Farid Matuk
Las proyecciones del MEF y del BCR para el 2009 diferían en 1,1 puntos, pero el BCR ajustó las cifras, considerando la inflación a mayo, y su expectativa sobre el déficit en la cuenta corriente pasó de 2,4% a 2,7% del PBI. El Marco Macroeconómico Multianual, documento de referencia emitido por el MEF, espera un déficit menor en 1,4 puntos. Al respecto, el director de Asuntos Económicos y Sociales del MEF, Javier Kapsoli, explicó que, al margen de cómo cada entidad haya hecho los cálculos, lo importante es que tanto el MEF como el BCR coinciden. (El Comercio B-3 – 14 de Junio de 2008)1
Los estándares internacionales y la transparencia metodológica son componentes esenciales de un estado moderno, para que no se “pacten” coincidencias como las informadas ayer o para que se “arreglen” resultados como los de la pobreza de hace unas semanas atrás. Pero lo primero que llama la atención es que el Marco Macroeconómico Multianual 2009 – 2011 aprobado por el Consejo de Ministros el pasado 28 de Mayo, hace sólo 18 días, tiene un déficit en cuenta corriente inferior a la mitad del pactado esta semana.
Un componente esencial del “balance en cuenta corriente” son las exportaciones e importaciones de bienes y servicios que representan más de cuatro quintos de los flujos de entradas y salidas de la cuenta corriente externa. Es decir, esta duplicación del déficit de cuenta corriente ocurrido durante las últimas tres semanas tienen que tener una explicación en la evolución reciente de las importaciones y exportaciones.
Hasta Enero de este año, nuestro país reportaba las estadísticas externas siguiendo los criterios de Naciones Unidas explicados en la ficha técnica de las últimas dos páginas del boletín denominado “Evolución de las Importaciones y Exportaciones”2, en particular la metodología de cálculo de los precios externos para separar lo comerciado en términos físicos de las fluctuaciones de los precios internacionales.
En el último boletín diseminado este mes3, se tienen criterios de “sabor nacional” que desechan los criterios homogéneos de la Comisión de Estadística de Naciones Unidas aprobados en 2003, que permiten la comparabilidad entre dos países cualesquiera con idénticos criterios. Ahora nuestras exportaciones son clasificadas con un obsoleto decreto supremo de 1992, y nuestras importaciones son clasificadas con un criterio elaborado por CEPAL en 1965.
Las razones que explican el cambio a una metodología arbitraria y obsoleta no han sido documentadas, como es la práctica gubernamental usual en estos días, para quién la transparencia debe ser una propiedad física del cristal y otras sustancias.
Farid Matuk
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