Hay Que Enfriar la Economía

domingo, 14 de octubre de 2007

Escribe Waldo Mendoza Bellido

Profesor del Departamento de Economía de la PUCP

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La elevación sostenida de la tasa de inflación subyacente, el fuerte crecimiento de la demanda y el actual boom crediticio son indicios de una economía peruana sobrecalentada. La política monetaria y la política fiscal debieran ser, en la coyuntura actual, contractivas.

En la economía peruana se registran actualmente un conjunto de indicadores que caracterizan a una economía sobrecalentada. En primer lugar, hay una tendencia creciente de la tasa de inflación subyacente, desde fines del 2005 y acentuada desde mayo pasado. Recordemos que esta tasa de inflación no considera a los componentes más volátiles del IPC y por tanto es una medida “verdadera” de la tendencia inflacionaria.

En segundo lugar, la tasa de crecimiento del crédito en moneda nacional del sistema bancario al sector privado está en alrededor de 45 por ciento, nivel que no se observaba desde 1995.

En tercer lugar, por segundo año consecutivo, la demanda interna crecerá en este año por encima del 10 por ciento anual. El consumo, el principal componente de la demanda, registra una tasa de crecimiento cercana al 8 por ciento anual, la más alta de los últimos 13 años.

¿Cuáles son los márgenes de acción de la política macroeconómica para eliminar el sobrecalentamiento de la economía? En teoría, la política macroeconómica tiene dos grandes brazos, la política fiscal y la política monetaria.

Sin embargo, todo indica que la política fiscal seguirá en la ruta expansiva (pro cíclica) inaugurada en julio del 2006 y que podría ser un anticipo de un quinquenio de expansión fiscal. Según el último Reporte de Inflación del BCRP, el déficit fiscal estructural de 0.1 por ciento del PBI registrado en el 2006, se elevará a 1 por ciento en este año y a 1.7 por ciento en el 2008.

Queda entonces solo el brazo de la política monetaria para llevar a cabo la tarea de estabilizar la economía. ¿Qué puede hacer hoy el BCRP para enfriar la economía?

Recordemos que la política monetaria se guía por un esquema consistente en mantener la inflación en 2,0 por ciento anual, con un margen de tolerancia de un punto hacia arriba y hacia abajo de dicha tasa. Para alcanzar dicho objetivo el BCRP fija la tasa de interés de referencia para el mercado de préstamos interbancarios con la idea de que esta tasa se trasmita a las otras tasas de mercado y que ese conjunto de tasas cumplan con la función de “enfriar” o “calentar” la economía.

Esta tasa de interés, tanto para actuar sobre los indicadores descritos como para compensar los efectos de la expansión fiscal, debiera elevarse significativamente. Sus efectos son poderosos:

En primer lugar, con una tasa de interés mayor, la tasa de crecimiento de la emisión primaria, que actualmente está alrededor de 30 por ciento anual, se contraerá y, por consiguiente, se reducirá el actual boom de crédito en moneda nacional. En segundo lugar, el resto de tasas de interés se elevarán. En tercer lugar, la medida debe quebrar las expectativas inflacionarias del público, que han estado elevándose. Por último, la mayor tasa de interés le dará un empujón adicional hacia abajo al tipo de cambio. Todos estos canales contribuyen a la estabilización de la economía y a mantener la tasa de inflación subyacente entre el 1 y el 3 por ciento anual.

Además, la caída del dólar, que a la fecha no ha afectado al indicador de competitividad internacional, el tipo de cambio real multilateral, puede ser la ocasión excepcional de liquidar la dolarización. No hay mal que por bien no venga.

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