ProInversión

domingo, 4 de mayo de 2008


Por: Santiago Roca, Profesor Principal Universidad ESAN

La reciente discusión que el Ejecutivo ha planteado acerca de PROINVERSION y su posible desmembramiento en comités especiales de promoción de la inversión privada en cada ministerio y una unidad de grandes proyectos a nivel central, suena ser un debate de tipo operativo y de relativa poca relevancia. Lo principal es preguntarse ¿cual es el rol y los objetivos del Estado en la promoción de la inversión? Y luego ver que tipo de institucionalidad cabe reforzar para cumplir con eficiencia esos objetivos.
Para los teóricos del libre mercado no debiera existir ninguna institución del Estado que se dedique a promover la inversión, los actores económicos actúan guiados por sus “instintos animales” y deciden sin necesidad de ayuda del Estado sus inversiones. Bastarían buenas condiciones macroeconómicas y un marco general legal y normativo seguro para atraer la inversión, todo lo demás lo debe hacer el mercado, incluyendo las maravillas de los beneficios de la inversión. Los libre cambistas criollos de nuestro país, en su mayoría contrarios a la intervención del Estado, son en este tema creyentes de los organismos estatales de promoción de inversiones. Para ellos, estos organismos deben dedicarse a difundir los atributos del país y ofrecer incentivos tributarios, fiscales y financieros para privatizar y atraer la inversión extranjera y punto. Se trata de dar todas las facilidades y reducir a lo más mínimo los procedimientos y requerimientos; los beneficios aparecerán en forma automática a través del mercado en el propio accionar de las empresas, generándose empleo, producción y divisas para el país. Este es en realidad el marco en que ha funcionado PROINVERSIÖN.
Pero, ¿cuáles han sido las consecuencias de este enfoque en el país? ¿Se está el Perú realmente beneficiando de la inversión extranjera en la proporción y medida que lo podría hacer de aplicarse enfoques más orgánicos e integrales? Las primeras investigaciones y resultados muestran que las inversiones centradas en recursos naturales están aumentando significativamente la producción y las exportaciones a nivel de los proyectos mismos pero con poca generación de valor agregado doméstico (la mayor parte del valor sale de regreso al exterior); en las inversiones orientadas hacia el mercado interno (servicios públicos como luz, teléfonos) hay una lenta mejora de la calidad de los servicios pero a precios elevados en comparación con otros países de la región (aunque existe cada vez mas ruido y se atoran las líneas telefónicas). Los contratos establecidos con inversionistas en hidrocarburos no toman en consideración la visión de largo plazo del país y las posibilidades que estos recursos se utilicen para el desarrollo de la industria doméstica en vez de la exportación. Las concesiones de infraestructura básica como carreteras y agua potable reciben apoyo complementario del Estado sin exigencias vinculantes y regulaciones debidas. Las comunidades protestan por la falta de preservación del medio ambiente, los trabajadores se quejan que no se respetan los derechos laborales y se contratan subrepticiamente services; y hasta la población hace sentir su voz cuando se entera que muchas empresas extranjeras no pagan impuestos, tienen privilegios que no tienen las empresas nacionales y no aceptan los impuestos a las sobreganancias, aceptadas en sus países de origen. La decepción es aún mayor cuando hasta el Presidente tiene que salir a denunciar que no se cumple ni siquiera con el óvalo voluntario.
Todo esto no significa que se tenga que voltear el péndulo y se tenga que restringir o limitar la inversión extranjera. La culpa del porqué el Perú no se beneficia más es solo nuestra. Se debe a la concepción y aplicación ideológica de que el mercado funciona por si solo y que las acciones individuales de los inversionistas llevan necesariamente al desarrollo del país. En la vida real –los empresarios conocen -- son las reglas del juego, el sistema de instituciones, la estrategia, además del mercado, las que influyen en las acciones individuales y hacen que el impacto sea más o menos beneficioso.
Países como Irlanda, Corea, Singapur, China, Estados Unidos, Costa Rica, Chile, etc aplican o han aplicado modelos de promoción de la inversión muy exitosos integrados al desarrollo de objetivos, tales como el desarrollo de su ciencia y la tecnología, la generación de mayor valor agregado local, los eslabonamientos hacia delante y atrás, la mayor capacitación y desarrollo de empresarios, la formación de conglomerados y redes, las sinergias y efectos sistémicos, la preservación del medio ambiente, entre otros
Ahora que el gobierno ha puesto sobre la mesa el tema de PROINVERSION es bueno que no solo se discuta si se desmiembra o permanece centralizada dicha institución, sino más importante aún, ¿cuáles deben ser los objetivos del sistema de promoción de inversiones? ¿Cómo y a través de qué conjunto de unidades se puede lograr un sistema de inversiones mas beneficioso para el país? En Irlanda se creó en primer lugar lo que se llamó la Agencia de Desarrollo Industrial, encargada de planear la estrategia de desarrollo general y las áreas prioritarias de incentivos a la inversión; en segundo lugar, una unidad que difunde los atributos, incentivos y ventajas específicas del país al exterior; tercero, un organismo denominado “Enterprise Ireland” cuya función es buscar vínculos y eslabonamientos para el fomento de mayor valor agregado local; y cuarto, una entidad encargada de articular el desarrollo científico tecnológico alrededor de las inversiones. Otros países han añadido unidades de medio ambiente y han adecuado sus incentivos fiscales y tributarios solo a sectores específicos. ¿Qué se quiere en el Perú?

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