El Retorno de los Inmigrantes

lunes, 30 de junio de 2008

COMERCIO SIN RESTRICCIONES Y EL RETORNO DE LOS INMIGRANTES
Por: Santiago Roca, Profesor Principal Universidad ESAN

La directiva del retorno de los inmigrantes recientemente aprobada por la Unión Europea pone sobre la mesa una vez mas las contradicciones y el doble discurso de los acuerdos de libre comercio. Mientras por un lado se pide el acceso libre a los flujos de capital y al movimiento de bienes y servicios entre países, de otro lado se restringe la entrada y movilidad del trabajo, se aprueban subsidios generalizados a la producción agrícola (Farm Hill) y se protege con monopolios estatales el desarrollo tecnológico.
Los países hoy día desarrollados siempre han sabido manejarse a favor de sus intereses. Cuando Estados Unidos era un país en vías de desarrollo (productor de materias primas) Alexander Hamilton colocaba impuestos a las exportaciones de algodón encareciendo los insumos para los ingleses y a la vez gravaba con aranceles a las importaciones de textiles para favorecer la producción nacional. Unas décadas después, cuando llegaron a ser buenos produciendo textiles pedían que los mercados del mundo se abran sin ninguna restricción y se respete el libre comercio. Iguales han sido los otros países desarrollados. Hace apenas unos 50 años los japoneses se dedicaban a copiar e imitar cuanta tecnología extranjera era posible, pero ahora que son ya buenos generando su propia tecnología, reclaman y exigen que el resto del mundo no copie y respete sus derechos.
El Perú está en estos momentos suscribiendo tratados de apertura de mercados con diversos países, pero pareciera que en estos tratados los temas que nos interesan no estuvieran presentes. Si bien a ellos les interesa que nuestros mercados de bienes y capitales (que ellos tienen en abundancia) se abran, a nosotros nos debería interesar que el mercado de trabajo de ellos se abra, al ser nosotros abundantes en mano de obra. En las conversaciones ni siquiera se ha tocado el tema. Si de principios se tratase y todos quisiéramos libre movilidad de bienes y factores, este debería haber sido uno de los pilares de los acuerdos.
En el fondo, en ellos, más que los principios de libertad económica predominan sus intereses y beneficios específicos de cada época. Ahora les conviene que los mercados de bienes se abran pero que los mercados de mano de obra se cierren, que los conocimientos se protejan en vez de que sean libres, y que sus productores agrarios vivan mejor (con subsidios desleales frente a los competidores del mundo) aunque sean ineficientes y poco competitivos. El problema no es de ellos es de nosotros. Cuáles son nuestros intereses? Reflejan nuestras decisiones los intereses nuestros o los de ellos y sus principales representantes en nuestros países?
Por centenas de años, los países de América Latina han recibido millares de extranjeros casi en forma libre e ilimitada, que venían en búsqueda de mejores ingresos y formas de vida, ahora sin embargo que nosotros necesitamos exportar nuestra abundancia de mano de obra para lograr que los de adentro puedan vivir mejor, los europeos nos cierran aún más sus puertas, porque realmente no están dispuestos a compartir ni disminuir su bienestar. Los tratados de libre comercio deben de poner este tema en la agenda. No todo pueden ser temas en donde ellos tienen mucho más que ganar. Hay que reconocer que en el momento que se discutía el retorno de los inmigrantes en el Parlamento Europeo solo el Presidente Evo Morales levantó su voz para exigir a los europeos reciprocidad y no atentar contra los principios de libertad económica y los derechos de las personas. Quizás por ello exige tratados de comercio diferentes. Bien sin embargo que los demás países latinoamericanos, incluido el Perú, se hallan finalmente plegado a conversar sobre este tema con la Unión Europea.

Actualidad Económica del Perú

Aportando al debate con alternativas económicas desde 1978

Archives