Waldo Mendoza Bellido La República, 11 de Enero En el último número de la revista Caretas del año 2006, el Presidente de la República hizo importantes declaraciones sobre la situación económica actual y sus perspectivas, así como sobre algunos elementos de la política macroeconómica, en particular sobre el nivel actual y el uso que debiera darse a las Reservas Internacionales netas (RIN). Con relación a la situación económica actual, el optimismo del Presidente sobre el futuro, especialmente el inmediato, es desbordante: “Se pensó alcanzar el 7 % de crecimiento en el 2006 y todos los indicadores están hablando del 7,5% (…) terminamos el año con unas cifras positivas que son solamente el anuncio de lo que, estoy convencido, va a ser el 2007. Es el año de la tierra prometida” Las razones serían: “En parte por la economía internacional, en parte por el gobierno anterior, en parte por haber afirmado el rumbo y la confianza desde la mitad del año” A estos factores habría que añadir el fuerte impulso fiscal que debe producirse en este año. Como el superávit fiscal fue de casi 2 % del PBI en el 2006 y como se mantiene el tope del déficit fiscal de 1% para el 2007, junto con el extraordinario crecimiento de la recaudación, el ritmo de crecimiento de la inversión pública en el 2007 puede llegar a ser el más alto de los últimos 30 años.De esta manera, sin cambios en el modelo de desarrollo vigente, con un contexto internacional casi similar al de los años anteriores, con una política fiscal fuertemente expansiva, el año 2007 va a ser espectacular: la economía crecerá más que en el 2007, con una inflación baja y reservas internacionales en aumento. Sin embargo, al Presidente no le parece adecuado que las reservas internacionales sigan elevándose: “Hay que utilizar los recursos. Calculaba llegar a mediados del próximo año a US$ 17 mil millones. Pero vamos a cerrar este año (se refiere al 2006, añadido mío) en US$ 17200 millones. Te pone en el peligro de tener US$ 20 mil millones en julio próximo. Es absurdo no utilizarlo” ¿En una economía como la peruana, US$ 20 mil millones de RIN son demasiado? La internacionalización de las economías, según indican todas las tendencias, continúa acentuándose. En consecuencia, las economías pequeñas y abiertas, como el Perú y la mayor parte de las economías latinoamericanas, estarán siempre expuestas a los cambios en las condiciones internacionales, particularmente pronunciados desde mediados de los setenta.Los canales básicos de transmisión que conectan nuestras economías con las del resto del mundo son los precios internacionales de nuestras exportaciones e importaciones, el ritmo de crecimiento del PBI mundial, y el costo y la disponibilidad del crédito externo. Esas variables pueden cambiar súbitamente, convirtiendo un buen contexto externo en uno malo, casi de un día para otro. La historia tiene una respuesta más contundente: los cambios repentinos en el escenario internacional han explicado casi todas nuestras crisis económicas. Debido a estros cambios virulentos, las economías han transitado rápidamente de una etapa de euforia y bienestar, como la que tenemos ahora, a otra de pánico, crisis y desencanto, como la que tuvimos hace unos años.Ejemplo ajeno es el mexicano. En México, las RIN a principios de 1994 eran de casi US$ 30 mil millones, los que se redujeron a menos de US$ 6 mil millones en pocos meses. Del año de euforia (1993), se transitó rápidamente al año de pánico (1994). El ejemplo peruano más cercano es el de 1998. En los últimos 4 meses de ese año, por el contagio de la crisis rusa, las RIN se redujeron en casi US$ 1000 millones, más de un 10 % de las reservas en ese entonces. Del año de euforia (1997), pasamos rápidamente al de pánico (1998). En estas condiciones, para que las crisis externas no nos afecten tanto como en el pasado, US$ 20000 millones de RIN pueden no ser suficientes. |
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