Germán Alarco Tosoni
Investigador principal CENTRUM Católica
La posesión de niveles razonables de reservas internacionales netas (RIN) es positiva para la economía del país. Son indicador de su solvencia, que sirven como garantía de que se está en capacidad de cumplir con los compromisos cotidianos asociados al comercio exterior, la cuenta de capitales y honrar las obligaciones existentes. Los motivos para mantenerlas se agrupan en tres categorías principales: liquidez, seguridad y rentabilidad, pero también son útiles para intervenir en los mercados cambiarios (evitando volatilidad excesiva) y para reducir la percepción de riesgo país.
Sin embargo, estas ventajas tienen como contrapartida que los recursos mantenidos como reservas tienen un costo de oportunidad, ya que pudieron ser canalizadas a otras operaciones a través del Banco Central de Reserva (BCRP). No sólo se trata del diferencial entre las tasas de interés por obtener recursos en el mercado internacional y las recibidas de las instituciones donde depositamos nuestras reservas. Hay un costo adicional por esterilizarlas, para contrarrestar la expansión de la oferta de dinero cuando las RIN se adquieren del sector privado. Sin embargo, lo más importante, es que la magnitud de las reservas puede exceder a nuestras necesidades, disponiendo de un recurso generado en el flujo económico interno y que es aprovechado más por la banca internacional.
Origen y utilización de las RIN
El BCRP incrementa sus RIN a partir de diversas fuentes. Destacan ahora la adquisición en el mercado de divisas, aunque también son importantes la emisión de obligaciones en moneda extranjera por parte de la autoridad monetaria y las reservas de encaje por los depósitos en moneda extranjera. La primera de estas fuentes puede aprovecharse plenamente, mientras que las otras son limitadas. Todas estas reservas se canalizan como depósitos y valores en el exterior. Sólo US$ 1,400 millones del total se mantienen en oro y otro monto similar corresponde a aportaciones y convenios internacionales. No vamos a discutir aquí su composición por tipos de monedas y activos.
Existen cálculos preliminares al 2008 sobre los costos de oportunidad de las reservas totales y sobre las reservas excedentes. Estos fluctúan entre US$ 567 y 789 millones. No son despreciables. Efectivamente habría que confrontarlos con el beneficio de no tener una crisis cambiaria y económica. Sin embargo, tampoco hay que olvidar que casi un 30% del PBI, en gran medida de origen interno, descansa y se reproduce, a muy bajas tasas de interés, en el sistema financiero internacional.
Cálculos de niveles óptimos
Las RIN actuales del BCRP son de US$ 40,634 millones. Las obligaciones de corto plazo y largo plazo con residentes son de US$ 11,455 millones y la posición de cambio es positiva en US$ 29,179 millones. En la eventualidad remota que el público quisiera retirar de los bancos todo el ahorro en moneda extranjera habría que quitar de esas RIN US$ 16,720 millones, quedando disponibles cerca de US$ 24,000 millones. En otra perspectiva los pasivos del BCRP en moneda extranjera (reservas de encaje y certificados de depósito) ascienden a alrededor de US$ 16,000 millones, lo que implicaría excedentes de US$ 24,000 millones creciendo día a día. Si mañana se liquidaran todos los certificados de depósito en el BCRP saldrían US$ 8,000 millones.
Si se utiliza la metodología propuesta por Wijnholds et al (2001, 2008) las RIN óptimas deberían ascender entre US$ 10,000 y US$ 18,000 millones dependiendo de que estas permitan hacer frente a toda la deuda externa de corto plazo (pública y privada) y las fugas de capital de los ahorros del sistema financiero (entre el 10 y 20% del total de los depósitos del público) multiplicado por diversas primas de riesgo. Quizás este cálculo proporciona resultados demasiado modestos, pero pretender que las RIN sea igual a toda la oferta monetaria es incorrecto. No existe teoría o enfoque alguno a nivel internacional, fuera del país, donde se plantee tal objetivo.
Mejor aprovechamiento
Las RIN son excesivas entre US$ 15,000 y 20,000 millones. Sin embargo, a pesar de esto el BCRP debe seguir adquiriendo divisas en el mercado y constituir, con los excedentes acumulados y nuevas compras, un fondo especial de inversión. Corea del Sur y China tienen mucha experiencia en el tema y según el Banco Central Europeo (2006) en el mundo hay entre 1.5 y 2.5 trillones de dólares en estos fondos de inversión. Aunque se trata de una política que perturba al Fondo Monetario Internacional, por la autonomía que otorga a nuestros países, son un medio utilizado por muchos para financiar su crecimiento y desarrollo económico. Estas RIN excedentes no requerirían ser compradas por el gobierno, ya que podrían ser administradas por el propio BCRP o intermediada por otra institución financiera nacional o internacional como depósitos y créditos. Tampoco se trataría de prepagar deuda externa, ya que los niveles de deuda/PBI están por debajo de los estándares internacionales.
Este es un tema a discutir. Quizás corresponda al nuevo gobierno aprovechar mejor las RIN. Se requieren cuatro elementos importantes: ajustar el marco normativo, un directorio comprometido con el quehacer del corto, mediano y largo plazo, blindar el fondo especial contra la corrupción y establecer los mecanismos operativos idóneos para eficientar y ser eficaz en el uso de los recursos. Las necesidades de infraestructura y los ajustes al modelo económico requieren potenciar el financiamiento al desarrollo. Los volúmenes y costos de los recursos actuales no son suficientes para emprender tales actividades.
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