La Navidad y la Economía del Cuidado

lunes, 27 de diciembre de 2010

Pedro Francke

Millones de amas de casa se han pasado horas preparando la cena de navidad. Adultos y jóvenes hemos dedicado mucho tiempo a comprar y envolver los regalos. Nos hemos movilizado a casa de nuestros familiares y amigos por un abrazo y un deseo mutuo de feliz navidad. Pero todo ese esfuerzo, importante como es para nuestra felicidad, no es considerado parte de la economía nacional. No se suma cuando se calcula el Producto Bruto Interno - PBI.

Es curioso. Si un pavo es horneado en una panadería, ese servicio se cuenta como parte del PBI. Pero si ese mismo pavo es horneado en casa, el mismo servicio no se considera parte del PBI. Extrañas discriminaciones que son norma en las cuentas nacionales.

Se trata, por cierto, de una costumbre que no tiene sustento teórico en la ciencia económica. Si lo que buscamos con el PBI es medir todos los bienes y servicios que se producen, no hay razón para dejar algunos de lado, puesto que el servicio de cocinar el pavo es el mismo lo haga una empresa o una familia.

No se trata de un asunto poco relevante. Porque la economía convencional y el PBI no sólo se olvidan de la navidad, también se olvidan del cuidado familiar de la salud y de los niños, de la protección del medio ambiente y de las relaciones sociales. Por ejemplo, todo el tiempo que un padre dedica a sus hijas, a atenderlos cuando están enfermas, llevarlas al colegio o ayudarlas en sus tareas, no es parte del PBI, como si no fueran actividades valiosas ni servicios relevantes.
La dedicación de un familiar a cuidar y ayudar una persona con discapacidad, tampoco tiene asignado un valor en el PBI.

La mayor parte de este trabajo es hecho por mujeres, cuya contribución a la economía termina minimizándose por estas malas costumbres, agravado la inequidad de género.

Del mismo modo, contaminar el medio ambiente no es algo que se deduzca del cálculo del PBI como algo negativo, como tampoco se descuenta el agotamiento de nuestros recursos naturales que produce su explotación. Cuidar el medio ambiente, para la economía convencional, no es inversión, no produce nada ni suma nada al PBI.

El olvido que la economía convencional hace de esta realidad, ha hecho que en los últimos años una nueva ECONOMIA DEL CUIDADO haya merecido cada vez mayor discusión internacional. Aprovecho las fiestas para leer un reciente libro sobre el tema, titulado The Real Wealth Of Nations, de Reine Eisler.

El pensamiento neoliberal no solamente absolutiza el valor del mercado frente al estado, y de lo privado frente a lo público. Dejando de lado la economía del cuidado, el neoliberalismo olvida también las familiasy los amigos, el medio ambiente y las organizaciones sociales. Es tiempo de cambiar este pensamiento económico estrecho, que cierra los ojos ante una parte importante de nuestras vidas y de la vida social, para pasar a tener una mirada más completa de la realidad, a su vez más constructiva y justa.  

Actualidad Económica del Perú

Aportando al debate con alternativas económicas desde 1978

Archives