Pedro Francke
Alan García llamó a “el contrato del siglo” a la firma, la semana pasada, de la transferencia oficial del mega proyecto Las Bambas a la trasnacional Xstrata. Asistieron autoridades y comuneros de Apurímac. Se mencionaron grandes cifras de inversiones, pero no se dijo nada sobre establecer un impuesto a las sobreganancias o aumentar las regalías, como se ha hecho en Chile y ahora hasta Mercedes Aráoz plantea. Pero hay otro asunto importante que se ha ocultado: los impactos del proyecto sobre la región Cusco.
En efecto, si bien LA PRIMERA etapa del proyecto Las Bambas se ubica en la provincia de Cotabambas, en Apurímac, lo que NO se ha dicho es que el mineral será transportado a través de un mineroducto hasta la provincia de Espinar en Cusco. Será allí, en Espinar y no en Apurímac, donde se procesará el molibdeno que se extraerá en Las Bambas.
El mineroducto tendrá una extensión de aproximadamente 206 kilómetros y atravesará una provincia de Apurímac (Cotabambas) y dos provincias de Cusco (Chumbivilcas y Espinar). De las 20 comunidades afectadas por el derecho de vía del mineroducto, la gran mayoría son comunidades campesinas de Chumbivilcas y Espinar. Además, el mineroducto necesitará de nueve estaciones de bombeo y la gran mayoría de estas estaciones estarán ubicadas en territorio cusqueño, usando agua de la región.
Tampoco se ha informado que el mineroducto va a cruzar en 48 puntos los ríos de las cuencas de Santo Tomás, Velille, Qquero, Salado y Apurímac. Esto significa que 17 ríos (la mayoría en la región Cusco), van a ser atravesados por el mineroducto, además de bofedales y lagunas.
Pero ninguna de esas comunidades, distritos y provincias del Cusco han sido consultadas. Pero aún, los cusqueños ni siquiera han sido informados del mineroducto que pasará por sus tierras y utilizará sus aguas. El derecho a la consulta y a la información que tienen los pueblos indígenas ha sido violentado una vez más.
Ya algunas voces han dado el alerta sobre este tema. El Movimiento Tierra y Libertad y su coordinador en Cusco, Wilbert Rozas, han señalado que “este es un tema muy importante que debería ser abordado de inmediato por las autoridades de la región... No es posible que no se considere a la población cusqueña y tampoco se le informe”.
No se trata de oponerse a los proyectos de inversión; pero sí que estos proyectos sean un real aporte al desarrollo de las regiones, respeten los derechos de las comunidades y se proteja la naturaleza. El Estado es quien, cuidado el interés nacional, debe asegurar las condiciones y reglas para que eso suceda. A usted le hemos encargado la responsabilidad de eso, señor Presidente. Cumpla.
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RSSSí se trata de oponerse a los proyectos de inversión, Pedrín. Ya eres conocido y sabemos qué es lo que dices entre líneas...
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