El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Henry Paulson, presentó un amplio plan para hacer más eficaz una serie de regulaciones a las que atribuye la agudización de la crisis hipotecaria del país, que se convirtió en un riesgo económico mayor.
Con el plan, la actual estructura de siete reguladores financieros se consolidaría en sólo tres agencias: la Reserva Federal (Fed), un regulador financiero a crearse y una tercera dependencia de protección del consumidor y de prácticas empresariales.
La iniciativa propone otorgar nuevos poderes a la Fed como “regulador de la estabilidad del mercado”. Esto implicaría formalizar un papel que la Fed ya ha desempeñado, al ofrecer liquidez a los bancos de inversión y reducir las tasas oficiales de interés.
Además, daría al banco central la autoridad para exigir a todos los participantes del sistema financiero información completa de sus actividades y establecer normas para su conducta.
En el nuevo sistema previsto por el Tesoro, la Fed podría “seguir de cerca los riesgos que pesan sobre el conjunto del sector financiero”, incluyendo los bancos de inversiones, las compañías de seguros y los fondos de inversiones de alto riesgo (hedge funds), a diferencia de su misión actual, que se limita a los bancos comerciales.
Entre otras medidas anunciadas se cuenta la creación de una agencia de seguimiento de los préstamos hipotecarios y la fusión de la Comisión de Valores y Cambios (SEC), que regula los mercados financieros estadunidenses, con la Commodity Futures Trading Commission, autoridad de regulación de los mercados de materias primas. Los críticos se interrogan sobre la real dimensión del anuncio.
La propuesta se genera después de que la Fed tomó el mes pasado una serie de medidas para rescatar instituciones financieras que reportaron pérdidas por más de 200 mil millones de dólares en valores hipotecarios.
Paulson señaló que la iniciativa requiere la aprobación del Congreso y no se pondrá en marcha hasta que haya pasado la actual volatilidad en los mercados, y quizá hasta después de que el presidente George W. Bush deje el poder en enero de 2009.
Las propuestas fueron planteadas en marzo de 2007, es decir, antes del estallido de la turbulencia financiera, y no ofrecen una solución rápida al racionamiento del crédito que amenaza con sumir la economía estadunidense en una recesión, señalaron analistas.
El propio Paulson aclaró que no pretenden ser una respuesta a la actual turbulencia. “Algunos ven estas recomendaciones como una respuesta a las circunstancias del día, pero esa no es su intención”, señaló.
“Este proyecto responde a cuestiones complejas, de largo plazo, que no se deberían decidir en medio de situaciones de tensión y no se deberían implementar para agregar una carga aún mayor en un mercado que ya está tenso”. Sin embargo, defendió la iniciativa y señaló que se trata de la mayor regulación a los mercados financieros desde la Gran Depresión de los años 30. Tras la presentación, el dólar subió levemente ante el euro.
El presidente de la Comisión de Bancos del Senado estadounidense, el demócrata Chris Dodd, calificó el plan anunciado por el Tesoro como un “lanzamiento descontrolado” que no atiende los actuales problemas de la economía estadounidense.
Otros se interrogaban sobre los poderes concedidos a la Fed para intervenir en caso de “peligros para nuestra estabilidad financiera”, como explicó Paulson. Pero el proyecto no es claro sobre sus modalidades y sobre la dimensión de esta autoridad, que es determinante.
Los mercados estad0unidenses de derivados mostraron escaso entusiasmo ante la propuesta del Tesoro, en particular, ante la creación de una autoridad única para los mercados de acciones y de commodities.
Publicar un comentario