Economía y mortalidad infantil: felices desconexiones

lunes, 16 de julio de 2007

Javier M. Iguíñiz Echeverría

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En esta columna deseo sostener que si bien es cierto que la economía es muy importante en la defensa y promoción de la vida y que las crisis económicas aumentan el sufrimiento humano, hay ciertos progresos en la calidad de vida de los más pobres que no tienen porqué esperar al crecimiento de la economía y que, incluso se logran en medio del deterioro económico familiar y nacional.

Sabemos que la tasa de mortalidad infantil en el Perú es alta, pero también que está descendiendo. En el Gráfico mostramos la evolución de los Términos de Intercambio Agricultura-Industria como primera aproximación de la evolución económica de los campesinos, quienes son los más afectados por la mortalidad infantil, y la Tasa de Mortalidad Infantil en el Perú entre 1970 y 2000, esto es, los años de las grandes crisis y los anteriores y posteriores. Los términos de intercambio son un indicador de los precios que reciben los agricultores medidos en comparación con los de los precios industriales. Es un indicador grueso de cuantos bienes industriales comprar con lo que les pagan por lo que venden.


El Gráfico muestra que tanto en periodos en los que los precios agrícolas se mantienen, sea en niveles altos, como a comienzos de los años 70, o en niveles bajos, como en los años 90, la tasa de mortalidad infantil se reduce. Pero también es cierto que esa reducción ocurre en periodos en los que los precios que recibe el campesino peruano han venido bajando drásticamente, como ocurrió entre mediados de los años 70 y fines de los años 80.

El Gráfico muestra así que la Tasa de Mortalidad Infantil en el Perú es cada vez menor a pesar del deterioro de la remuneración al productor agrario. Hemos aprendido que la medicina, los servicios públicos y la educación de la mujer han contrarrestado en gran medida el efecto de las crisis económicas sobre la mortandad infantil.

Apreciar el valor de la autonomía de ciertos indicadores de calidad de vida respecto de la economía permite valorar en mayor medida varias cosas: a) los esfuerzos de los pobres quienes logran defender cada vez mejor la vida de sus niños y niñas, incluso en medio de las peores crisis; b) el valor de la tecnología aplicada al servicio de todas las personas sin excepción; c) la importancia de servicios públicos accesibles. Finalmente, también permite saber que hay cosas que pueden mejorar antes de que el presupuesto familiar pueda cubrir los gastos que se requerirían para defender la vida de los hijos con el propio bolsillo. No hay ninguna razón económica para seguir teniendo la alta tasa de mortalidad que registra el Perú. Con un sistema público más eficiente perderíamos muchas menos personas en el camino incluso en el caso de que el ingreso campesino no mejorara.

Actualidad Económica del Perú

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