se enfría la economía, y al mismo tiempo, hacer compras esterilizadas de dólares, con lo que se anula el efecto de la tasa de interés sobre el tipo de cambio

Estado y Desarrollo Humano

miércoles, 5 de mayo de 2010

La densidad del Estado para el Desarrollo Humano

Javier M. Iguíñiz Echeverría*

El Informe publicado por el PNUD el mes de marzo de este año 2010 sobre desarrollo humano ha dado lugar a amplios comentarios. Una novedad, de gran interés práctico, es la estimación del indicador, más conocido, el Índice de Desarrollo Humano (IDH) para las cuencas hidrográficas del país. El manejo del agua y otros asuntos se beneficiarán al poner de relieve las diferencias entre las cuencas y entre sus partes altas y bajas. Conceptualmente, la principal novedad es la definición y medición de la acción del Estado en las provincias del Perú. Esa acción da lugar a un concepto, el de “densidad del estado”. En lo que sigue presentamos algunas notas sobre su significado. ¿En qué consiste y cómo se llega a ese concepto?

Los servicios sociales del Estado

El Estado tiene muchas funciones importantes y su presencia en el territorio nacional y en el exterior debe ser evaluada de acuerdo a la particular función que se prioriza en el estudio. Puede, por ello, haber diversas densidades del Estado. En el reciente Informe del PNUD en el Perú la función escogida es la de proveer servicios sociales básicos a la población. No se trata, por ejemplo, de la presencia estatal asociada a la defensa nacional que nos llevaría a registrar las guarniciones militares y otras formas de presencia.

Para el desarrollo humano y por  derecho

El objetivo de la provisión de servicios básicos puede ser también diverso. Podría ser, por ejemplo, el interés estatal en esos servicios básicos fuera responder a una demanda social y prestigiarse políticamente, o asegurar una mejor defensa nacional en caso de invasión, o evitar la violencia interna, o preparar la mano de obra para las empresas del futuro. En el Informe, y siguiendo una pauta ya establecida en los pasados 20 años a nivel de la sede del PNUD en Nueva York, el objetivo primordial es el desarrollo humano como fin valioso en sí mismo, y no como medio, aunque sin duda esto último es también muy importante. Esa distinción es clave porque el Estado operaría de manera parcialmente distinta con esos servicios si es que el objetivo fuera producir “capital humano” o “armas humanas” o mano humana de obra. Esta aproximación y esos deslindes nos ayudan a recordar que estamos tratando de derechos inherentes a las personas y no de seres humanos como insumos para el desarrollo o la seguridad. 

Lo que el Estado hace

La presencia del Estado para cada función estatal puede ser evaluada de distintas maneras. Si, por ejemplo, fuera nuestro interés registrar y evaluar la presencia territorial del Estado para la defensa nacional no tendríamos que esperar y menos provocar que hubiera una guerra para evaluar su capacidad operativa y deberíamos conformarnos con un registro de las instalaciones, equipos, calificación de personal, logística, etc. Quizá con algún simulacro de operación en mayor o menor escala, pero nunca con la guerra real.
           
Mencionar lo anterior es importante porque en el caso de los servicios sociales lo ideal en cuanto a evaluación es algo más factible. Esto es, en principio se puede registrar la acción del Estado, su práctica operativa mientras realiza su labor. Aún así, esa no es la forma en que se evalúan comúnmente las actividades estatales. Entre las más comunes están la de medir el presupuesto gastado, o el personal asignado, o la existencia de oficinas públicas,  o los insumos adquiridos por éstas. Pero eso no equivale a medir la actividad misma de entregar el servicio. En todos estos casos no ocurre la efectiva provisión del servicio que es lo que, en definitiva, interesa a la población.

Densidad del Estado

            Es a facilitar el registro y evaluación de esta provisión efectiva a lo que aspira el Índice de Densidad del Estado (IDE). Con ese objetivo en mente no interesaría tanto la existencia de instalaciones públicas que indican la “presencia” del Estado, tampoco los recursos en términos de insumos entregados las escuelas o postas, ni siquiera  el personal asignado y en su plaza puestos por el Estado. Lo que realmente interesa y es lo que está en la definición de la “densidad” es lo que el Estado hace. Más al punto: la densidad del Estado es evaluada en este informe tomando en cuenta lo que hace en el momento de entregar servicios sociales básicos. Para destacar este acento en el hacer, se lee lo siguiente: La densidad del Estado es concebida, en este Informe, como los desempeños o funcionamientos del Estado para garantizar la provisión los servicios básicos… Esa actividad incluye o debe incluir en principio, la realizada “… directa o indirectamente, a todos los sectores de la sociedad y en todos los lugares del Perú, de manera subsidiaria y redistributiva”. La magnitud de la densidad del Estado y la cifra del índice (IDE) en una determinada circunscripción dependerá, pues, del número y cobertura de servicios que el estado ofrezca en ella.

Tarea por hacer

La gravedad de las intolerables carencias que se detectan en el Informe obliga a una tarea capital que el Informe impulsa y que es la construcción más completa de cifras de lo que el Estado efectivamente entrega. Los intentos estatales de registrar la efectiva provisión de servicios han sido inconclusos y fragmentarios y por eso el Informe, a pesar de todo el apoyo estatal recibido, ha tenido que apoyarse en indicadores imperfectos. Aún así, las cifras dan cuenta de insuficiencias intolerables que la prensa ha recogido bien las semanas pasadas.



* Profesor del Departamento de Economía de la PUCP

Mercado Interno y Economía Nacional de Mercado

martes, 4 de mayo de 2010


“Se deben desarrollar los mercados internos”



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Entrevista. Félix Jiménez. El economista de la Pontificia Universidad Católica del Perú plantea una Economía Nacional de Mercado, que funcione en favor de los intereses nacionales.
Omar Mariluz.
En sus últimas columnas usted plantea una “Economía Nacional de Mercado”. ¿En qué consiste?
Consiste en construir una economía en la que el circuito de generación de demanda e ingresos se centre en los mercados internos o al interior del país. Es decir, significa desarrollar un mercado nacional en el sentido de expandir los mercados internos que ya existen  y crear otros a lo largo y ancho del país.
¿Y cómo lograrlo?
En primer lugar hay que hacer un esfuerzo para superar la desconexión entre la economía, la geografía y la demografía que el actual modelo reproduce, con inversiones en infraestructura económica y social a lo largo y ancho del país.
¿Hablamos de darle la espalda a la economía mundial?
Por supuesto que no. Es otra manera de concebir nuestra incorporación en una economía internacional más interdependiente o, como se dice, globalizada. Nuestra participación debe hacerse desarrollándonos internamente, aumentando la productividad y, de esa manera, ganando competitividad. Las ganancias de competitividad no deben basarse ni en la disminución de los salarios ni en la eliminación de los derechos laborales.
¿Pero la economía peruana no está ya integrada al mundo?
La economía peruana está penetrada por la economía internacional.  Cuando se abre la economía de la manera como se hizo, el mercado interno fue penetrado por importaciones y el capital extranjero. Es una economía dependiente  del capital extranjero, y en la receta neoliberal no hay políticas claras para promover al inversionista local o nacional.
Plantea que el Estado debe participar en las actividades estratégicas. ¿No cae en estatismo?
No veo razones para calificar la propuesta de estatista. El hecho de que se plantee recuperar el papel promotor del desarrollo del Estado no es estatismo. Plantear que las actividades que explotan recursos naturales, sobre todo en energía, se subordinen al interés nacional no tiene nada de estatismo.
¿Este modelo se acerca más al venezolano, ecuatoriano, boliviano o es totalmente original?
El gran defecto de nuestros adversarios es la tergiversación de los planteamientos. El nuestro es original, pensado en la realidad económica, social y política de nuestro país. Podrá coincidir con la voluntad de cambio estructural que hay en dichos países, pero la naturaleza del cambio que proponemos está básicamente enraizada en nuestra realidad.
“Están al servicio de los intereses económicos”



¿Qué es lo medular de  su reciente libro La economía peruana del último medio siglo?

Se analiza el intento fallido de industrialización que ocurrió en el país en la década de los 60 y primera mitad de los 70. También se examina la caída espectacular del PBI que ocurrió en la última mitad de los 80, causada por las políticas desastrosas del primer gobierno de Alan García y que facilitó la restauración del modelo que la industrialización había intentado superar: el modelo primario exportador.



¿Cuál es su balance final?
Este gobierno no ha aportado nada en materia de política económica. Sirve a los intereses de los grupos de poder económico, dejando de lado los intereses de la nación. Es indignante la corrupción que exhibe. El daño moral que está haciendo a nuestra sociedad es enorme.

Convergencia al 4%


Por Farid Matuk
Economista
Nunca antes, excluyendo desde luego la recesión provocada por la hiperinflación de 1988, se vio una reducción tan acelerada de la tasa de crecimiento de la economía en tan poco tiempo como la ocurrida entre setiembre 2008 y diciembre 2009. En un lapso de 15 meses el PBI pasó de crecer al 9% para contraerse a 3%, es decir, 12 puntos.
Una situación similar ocurrió en febrero 1995 cuando la economía pasó de crecer al 15% para crecer 2% en agosto 1996, pero el lapso fue más prolongado –18 meses– aunque la contracción fue bastante similar, alcanzando 13 puntos. En ambos casos, la manía presidencial de crecimiento económico fabuloso terminó en fracasos rotundos.
Recientemente se ha retornado a una suerte de optimismo infundado que considera la economía peruana de hoy como única y excepcional, olvidando que tenemos una historia innegable. Las experiencias pasadas nos muestran como luego de que la crisis se estabiliza, se continúa unos meses con tasas estables de crecimiento, y solo luego se presenta una leve recuperación.
Inicialmente se puede considerar que el primer y segundo trimestre de este año la economía crecerá oficialmente al 1%, cuando en realidad serán tasas negativas si las modificaciones metodológicas aplicadas únicamente desde 2006 se descartan a fin de hacer la presente gestión presidencial comparable con las anteriores. Mientras que para la segunda mitad del año se presentarán tasas mayores, con lo cual el PBI debiera terminar en 2010 alrededor del 4%, pero las “mejoras” metodológicas proporcionarán fácilmente un 7%.
Todo hace considerar que tenemos una recuperación económica en marcha, pero esta no es de la magnitud de las cifras oficiales, y la prueba de ello está en la sistemática negativa del gobierno de dar a conocer en detalle las características de las “mejoras” metodológicas aplicadas desde el 2006, de revelarse esta información sería posible hacer una comparación más exacta entre el desempeño de la presente gestión presidencial con sus anteriores desde 1990.
Mientras más tiempo la ausencia de transparencia estadística se perpetúe, mayores serán las dudas en torno a la calidad de la misma. Un hecho flagrante al presente es que mientras el INEI sigue publicando el PBI con año base 1994 y precios 1994, el Banco Central publica un PBI Frankenstein con año base 2009 y precios 1994. De este modo el Perú cuenta al día de hoy con dos PBI medidos por dos diferentes instituciones estatales, donde una obviamente usurpa funciones de la otra.
Bastante tiempo ha pasado desde que el INEI anunció públicamente en 2009 que secretamente –desde 2006– había efectuado modificaciones a la metodología de la medición de la actividad económica. El INEI tiene la obligación institucional de mostrar el efecto de dichos cambios publicando las cifras comprendidas entre 2006 y 2009 con la metodología preexistente usada para las administraciones Fujimori, Paniagua y Toledo, para la presente administración García.
Cuando estas cifras sean publicadas, el gráfico que se muestra será oficial y no un esfuerzo individual para poder evaluar el desempeño económico de nuestro país desde 1990. Es necesario que aprendamos de los errores del pasado para no repetir los mismos errores en el futuro. El Perú necesita un crecimiento sostenido por encima del 3% para que la pobreza se reduzca sistemáticamente, y no oscilaciones como las vividas donde lo ganado en el combate a la pobreza en un año se pierde al siguiente.

Actualidad Económica del Perú

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