Inflación y Dólar

domingo, 14 de octubre de 2007


Escribe Kurt Burneo

No son pocos los ciudadanos que están preocupados por el derrotero futuro de la inflación. En septiembre, el aumento de los precios al consumidor fue de 0.61%, con lo cual la inflación de los últimos 12 meses registró un 2.8% anual, la más alta de los últimos 30 meses. Y también preocupa la sostenida caída del precio del dólar, que alcanzó un 5.5% en lo que va del año. Trataré de dar algunas ideas respecto a lo que viene ocurriendo.

En cuanto a la inflación alta en septiembre, en lo fundamental se explica por choques adversos de oferta: Así el precio del pollo subió en 7.1%, el pan en 3.7%, fideos y harina de trigo en 1.9%, mientras que pescados y mariscos se elevaron en 3.4%. Estos factores tienen un claro carácter temporal por lo cual sería de esperar que en los meses siguientes la inflación mensual descienda paulatinamente, aunque creo que a pesar de ello estará algunos meses por encima del nuevo techo de 3% de inflación anual anunciado por el BCR a inicios de año. El dato de la inflación de los últimos 12 meses (octubre 2006 – septiembre 2007) fue de 2.8%; lo que indicaría que si no se hubiese (innecesariamente) reducido a inicios de año el rango meta de inflación de 2.5% anual (mas o menos 1%) a 2% anual (mas o menos 1%), no estaría en riesgo hoy el cumplimiento de la meta de inflación ni la credibilidad del BCR. Como dice un refrán gringo, si no está roto, no lo arregles.

Acertadamente, el directorio del BCR no subió la tasa de interés de referencia (interbancaria) en su última reunión, ya que la inflación subyacente últimos 12 meses –que es la que está asociada a la existencia de presiones por demanda- fue de 2.15% ; si bien es algo mayor que en periodos anteriores no muestra una tendencia fuertemente alcista y, en parte, debe estar registrando también algo del choque de oferta. Si bien la inflación subirá por encima del 3% anual en los meses siguientes, volverá al rango meta anunciado por el central con la ayuda de la caída última del precio del dólar de 3.15 a 3.00 soles. Por otro lado, una nueva subida de la tasa de interés de referencia en soles podría haber inducido a una mayor afluencia de capitales especulativos provenientes del exterior aumentando las presiones por el lado de la oferta hacia un menor tipo de cambio nominal.

Mientras más caiga el dólar, menos tiempo estará la inflación por encima del techo del 3% anual. Esta caída tiende a reducir el precio de los bienes transables (bienes que pueden importarse y exportarse) que forman parte de la canasta para medir la inflación interna y, por cierto, también disminuye el precio de los insumos importados que sirven para la producción de los bienes locales.

Como los agentes económicos (sobretodo los jugadores grandes) saben esto, todos apuestan a que el precio del dólar (tipo de cambio nominal) seguirá cayendo, y que el banco central lo dejará caer. Por lo cual, dadas estas expectativas, la oferta de dólares seguiría aumentando generando nuevas presiones a la baja en su precio. Adicionalmente estas expectativas se ven reforzadas por las noticias externas, en el sentido de aumentar la probabilidad de nuevos recortes en la tasa de interés por parte de la Reserva Federal norteamericana, con lo cual se debilitaría aún más el dólar reforzándose así la previsión de mayores presiones a la baja de esta moneda en los mercados internacionales incluido el nuestro; y así cada dólar se convertirá en menos soles.

Entonces el panorama que tendríamos a futuro sería el de una inflación que, después de subir por encima de la meta del 3% anual, va reduciéndose paulatinamente; acompañada de presiones a la baja (aunque con una velocidad algo menor que las semanas anteriores) del tipo de cambio nominal. Al final, la perspectiva de un dólar a la baja, respondería no sólo a factores externos sino también a factores internos que influirían en la misma dirección.

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