Alan Fairlie
Parece que algún asesor genio de la geopolítica y las relaciones internacionales convenció al presidente de atacar gratuitamente en España los gobiernos de Venezuela, Ecuador y Bolivia y las políticas que soberanamente implementan, así como a la CAN. García sería el líder del mercado, de las inversiones extranjeras, de la democracia, socio confiable del desarrollo, en contraposición a los que impulsan políticas arcaicas.
Hay argumentos que combatimos, que plantean el retiro de la CAN o la búsqueda del apoyo del Imperio y países desarrollados como parte de una estrategia que sostiene un crecimiento en base a la inversión extranjera. Pero, plantearlo en esta coyuntura tiene varios agravantes.
1) El Perú desconoce los acuerdos de Tarija, donde se acordó negociar en bloque a dos velocidades, respetando las políticas nacionales andinas y con respeto a las asimetrías y el trato especial y diferenciado.
2) Ataca hasta a su propio aliado ideológico en función de la supuesta estrategia que se quiere impulsar, Colombia. En efecto, preside ahora la CAN y su presidente ha tenido que declarar en Bruselas contra la propuesta peruana.
3) Se ataca a dos países que están de alguna u otra manera involucrados en la demanda marítima frente a La Haya. Ecuador, aliado estratégico de Chile, al que este país está armando y que acaba de sacar un pronunciamiento de su Cancillería apoyándolo. Por si fuera necesario, se desata una andanada hostil de declaraciones contra su gobierno y pueblo (considerando la popularidad del régimen), agudizando la situación. Bolivia, al que Chile viene acercándose últimamente y parece que con cierto éxito, acaba de declarar que será neutral en el conflicto, donde algo tuvo que ver una discreta visita del vice canciller peruano a La paz, para explicar las consecuencias de la demanda. Venezuela apoya la salida marítima de Bolivia y más allá de sus posiciones políticas, estudió en Perú en época de quien el recuerda como su general Velasco. Se ataca innecesariamente a ese país, cuando necesitamos el apoyo regional.
4) Se hacen declaraciones justo en vísperas de la reunión de UNASUR, donde se reunirán todos los países sudamericanos y se está decidiendo el futuro que tendrá este organismo y su relación con los procesos de integración como la CAN y MERCOSUR. Un foro fundamental donde además de los temas de agenda se debe presentar por los canales correspondientes la posición peruana.
5) Somos el país anfitrión de la próxima cumbre Europa-América Latina en Mayo, donde está prevista la presencia de alrededor de 60 mandatarios. En vez de proyectar liderazgo regional, la reciente iniciativa peruana lo aísla y lo desacredita en la arena internacional como un país que no cumple compromisos asumidos con sus socios andinos.
6) La visita premio por el apoyo al Rey en el incidente con el Presidente venezolano, no proyecta liderazgo sino subordinación y la disposición no solo de entregar inconstitucionalmente los recursos naturales y la amazonía, sino la de hacer las tareas menudas al Imperio y las grandes potencias que defienden sus particulares intereses. Una imagen que dista demasiado de lo que un país con la Historia del Perú merece.
7) Si esas son las estrategias que se van a seguir acompañando la demanda ante La Haya, mejor que se retire. El gobierno chileno ha quitado urgencia a la aprobación del TLC con Perú (que allí como corresponde se discute en el Parlamento), y el senado probablemente lo encarpete. El gobierno debería enviarlo ya al Congreso, y revisarse como planteamos en columna anterior, el conjunto de la política bilateral. Basta de harakiris.
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