“Ni a favor ni en contra, sino todo lo contrario”

martes, 22 de abril de 2008

Patricia Teullet

Tomado del Semanario ComexPeru 467

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Los debates entre economistas son lindos, especialmente cuando no se ponen de acuerdo y cada quien parece y siente tener la razón. El crecimiento económico que el MEF busca impulsar se acaba de tropezar con el freno del Banco Central. Bien dicen que, donde hay dos economistas, probablemente tengamos tres posiciones.


El debate lleva ya varios meses: ¿tenemos un sobrecalentamiento de la economía? ¿Está creciendo demasiado la demanda y esto genera presiones sobre el nivel de precios? Para algunos, como Waldo Mendoza o Kurt Burneo (ambos fueron viceministros de Hacienda muy

hábiles, aunque en un gobierno que aumentó considerablemente el gasto corriente), la economía sí estaría “creciendo demasiado” y muy por encima del producto potencial. Por tal motivo, es necesario “enfriarla”, sea con políticas fiscales o monetarias.


Para otros, como el propio ministro de Economía, el aumento de precios de la economía se debe fundamentalmente a factores externos, básicamente al aumento en el precio de los alimentos, y el
Perú está lejos del riesgo inflacionario. Basta darle un poco de tiempo para que la tasa de inflación comience a caer.

El Banco Central, cuya misión es velar por la estabilidad de precios, decidió que había señales de que la inflación no era solo importada y que era necesario tomar medidas que elevasen el costo de financiamiento y frenaran el crecimiento del crédito y la demanda. Pero, ¿qué ocurre cuando elevamos la tasa de interés mientras Estados Unidos la reduce para, por el contrario, acelerar su crecimiento? El efecto esperado es una caída del precio del dólar, pues rendimientos relativamente más altos atraen capitales.

En un intento de frenar el ingreso de capitales especulativos, el Banco Central llevó el encaje de las entidades financieras que recibieran depósitos financieros no residentes a 120%. Eso implica que no solo no habrá intereses por los depósitos que lleguen, sino que las entidades locales tendrán que conseguir e inmovilizar, sin rendimiento, recursos adicionales.


¿Quién tendrá la razón? Ni siquiera es seguro que lo sepamos en unos meses, porque si baja
la inflación, bien puede ser por las medidas del Banco Central o porque, tal como lo predijera el ministro Carranza, solo era cuestión de semanas para que comenzara a caer naturalmente. Y con esta inflación sucede entonces, como dice la canción, que: “con la lengua afuera, torva la mirada, húmedo el hocico, débiles las patas, muy caído el rabo, las orejas gachas… todos estos signos, prueba son de rabia, pero al mismo tiempo, bien pueden probar, que el perro está cansado de tanto andar”.

Actualidad Económica del Perú

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