Waldo Mendoza Bellido
Departamento de Economía de la PUCP
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Hay una sequía del crédito en dólares debido a que la banca local perdió el 2008 su acceso a fondos de corto plazo en el extranjero a raíz de la crisis financiera ocurrida en USA. En noviembre último, los préstamos en dólares de los bancos al sector privado disminuyeron en 0.6 %, respecto al mismo mes del año pasado. Como el crédito en dólares representa la mitad del total, esta sequía crediticia es una importante fuerza recesiva que está detrás del crecimiento cero que viene registrando la economía peruana en 2009.
Eso es, en resumen, lo que dije en El Comercio del 24 de noviembre. Recibí la réplica inmediata del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), a través de su Gerente de Estudios Económicos, Adrián Armas (El Comercio, 28 de noviembre) e, inesperadamente, también de Mirko Lauer, el columnista político de La Republica y amigo del presidente García.
Según Lauer, mi crítica a la política monetaria tiene “un sesgo político importante”, porque el dato es que yo seria “uno de los principales asesores del candidato puntero Luís Castañeda”. Si Lauer hubiera cruzado sus fuentes y me hubiera llamado a la Católica, le hubiera dicho que su dato es falso. Y de paso le hubiera explicado también el secreto del “milagro peruano”, de cómo se logra parar en seco en unos pocos meses a una economía que crece al 10% anual. Y que parte de ese secreto es esta sequía crediticia en dólares.
Las cuestiones de fondo
La evolución del crédito en soles depende de la tasa de interés de referencia del BCRP, del humor de los banqueros respecto al futuro de la economía y del crecimiento del PBI. Si se reduce la tasa de referencia o si los banqueros se tornan optimistas o si la economía se reactiva, aumenta el crédito en soles.
Para que el ritmo de crecimiento del crédito en soles no se desplome, el BCRP debió bajar la tasa de referencia apenas detonó la crisis internacional en setiembre de 2008. El presidente del BCRP ha declarado que eso “hubiera sido una locura. En un momento de presión al alza del tipo de cambio solo un loco, un imprudente, hubiera bajado la tasa de interés”. Pobre presidente del Banco Central de Australia, quien bajó la tasa de interés en setiembre de 2008, medio año antes que el BCRP, justo cuando el dólar se fortalecía respecto a casi todas las monedas del planeta.
Esta demora en la reducción de la tasa de referencia, el enfriamiento de la economía y el cambio de humor de los banqueros, explican que el ritmo anual de crecimiento del crédito en soles haya descendido desde el 52 % registrado en noviembre de 2008 a solo 16 % en noviembre último.
Fuente: BCRP.
Los créditos en dólares
Si los banqueros locales quieren ampliar rápidamente el monto de sus préstamos en dólares, como ocurrió en 2007-2008 o en 1996-1998, la opción es conseguir los fondos afuera. El problema es que, usualmente, estos fondos son de corto plazo, muy volátiles.
En la segunda mitad de los 90, se produjo una explosión de estos adeudados con el exterior que saltaron desde 1400 millones de dólares a principios de 1996 hasta 3630 millones a mediados de 1998. Como resultado, el crédito bancario local en dólares, que se alimentaba con estos fondos del exterior, se duplicó entre ambas fechas. Con la crisis rusa, hubo que pagar apresuradamente esta deuda, lo que provocó una sequía del crédito en dólares y fue una de las principales causas de la recesión de 1998-2000.
En 2007-08, ocurrió básicamente lo mismo. Hubo también una explosión de adeudados de corto plazo con el exterior que saltaron desde 754 millones de dólares a fines de 2006 hasta casi 2900 millones a mediados de 2008. Como resultado, el crédito local en dólares creció en más de 40 % entre ambas fechas. A raíz de la crisis financiera en USA, entre mayo del 2008 y setiembre del 2009, esta deuda con el exterior se redujo en tres cuartas partes. Esto provocó la sequía del crédito en dólares, que fue una de las principales causas de la recesión de 2008-2009.
Fuente: BCRP
Para evitar este ciclo de explosión-implosión de los adeudados con el exterior, el BCRP tiene a la mano una solución sencilla que ya se aplicó en 2004. Le pone un encaje a estos adeudados igual al encaje del 30% que recae sobre los depósitos en dólares. Esto significa que si un banco recibe un depósito o fondos del exterior por valor de 100 dólares, solo puede prestar 70 dólares y debe depositar en el BCRP los otros 30 dólares. El BCRP paga un interés (la remuneración al encaje) por estos 30 dólares. Mientras mayor sea la tasa de encaje y menor sea la remuneración del encaje, menos atractivo es tomar adeudados en el exterior para alimentar los prestamos locales en dólares.
La tasa de remuneración al encaje debe utilizarse como un instrumento de política para desalentar estos capitales y desdolarizar el crédito bancario, manteniéndola lo más baja posible, y no debe estar amarrada, como ahora, a la tasa de interés internacional.
Así, podemos aislar a la economía de la volatilidad de estos engreídos capitales de corto plazo.
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