CUIDADO CON EL SECTOR EXTERNO
Waldo Mendoza Bellido
Departamento de Economía de la PUCP
Si el gobierno persiste en mantener la misma política fiscal y monetaria que ejecutó en el 2007 e ignorar el nuevo contexto internacional, puede comprometer seriamente la solidez de la economía peruana, especialmente la del sector externo. Para evitar este desenlace, que de modo alguno es ineludible, es necesario ejecutar en el 2008 una política económica –fiscal y monetaria—restrictiva.
La política monetaria ha sido expansiva, tanto en soles como en dólares. En soles, la tasa de interés de referencia baja permitió el crecimiento de la emisión primaria y del crédito bancario en soles. En dólares, el Banco central de Reserva del Perú (BCRP) fomentó el incremento del crédito al elevar la remuneración del encaje en dólares, justo cuando el banco central norteamericano (FED) reducía su tasa de interés. Por su lado, la política fiscal ha subido en casi 15 por ciento el gasto no financiero del Gobierno Central y ha elevado el déficit fiscal estructural (el déficit fiscal que tendríamos en condiciones normales).
Por esta razón, no resulta sorprendente que tanto la demanda interna como el volumen de importaciones hayan registrado, el año pasado, impresionantes tasas de crecimiento de 12 por ciento y 20 por ciento anual, respectivamente, pues este comportamiento no hace sino reflejar el impacto de la política expansiva ejecutada por el BCRP y el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF). El problema es que esta expansión es insostenible cuando tiene lugar en un contexto internacional cada día más adverso.
Si nuestras autoridades económicas decidieran mantener esta mezcla de políticas expansivas, es probable que se mantenga en el 2008 el boom de importaciones, en un contexto donde el enfriamiento de la economía mundial afectaría adversamente el valor de nuestras exportaciones. En estas condiciones, el superávit de la balanza comercial podría convertirse rápidamente en un déficit. El deterioro de la economía mundial también puede comprometer las cuentas fiscales, porque puede provocar un descenso en las cotizaciones internacionales de nuestras exportaciones y así una disminución de los ingresos fiscales.
Por esta razón, con el propósito de evitar problemas que pueden volverse incontrolables, es urgente introducir urgentes cambios en la política económica. En la política fiscal, es necesario reducir sustancialmente la tasa de crecimiento del gasto público y limitar los subsidios a los combustibles. Por otro lado, la política monetaria debe elevar la tasa de interés de referencia en la magnitud requerida para frenar el crecimiento del crédito en soles y reducir sustancialmente la remuneración del encaje en dólares para frenar el crecimiento del crédito en dólares. La Superintendencia de Banca y Seguros debería hacer el trabajo que le corresponde y contribuir con una adecuada supervisión en la desaceleración del crédito.
Hay que impedir una reducción adicional en el tipo de cambio real para evitar un deterioro inmanejable de la balanza comercial y para esta finalidad la intervención esterilizada es la herramienta suficiente. No tenemos ninguna razón para recurrir al control al ingreso de capitales de corto plazo.
Con estas medidas tendientes a desacelerar el crecimiento de la demanda interna y el crédito bancario, y evitar el descenso del tipo de cambio real, terminaríamos en el 2008 con un crecimiento el PBI y el empleo menor que en el 2007, pero impediríamos un deterioro abrupto de la balanza comercial. En el 2009 podrá impulsarse una nueva recuperación del crecimiento económico.
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