Escribe Farid Matuk
El desdén por la realidad es una actitud que conduce a la repetición de errores cometidos en el pasado. La presente gestión presidencial ya cometió uno el año pasado y esta presto a cometer uno segundo este presente año.
De la segunda gestión Fujimori, se conoce que tasas de crecimiento económico por encima del 7% están fuera del rango factible de la economía peruana, y que cuando ocurren, son un presagio seguro de un desastre económico.
De otro lado, la economía peruana tiene ciclos de alza y de baja como en todas las economías del mundo, como en la naturaleza es la marea alta y la marea baja, el verano y el invierno, el día y la noche; negar este hecho es también una ruta segura al desastre económico.
Dada nuestra realidad, la reducción de la pobreza empieza cuando el PBI crece por encima del 3.3% anual, y la pobreza se incrementa cuando la economía crece por debajo de este umbral. En el gráfico se puede observar como las distintas gestiones presidenciales han tenidos periodos de reducción e incremento de la pobreza.
Dada la historia económica del Perú hasta el 2005, se podía pronosticar un periodo contractivo para el año 2006, pero no ocurrió debido al impulso del gasto fiscal, y mas bien para el 2008 se alcanzó una cifra record de crecimiento económico que fue semejante a un espejismo, dada la falta de sostenibilidad de crecimiento por encima del 7% como la experiencia enseña.
Este crecimiento absurdo del 2008, condujo que durante el 2009 la pobreza se incrementase por primera vez desde 2001. Todo el avance en el combate a la pobreza sufrió una primera derrota, que era previsible por las políticas exageradas de emular el crecimiento de la China, que después se convierten en contracciones estrepitosas.
Al presente tenemos nuevamente un crecimiento acelerado de la economía como el que se anunciará para el mes de Junio este fin de semana, y que ha provocado una primera reacción del Banco Central, el cual señala textualmente: “Al mismo tiempo se viene observando una aceleración del crecimiento del gasto público que aumentó 14 por ciento en mayo y 22 por ciento en junio.”
Este crecimiento desmesurado de la economía tiene como objetivo político la campaña electoral de este año para autoridades regionales, y la campaña electoral del próximo año para autoridades nacionales; donde lo irónico es que durante el 2010 el gasto fiscal este siendo sustantivamente mayor al del 2009, cuando el estímulo fiscal era absolutamente necesario frente a la crisis mundial.
Lo que el Perú necesita es crecer sostenidamente por encima de 3.3% anual, para que siempre –en mayor o menor grado- la pobreza se reduzca permanentemente. Las metas de crecimiento económico a tasas de 7% anual, son la receta perfecta para violentas contracciones posteriores, y con ello el incremento de la pobreza.
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