El ministro Benavides quiso meterle mano a las reservas de 44 mil millones de dólares del banco central justo al finalizar el segundo gobierno de Alan García, como se desprende claramente de un cable de Bloomberg del 6 de diciembre pasado. Recién ocho días después, el ministro negó en Lima lo que había anunciado en Nueva York.
Según Bloomberg, Benavides declaro que su plan consistía en crear un fondo fiscal al estilo chileno para invertir en infraestructura y educación, aprovechando las reservas de divisas record que tiene el banco central de reserva (BCRP). Benavides también anuncio que este fondo fiscal podría estar listo en el primer trimestre del 2011.
Las reservas internacionales netas (RIN) del BCRP tienen tres componentes. Los dólares del fisco, unos 5 mil millones, que este puede retirar a voluntad. Los dólares que corresponden a los encajes obligatorios de los depósitos en moneda extranjera y de las líneas de crédito externas de la banca comercial, unos 7000 millones. El tercer componente, los dólares propios del banco central o posición de cambio, unos 32 mil millones, seria la presa apetecida.
Parece claro que el BCRP no tenía ni la menor idea del plan del ministro Benavides. Es dudoso, sin embargo, que Alan García haya tardado 8 días en enterarse de las declaraciones de su ministro.
Los titulares del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) deberían saber que el BCRP no compra dólares en el mercado cambiario para sentarse encima de ellos. El BCRP los compra para venderlos e impedir así esas crisis económicas terribles que jalonan nuestra historia macroeconómica de los últimos 50 años. Benavides debiera recordar, por ejemplo, que la hiperinflación que azoto el país durante el primer gobierno de García se inicio cuando el banco central perdió todas sus reservas de divisas en 1987, después de la estatización de la banca, quedando incapacitado para ponerle un techo al alza del dólar.
Solo si cuenta con una reserva suficiente de dólares, puede el BCRP bloquear esas alzas catastróficas del tipo de cambio, que son causadas en nuestro país por salidas masivas de los capitales al extranjero o por caídas profundas de los precios externos de las materias primas que exportamos.
Estas reservas de dólares del BCRP (la posición de cambio) son el muro fronterizo que separa el orden del caos macroeconómico en el Perú. Si el banco central no hubiera podido vender 8 mil millones de dólares entre mayo de 2008 y febrero de 2009, cuando el dólar subió desde 2.75 soles hasta 3.25 soles, el segundo gobierno de García podría estar acabando con un rebrote inflacionario liderado por un precio del dólar en alza.
Para poder ejecutar estas ventas imprevistas de dólares, la tecnocracia del BCRP mantiene esos dineros en el extranjero en formas liquidas y seguras. Y fiscalizables. Estas reservas no pueden estar invertidas en ladrillos, escuelas o carreteras.
Si el ministro Benavides quiere tener su fondo fiscal o fondo soberano, la receta es única: hay que generar superávit fiscales año tras año, como Bachelet en Chile, y guardarlos en el chanchito. O sea, hay que cobrar impuestos en vez de repartir óbolos mineros. Después, habrá que contratar a alguien para administrar el fondo porque el MEF no tiene la tecnocracia experta en estos menesteres del BCRP. Medio por ciento de 44 mil millones de dólares es harta plata así que no faltaran postores.