TLC con la UE: ¿otra vez Andrés… (García)?

lunes, 28 de enero de 2008



Alejandra Alayza - Socióloga

Coordinadora Ejecutiva de la Red Peruana por una Globalización con Equidad – RedGE

alejalayza@gmail.com / Tf. 97942484



En tercer intento, el presidente García ha vuelto a expresar su interés porque el Perú inicie la negociación bilateral de un TLC con la Unión Europea. En las dos ocasiones anteriores, las declaraciones del presidente no fueron formalizadas por el gobierno peruano y por el contrario –como esta vez- algunos de sus altos funcionarios, se han visto obligados a hacer aclaraciones para tranquilizar los ánimos exaltados en la región. Estas idas y venidas, nos dejan la siguiente pregunta: ¿por qué García insiste en solicitar la negociación bilateral de un TLC con la UE, si sabe que estamos negociando un Acuerdo de Asociación, (que es más que un TLC, ya que incluye diálogo político y cooperación), y que adicionalmente la UE tiene mandato expreso de negociarlo con el bloque andino, con el objetivo de reforzar el proceso de integración regional?.


García sabe que apostar por la vía bilateral no es necesariamente más rápido. Ya que la aprobación de los procedimientos requeridos al interior de la UE para una negociación bilateral podrían demorar más que la propia negociación andina, lo que obliga a Perú a la relación con el bloque. En este contexto, lo que hace García es principalmente un gesto de posicionamiento frente a sus pares andinos y los empresarios europeos (en correspondencia con su posicionamiento interno) con quienes quiere constituirse principal aliado en la región. Un gesto de falsa autosuficiencia ante el resto de países andinos. Se ha olvidado que hablar mal de los vecinos ante la UE, se ve mal. Expresa deslealtad y pone en duda su capacidad de liderar un verdadero diálogo democrático en el marco de la Cumbre ALC-UE de Mayo. Frente a esta declaración, Uribe ha sido más cauto reaccionado a favor del proceso dentro del bloque andino, y con ello se ha posicionado como un mejor aliado ante Bruselas.


La gran sensibilidad de la negociación se juega en el pilar comercial. Europa pide condiciones de TLC, lo que corresponde a las orientaciones de Colombia y Perú. Ambos países partimos con un piso de liberalización muy alto (establecido en el TLC con los EE.UU.), pero que constituyen posiciones sensibles para Ecuador y Bolivia. Éstos últimos han insistido en su interés por negociar un acuerdo comercial con la UE, pero han expresado la necesidad de que la UE reconozca las asimetrías y que para ello, nos permita establecer mecanismos alternativos en lo comercial, que permitan brindar verdaderas oportunidades de desarrollo a los países pobres a través del comercio. La UE ha aceptado y ha dicho que este acuerdo tendrá dos velocidades, es decir un acuerdo de “geometría variable” respondiendo a la diversidad andina. Si esto es así, ¿por qué tanta preocupación por parte de García?.


Existe una preocupación real en el marco de este acuerdo de “geometría variable”: ¿Cuál será el nivel de diferenciación de posiciones que entre andinos que aceptará la UE?. Este constituye el principal reto en el acuerdo andino, y sea quizá la preocupación de García. La insistencia en la armonización de posiciones andinas, con la que insiste la UE, tiende a obligar a los andinos a enfrentar y/o acercar posiciones, acortando el carácter variable del acuerdo lo que puede entrampar una negociación que recién empieza. Esta armonización, limita las posiciones diferenciadas, y restringe la posibilidad de que los países andinos podamos proponer mecanismos alternativos que articulen comercio y desarrollo, como una nueva manera de plantear las relaciones comerciales entre norte y sur, y que podrían tener en el Acuerdo de Asociación CAN-UE un interesante antecedente para nuevos acuerdos comerciales. El Perú no debe dar la espalda a este proceso.

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