Germán Alarco Tosoni
Investigador CENTRUM Católica
Hace quince días el Instituto Nacional de Estadísticas e Informática (INEI) publicó el informe mensual sobre la situación del mercado laboral de Lima Metropolitana. En esta ocasión presentó el reporte correspondiente al trimestre agosto, septiembre y octubre del 2010. Los resultados en general reflejan la tradicional falta de vinculación entre los buenos resultados del producto y los regulares -hasta negativos- del mercado laboral. Sin embargo, no se sabe si por un error o maquillaje del INEI se modifica la tendencia en cuanto a la generación de empleo en las empresas que contratan a más de 51 trabajadores.
La producción nacional ha crecido entre enero-septiembre del 2010 en 8.7% respecto de similar periodo del 2009. La población ocupada de Lima aumentó en 5.1%, destacando la mayor contratación de mujeres con el 6.2% anual y de los mayores de 45 años con el 8.6% anual. Sin embargo, la tasa de desempleo de los menores de 44 años ha crecido y los ingresos promedio mensual de todos los limeños siguen decreciendo; en este caso a una tasa anual de -2.3% nominal y -4.4% en términos reales. Las mayores reducciones fueron en los que tienen más de 45 años, cuentan con educación superior y universitaria. Se mantiene la tendencia de trabajar más horas a la semana por menores ingresos, aunque en cada familia promedio hay más miembros que laboran.
La contratación de trabajadores en las empresas más grandes (más de 51 trabajadores) tuvo su máxima tasa de crecimiento anual del 0.27% el mes pasado, entre 2008 y hasta el reporte trimestral del mes de octubre del 2010. La variación porcentual del primer semestre del 2010 fue negativa y ahora en el informe de noviembre es positiva con un valor del 5.6% anual. Este resultado es extraño, ya que se acompaña de un mayor crecimiento en la contratación de trabajadores en el sector servicios, donde las unidades productivas promedio son de menor escala a los 51 trabajadores. Al parecer, con este cambio inusual se trataría de demostrar que las medianas y grandes empresas también están contratando.
La elevada heterogeneidad estructural no se elimina con trucos estadísticos. Sólo un poco más de la cuarta parte de la fuerza laboral en Lima es ocupada por empresas que contratan a más de 51 trabajadores. La dotación de capital o inversión por trabajador, el producto medio y las remuneraciones susceptibles de ser pagadas son menores en las MYPES respecto a las empresas de mayor tamaño. La caída en los ingresos promedio por trabajador ocupado refleja que el actual patrón de crecimiento sigue generando pocos empleos de calidad (En: la Primera, 3/12/2010, p.10).