Ver 2.
Pedro Francke
Nuevamente se empiezan a discutir alternativas para que las condiciones de trabajo puedan mejorar en las micro y pequeñas empresas, en las que predomina la informalidad, la falta de seguridad social de salud y pensiones, y la inexistencia de contratos y derechos laborales. El gobierno quiere sacar una ley al respecto usando el pretexto de la “implementación del TLC”, aunque realmente esto no tiene mayor relación con el TLC. El plazo para hacerlo vence a fin de este mes de junio, que es cuando caducan las facultades que el Congreso cedió al Poder Ejecutivo para dictar leyes sobre este tema.
Una opción interesante es la de facilitarles el pago de impuestos a estas micro y pequeñas empresas, haciéndoles más sencillos los trámites con un único tributo o contribución que sirva a su vez para otorgarles derechos de acceso a la seguridad social a sus trabajadores. Esta alternativa fue planteada meses atrás por la ministra Susana Pinilla cuando estaba en la cartera de trabajo. Lamentablemente, se han opuesto Rafael Rey y el Ministro de Economía, que están atrás de un sistema que no facilite impuestos y que más bien se concentre en la reducción de vacaciones, gratificaciones y CTS para los trabajadores de las medianas y hasta grandes empresas. La última propuesta del actual ministro de trabajo, Mario Pasco, se ha sumado a la idea neoliberal de reducir vacaciones, gratificaciones y CTS a los trabajadores en empresas de hasta 50 empleados, que ya no son pequeñas. Obviamente, recortar derechos a los trabajadores de empresas medianas y grandes no hace nada a favor de los pequeños empresarios, y si mucho en contra de esos trabajadores de grandes empresas.
Lo cierto es que la ley vigente, que da a los pequeños empresarios la ventaja de reducir vacaciones y gratificaciones pagadas a sus trabajadores, pero sin simplificación tributaria ni promoción de la seguridad social, no ha funcionado. Menos del 5% de pequeñas empresas se ha acogido al sistema. Rey y Carranza quieren mantener a las pymes y a sus trabajadores igual de mal, mientras dan beneficios a las grandes empresas. De esa manera, además, harán que las pymes pierdan posibilidades de competir con las grandes empresas, que son las que más han estado creciendo en los últimos años.
Si el objetivo es mejorar las condiciones de trabajo y avanzar en otorgar un empleo digno y decente a quienes están en pequeñas y microempresas, el facilitar que esas personas accedan a la seguridad social rebajando los costos y facilitando los trámites es una buena alternativa. De paso, aumentarán su competitividad.
Desde luego que reformas más de fondo, hacen falta, tanto en el tema del aseguramiento como en el de la promoción de las pymes. Todos los peruanos debieran tener un seguro de salud que cubra los costos cuando se enferman, y ello pasa por un aseguramiento universal y un sistema nacional de salud. Por su parte, las pymes deben tener facilidades de crédito, asistencia técnica y una protección del mercado nacional frente a importaciones desleales como la ropa china.
Pero los avances parciales deben ser bienvenidos. En ausencia de una estrategia general de reformas orientadas a atacar los problemas sociales y la desigualdad, estos avances tendrán alcance limitado. Pero más vale dar un paso adelante con la propuesta del monotributo asegurador sin menoscabo de beneficios laborales, que dos atrás con la propuesta antilaboral de Carranza y Rey.
Publicar un comentario