De Bolsas Madrugadoras y Hambres Tardíos

lunes, 21 de abril de 2008


Juergen Schuldt
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Hace diez días se inició el programa de “Apoyo Alimentario” del Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social (MIMDES), por medio del cual -durante los próximos seis meses- se repartirían 100.000 bolsas mensuales de alimentos a igual número de familias pobres en Lima Metropolitana [1]. Para ese efecto, el MEF ha desembolsado 16,5 millones de soles al Programa Nacional de Asistencia Alimentaria (PRONAA) [2], dado que “se ha determinado la existencia de poblaciones en situación de pobreza, que han visto disminuido su poder adquisitivo debido a la reciente variación de precios de los alimentos en los mercados, lo cual dificultaría considerablemente su acceso a la canasta básica de alimentos, colocándolos en situación de vulnerabilidad alimentaria, estando por tanto el Estado en la obligación de suplir esta necesidad (sic), en concordancia con los Principios de Seguridad Alimentaria" [3].
De ese monto, 15 millones de soles representarían el gasto de los alimentos que contiene cada bolsa y el millón y medio adicional serviría para pagar los gastos de logística del programa. Lo que significa que cada bolsa contiene alimentos por míseros 25 soles y el empaque-distribución de cada una costaría S/. 2,50 (o 10% del contenido del paquete).
Las primeras reacciones frente al programa no han sido auspiciosas. Enrique Vásquez señaló que "los estudios señalan que siempre se dan pérdidas económicas en los programas de entrega directa. Los costos de transacción, la convocatoria, el empaque y la distribución generan gastos y conllevan una serie de filtraciones. Es más efectivo entregarles a las personas un monto de dinero antes que una bolsa de alimentos", que además tendría que venir condicionado (tipo Juntos), porque de lo contrario se convertiría en “asistencialismo barato y sujeto a uso político" [4]. Gastón Garatea, ex presidente de la Mesa de Lucha contra la Pobreza, comentó que también preferiría una entrega en efectivo más que en especie y, sobre todo, que está en contra de los programas de ayuda temporal, porque "son pésimos para la gente pobre, que no es pobre solo por seis meses sino por mucho tiempo más". De otra parte, Pedro Francke estima “que habría sido mejor si se hubiera reforzado el programa Juntos, el programa del Vaso de Leche o los comedores populares, orientándolos a los sectores más pobres”, aparte de que este precipitado programa sería una respuesta política a los efectos que la inflación ha tenido sobre la popularidad del presidente García en los sectores más amplios [5]. Y, rematando el cargamontón, Pedro Pablo Kuczynski dice que se trata de una simple “ayuda de efecto mediático”.
No vamos a entrar en más detalles sobre la base de los contundentes cuestionamientos del programa que han ido apareciendo durante los últimos días en la prensa [6], ni a las inteligentes respuestas que la ministra del ramo ha dado, luego de haberse realizado los primeros programas-piloto [7]. Apenas tocaremos un tema ligado a lo que creemos es una falta de transparencia en relación a los gastos que implicará el programa.
Una breve visita compradora a las tiendas de Minka, que entendemos son las más baratas de todos los mercados, nos permiten hacer un cálculo de lo que costaría lo que contiene cada bolsón, a saber (datos del domingo pasado) [8]:



que es la cifra exacta que efectivamente parecería haberse presupuestado gastar por el contenido de cada bolsa.
Sin embargo, este es un valor al que cualquier ciudadano podría comprar esos alimentos. Bien sabemos que si se adquieren al por mayor y en las grandes cantidades, tal como lo ha hecho y lo seguiría haciendo el gobierno, se puede conseguir un descuento que por lo menos alcanzaría el 20%. Lo que significaría que su contenido se podría comprar a 20 soles. Ello permitiría ahorrar tres millones de soles o, en su defecto, podría añadir la compra de 150.000 bolsas adicionales, lo que permitiría beneficiar a 25.000 familias más durante seis meses. Si bien no es mucho, algo es.
Puede que nos equivoquemos, pero ya que somos tan suspicaces en este país, más que por naturaleza por experiencia, sería bueno que el MIMDES publique los datos de sus gastos en su página web y en la que debería figurar lo que va adquiriendo con sus 16 y medio millones de soles [9], incluyendo por lo menos: El precio de cada producto, en litros, kilos o gramos a los que adquirió cada componente; la variedad, la calidad y/o marca del producto; los proveedores de cada bien y su participación en las ventas totales de cada uno; etc. A ello habría que añadirle los datos y costos de quienes se ocupan de la compra/empaque/distribución, dado que esos servicios equivalen a S/. 2,50 por paquete (15 soles por familia para los seis meses), cifra que parece exagerada.


ANEXO MICROECONÓMICO
Un cálculo simple nos permite mostrar que es mejor entregar dinero en efectivo que contribuir al alivio de la pobreza con bienes.


Partiremos asumiendo lo siguiente, antes del reparto de alimentos:
-que se trata de una familia cuyos ingresos equivalen a 550 soles mensuales (equivalentes a la RMV);
-que gastan 47,3% en alimentos (aproximadamente la ponderación que tiene el IPC de Lima) y el resto en los demás;
-que el precio de cada unidad de alimento (Z) es igual a 1, así como el de los demás bienes (R), con lo que la tangente de la recta de presupuesto es igual a -1; y
-que, por tanto, la familia gasta 260 soles (o unidades: qZ) en alimentos y 290 soles (o unidades: qR) en el resto de mercancías.
En esas condiciones, la familia se ubica en el punto ‘A’, sobre la curva de indiferencia U0.
Cuando se les entrega la bolsa de alimentos, aumenta su consumo de 260 a 285 soles (o unidades de qz), ubicándose en el punto ‘B’ de la curva de indiferencia U1. Este punto, sin embargo, no es óptimo porque con ese mismo ‘ingreso real’ la familia podría alcanzar una curva de indiferencia superior (dado que ahí la relación de precios no coincide con la tasa marginal de sustitución entre Z y R).
En cambio, si a la familia se le da el dinero en efectivo, su curva de presupuesto se traslada paralelamente (a la anterior) en 25 unidades. Eso les permite ubicarse en una curva de indiferencia superior, en el punto ‘C’ de la curva U2, la que está por encima de U1. Es decir, alcanza un mayor ‘bienestar subjetivo’ en estas condiciones. Aunque en esa ubicación no consume tantos alimentos como en ‘B’, estos sí aumentan en algo, pero también se incrementa el de los demás bienes, alcanzando un punto óptimo (la relación de precios relativos es igual a la tasa marginal de sustitución entre los bienes Z y R).
***Nota importante: Obsérvese que los números consignados en el gráfico son exactos, pero no así las líneas. Lo que es resultado del hecho que hemos querido mostrar más claramente los equilibrios, para lo que hemos tenido que incrementar excesivamente la recta de presupuesto. De ahí que no coincidan los valores de ésta con los de las cantidades consumidas.



[1] Dejándose para no se sabe cuando el apoyo para otras ciudades, según declaraciones de la ministra del ramo. Lo que evidentemente es más urgente teniendo en cuenta que la pobreza y la inflación del ‘interior’ son muy superiores a la limeña.
[2] “Autorizan Transferencia de Partidas a favor del Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social – Decreto Supremo no. 046-2008-MEF (El Peruano, marzo 30, 2008).
[3] “Aprueban el Convenio de Administración de Recursos suscrito entre el MIMDES y el Programa Mundial de Alimentos – PMA de las Naciones Unidas (sic)”, Resolución Suprema no. 006-2008-MIMDES (El Peruano, abril 7, 2008).
[4] En el Anexo a este texto hemos preparado un gráfico para demostrar, según la teoría microeconómica ortodoxa, porqué la entrega en efectivo teóricamente es más beneficiosa para las familias que la que se hace en especie.
[5] En efecto, como informa La República (abril 10): “La distribución de alimentos se habría adelantado ante la caída de la popularidad del presidente García –según encuesta de la Universidad de Lima cayó 2.5 puntos porcentuales los primeros días de abril con respecto a marzo– y las expresiones de malestar de la población: en la víspera, la comitiva presidencial fue apedreada en Juliaca".
[6] A ese respecto puede consultar: Pedro Francke, “Un método absurdo de distribución“, en La República, abril 10 (www.larepublica.com.pe/content/view/214109/483); Pedro Pablo Kuczynski, "Reparto gratuito de alimentos es solo una ayuda de efecto mediático", comentario en El Comercio, abril 12 (http://www.elcomercio.com.pe/ediciononline/html/2008-04-12/kuczynski-reparto-gratuito-
alimentos-solo-ayuda-efecto-mediatico.html
); y Enrique Vásquez, “Mejor un Juntos Urbano”, en El Comercio, abril 14 (www.elcomercioperu.com.pe/edicionimpresa/Html/2008-04-14/mejor-juntos-urbano.html). Pero, el crítico más audaz –probablemente inspirado en el autor anteriormente nombrado- ha sido el propio Alan García (que había aprobado el programa hace unos pocos días, en el Consejo de Ministros del 29 de marzo), al plantear que “una manera ‘más impersonal y transparente’ para ayudar a las familias de menos recursos es la implementación de cuentas de ahorro ‘de S/. 50 a S/. 60 mensuales (sic) durante seis meses, para la compra de productos de primera necesidad (sic)”“ (Fuente: Perú.21, abril 16, 2008; p. 11). También el Secretario General del APRA cuestionó el programa el 11 de abril (www.rpp.com.pe/detalle_121309.html; y en http://www.peruinforma.com/imwebsite/article.php?sid=40637). Por fin, ¿en qué quedamos? No nos sorprendería que la Ministra renuncie ante esta 'traición', por más filosofía del tiempo-espacio-histórico que apliquemos... sobre todo que el cambio se ha realizado en solo una semana después de aplicarse el programa y, se supone, después de largas discusiones en Palacio.
[7] Tanto el 8 de abril, en los asentamientos humanos de Lomas de Carabaillo (sector norte de Lima) y en Oasis de Villa El Salvador (sector sur de Lima), en que se repartieron 6.500 bolsas, como el 14 de este mes en Pachacutec (Ventanilla) y Lomo de Corvina (Villa El Salvador), cuando se repartieron otras 10.000 (La República, abril 16: www.larepublica.com.pe/content/view/215261/483/; y El Comercio, abril 15, 2008: www.elcomercio.com.pe/ediciononline/HTML/2008-04-15/hoy-comenzo-oficialmente
-reparto-alimentos.html).
[8] Diego Oré Oviedo, “Se inició reparto piloto de alimentos a sectores pobres”, en La República, abril 10, p. 3; y Ana Núñez, “Improvisando, y de madrugada, se inició reparto de apoyo alimentario”, en La República, abril 10 (www.larepublica.com.pe/content/view/214109/483/9).
[9] La información sobre este asunto es tan cambiante que hasta el contenido de cada bolsa aparentemente se ha modificado, como nos acabamos de enterar por una noticia de El Comercio ( ). Ahí se dice que las bolsas contienen, ya no tres latas de pescado, sino solo dos; ya no tres kilos de arroz, sino cinco. Piénsese en las consecuencias que esta falta de comunicación tiene, si hasta los periodistas no saben. A la población se le podrá entregar lo que los distribuidores deseen (por más iglesia que esté de por medio). Que las bolsas de pronto muestren huecos por los que desaparecen latas o, por la misma oscuridad de la noche, no se vea bien lo que debe controlarse.



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