Escribe Farid Matuk
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El escritor inglés Thomas de Quincey escribió un libro titulado “Del asesinato como una de las Bellas Artes” como un ejercicio cínico donde el asesinato no es sólo objeto de la justicia, sino que también puede dar paso a un juicio estético. En nuestro país, la medición de la pobreza no es sólo objeto de la ciencia social, sino que ha dado paso a juicios estéticos.
El 28 de Julio de 2004, el Presidente Toledo anunció al país que teníamos 420,000 pobres menos y que esto era una medición del INEI. Posteriormente este diario reseño “Jefe del INEI contradice a Toledo y afirma que no entregó cifra divulgada por el mandatario” en la edición del 31-Jul-07. Pero al mismo tiempo se abrió una discusión sobre la certeza de la medición de la incidencia de la pobreza efectuada por un cooperante técnico francés destacado en el INEI.
Las mediciones de la pobreza efectuadas hasta el 2004 son productos “estéticos” pues no cumplen con la condición de reproducibilidad que la ciencia exige, pero nuestros académicos se pronunciaron en ese año a través de una carta abierta a favor de la estética, sin mostrar necesidad alguna de debatir la metodología vigente de medición de la pobreza.
Sólo a partir de 2005 se tiene que John Kuiper (JKuiper@magma.ca) genera un programa de cómputo que permite a cualquier persona reproducir los resultados de pobreza que se difunden, y esto significa un cambio metodológico drástico con toda la historia previa de medición de la pobreza.
Definiciones
La medición mas sencilla de la pobreza es la denominada por Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI). En este caso se establece un consenso social que obviamente puede variar en función del contexto social y por ello no se constituye en un criterio natural, sino mas bien en un criterio social. La incidencia de pobreza por NBI se mide usualmente con cuestionarios simples como son las cedulas censales.
Frente a la medición mas sencilla que parte de un consenso social, existe una alternativa natural basada en el requerimiento calórico de una persona típica, en el caso del Perú se utiliza a una mujer adulta joven (moda estadística) que debe consumir 2,100 calorías diarias. Esta medición es sumamente onerosa, ya que se debe conocer el consumo de calorías en cada hogar, pero la enorme ventaja que tiene es carecer de criterios discrecionales para su determinación. Al presente, el Perú es el único país de Latinoamérica que lo mide.
La medición mas conocida de la pobreza es la denominada por Línea de Gasto (LdG). En este caso se combina el criterio social con el criterio natural, se identifica primero el costo de las calorías necesarias y quienes tienen gastos por debajo de este umbral están en pobreza extrema; y en segundo lugar se agrega al costo de las calorías necesarias el costo de los bienes y servicios complementarios; y así determinar por agregación el umbral de la pobreza en términos de un monto de dinero.
Como se señalo previamente, el Perú al ser el único país de la región que mide de manera continua el consumo de calorías por hogar, es también el único país que esta en capacidad de construir trimestralmente una incidencia de la pobreza por LdG y colocarse en la vanguardia del monitoreo de la pobreza al poder aparear trimestralmente la evolución del PBI con la evolución de la pobreza.
Evolución de la Pobreza
En la tabla que se presenta a continuación se tiene las distintas mediciones efectuadas por las diferentes gestiones en el INEI para la pobreza por LdG, en particular la última serie (2001-2004) es la única que no es artística en el sentido que es reproducible, tal como se entregó en el disco compacto elaborado por John Kuiper.
Evolución de la Pobreza por Línea de Gasto
| 1995 | 1996 | 1997 | 1998 | 1999 | 2000 | 2001 | 2002 | 2003 | 2004 |
Murillo | 33.6% | 37.3% | 37.6% | 37.3% |
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Murillo |
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| 37.6% | 37.3% | 37.8% |
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Moncada |
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| 42.7% | 42.4% | 47.5% | 48.4% |
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Moncada |
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| 52.6% | 54.8% |
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Matuk |
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| 52.6% | 54.8% | 54.3% |
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Matuk |
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| 54.3% | 53.2% | 52.2% | 51.6% |
En la segunda tabla se muestra la evolución de la pobreza bajo distintos criterios, y con la explícita exclusión de “pobreza extrema”. Este concepto apela a la irreal situación del costo de una canasta de alimentos y el porcentaje de los hogares que gastan una suma de dinero por debajo de este umbral. Este engañoso concepto señala que la “pobreza extrema” es 20% en el Perú, mientras que el hambre es 30%.
Para explicar esta paradoja hay que tener presente que un hogar urbano de bajos ingresos al momento de priorizar su presupuesto, primero define sus gastos en agua potable, iluminación artificial, combustible para cocinar, y transporte público; para luego definir su gasto en alimentos. Este orden de prioridades muestra la falsedad del concepto de “pobreza extrema” que en este caso particular del Perú muestra una brecha de 10 puntos.
Pobreza 2001-2006 por tres métodos alternativos
| 2001 | 2002 | 2003 | 2004 | 2005 | 2006 |
NBI | 55.5% | 53.4% | 51.3% | 50.9% | 50.6% | 48% |
Hambre | 33.3% | 35.8% | 34.2% | 34.9% | 31.6% | 30.6% |
Gasto | 54.3% | 53.2% | 52.2% | 51.6% |
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2001: Oct-Dic / 2002: Oct – Dic / 2003: May-Dic / 2004: Ene-Dic / 2005 Ene-Dic / 2006 Ene-Set
La trayectoria de la pobreza por hambre muestra que durante los cinco años de gestión Toledo como sólo bajo tres puntos, pero de otro lado ningún otro país de la región tiene una medición similar, y por ello no sabemos si estos tres puntos son mucho o poco respecto al auge económico observado durante el mismo periodo.
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