Frente a Frente

sábado, 4 de junio de 2011



Germán Alarco Tosoni
Investigador CENTRUM Católica

El resultado de este domingo definirá el rumbo del país para los próximos cinco años. El estilo autoritario de la candidata de Fuerza 2011 y su entorno; sus limitadas credenciales en términos del respeto al Estado de Derecho, a la independencia de los Poderes del Estado, elevada corrupción y violación de derechos son razones suficientes para desechar esa opción. Sin embargo, hay quienes todavía insisten que su  programa económico es superior al de Gana Perú, ya que garantizaría la estabilidad macroeconómica, la inversión productiva y el crecimiento económico. Nada más falso, ya que sus contenidos son superficiales, no conducen al bienestar y elevarían los niveles de conflicto social.

Fuerza 2011 presentó a lo largo de la campaña electoral tres planes de gobierno. El entregado al Jurado Nacional de Elecciones, elemental y donde se destaca la importancia de la Constitución Política de 1993, los tratados de libre comercio y la reducción de los costos laborales. El segundo fue una hoja a propósito de la incorporación de Hernando de Soto. En esta se hablaban pomposamente generalidades, no tenía elementos nuevos y al parecer serían útiles para la inclusión política, la económica y al proceso de globalización. En tercer lugar están los ofrecimientos de campaña como el programa del primer empleo, que ayudaría a los jóvenes pero aumentaría el desempleo entre los mayores. El bono alimentario, en circunstancias en que subieran los precios internacionales, mantendría la inseguridad alimentaria y las importaciones de estos productos.

En términos de la estabilidad macroeconómica sólo han hablado de preservar la independencia del BCRP. Nada han dicho de la política fiscal anticíclica y de la política cambiaria como Gana Perú. En términos de la política regulatoria tardíamente sólo mencionan la creación de un regulador laboral, cuando eso es competencia del Ministerio. Nada hay con relación a fortalecer la libre competencia y a los consumidores finales a través de INDECOPI y los reguladores sectoriales. No existe política energética, nada se dice de la tributación, la diversificación de la producción, creación de clusters, entre otras.

Los fujimoristas se olvidan de los mecanismos de consulta previa para viabilizar la inversión. Ignoran que con trabajadores de bajos ingresos no hay mercados, ni razones para invertir. Su programa contra la pobreza es asistencialista y omiten que una inadecuada distribución del ingreso tiene efectos negativos en el ámbito social y económico. Gana Perú, en cambio, promovería activamente la inversión productiva y esta se acompañaría de paz social (En: La Primera, 3/6/2011, p.11).


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