Rodrik, Porter y el Cade
Las estrategias supply side de diversificación de las actividades productivas para exportar, hacen depender el crecimiento de la economía de un factor exógeno: la demanda externa. No son estrategias de crecimiento endógeno. Al igual que el modelo primario exportador, la fuente de demanda y, por lo tanto, del crecimiento, no se encuentra dentro de la nación, dentro del sistema económico nacional, sino en los mercados externos. De aquí se deduce que la estrategia de desarrollo que tenga como propósito la construcción de una economía menos dependiente de los mercados externos, será la que busca endogenizar la fuente de generación de demanda e ingresos al interior del país.
La teoría del desarrollo nos enseñó que, en países como el nuestro, la orientación de la inversión determinada por el mercado no asegura la construcción de una capacidad productiva, diversificada y tecnológicamente homogénea. Por eso se le asigna un papel al Estado, distinto al que tienen en los países industrializados. Pero hay más. Desde que nuestros países se incorporaron al capitalismo internacional, sus inversiones estuvieron jalonadas por la inversión extranjera. Desde el inicio, entonces, las restricciones a la expansión de la inversión nacional no son las mismas para la inversión extranjera. Esta última viene con su propio financiamiento, cuenta con mercados seguros y no tiene problemas de capital humano. Se dirige a la producción primario exportadora y, recientemente, a la producción de servicios de alta tecnología con mercados internos cautivos (como la telefonía y el sistema bancario).
Este modelo de inversión no pudo ni puede resolver, entonces, los problemas estructurales de nuestra economía: la desarticulación sectorial y la heterogeneidad tecnológica de su aparato productivo, la desconexión de la economía con la geografía y la demografía del país, y las secuelas de estos problemas: la informalidad, el subempleo, el predominio de sectores terciarios de baja productividad, la notable desigualdad en la distribución de los ingresos, y la pobreza de parte importante de la población.
La inversión nacional, fragmentada y de magnitud individual mucho menor que la extranjera, participa en este modelo de crecimiento en condiciones de subordinación. Por ejemplo, en el esquema neoliberal de Alan García la inversión extranjera, es la que desencadena la inversión en el país, y, por lo tanto, genera crecimiento y desarrollo. Con el mismo espíritu desnacionalizador de Haya de la Torre, quien refriéndose al papel del capital extranjero decía que el imperialismo es la primera fase del capitalismo en el Perú, Alan García dice «Envío cartas a todas las empresas del mundo. He recibido a 1600 empresas. […] Lo que hay que hacer es detonar la gran inversión (extranjera) para que arrastre a la mediana y a la pequeña inversión, no al revés».
Alan García, como Rodrik y Porter, no imagina la posibilidad de desencadenar endógenamente la inversión y el cambio técnico. Opta por el recurso fácil de mirar hacia afuera y no hacia adentro.
Ahora bien, mientras no cambien las condiciones en la que se desenvuelve la inversión privada nacional, las empresas --micro, pequeñas y medianas-- que orientan su producción hacia los mercados externos (exportación no-tradicional) y que producen con bajísima productividad, seguirán buscando ganancias de competitividad abaratando el costo del trabajo (salarial y no salarial) y demandando regímenes tributarios y crediticios especiales.
Para que esta situación termine, el Estado, un nuevo Estado, debe generar las condiciones de mercado y financiamiento para que la inversión privada nacional se expanda a lo largo y ancho del país. Esta es la estrategia de desarrollo de una Economía Nacional de Mercado, cuyo objetivo es centrar la fuente de generación de demanda e ingresos al interior del país. Tres son los elementos decisivos para desencadenar la inversión privada local: el desarrollo de mercados internos con inversiones en infraestructura económica y social que conecten la economía con la geografía y demografía del país; el desarrollo del mercado de capitales y el cambio en su marco regulatorio incorporando modalidades de financiamiento de mediano y largo plazo para pequeñas y medianas empresas; y, una revolución educativa que haga énfasis en el desarrollo de la ciencia, la tecnología y la innovación.
El desarrollo de los mercados internos y las nuevas modalidades de financiamiento darán lugar a aumentos endógenos de la productividad y, por lo tanto, de la competitividad. Pero como se trata de una estrategia de desarrollo de una economía de abierta, el tipo de cambio debe administrarse para reforzar el papel de la demanda en la creación y expansión de mercados internos, y también para promover el crecimiento de actividades de producción de transables o exportables.
A modo de Conclusión
Desarrollar la Economía Nacional de Mercado es una nueva forma de nacionalización económica no solo porque endogenizar la fuente de generación de demanda e ingresos, sino también porque opone a la idea de mercados financieros sin límites nacionales —impuesta por la globalización neoliberal— el uso soberano del instrumento cambiario, el control del flujo internacional de capitales especulativos y el desarrollo del mercado de capitales en moneda nacional para apoyar la expansión de los mercados internos.