Otra vez, las sobreganancias sobre el tapete
Por Armando Mendoza
Economista
Como cada cierto tiempo, la controversia sobre las sobreganancias y la tributación de la minería ha vuelto a encenderse, con posiciones en favor y en contra. Interesantemente, la misma ministra de Economía ha alborotado el cotarro al declarar que el gobierno estudia elevar las regalías mineras. ¿Escopeta de dos cañones? El tiempo lo dirá.
Entretanto, repasemos algunos argumentos de quienes se oponen al incremento de la tributación minera. La sensación es como ver en la televisión el “Chavo del Ocho” por enésima vez: conoces los argumentos de memoria… pero igual te hacen reír.
* Si se grava a la minería por sus sobreganancias, entonces otros sectores, como la banca o el comercio, también deberían ser gravados por un principio de equidad.
El problema con este argumento es que obvia una diferencia clave entre la minería y otros sectores: la minería explota un recurso natural no renovable que pertenece a la Nación. Así, la actividad minera inevitablemente disminuye el patrimonio nacional y tiene un horizonte de vida limitado; por lo que el Perú debe maximizar su tajada de la renta generada, lo que incluye las sobreganancias.
* El Perú no puede cambiar las reglas de juego a los inversionistas, pues perderíamos credibilidad.
Este argumento tiene mérito. ¿Quién querría ver al Perú perder su credibilidad ante los inversionistas?. El problema es pretender hacer del inmovilismo una virtud, como si el régimen tributario no pudiera ser renegociado civilizadamente entre el Estado y los empresarios.
En realidad, el régimen minero ya ha sido modificado repetidamente en el pasado, así que no nos espantemos con la idea de renegociar convenios o gravar sobreganancias. Después de todo, ¿qué es el aporte voluntario minero sino la versión raquítica y culposa del impuesto a las sobreganancias? Curiosamente, quienes se oponen a incrementar la tributación son los mismos que celebran el aporte voluntario, sin querer darse cuenta de que es un impuesto a la minería que aún no se atreve a salir del clóset.
* Si incrementamos la tributación perderemos competitividad y las inversiones se irán a Chile.
Obviamente debemos mantener al Perú como destino atractivo para la inversión, con un nivel de tributación razonable. Pero ese argumento se ha exagerado a extremos ridículos, pues la tributación es sólo uno de muchos factores que toman en cuenta los inversionistas. Más aún, el Perú es extremadamente atractivo como destino minero, por lo que hay espacio para negociar mayor tributación sin espantar la inversión.
Así, una reciente encuesta internacional del Instituto Fraser a más de 400 compañías mineras nos ubica entre los diez países más atractivos para sus inversiones; con 73% de los entrevistados declarando que el régimen tributario en el Perú no constituía un factor que pudiera desalentarlos. Así, me pregunto: ¿un régimen tributario para la minería más transparente y equitativo no contribuiría a facilitar sus inversiones, legitimando su presencia y generando estabilidad social? Digo, es un decir.
En suma, el debate sobre incrementar o no la tributación minera debería basarse en argumentos técnicos y no en sofismas ideológicos. Esperemos, en aras de la apertura y la transparencia, que así sea.
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RSSObviamente que para la mayoría de potenciales inversionistas mineros el régimen tributario solamente no constituye un factor que pudiera desalentarlos a invertir en el Perú. También deben haber otros factores como las protestas con "tomas de carreteras" para impedir nuevas inversiones que supuestamente "atentan" contra el medio ambiente. El problema radica en que son los promotores de la aplicación de un impuesto a las sobreganancias los mismos que también promueven estas protestas que impiden nuevos proyectos. No te chupes el dedo, Armando, que estos inversionistas no son ingenuos y conocen de toda la coordinación caviar y extremista para impedir que este país siga progresando y se queden sin adeptos.
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