La Ceguera y la Codicia

lunes, 27 de septiembre de 2010



Germán Alarco Tosoni
Investigador CENTRUM Católica

Han pasado dos semanas desde que comentamos que los horizontes de extracción de diversos productos mineros tienen una vida corta. El asunto es serio ya que todos debemos procurar el desarrollo sostenible. Las respuestas del gobierno y del sector empresarial minero han sido insuficientes. Se han limitado a comentar sobre el oro, olvidando a los otros metales. Las respuestas oficiales han confirmado sus propios números o señalando que lo mismo está ocurriendo en otros países como China. Se olvidan de la expresión popular, “mal de muchos consuelo de tontos”. El sector privado insiste que tenemos oro en abundancia y que el horizonte de explotación de las minas es sólo de tres a cinco años de reservas.

Las reservas probadas y probables de metales se estiman de acuerdo a las actividades exploratorias bajo condiciones tecnológicas, operativas y económicas actuales a un nivel de probabilidad determinada. Se trata de los metales depositados en el subsuelo que podrían ser extraídos en esas circunstancias. Asumiendo esa definición, debemos alertarnos más y no dormirnos. Las reservas pueden ser mayores, en la medida en que los precios internacionales sean más altos, al rentabilizar su extracción. Sin embargo, ¿qué ocurriría si bajan los precios?

Si se utiliza la información más reciente del Servicio de Geología de los EE.UU (enero 2010) es cierto que las reservas probadas y probables de oro de China se acabarían en siete años, pero las de Perú, con la misma fuente de información serían para 8 años. No mencionan nuestras autoridades que las reservas mundiales alcanzarían para 20 años a los niveles actuales de extracción. A Chile y Brasil le alcanzarían para 50 y 40 años respectivamente. Sería interesante que las empresas mineras australianas nos vinieran a explicar cómo ellos si tienen un horizonte de extracción de 26 años.

Las reservas probadas y probables de plomo se acabarían en 14 años, por debajo del promedio mundial de 20 años. Las de zinc en 17 años por debajo de las 18 del promedio mundial. El estaño en 8 años. No queremos ser alarmistas, pero esos horizontes que pueden ampliarse con más trabajos exploratorios y buena suerte, son reducidos. No nos olvidemos la letra del tango argentino que señala, “que veinte años no es nada”. El tema es complejo. Sin embargo, la elevación de las regalías mineras asociadas positivamente tanto a mayores precios internacionales como a mayores volúmenes de extracción, predefiniendo relaciones reservas/producción mínimas, es un camino para enfrentar este reto (En: La Primera, 24/9/2010).

Actualidad Económica del Perú

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