Los idus de Julio

sábado, 28 de julio de 2007


Escribe José Oscátegui,
Prof. Departamento de Economía PUCP

“[..] como un pez en la red para qué volver para qué haber partido”
Luna de Agosto, Leopoldo Chariarse
Se cree que Julio Cesar había sido advertido por un vidente ciego sobre lo que finalmente le ocurrió durante los Idus de Marzo. Dicen que al llegar esta fecha, en la mañana de ese día, el Emperador ensoberbecido mandó llamar al vidente para decirle que se había equivocado, que el día había llegado y que nada le había ocurrido. El ciego habría respondido: “Los Idus han llegado, pero aún no se han ido”. Lo demás, como se dice, es historia.
Salvando las distancias de tiempo, lugar y persona, los acontecimientos de estas tres últimas semanas habían sido anticipados, es cierto que nadie indicó una fecha precisa pero pocos dudaban que ocurrirían. Quizás Humala, el némesis de García, fue quien más se acercó en predecir algo que pocos en el gobierno querían ver, y fueron el Presidente y su Primer Ministro quienes, en Junio, creyeron haber llegado al primer año de gobierno no solo indemnes, sino habiendo domesticado al movimiento popular. Es sabido que el poder enceguece, pero mas a aquellos a quienes la soberbia quiere perder.
Nosotros creemos que el problema que enfrenta el gobierno aprista no es fundamentalmente económico. No creemos que la solución a los problemas del gobierno sea “elevar el nivel de vida de la población” ó “satisfacer las necesidades de los más pobres”. Estas son afirmaciones generales que no pueden ser satisfechas por ningún gobierno, en un período de cinco años. En un país como el nuestro, mejorar las condiciones de vida es sólo una parte de lo que un gobierno debe hacer. El principal problema no es económico.
En las condiciones actuales es imposible, digamos, incrementar en la mitad el ingreso de la población peruana, así como es políticamente imposible redistribuir la propiedad. Este no es el gran problema porque nadie espera convertirse en significativamente más rico en un lapso de, digamos, 10 años. Hagamos un ejercicio.
El PBI per cápita peruano se encuentra alrededor de US$ 3,200-3,400 por año. Sin embargo, considerando que el 20% superior dispone de alrededor del 50% del PBI, el 80% restante de la población tiene un ingreso promedio cercano a los US$2,000 anuales. Un incremento anual de 4% llevaría este ingreso promedio a cerca de US$ 2,300 en cinco años, es decir, el 80% de la población peruana incrementaría su ingreso en cerca de 80 soles mensuales solamente, en promedio, cuando el poderoso 20% que tiene la parte más grande de la torta, habría incrementado sus ingresos en muchísimo mas.
El problema del gobierno aprista es más grave. El pueblo peruano quiere un gobierno que sea popular, que aunque no resuelva en 5 años los problemas de la pobreza de, desde hoy día, los pasos para que esos problemas no existan dentro de 20 años. Para el gobierno la inversión privada, más aún si es extranjera, resolverá el problema. Todo reclamo, toda protesta, toda movilización deben detenerse y acallarse “para que la inversión extranjera venga a nuestro país”.
El país quiere un gobierno que no pertenezca a los poderosos, sino uno que se haga respetar por ellos y que, con la ley en la mano, haga respetar a los más humildes. La democracia no es tal sino sirve de balance al mayor peso del dinero. No quiere un gobierno que envuelto en grandes palabras como democracia, crecimiento, progreso reprima al pueblo que exige mayor equidad e igualdad de oportunidades.
El pueblo peruano tiene tuberculosis y el jarabe de lengua no es el remedio adecuado.

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