Cómo enfrentar la crisis que nos amenaza

lunes, 20 de octubre de 2008

Félix Jiménez
Economista Ph. D.
Profesor Principal de la PUCP

La actual crisis internacional tendrá fuertes efectos recesivos e inflacionarios sobre la economía peruana. También tendrá efectos financieros que pueden poner en peligro al sistema bancario local. Primero, porque disminuirán las exportaciones tanto por la caída de los precios internacionales de los metales como por la recesión en USA, Europa y Japón; lo cual acrecentará el actual déficit del sector externo (balanza en cuenta corriente). Segundo, porque se reducirán los ingresos fiscales por la caída de los precios de las materias primas. Tercero, porque desaparecerá el boom del crédito en dólares que estimuló el crecimiento económico de estos dos últimos años. Las líneas de crédito que obtenían los bancos locales en el exterior se han cortado y/o encarecido por la crisis financiera externa. Cuarto, porque aumentará la salida de capitales del país lo que, junto con el déficit de la balanza en cuenta corriente, presionará al alza del tipo de cambio. Este aumento del tipo de cambio tendrá efectos inflacionarios y afectará negativamente a todos aquellos que tienen deudas en dólares pero ganan en soles.

Aumentando la fragilidad de la economía

Estos efectos negativos sobre la economía peruana de la crisis internacional serán mayores de lo necesario debido a las modificaciones contraproducentes de la política macroeconómica efectuadas durante los dos últimos años. Estas modificaciones han aumentando la vulnerabilidad de la economía ante cambios adversos en el contexto internacional, en lugar de reducirla.

En primer lugar, el actual deterioro externo de la economía (creciente déficit en la balanza en cuenta corriente), es también resultado de la drástica reducción arancelaria, de la aceleración del crédito bancario al sector privado en moneda extranjera y de la caída del tipo de cambio real. Las importaciones crecieron de manera espectacular mientras se desaceleraron las exportaciones. El déficit en la cuenta corriente del segundo trimestre fue de 4.5% del PBI y es muy probable que este año termine con un déficit de 7% del PBI. En consecuencia, aún sin la recesión mundial, los neoliberales de este gobierno, al igual que lo hicieron antes, ya nos conducían directamente a una crisis del sector externo. Y todavía no hemos firmado el TLC con China.

En segundo lugar, el crecimiento de la deuda externa de corto y largo plazo de los bancos locales, ocurrido durante el último año, justo desde que se inicio la crisis financiera en USA, fue fomentado por el Banco Central. Las medidas más importantes fueron el aumento de la remuneración al encaje en moneda extranjera y la exoneración de encajes a los pasivos externos mayores de dos años.

De diciembre de 2006 a agosto de 2008, la deuda externa del sistema bancario aumentó en cerca de 500%. El 45% de esta deuda externa es de corto plazo. En este mismo período el crédito al sector privado de las empresas bancarias en dólares aumentó en 46.6%. La deuda externa financia el 41.1% de estos créditos en moneda extranjera.

Esta deuda externa aumenta la fragilidad del sistema financiero porque ante un recorte abrupto de estos recursos externos puede generarse una crisis bancaria similar a la que ocurrió en 1998 que tiene efectos recesivos y eleva el tipo de cambio. A esto, habría que sumarle la elevación del límite operativo de las inversiones de las AFPs en el exterior hasta 30%, cosa que también incrementará la presión alcista sobre el dólar.

En tercer lugar, la ausencia de una reforma tributaria, junto al «óbolo minero» y la pérdida de ingresos tributarios por más de 3 mil millones de soles por las rebajas arancelarías, han acentuado la inestabilidad de las cuentas fiscales ante cambios adversos en el contexto internacional. Un sistema tributario regresivo como el actual impide aumentar el gasto público durante las recesiones. Nótese que en el presupuesto del próximo año ya se ha recortado el gasto en inversión pública ante la eventualidad de una caída de los ingresos fiscales.

¿Qué hacer?

Primero, hay que impedir el agravamiento del déficit externo. Para ello debe imponerse aranceles a las importaciones a los bienes de consumo conspicuo o elevar el respectivo impuesto selectivo al consumo de estos bienes importados.

Segundo, hay que evitar un ataque especulativo contra nuestra moneda y una salida masiva de capitales. Para ello debe dejarse subir gradualmente el tipo de cambio, que atenuará la reducción acelerada de las reservas internacionales del BCR y, además, contribuirá a restablecer el equilibrio del sector externo. Asimismo, debe congelarse el límite de las inversiones en el exterior de las AFPs en el nivel actualmente utilizado y que no supere el 17%.

Tercero, hay que evitar un ajuste recesivo de tipo fondomonetarista porque genera desempleo y pobreza. Para ello debe aumentar, en lugar de recortarse, la inversión publica en infraestructura económica y social, así como el gasto en los programas sociales.

Cuarto, hay que evitar una crisis bancaria como la del 98, pero sin repetir el atentado contra las arcas del Estado que promovió el fujimorismo con el «rescate financiero» de los bancos Wiese, Latino, Financiero, etc. La medida que proponemos es una garantía del Estado por la deuda externa de los bancos locales y, si esta garantía se efectiviza, el Estado pasaría a ser propietario de las acciones del Banco por el monto equivalente de dicha garantía. Este es, peruanizado, el modelo inglés anunciado por el primer ministro Gordon Brown.

Por último, hay que señalar que las recientes medidas anunciadas por el titular del MEF no resuelven ninguno de los problemas mencionados anteriormente. Estas medidas son el endeudamiento contingente en moneda extranjera con instituciones multilaterales (FMI, Banco Mundial, BID, CAF) y la emisión de deuda externa (bono global) en el mercado internacional hasta por 600 millones de dólares. Primero, porque el FMI y el Banco Mundial acompañarían sus préstamos con las usuales condiciones en materia de política económica que, como demostró la experiencia de la crisis asiática de 1997-98, logran que el remedio sea peor que la enfermedad. Segundo porque el costo de esta nueva emisión de deuda externa sería muy alto en el contexto actual de sequía de liquidez en los mercados internacionales.

Causa de la Crisis Financiera

miércoles, 15 de octubre de 2008

El Transfondo Estructural de la Crisis Financiera

Juergen Schuldt

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Una y otra vez nos vienen repitiendo que la debacle financiera que se desató el año pasado en EEUU, al explotar la burbuja hipotecaria, habría sido consecuencia de procesos de especulación irresponsable, de extendida inmoralidad, de ceguera arrogante, de regulación laxa, de codicia irrefrenable, entre otras bellezas que son todas válidas en referencia a lo que ha venido sucediendo en los mercados financieros desde 2002. Lo mismo se decía cuando –después de inflarse por una década- reventó inesperadamente la burbuja tecnológica (dot.com) en 2000. Desafortunadamente, tales análisis son superficiales y parciales, aparte que confunden causas con efectos. Lo que se le escapa a ese tipo de diagnósticos es que esas ‘burbujas’ son lo que su nombre indica: efervescencias que activan artificialmente la actividad productiva, tapando temporalmente las deficiencias estructurales del proceso de acumulación, en el marco de tasas descendentes de ganancia en los sectores propiamente productivos.

En tal sentido es ingenua la creencia de que los recientes super-paquetes financieros de salvataje sacarán de la recesión al Imperio y sus aliados. Bien lo ha dicho Phil Roth, un analista de Miller Tabak: “La gente puede decir, ‘¡Puff, hemos sobrevivido la crisis financiera!’. Pero a continuación tenemos la cuestión de la recesión y no sabemos qué tan profunda será” (WSJ, octubre 14). Más aún, habría que añadir que ella será bien prolongada porque: ¿Sobre qué bases productivas se podría sustentar una recuperación de la inversión y del crecimiento económico de largo plazo en los países ‘desarrollados’, de los que tanto seguimos dependiendo? ¿Sería la industria de automóviles, del acero, de la energía, de las telecomunicaciones y similares, cuando bien sabemos que están en franco declive? Ahí es donde radica el quid del asunto, pero que para entenderlo nos obliga a remitirnos a las bases sobre las cuales se desarrolla inexorablemente el capitalismo y que motoriza las inversiones en manada, provenientes de los ‘espíritus animales’ de los empresarios y de las condiciones materiales e institucionales de producción.

Para entender las afirmaciones precedentes resulta indispensable adoptar un enfoque histórico-sistémico, por más pretencioso que suene. Aplicando algo mecánicamente el paradigma de las ‘ondas largas’ del capitalismo (Kondratieff-Schumpeter-Mandel), coincidimos con la opinión de que el sistema –desde la Revolución Industrial- ha progresado en forma oscilante por extendidos ciclos de entre 40 y 60 años de duración, cada uno de los cuales se sustentó en una serie de ‘innovaciones’. Una compleja combinación de éstas (nuevas tecnologías, productos, materias primas, fuentes de energía, mercados y similares), apoyada por sustanciales créditos, despertaban los ‘espíritus animales’ del empresariado y daban lugar –en la fase ascendente ‘A’- a una manada de inversiones que llevaron a la bonanza macroeconómica por un periodo de veinte a treinta años.

Después de tales auges, y como consecuencia de la sobreproducción a que dan lugar, se agotaban las posibilidades de expansión -lo que se reflejaba en la reducción de la tasa de ganancia- y se pasaba a una etapa –nuevamente de veinte a treinta años- de menor crecimiento económico, deflación y desempleo (fase ‘B’), en que el capital financiero tiende a dominar sobre el propiamente productivo (véase el Gráfico I, en que se observa la exageradamente elevada relación entre los precios de las acciones y las ganancias netas que rinden: si esa relación P/E está por encima de 15 es señal de ‘exuberancia irracional’ y, hasta cierto punto, permite pronosticar las debacles financieras, siguiendo la hipótesis de Robert Shiller).

GRÁFICO I: RELACIÓN PRECIOS ACCIONES SOBRE GANANCIAS, 1935-2008

Agrande con el ratón

En la última onda larga, la que se inicia en el periodo de la posguerra, hemos transitado a esta fase ‘descendente’ (en la que seguimos atorados) después de los ‘Treinta Años Gloriosos”, que se agotaron en 1971-73. De manera que, durante los últimos 35 años, en ausencia de bases reales para la innovadora acumulación productiva, las economías altamente desarrolladas –comenzando por EEUU- se han expandido a tasas relativamente bajas, comparadas con las de los ‘Años Dorados’. Estos últimos culminaron en una notoria sobreproducción, la que se reflejó en una reducción paulatina de la tasa de ganancia en los EEUU, que se explica además por el ingreso al mercado global de países como China, India, Rusia y similares. En efecto, como ha mostrado Walden Bello, la rentabilidad del capital –que en los años sesenta del siglo pasado alcanzaba el 7,15% en EEUU- fue encogiéndose paulatinamente: en los ochenta bajó a 5,3%, en los noventa a 2,3% y, en lo que va del siglo XXI, por debajo del 2%. Nótese, sin embargo, el espectacular avance de las ganancias financieras, que llegaron a rebasar el 30% de todas las utilidades corporativas, a pesar de que su contribución al PBI generó un escaso 15% (ver Gráfico II, donde se constata además que las remuneraciones del sector financiero no llegaron ni al 10% del valor agregado corporativo).

GRÁFICO II: GANANCIAS DEL SECTOR FINANCIERO, 1970-2007


Se trata, por tanto, de un periodo decadente caracterizado por ciclos coyunturales relativamente cortos, azuzados artificiosamente por el empuje que se dio a las inversiones por efecto de las guerras, la duplicación de la fuerza laboral mundial, las ilusas esperanzas en progresos técnicos revolucionarios y de las bajas tasas de interés, pero que –por eso mismo- se materializaron en auges espurios y, por tanto, en recesiones recurrentes en EEUU (1980-82, 1990-91, 2001-03 y la actual 2008-…?). Podría decirse que se estimuló la economía, la que saltó de burbuja en burbuja, gracias a los lobbies militar-industriales y, sobre todo, a la sobredimensionada dinámica del sector financiero-hipotecario, la que solo podía ser temporal y ficticia, en el sentido que no se nutría de innovaciones profundas de corte tecnológico-productivo, que habrían permitido incrementar sostenidamente la productividad y la tasa de ganancia de las corporaciones no financieras.

De ahí que las economías avanzadas, particularmente EEUU, se haya mantenido a flote durante las tres décadas pasadas gracias a una serie de medidas geopolíticas y financieras truculentas para estimular la demanda doméstica, con lo que lograron vivir -consumir e invertir- más allá de sus posibilidades reales, generando déficit fiscales y externos descomunales, financiados por ahorro externo (especialmente por parte de Japón, China y la UE), en ausencia de ahorros domésticos personales y del gobierno.

Personalmente creíamos que se iba a iniciar una nueva onda larga en 1992, la que vendría propulsada por diversas innovaciones revolucionarias (informática, telecomunicaciones, biotecnología, robótica, energía atómica y similares), las que no llegaron a cuajar y que probablemente –en una década, en el mejor de los casos- permitirían el inicio de un renovado ciclo expansivo de recuperación y auge de varias décadas en el mundo altamente industrializado.

En los próximos días seguramente Bernanke volverá a reducir la tasa de interés de referencia. Sin embargo, por más que las Bolsas muestren signos de recuperación (y una preocupante volatilidad), lo que hasta ahora no se nota, será escaso el flujo de créditos que soltarán los bancos (a pesar de que acaban de recibir US$ 250.000’ de oxígeno), porque uno se preguntaría: ¿adonde iría ese dinero para fines de inversión o consumo, en una economía altamente endeudada y sin posibilidades de rentabilidades apreciables? No parecen existir bases reales prometedoras para hacerlo. En ese contexto, la crisis financiera habrá de impactar con fuerza aún mayor los sectores reales; lo que no nos debe hacer olvidar que el origen último de la debacle norteamericana y la de sus socios radica precisamente en la osteoporosis productiva a falta de innovaciones tecnológicas sustanciales. No son, pues, muy auspiciosos los tiempos que nos esperan.

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Bernanke, Paulsen y Bush: ¿Entiende usted por qué se ríen?

El Capitalismo en Su Laberinto

lunes, 13 de octubre de 2008

Alberto Graña


El periodista e investigador en temas de globalización y economía internacional sostiene que del 2002 al 2007 EUA vivió un inédito periodo de expansión de la inversión y el crédito, que multiplicó el consumo improductivo y aumentó artificiosamente el precio de los bienes inmuebles. Desde el estallido de la burbuja inmobiliaria en 2007 sucede el fenómeno inverso: la velocidad de la caída del valor de los inmuebles es mayor que incluso 1929. Y más extendida: en 1929 la crisis inmobiliaria estalló en la Florida. La actual crisis abarca el Sur de California, La Florida, Nebraska (Las Vegas), casi todos los Estados alrededor del Lago Michigan, entre otros. ¿Por qué la velocidad de las quiebras?

Janina Cárdenas.

¿Por qué a pesar del plan de rescate aprobado en Estados Unidos los mercados bursátiles siguen en constante caída?

Esto ocurre porque después de 1969-1972 tiene lugar una fase descendente del ciclo largo plazo de las mayores economías occidentales (EUA, Japón y Alemania) y, desde finales del 2007, esta crisis larga coincide con la crisis bancaria sistémica bancaria, en el mero centro del sistema. Mi hipótesis es que la crisis crediticia retroalimenta y eventualmemente puede acantuar el descenso de ciclo de largo plazo(fase B de Kondratieff) . Ahora, no es lo mismo China que EUA, el primero es un país acreedor y, hasta ahora, en crecimiento, el segundo, desde Reagan, es un país que consume más de lo que produce y su consumo lo hace “de fiado” de sus países acreedores China, Rusia,Japón, Arabia Saudita, hace ya mas de dos décadas. Pero China ya es parte de la globalización y, para bien o, para mal, esta indisolublemente ligado a su socio comercial mas importante: EUA



¿Cuál será la duración de esta crisis en EUA?

Difícil saberlo, es una situación inédita, muy compleja y muy veloz. Pero la crisis bancaria japonesa de 1992, a pesar de haber transcurrido más de 15 años, todavía tiene al Japón en deflación y muy lento crecimiento productivo. La gran depresión duró de 1929 a 1938 y después vino la II gran guerra hasta el año1945. Fueron dos décadas de planificación compulsiva del Estado

¿ Cual es el efecto de las crisis bancarias en la economía?
En 1992 la crisis bancaria sueca dejó la economía 5 o 6 años recesada. El nivel de desempleo subió a niveles no nórdicos y la solución que optó el gobierno fue rescatar a los bancos comprando acciones que no valían casi nada(como ahora). Los banqueros tuvieron que reconocer sus deudas, avalarla y pagarla a los contribuyentes en un lapso de tiempo. Se estima que el costo hubiera sido del 6 al 8% de la producción total, si los suecos en 1992 hubieran cargado la cuenta a los contribuyentes, como propone ahora Paulson. Las medidas adoptadas en Suecia incluyeron mecanismos para ir pasando al contribuyente los pagos de los banqueros y, también, canalizando la venta de las acciones cuando se recuperaron. El costo estimado de estas medida de intervención del Estado redujo el costo social a aproximadamente el 2% del PBI. En Finlandia, la crisis bancaria costó más de la mitad del PBI(51%) pero no sé muy bien como la resolvieron. Hablando rápido, en EUA, hasta ahora, la acción pública se ha orientado a socializar las pérdidas después de haber privatizado las ganancias.
política monetaria.
¿Están siendo efectivas las medidas de política en EUA y Europa para hacer frente a la crisis?¿Cuál es la mejor alternativa?

Si te refieres a la efectividad de la política económica, digamos que los norteamericanos están en graves problemas. De un lado, la política monetaria de subir o bajar la tasa de interés para controlar la inflación o reactivar la economía aplicada por casi dos décadas –desde Greenspan- no va funcionar en el futuro cercano (ni lejano) por que el problema central ahora es la deflación de precios y la recesión económica. La reducción de la tasa de interés referencial no ha podido reducir el costo real del dinero, ni la cadena de moras pagos de las familias norteamericanas, ni la quiebra de los mayores bancos del mundo. Hasta ahora, la evidencia muestra que habría que cambiar la política monetaria, bueno ya esta cambiando, ayer hubo una intervención conjunta de los mayores bancos centrales del mundo para bajar las tasas de interés. El resultado, que yo sepa, hasta ahora ninguna economía se ha reactivado. Si te refieres a política fiscal, subir impuestos o cortar el gasto público también sería más recesivo. Además el déficit fiscal de EUA es insostenible así como su déficit en cuenta corriente
¿Funcionará el plan de rescate que aprobó Congreso de los EUA para salir de la crisis?

Bueno, desde marzo, las quiebras han ido aumentando en dimensión y complejidad, hasta llegar a la quiebra de AIG, la aseguradora más grande del mundo, en septiembre. Su rescate no calmó los ánimos, le hizo cosquillas a las bolsas del mundo y, mas bien, aumentó la volatilidad, tanto, que tuvieron que lanzar en la siguiente semana una nueva “Ley de Emergencia Económica” (700 billones de U$, 4% del PBI). Y las bolsas siguieron desplomándose.

En mi opinión, la nacionalización de AIG disparó el gatillo de la crisis sistémica bancaria, el efecto dominó que vivimos actualmente en el mundo.

En suma, la crisis es global y también, la globalización neoliberal está en crisis. Y creo que-como en 1929- la teoría económica neoclásica (que usa extensivamente el FMI-BM) no aporta mucho para interpretar lo que pasa y, menos aún para prevenir lo que podría pasar. La especialidad de los neoclásicos es el análisis estático, la dinámica económica les es ajena. La onda nos está alcanzando y eso es una realidad verificable. Ayer México lanzó un paquete de 35000 millones de dólares para revertir los efectos de la crisis financiera y así casi todos los países y grupos de países adoptan medidas…¿y el Perú?.


  ¿Cuál será el efecto de la crisis en la economía peruana?


Serían diversas las vías de transmisión de la crisis al LAC y el Perú pero, mi concentración ha estado, en los últimos años, en la crisis y los mecanismos de transmisión en EUA y Europa. En el Perú, creo que tendría un efecto negativo en las exportaciones, estoy pensando en textiles y confecciones donde se concentra la mayor cantidad de empleo industrial y, en la agroindustria de exportación, donde se concentra la mayor cantidad de subempleo por ingresos: Ica, La Libertad.

Habrá que mirar el sector financiero y las inversiones de las AFP´s en EUA que concentran una muy buena proporción del ahorro nacional, las remesas de utilidades y precios de transferencia, y los créditos externos del sector privado. También el aumento del costo del crédito internacional afecta el costo de la deuda pública


¿La caída en el precio de los metales también?

Significa menor recaudación tributaria y menor a las regiones. Aunque no es automático.

En medio de un Terremoto

Pedro Francke

La actual crisis financiera internacional es como un terremoto: sabemos que estamos en medio de él, pero no sabemos si está por terminar o si vendrá un remezón peor. Tampoco sabemos cuántas casas y edificios se caerán. Menos todavía podemos saber cómo se reconstruirá la ciudad después del sismo.

Pero de lo que no cabe duda es que estamos en medio de un terremoto. No es un temblorcito. No es algo que pasa sin más consecuencias que un ligero susto. No, es un terremoto y de los grandes. Los expertos coinciden en que desde el crack de 1929, hace casi 80 años, el mundo no había vivido una crisis financiera de esta magnitud.

Lo primero que sorprende, entonces, es que el Presidente de la República no se manifiesta al respecto. Sí, es verdad que está en medio de otro terremoto, causado por la revelación de una fuerte corrupción en su gobierno. El mismo Alan García se ha reunido con algunos de los corruptos más de una vez. Pero aún en esas condiciones es increíble que sobre la crisis internacional, dos semanas después de que esta se revelaran con toda su fuerza, y diez días después de que dijera la barbaridad de que esto no nos iba a afectar para nada, el Presidente García no diga ni pío sobre el tema y prefiera hacer declaraciones orientadas a mantener la impunidad en torno a la muerte de cuatro campesinos en Ayacucho y una señora embarazada a manos de una patrulla militar.

El terremoto internacional tiene muchas diferencias, pero algunos parecidos con la crisis de corrupción de Perú: personajes inescrupulosos, abuso total de los dineros del público, un estado permisivo y cómplice, desregulación y privatización. También algunas consecuencias de estas dos crisis son parecidas, como la confianza de la gente, que en ambos casos prácticamente ha desaparecido. La diferencia en este caso es que, en la crisis financiera, la gente tiene una salida, que es retirar su dinero de los bancos y financieras, aunque sea tras haber perdido 30% o 40% del mismo. En cambio, ante la pérdida de confianza en el gobierno poco es lo que podemos hacer de manera individual, y la búsqueda de opciones colectivas, es más lenta y difícil.

Recién estamos viendo las primeras consecuencias de la crisis internacional sobre nosotros: alza del dólar con sus duros efectos sobre quienes tienen deudas en esa moneda y caída de la bolsa de valores que afecta también a los afiliados a las AFPs. Otros efectos los veremos en los próximos meses, dependiendo de la reacción del gobierno. La caída del precio del cobre y otras materias primas reducirá los ingresos fiscales, pero el gasto público en educación, salud y carreteras sólo se afectará si predomina la clásica visión fondomonetarista del ajuste. El crédito posiblemente se haga más difícil de obtener y suban las tasas de interés, por lo que pagar deudas en la medida de lo posible es una medida prudente. El crecimiento económico se detendrá, y con ello el empleo.

Pero recuerden que estamos en medio de un terremoto. No se puede saber cuánta más crisis tenemos por delante ni cómo se resolverán las cosas al final.

Cuatro mitos sobre el futuro de los puertos nacionales

jueves, 9 de octubre de 2008

Germán Alarco Tosoni
Investigador principal CENTRUM Católica

Es indiscutible que el desarrollo de la infraestructura portuaria resulta esencial por su contribución al crecimiento. Su situación actual es problemática con efectos negativos sobre la competitividad, al generar sobrecostos que en el Callao serían entre US$ 200-400 millones. Sin embargo, en lugar de tratarse de una actividad donde converjan diagnósticos y propuestas, las posiciones se encuentran muy polarizadas, quizás por la ideología, y con muchos mitos que es necesario analizar.

Enapu Perú es la culpable de todos los problemas. Los puertos bajo administración pública están olvidados. La últimas inversiones de envergadura se hicieron hace más de 40 años entre 1960-1968 cuando se construyeron los puertos de Paita, Salaverry, San Martín-Pisco, muelle 7 del Callao e Ilo. Los principales muelles del puerto del Callao fueron construidos en 1928. De ahí a la fecha han recibido mantenimiento y rehabilitaciones menores. La empresa pública compite con las empresas privadas en la prestación de algunos servicios portuarios, incluido el almacenaje. La más importante, estiba/desestiba (carga y descarga de buque a muelle) son realizadas exclusivamente por privados. No tiene la facultad de supervisar los rendimientos operativos de los maniobristas privados.

Sólo el sector privado salvará a los puertos. Los rendimientos de la maniobra de estiba en contenedores, realizada actualmente por privados, se ubica entre 12 y 18 cajas hora buque en operación. Los estándares de terminales especializadas en Lázaro Cárdenas, Manzanillo y Veracruz, de México son de 68, 74 y 86.2 contenedores respectivamente en 2007. Singapur tuvo rendimientos operativos de 77.5 cajas y el estándar actual está en cerca de 100 cajas por hora. Tisur en Matarani descargó los graneles agrícolas a 561.5 toneladas por hora mientras que Manzanillo descargaba 1,100 ton. y en Vancouver, Canadá el rendimiento de embarque es 4,000 ton./hora. Asimismo, no debemos olvidar que en las diferentes cadenas logísticas se produce concentración, integración vertical, asimetrías de información que en algunas oportunidades generan prácticas no competitivas que requieren regulación.

Mientras más puertos mejor. La Autoridad Portuaria Nacional (APN) tiene actualmente 15 proyectos de puertos o terminales portuarias en trámite y 10 aprobados para la costa. Las terminales para uso exclusivo de una empresa pueden tener algún sentido, pero no debemos olvidar la capacidad instalada existente fuera del puerto del Callao (alta) y la naturaleza de las inversiones portuarias: gran magnitud, numerosas indivisibilidades, altos costos fijos, podría generar ineficiencias, externalidades negativas y sobrecostos al aparato productivo nacional de aprobarse tal número de proyectos.

Los sobrecostos de la actividad portuaria se eliminarían con más puertos y la participación de los privados. La profusión de puertos no reduciría los sobrecostos. La fragmentación de las maniobras portuarias al interior y fuera del puerto del Callao continuaría. Los mayores sobrecostos se generan en los fletes marítimos y en los costos de los inventarios, mismos que no caerían hasta que se puedan admitir embarcaciones de mayor tamaño, calado y desempeño (y esto requiere inversión). Habría que eliminar los problemas de congestión en el Callao y reducir tiempos de maniobras con una mejora radical del equipamiento portuario. La lista de temas es amplia. Es hora de abandonar la ideología y dejar de pensar que el libre mercado lo soluciona todo.

Europa furiosa, como antaño la diosa


Jurgen Schuldt / Universidad del Pacífico

Para: El Comercio del jueves 9 oct.


Embelesado por la sobrecogedora belleza de Europa, mutó Zeus en manso toro y la llevó a Creta. Ahí se hizo de ella. Pasaron los años, cambiaron los dioses y otro toro (símbolo de Wall Street) volvió a engatusar a la crédula Europa. Furiosa despertó y dio a conocer su resentimiento a través de sus hijos, Minos, Sarpedón y Radamantis, que parecieran haberse reencarnado la semana pasada: Gordon Brown, el premier británico, declaró que vivíamos en una “era de la irresponsabilidad”; añadió Angela Merkel, la canciller alemana, que era “el fin de la hegemonía norteamericana”; finalizó Nicolás Sarkozy, presidente francés, llamando a “la refundación del capitalismo”.

¿Anuncian declaraciones tan radicales, quizás una estrategia conjunta de Europa para afrontar la crisis? Todo lo contrario. Al parecer se impone, en el viejo continente, la lógica del sálvese quien pueda y como quiera. Las últimas señales nos hacen pensar en lo peor. La nueva Europa, que tanto esfuerzo consumió, podría hacerse añicos.

Para comenzar, los bancos son salvados por cada uno de los países, uno a uno. Por separado los gobiernos juegan su propio partido, sin considerar los efectos que sus acciones pueden ejercer sobre sus socios. Y, en efecto, hasta ahora han logrado salvar exitosamente varios bancos, como sucediera la semana pasada con el Fortis y el Dexia, así como el Hypo. No disponen de una estrategia, lo cual puede ser muy peligroso para cuando se contagie plenamente la furia de la turbulencia norteamericana sobre el continente europeo.

Luego, uno a uno, aunque no todos, han dispuesto un seguro de depósitos del 100%: comenzó Irlanda, con lo que las libras de Gran Bretaña comenzaron a fluir a la isla; le siguieron Grecia y Turquía a fin de atraer los dineros de sus vecinos; luego vino Alemania, con lo que obligó a Dinamarca y Austria a seguirla; en un carrusel que no parece tener fin.

Aún más, Sarkozy propuso un paquete de rescate por 300.000 millones de euros, pero el ministro alemán de finanzas fue muy enfático al respecto, apoyado por la canciller: “No queremos contribuir con ese pozo sobre el que no tenemos control y no sabemos en qué se usará el dinero de nuestros contribuyentes”. De manera que la vieja Europa no posee un programa similar (o mejorado) al recientemente aprobado por el Congreso Norteamericano.

Finalmente, las condiciones monetarias son muy restrictivas porque el Banco Central Europeo aún no se anima a reducir las tasas de interés, lo que contribuye a agravar el problema. Especialmente si consideramos que es bastante probable que Europa Oriental pronto comience a experimentar los efectos del recorte de los flujos del capital internacional.

Como es evidente, no bastan las medidas adoptadas solo por EEUU, pues una pérdida de confianza aún mayor desde allá contagiará aún más a las instituciones financieras europeas. Si no actúan en conjunto este fin de semana, no se suavizará la turbulencia, con lo que hará aún más daño a la economía real, se esfumarían los ahorros de millones de europeos y la parálisis crediticia destruiría masivamente empleos y empresas. En esas condiciones, el círculo vicioso suicida volatilizaría al Euro –¡el dios del viento!- y esto haría que la nueva Europa quede fragmentada y confinada en una isla, como nos cuenta la bella leyenda de los tiempos del sueño.

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Reforma laboral liberal antes que promoción de la microempresa


ACTUALIDAD ECONÓMICA
Ley Mype: 

Julio Gamero
Director ejecutivo de PCS


El DL 1086 y su reglamento están muy lejos de ayudar al objetivo de ir adecuando la institucionalidad del país a los retos que supone la puesta en vigencia del TLC con EEUU. Este decreto, al decir de sus autores(1), sería el instrumento sustantivo para la formalización de la microempresa y el acceso progresivo a los derechos laborales. Lo que se pone en duda, más aún de concretarse el traslado del tema mype de Trabajo a Produce.

Dicha ley, por lo demás, tiene un diagnóstico inadecuado de la realidad de la microempresa, simple y anclado en una deformación legalista de un tema que, por esencia, es de índole económico. Así, para dicho DL, la no formalización de dichas unidades empresariales obedece, esencialmente, a un asunto de "elevados costos laborales".

En ese sentido, el DL 1086 profundiza, por 2 vías, el régimen laboral especial (RLE) que consagró la 28015. Primero, al levantar la condición de transitoriedad –por 5 años– a los adscritos a dicho RLE. Al hacerlo permanente perpetúa la segmentación del mercado de trabajo. Segundo, al extenderlo a los trabajadores de la pequeña empresa, que por efectos de dicho DL ahora incluye a las empresas de hasta 100 trabajadores, cuando hasta hace poco solo comprendía hasta las de 50. Así, poco más de 1,3 millones de puestos de trabajo acabarán degradándose en sus condiciones laborales. El RLE, en la práctica, al acabar incluyendo al 80% de los asalariados privados se convertirá en el "régimen general" de trabajo, concretando así la "reforma laboral" anhelada por los fundamentalistas liberales.

En realidad, el DL 1086 solo incluye un aspecto en beneficio de los trabajadores de la microempresa: el cofinanciamiento estatal del seguro médico y del aporte previsional. Pero hay que recordar que este beneficio solo se activa si al trabajador se le incorpora en el RLE y, consecuentemente, se le paga al menos el salario mínimo. Conviene recordar que, en el 2006 solo un tercio de los asalariados de las mypes estaba recibiendo dicho salario.

Mientras que en la mype una mayoría de trabajadores no recibe el salario mínimo, en la pequeña empresa la realidad es muy distinta. Dos tercios de trabajadores de dicho segmento sí son pagados con al menos el salario mínimo, es decir, una mayoría. Más aún, en el segmento de 10 a 49 trabajadores, ya había –en el 2002– un 60% de los trabajadores en condiciones de formalidad(2).

Entonces, en razón de qué argumentación se degrada las condiciones de trabajo de quienes laboran en el segmento de empresas de hasta 100 trabajadores. La única explicación que se puede encontrar es la búsqueda de su "competitividad" a través del recorte de derechos laborales. Lo cual es la forma menos moderna de promoverla. La apuesta inteligente va por el lado opuesto: aumentar el excedente de ellas a través de mejoras en la productividad y la innovación, para lo cual la capacitación y la asistencia técnica a la mype son las herramientas básicas. Pero como esto le significaría al Estado peruano más de los 15 millones de soles que le dedicó en el 2006 (MTPE, 2006), el gobierno prefiere concentrar "los incentivos" en el recorte de los derechos laborales.

La incorporación de regímenes laborales especiales como "incentivos" para dinamizar un sector como el de la mype tiene un enfoque meramente normativo y, por ello, inefectivo. El problema real es la ausencia de un Estado facilitador de procesos de inclusión –políticas sectoriales explícitas, con recursos– que no están en la agenda de la "mano invisible".


(1) Entrevista al ministro de Economía Luis Carranza: "La reforma laboral es la más importante". En http://www.elcomercio.com.pe/edicionimpresa/Html/2008-07-13/la-reforma-laboral-mas-importante.html

(2) Lévano de Rossi, Cecilia (2005), "Elaboración de estadísticas de la micro y pequeña empresa", http://www.mypeperu.gob.pe/investigacion/Estudio.pdf

Este artículo también lo puede leer en http://aeperu.blogspot.com

No se pierda el domingo Actualidad Económica con PEDRO FRANCKE

 

¿Que cambiará? ¿Qué seguirá?

lunes, 6 de octubre de 2008

Pedro Francke
Es indudable que habrá mayor regulación bancaria y financiera. Probablemente, esto implique cambios no sólo nacionales sino también internacionales, dado que la crisis rebasa fronteras y demanda respuestas a otro nivel. Si con la crisis asiática de 1997 cayeron las pretensiones del FMI de imponer la libre movilidad de capitales en el mundo pero los EE.UU y sus financieras siguieron promoviéndola, hoy ya esa alternativa está totalmente desprestigiada.
En el Perú, Julio Velarde, Presidente del BCR, debe estar muy arrepentido de haber promovido que la banca peruana tomar créditos de corto plazo por 6 mil millones de dólares, lo que amplificará el impacto de la crisis en nuestro país. Y junto a la Superintendencia de Banca y Seguros se estará lamentando de haber favorecido la dolarización de los créditos de consumo e hipotecarios, aumentando la vulnerabilidad de nuestro sistema bancario. Cambios en estos aspectos se caen de maduros ante la evidencia que trae la crisis internacional que los mercados financieros deben ser cuidadosamente regulados.
¿Implicará esta crisis que otros dogmas del neoliberalismo se revertirán, y que pasaremos a ver más políticas industriales y sectoriales, más comercio justo y menos TLCs, mejor protección a los sindicatos y los derechos laborales, sistemas tributarios más justos, estados con mayor presencia social? El alcance del retroceso en las reformas neoliberales dependerá de un complejo proceso en el que la batalla de las ideas y la organización política de las alternativas serán la clave.

¿El Fin del Neoliberalismo?

Pedro Francke
Pocas veces en la historia quienes defienden la idea de que el "libre mercado" es el camino al progreso, se habrán visto más apabullados por la realidad que estas últimas semanas.
Primero acto: los grandes líderes de ese "libre mercado", las grandes empresas financieras internacionales, han mostrado su enorme fragilidad. Quienes conocían mejor que nadie adónde invertir el dinero, ahora resulta que han perdido trillones. Disculpen el error: han hecho perder a quienes confiaron en ellos, a quienes les entregaron su plata para que se la administren, trillones. Y en varios casos, algunos de estos gerentes luego de perder billones, han recibido "paquetes de compensación" que dejan chicos a los 15 millones de dólares que Fujimori entregó a Montesinos como su "CTS".
Segundo acto: estos financistas "libre mercado" corrieron a pedirle ayuda a Mr. Bush. Es decir, han corrido a pedir que el Estado haga precisamente lo que nos han dicho durante años que es muy malo: que el gobierno intervenga. Adiós ideologías, lo único que les importa ahora es que salven sus bolsillos.
Tercer acto: ese mismo Bush que bajo la bandera de la libertad de empresa se dedicó a rebajarle impuestos a los ricos para que hicieran más ganancias, que recortó la ayuda a los pobres porque decía que eso los "malacostumbraba" a andar pidiendo, que pregona por el mundo que lo mejor es el "libre mercado" de los TLC, gasta 300 mil millones de dólares en salvar a Fannie Mae, Freddie Mac y AIG y ahora se dispone a gastar otros 700 mil millones para seguir salvando a sus amigos, los que malversaron la plata de la gente.
¿Con qué cara nos van a hablar ahora del "libre mercado"? ¿Quién va a creerle una palabra a Bush, ahora que venga a la cumbre del APEC a promover la apertura de las economías, la libertad para sus capitales financieros y el predominio de sus trasnacionales como forma de integración mundial?
¿Que cambiará en la economía mundial?
Es indudable que habrá mayor regulación bancaria y financiera. Muchos de los "bancos de inversión" y ¨hedge funds" que hoy funcionan con enorme liberalidad, van a cerrar o estar severamente controlados. Al mismo tiempo que habrá mayores regulaciones nacionales, se abrirá un periodo de discusión y negociación para una nueva arquitectura financiera internacional., dado que la crisis rebasa fronteras y demanda respuestas a otro nivel. Si con la crisis asiática de 1997 cayeron las pretensiones del FMI de imponer la libre movilidad de capitales en el mundo pero los EE.UU y sus financieras siguieron promoviéndola, hoy ya esa alternativa está totalmente desprestigiada.
¿Implicará esta crisis que otras políticas del neoliberalismo se revertirán, y que pasaremos a ver más políticas industriales y sectoriales, más comercio justo y menos TLCs, mejor protección a los sindicatos y los derechos laborales, sistemas tributarios más justos, estados con mayor presencia social? La historia al respecto no está escrita aún. Cuánto se superen las reformas neoliberales dependerá de un complejo proceso en el que la batalla de las ideas y la organización política de las alternativas serán la clave.

Crisis Financiera

Entrevista Crisis

Entrevista.21: “El Perú nunca ha estado preparado”

El economista Bruno Seminario no es optimista y advierte que la crisis financiera en Wall Street afectará fundamentalmente a las provincias. Del sueño a la pesadilla americana.
Autor: Michael A. Zárate
Cuando el presidente Alan García dice que el Perú es un pueblo libre de la crisis financiera se parece al futbolista Johan Fano cuando proclama que tenemos un equipo competitivo para ganarle a Paraguay en Asunción. Es decir, ambos tratan de infundir optimismo, ¿pero cuánto de ese discurso es verosímil? Bruno Seminario, investigador de la Universidad del Pacífico, cree que el Perú no está preparado para enfrentar una crisis que podría significar el fin de la hegemonía de Estados Unidos. Un país no es solo lo que hace, es también lo que tolera.

El presidente ha asegurado que somos un país libre de amenazas internacionales y de crisis financiera.
Bueno, sabemos que nuestro presidente no se caracteriza por su perspicacia económica. Probablemente sea uno de los presidentes con menor entendimiento económico en el último siglo. La semana pasada han salido algunos indicadores y son bastante malos. Hasta ahora los efectos de la crisis han sido semicontenidos en el sector financiero, pero el principal problema que afronta el mundo ya dejó de ser financiero. Hoy es la parálisis crediticia.

La caída en el precio de las materias primas ya nos está afectando. ¿Qué otros efectos podrían ocurrir?
Un primer efecto es el financiero. Los mercados de crédito en EE.UU. están paralizados y sería bastante extraño que el Perú pueda conseguir crédito. Los bancos tendrán problemas al renovar su línea de crédito. Un segundo impacto será la caída del precio de las materias primas. Se reducirán los ingresos fiscales y conceptos como el canon o las regalías –que reciben las provincias– también disminuirán. Otro impacto es el siguiente. La industria textil ha caído 7% en los primeros seis meses del año. Eso va a ocurrir con casi todos los exportadores no tradicionales cuando se generalice la recesión en el mundo. Todos estos 'shocks’ son tan fuertes como en 1997.

Pero se sostiene que el Perú está hoy mejor preparado que en 1997.
El Perú nunca ha estado preparado. Si usted revisa bien, todos los gobiernos, antes de una crisis, dicen que el Perú está mejor preparado. Suponga que caigan los precios (de las materias primas) un 30% o 40% y que los ingresos fiscales caigan 30% o 40%. ¿De dónde va a sacar dinero el Gobierno para financiar el déficit? Había un fondo de estabilización fiscal, pero el ex ministro (Luis) Carranza lo distribuyó entre las provincias. Ante este tipo de 'shock’, el Estado no tiene ni la capacidad ni los instrumentos para neutralizarlo.

¿El TLC con Estados Unidos ha sido conveniente?
No se puede decir si ha sido conveniente o no. Pero si usted recuerda, cuando firmaron el TLC con Estados Unidos hubo algunos exagerados que dijeron que iba a generar un millón de empleos al año. ¡Cada año! ¡Ahora que digan cuántos empleos generará! (ríe). Obviamente, si te ligas con la economía que es el centro de la crisis, vas a sufrir. El TLC no tiene la culpa, sino la inestabilidad de Estados Unidos.

Se dice que hoy más que nunca debemos firmar TLC con la mayor cantidad de países para que no perdamos el nivel de las exportaciones.
Eso no tiene ningún sentido. El valor de nuestras exportaciones depende básicamente de los precios internacionales. Para vender productos mineros o pesqueros no necesitamos firmar ningún TLC porque son materias primas. Cuanto más TLC firmemos ahorita teóricamente se distribuirá más el riesgo. Probablemente, cuanto más abras la economía más expuesto vas a estar a este tipo de riesgos.

¿Es conveniente en estos momentos la firma de un TLC con China?
China tiene exactamente el mismo problema que nosotros. En estos momentos debe estar acumulando un montón de productos de exportación que no puede vender a Estados Unidos ni Europa, y nosotros somos los únicos a los que se les ocurre firmar un TLC. Ahora es el momento de poner barreras a los productos chinos. Por si acaso, el TLC con China no tendrá los efectos que el firmado con Estados Unidos.

¿A qué se refiere?
Mientras el efecto del TLC con Estados Unidos sobre el sector industrial es mínimo, lo que produce China sí afectará a toda la pequeña empresa. Si firman el TLC con China y no protegen a la pequeña empresa, pues el sector textil quebrará. ¿Ahora qué diablos le van a vender a China? ¿Un par de uvas que exportan? ¿Van a cambiar uvas por una quiebra masiva en el sector industrial? Si quieren firmar el TLC con China que esperen a que pasen los efectos de la recesión. Este es el momento menos oportuno.

¿La caída en el precio del petróleo es un aspecto beneficioso dentro de toda esta crisis?
No solo está cayendo el precio del petróleo, sino el de los alimentos. Entonces, es altamente probable que la inflación descienda también. Fíjese que más interesante que la caída del petróleo es la de los alimentos, pero que la gente no crea que esto nos beneficia porque el precio de los metales está descendiendo más. Y los efectos de la recesión aún no los estamos viendo en el precio de los metales. La caída recién se ha iniciado. Se puede caer más.

El ministro de Economía, Luis Valdivieso, viene siendo criticado por hacer recortes en diversos sectores. ¿Él debe usar hacha o bisturí?
El ministro Valdivieso –por su experiencia en el Fondo Monetario Internacional– es ahorita el único que se da cuenta del vendaval externo que se viene. Yo no lo criticaría. El que tiene la culpa es Carranza. El pobre Valdivieso trata de amortiguar los efectos de la crisis, pero no creo que pueda porque la única forma hubiera sido prepararse con dos años de anticipación.

Hoy en el mundo hay un debate impulsado por quienes consideran que ha llegado el fin del neoliberalismo.
¡Ese es el otro punto importante! Esta crisis no es una crisis cualquiera.

No es un ciclo económico más.
No. ¿Cuándo hemos observado la caída de todos los bancos de inversión de Wall Street? No es cualquier crisis. Si los bancos de inversión –que eran el sector básico para el funcionamiento del modelo– ya no existen, pues estamos ingresando a una nueva fase. Las crisis normalmente habían estallado en países emergentes, pero esta ha empezado en el centro. Además, el gobierno estadounidense no ha tenido ningún reparo en hacer todo lo contrario a lo que postulaba. Vamos ahora hacia un mundo con profundas regulaciones. El liberalismo, entendido como la supresión de regulaciones, prácticamente desaparece. ¿A qué período hemos entrado? Aún no lo podemos saber.

Será un período en el que el rol del Estado en la economía será mayor.
Sí, y ya lo estamos viendo. Lo que ha pasado en Estados Unidos se va a reproducir en Europa, y las políticas económicas de los países emergentes vienen de ahí. Obviamente, estamos ingresando a una nueva fase. En realidad, algunos creen que estamos ingresando a un nuevo período histórico muy raro que se da normalmente cada 100 o 150 años en el mundo. Un tránsito hegemónico en el que una potencia deja de ser dominante.

¿Como el tránsito que hubo de Inglaterra a Estados Unidos?
En realidad se conocen dos tránsitos. El de España a Inglaterra y el de Inglaterra a Estados Unidos. El gran problema de estos tránsitos es que abren un período de profunda inestabilidad. No es que Estados Unidos vaya a dejar de ser súbitamente el país más importante. Esto será algo progresivo. Pero las tendencias ya están a la vista.

¿Pero quién va a emerger? ¿China?
Es poco pronosticable. Cuando Inglaterra perdió hegemonía hubo dos competidores que fueron EE.UU. y el Imperio Alemán. Hoy el gran problema no es quién va a emerger –porque no es posible identificarlo– sino qué tipo de tránsito vamos a tener. El tránsito de Inglaterra a EE.UU. no fue muy agradable. Hubo la gran depresión, dos guerras mundiales, murieron 200 millones de personas, surgió el comunismo, el nazismo, etc. Esa es una posibilidad.

¿Cuál es la otra?
La otra posibilidad es que sea un tránsito más lento y prolongado, como lo que ocurrió con la monarquía española a finales del siglo XVII. España inició un lento declive como potencia mundial y surgieron un montón de países chicos que comenzaron a crecer. Habría que rezar para que se dé algo similar. En realidad, no tenemos idea de quién puede sustituir a EE.UU. China ahorita no está preparada para sucederlo. Todavía es una economía chica.

¿Tiene razón el ministro de Finanzas de Alemania cuando pronostica que EE.UU. perderá su estatus de superpotencia en el sistema financiero?
Probablemente entremos a lo que se llama un mundo multipolar. De hecho, ya estamos viendo las consecuencias de ese tránsito. Ahora al FMI y al Banco Mundial nadie les hace caso. Una institución como el G7 ya no tiene el poder de antes. El proceso parece haberse iniciado. Por ejemplo, examinemos el caso de esta agencia americana de riesgo que nos dio el grado de inversión.

¿Cuál de las dos: Fitch Ratings o Standard & Poor’s?
Bueno, las dos. Da lo mismo. ¿Qué credibilidad tienen hoy? ¡Esos señores dijeron que la aseguradora AIG era una empresa triple A! Imagínese, ¡la compañía de seguros que quebró era triple A! Eso sucede cuando hay este tipo de problemas en procesos internacionales. Uno puede decir que no se debe nacionalizar un banco, pero lo curioso es que esta posibilidad ya está reconocida por gente más experimentada.

El propio Mario Vargas Llosa ha llamado a los liberales a revisar la idea de que menos Estado es mejor para el funcionamiento de la sociedad.
Que Vargas Llosa reconozca eso ya es sorprendente. Lo primero que debe saber el lector es que ha ocurrido algo importante. Lo que quiere vender el Gobierno es que se trata de cualquier cosa. Son cambios que van a pasar a la historia. Cuando se escriba la historia del siglo XXI estos años estarán ahí.

¿Wall Street pertenece ya a las viejas cosas del siglo XX, como los tranvías, los barberos, los mecanógrafos o el amor eterno?
(Ríe) Wall Street, como se concibió, ya no existe. El crecimiento de Wall Street se basa en una regulación de 1930, que separa la banca comercial de la banca de inversión. El gobierno de Estados Unidos ya clausuró la banca de inversión y los pocos que quedan se han tenido que convertir en bancos comerciales porque el público tiene miedo.

¿Esta coyuntura no favorecerá a Humala, quien habla de no tenerle miedo al rol empresarial del Estado?
No sé a quién beneficiará, pero sí conocemos algo históricamente. Cada vez que ocurren efectos semejantes, en el Perú hay una profunda transformación del régimen político. Cuando ocurrió lo de 1930 el gran beneficiado fue el Apra. Luego del primer gobierno de Alan García el gran beneficiado fue Fujimori y los independientes.

Hablamos de los beneficiados, ¿pero quiénes serán los perjudicados?
Esta recesión va a afectar fundamentalmente a las provincias, justo de donde vienen los conflictos sociales. Carranza cometió un error. Antes casi todo el gasto fiscal en el Perú era administrado por un sistema de caja fiscal. Hoy la iniciativa de gasto la tienen los gobiernos regionales. Entonces, cuando haya que recortar los recursos se va a originar un lío enorme en provincias.

Escaramuza entre ortodoxos


Jürgen Schuldt
Economista Universidad del Pacífico

Fuente: La República, octubre 5, 2008


Quienes han determinado las políticas macroeconómicas y las "reformas estructurales", sobre todo desde 1990, han sido los economistas injusta o despectivamente denominados "neoliberales". Ellos han dado la pauta del "pensamiento único", sustentado en el necesariamente simplón recetario del "Consenso de Washington", aderezado con algunos ajustes ad hoc.

Estos economistas del "pensamiento único" sanearon exitosamente las cuentas macroeconómicas gracias a la bonanza externa en un principio, a costa de fenomenales desequilibrios sociopolíticos internos. Curiosamente, sin embargo, en el transcurso del último mes se ha abierto una notoria brecha tripartita al interior de este grupo técnico, tradicionalmente tan unido ideológicamente.

De un lado están los ortodoxos más religiosos, quienes –desde el MEF– pretenden afrontar la turbulencia mundial con ajustes clásicamente fondomonetaristas, desacelerando el crédito interno y el gasto público para encoger la demanda interna y evitar a toda costa la inflación, por más que el presidente del Banco Central de Reserva (BCR) haya dicho que en octubre la inflación sería cero. Las consecuencias de este esquema son conocidas: menor crecimiento y mayor desigualdad-desempleo-subempleo.

De un segundo lado del espectro convencional están quienes dicen que no hay que hacer nada porque la crisis internacional resolverá los problemas por sí sola. Según estos autores la estabilización que proponen los primeros sería un "frenazo que terminaría en un frentazo".

Cito textualmente a unos pocos de los muchos que opinan así, sin nombrarlos (a fin de evitar esas muy limeñas susceptibilidades). Escuchémoslos: "El origen de esta coyuntura es importado. (…) Pero el crecimiento productivo basado en la inversión, así como la solidez del sistema financiero, se ha mantenido intacto. El efecto de la crisis internacional sobre el crecimiento lo empezaremos a sentir en los próximos meses. Escenario nada recomendable para seguir una 'receta de enfriamiento' al estilo del FMI". Y, añade un tercero, "da la impresión de que se le ha pasado la mano (en el ajuste), (cuando el MEF) debería concentrarse en eso (se refiere a 'mejorar radicalmente la calidad del gasto')".

Un tercer enfoque viene dado por una ortodoxia paradójicamente heterodoxa, cocinada en el BCR. En enero impuso un control de capitales de corto plazo muy exitoso, a la par que ha ido aumentando la tasa de interés de referencia, aunque aún muy tímidamente. Mal hizo, sin embargo, en malgastar casi US$ 2,500 millones de nuestras reservas durante los últimos 30 días para "evitar la volatilidad" y que el precio del dólar exceda la 'barrera sicológica' de los tres soles. Bien pudieron inyectar unos mil millones para evitar los vaivenes, pero dejando que el sol se devalúe leve y gradualmente, llevándolo a 3.05 o 3.10 por dólar, con lo que también habrían contribuido a defender espuriamente a la industria y beneficiado a los exportadores no tradicionales, a cambio de alguito más de ingresos tributarios.

Según la última encuesta del BCR, los pronósticos de los expertos señalan que el tipo de cambio se ubicará en S/. 2.85 por dólar a fines de año. Pero, como se desprende de una proyección de la Balanza de Pagos, llegamos a la conclusión de que el ritmo del flujo de dólares que ingresará será menor al que ingresará al país. ¿Cómo así?:

Uno: las exportaciones crecerán menos de lo esperado, en precio y volumen. Dos: las importaciones seguirán creciendo a todo vapor hasta fin de año, jalonadas por el crecimiento económico del 9%. Tres: las utilidades de las empresas extranjeras saldrán a un mayor ritmo y las reinversiones disminuirán. Cuatro: las remesas de nuestros emigrantes disminuirán paulatinamente. Cinco: los desembolsos por créditos de largo plazo del extranjero prácticamente se congelarán, mientras que su amortización podría adelantarse. Seis: la inversión extranjera directa no vendrá al ritmo de catarata que esperaba el gobierno. Con lo que, si tenemos suerte, festejaríamos el Año Nuevo con un tipo de cambio de 3.20 soles por dólar, a no ser que el BCR quiera seguir "escupiendo contra el cielo" (a ese respecto, con el respeto debido, mi tierna abuelita me inculcó este principio algo más pedagógicamente: "nunca mees contra el viento").

En ese menjunje de planteamientos y políticas, en que se observa que las instituciones rectoras de la política económica parecen estar entrando en trompo, falta un aspecto esencial, cuando menos: dada la emergencia, que no permite realizar una reforma tributaria integral, se debería aumentar los impuestos directos y el ISC a los bienes de lujo, cobrarles regalías a todas las mineras, entre otros (como van las cosas, el impuesto a las sobreganancias sería jugoso en vistas de la expectativa que la onza de oro se dispare más allá de los US$ 1.000)

¿De Verdad Alan García Cree que la Crisis no nos Afectará?

viernes, 3 de octubre de 2008

Pedro Francke


Este jueves 2 de octubre, el Presidente García declaró que el Perú "está libre de la crisis financiera, inmobiliaria e hipotecaria….porque tiene una economía estructurada y sólida… y porque cuenta con un stock de divisas e inversiones comprometidas y crecientes". Nada más falso.


De hecho, los efectos de la crisis internacional sobre la economía peruana ya se empezaron a sentir, sólo que todavía no llegan a los hogares. El cobre, que llegó a valer 4 dólares la onza, hoy solo vale 2.80. Las industrias de exportación empiezan a sentir la pegada de la menor demanda externa. El BCR ya ha tenido que sacar 2,700 millones de dólares de sus reservas, porque los capitales se están yendo del país.



Todavía no sabemos la magnitud de los efectos de esta crisis internacional sobre el Perú. Si estamos a mitad del terremoto, ¿cómo vamos a saber cuánto son los daños? Espérense unos meses a que termine este terremoto financiero internacional y allí podremos saber. Pero de que habrá efectos sobre el Perú, los habrá y no serán pequeños.



Sobretodo, porque la política económica de los dos primeros años de este gobierno nos ha puesto en una situación muy vulnerable. Dejó que las ganancias extraordinarias producidas por el boom de precios de las materias primas, como el cobre, se las llevaran mayoritariamente las empresas mineras y petroleras, en vez de aprovecharlas para lanzar las reformas requeridas en educación, salud, justicia y seguridad ciudadana. No ha ordenado la distribución del canon, multiplicando conflictos entre regiones y generando, en algunas provincias altamente favorecidas, booms artificiales que ahora se van a deshacer como burbujas en el aire. Con el TLC, nos ha enganchado a una economía en recesión y en declive. Favoreció que los bancos peruanos se endeudaran a corto plazo por 6 mil millones de dólares del exterior, lo que pone a nuestro sistema financiero y nuestra economía en situación muy vulnerable si esos capitales se van. Ha elevado el tope de inversiones de las AFPs al exterior, justamente cuando necesitamos preservar que los capitales se queden en el país.



Es verdad que por otro lado tenemos bastantes reservas internacionales. Ojalá sean suficientes para resistir los embates de la crisis internacional, pero eso no está para nada asegurado: el BCR ha perdido el 10% de sus reservas disponles (posición de cambio en menos de un mes, así que a este ritmo, no duramos un año. Este gobierno ha aplicado irresponsablemente políticas financieras de "libre mercado" similares a las que han incubado la crisis financiera internacional. Las palabras de Alan García de que todo está bien, son igualitas a las que dijo Bush unas semanas atrás. Hasta que todo su castillo de naipes se derrumbó.



Las políticas fondomonetaristas que está aplicando el ministro Valdivieso, proveniente del FMI, tampoco auguran nada bueno. El recorte del gasto público se está dando con toda fuerza, afectando el gasto social y las inversiones regionales. Mientras tanto, ningún ajuste sobre mineros que nadan en nuestro oro o financistas irresponsables.



Alan García es tan inconsistente, que hace pocos meses decía que todo el problema de la inflación era culpa de afuera, del exterior. Ahora resulta que lo que pasa afuera, no nos afecta para nada. ¿Cómo creerle?



Ojalá que las palabras de García sólo sean un poco de demagogia y de un engaña muchachos. Porque si de verdad cree lo que dice, y no está preparando a su gobierno para enfrentar la crisis, se nos va a venir muy fea la cosa.

El censo del 2007 y la población rural

jueves, 2 de octubre de 2008

Actualidad Económica
El censo del 2007 y la población rural

Fernando Eguren
Director DEL Centro Peruano de Estudios Sociales (cepes)

El análisis de los resultados del censo de población del 2007 merece la atención de especialistas y de quienes toman decisiones; ofrece, aun con sus limitaciones, una visión actualizada de las características demográficas y sociales del país.

POBLACIÓN RURAL Y URBANA

Según la definición censal, es urbana la población que tiene "como mínimo 100 viviendas agrupadas contiguamente", y también "las capitales de distrito, aunque no cumplan este requisito". De acuerdo con este criterio, de la población total censada (27.4 millones) en 2007, el 24.1% (6.6 millones) era rural, porcentaje en decrecimiento continuo por lo menos desde 1940. Desde 1993, la población urbana creció a una tasa promedio anual de 2.1%, mientras que la rural apenas lo hizo en un 0.01%.

Sin embargo, la definición censal minimiza el peso de lo rural. Entre los intentos de usar conceptos más apropiados está el reciente informe del PNUD sobre Chile, Desarrollo Humano en el Chile Rural, que concluye que la población rural chilena es tres veces mayor que la considerada de acuerdo a la definición oficial (*)

La población económicamente activa rural

El censo del 2007 registra una PEA total de 10.6 millones, siendo la PEA rural el 20% de ese total (en 1993 era 26%).

Pero el censo muestra que no es lo mismo PEA rural que Pea agrícola, ni que la PEA urbana es necesariamente no agrícola. Así, más de un tercio de los ‘peones de labranza y peones agropecuarios’ del país (34.7%) no forman parte de la población rural, sino de la población urbana. Del mismo modo, es también parte de la población urbana el 29% de los agricultores y ‘trabajadores calificados’ de cultivos y plantaciones.

Por otro lado, alrededor del 20% de la PEA rural se dedica a actividades no agrícolas ni ganaderas: comerciantes, conductores de vehículos, mineros, albañiles, maestros de primaria, etc.

Este traslape entre lo urbano y lo rural muestra que las definiciones censales usuales deben ser revisadas para dar cuenta de una realidad que es más compleja.

IDIOMA

El censo también da información interesante sobre las diferencias culturales. Como podría esperarse, las lenguas nativas continúan retrocediendo frente al avance del castellano, aun cuando siguen siendo cuantitativamente muy importantes. Según los resultados censales, más de 4 millones de personas nacidas en el Perú aprendieron a hablar en una lengua nativa (el 13% en quechua y el 2.7% en otras lenguas).

La importancia de las lenguas nativas es mayor en las áreas rurales, pues representa el 37% del total de la población rural. En algunos departamentos constituyen mayoría, como en Cusco (78.9%), Puno (87%) y Ayacucho (85%).

El peso de las lenguas nativas no guarda proporción con los escasos esfuerzos del Estado por la educación bilingüe y por su utilización en documentos y procedimientos oficiales.


(*) En el Informe se usa el concepto de ruralidad en un sentido ampliado. Incorpora tanto los pueblos, aldeas y caseríos, como las ciudades de los territorios rurales, "que tejen entre sí, y con sus pueblos y aldeas, redes de comunicación e intercambio cada vez más complejas y densas. Así concebida, la ruralidad en Chile es mucho más grande de lo que suele pensarse…" http://www.desarrollohumano.cl/Informe-2008/SINOPSIS.pdf

Este artículo también lo puede leer en http://aeperu.blogspot.com

Mañana no se pierda Cristal de Mira con HUMBERTO CAMPODÓNICO

Enseñanzas de la actual crisis financiera

miércoles, 1 de octubre de 2008

Germán Alarco Tosoni

Investigador Principal CENTRUM Católica

Creo que no somos muchos los que pensamos que lo ocurrido ayer en la Cámara de Representantes de los EE.UU. no es tan malo y por el contrario tiene mucho de positivo. Nos han dando algunas buenas lecciones. La primera consiste en resaltar la importancia de los ciudadanos, ya que desde el anuncio del programa de rescate sus reacciones han sido negativas, en tanto que no va a solucionar los problemas y favorece a los banqueros, lo cual ha sido tomado en cuenta por los legisladores.

La segunda enseñanza es que el fin no justifica los medios. La crisis en el mercado de valores es evidente, se ha iniciado la crisis bancaria, pero no se trata de apoyar programas de rescate genéricos. La opción que venían manejando es la peor de todas. Comprar malas deudas, implica eliminar la responsabilidad de los banqueros, darles recursos para que sigan especulando. El otro camino, dentro de los muchos menos malos, es otorgarles líneas de crédito convertibles a capital. Si no pueden devolver los créditos de apoyo el estado se apropia de lo que corresponda del patrimonio del banco, para después venderlo a terceros. Los accionistas y sus directivos deben pagar por sus errores.

La tercera enseñanza es la preeminencia de los principios. Si se es neoliberal, como los Republicanos, la solución la debe dar el mercado. Los malos deben quebrar y los buenos sobrevivir. Por último, la cuarta enseñanza, es que se están desarrollando fórmulas muy ingeniosas para acompañar el rescate, como las de limitar los sueldos de los directivos de las instituciones sujetas a apoyo, limitar los indemnizaciones a ejecutivos, recompra de acciones por ciudadanos, limitar operaciones con derivados, entre otras.

Todo lo anterior no significa que hay que cruzarse de brazos. Lo primero que hay que hacer es multiplicar al menos por diez las garantías públicas a los depósitos en las instituciones financieras. En EE.UU hasta US$ 1 millón y US$ 200,000 en el Perú y a costo de los propios bancos, no trasladable. El quid del asunto es aislar la crisis del mercado de valores, del sistema bancario y del aparato productivo. No hay que tirar dinero bueno en malos negocios. El programa de rescate debe orientarse, en su momento, a crear empleos, rescatar el estado de bienestar, apoyar proyectos de reestructuración productiva, a la ciencia y tecnología, entre otros. Esta crisis es estructural, el sub prime es su última expresión. La esfera financiera se sobreexcedió respecto de la productiva. Es hora del ajuste, no de aplicar populismo financiero que beneficia sólo a los especuladores.

La Gran Depresión


La Gran Depresión fue el mayor desastre económico que ha experimentó los Estados Unidos en el siglo XX. Como consecuencia del mismo, el PBI producto interno experimentò, en una pazo de tres años, un reduccción de terinta por ciento. Hubo en ese netonces  quiebras de bancos, desempleo masivo y un derrumbe general del nivel de actividad económica.   El día de ayer distinguidos especialistas  se preguntarpn si un desastre de esta magnitud podía repetirse: una clara demostración del agudo desconcierto que invade a los mercados internacionales.  ¿Puede este evento volver a repetirse? Hasta hace poco,  los especialistas consideraban poco probable esta posibilidad , pues se consideraba  que  un evento de esta naturaleza podia evitarse con una polìtica económica adecuada. 

Si se vuelven hacer esta pregunta es porque los remedios conocidos parecen no funcionar: nada parece detener el avance de la recesión en Estados Unidos y los países industriales. Ae puede apreiar la dimensión del desatre en el gràfico que adjuntamos ue representa la trayectoria del producto bruto interno en los años treinta. 

       






¿Sucederá de Nuevo?


¿Sucederá de Nuevo? Juergen Schuldt


Hyman Minsky se planteó esta interrogante -pensando en el Crack de 1929- en un célebre texto olvidado, hasta que hace un año atrás comenzó a venderse el libro por Internet en varios miles de dólares al explotar la burbuja hipotecaria: “¿Can ‘It’ Happen Again? Essays on instability and finance” (1982). Ahí expuso su ‘hipótesis de la inestabilidad financiera’, la que sería inherente al sistema capitalista. Alumno de Schumpeter y Leontief en Harvard, donde se doctoró, tuvo el coraje de oponerse a la ortodoxia dominante, de acuerdo a la cual los mercados financieros eran inherentemente eficaces (hipótesis de los ‘mercados eficientes’), por lo que no sería posible que se procese crisis financiera alguna en una economía de mercado moderna y que sirvió de base para elaborar las estrategias de cartera (y para obtener algún Premio Nóbel en Economía) que ahora volvieron a fracasar estrepitosamente.

Planteó el paradigma de la “inestabilidad financiera”, que postula la existencia de tres fases de relaciones ingresos-financiamiento a lo largo del ciclo económico. La primera se da luego de una recesión; es el más sano y seguro por el hecho que las familias y las corporaciones se endeudan conservadoramente y sirven tranquilamente sus deudas con flujos de caja (‘hedge finance’). En una segunda etapa, cuando la economía y las ganancias comienzan a crecer a elevados ritmos y comienza la bonanza, se generaliza el optimismo; los deudores sobrevalúan su potencial de pago, con lo que solo pueden cubrir los intereses adeudados, pero no el capital (‘speculative finance’). A pesar de ello, los bancos siguen refinanciando las deudas, dado el ambiente de euforia y las presiones competitivas que enfrentan, lo que desemboca en la fase de la ‘Ponzi finance’, en la que los deudores ya no pueden cumplir, ni con los intereses, ni con el capital. Se cierra el ciclo con el “momento Minsky” porque se hace imposible el refinanciamiento, comienzan la morosidad de las familias y las quiebras de las corporaciones. Si el endeudamiento ha llegado a grandes proporciones, el pánico puede materializarse en una crisis como la que ocurrió en EEUU en los 1930s. ¿Será éste el proceso que estamos experimentando en estos momentos? No solo explotó la ‘burbuja hipotecaria’, sino que también acabó con la banca de inversión y se desinfló la relación precio/ganancias (ver gráfico adjunto).

Desde agosto del año pasado hemos visto las nefastas consecuencias del derrumbe, pero hace dos semanas se ha agravado aún más el descalabro: la gente extrae ahorros de los bancos para guardarlos bajo el colchón, el casino se desarma como castillo de naipes. EEUU acaba de caer en la clásica ‘trampa de la liquidez’ keynesiana, razón por la cual no habrá política monetaria que funcione y será necesario atacar la crisis por el lado fiscal. El nerviosismo parece general, a tal grado que el arzobispo de Canterbury nos recomienda volver a leer Das Kapital (se entiende: la parte referida al ‘capital ficticio’ del tercer tomo). Pero más significativo resulta que los templos de las inmediaciones de Wall Street, antes frecuentados solo por turistas, se repleten de elegantes agentes financieros. Desafortunadamente la divinidad se negó a intervenir, porque hoy las Bolsas volvieron a caer estrepitosamente, incluso antes que la Cámara de Representantes rechazara el Plan de Paulson. Con lo que la onda tectónica se profundizará y contagiará aún más contundentemente al resto del mundo y golpeará al Perú con fuerza, a más tardar, desde inicios del próximo año. Esperamos equivocarnos.




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