Entre Wall Street y Vilcashuaman

jueves, 16 de junio de 2011

ENTRE WALL STREET Y VILCASHUAMÁN
Waldo Mendoza Bellido
Jefe del Departamento de Economía de la PUCP

Humala tiene el reto de complacer a Wall Street y Vilcashuamán, simultáneamente. El primer reto es muy fácil de lograr, toma un par de días, como de hecho ya ocurrió. El segundo es el más importante y complicado.

Nuestro Wall Street cholo se tranquilizó al toque con unas cuantas señales presidenciales de que la sensatez primará en su administración. Atrás quedaron las propuestas de poner al mando del Banco Central de Reserva (BCR) y el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) a profesionales competentes, pero que seguramente hubieran sido convocados por Keiko. En el colmo de la frivolidad y el desconocimiento de elementos básicos de la alternancia en el poder, un despistado propuso mantener en su cargo al actual titular del MEF. Despierten: Keiko ha perdido las elecciones.

Pasada la anécdota de la bolsa, el reto de Humala es muy alto. ¿Cómo hará para mantener el ritmo actual de crecimiento económico, el doble del de América Latina y, al mismo tiempo, bajar fuertemente la pobreza y la desigualdad?

De las políticas, la monetaria es la que menos preocupa. El BCR tiene un personal competente y si a la cabeza ponen al ideólogo del actual sistema de metas de inflación, el problema está resuelto.

La política fiscal debería migrar a un sistema de superávit primario, contra cíclico; la presión tributaria debe subir en un par de puntos por la mayor contribución minera, la elevación del impuesto predial y el combate en serio de la evasión; y para la mejorar la calidad del gasto hay que hacer una reingeniería del Sistema Nacional de Inversión Pública (SNIP) y avanzar con el sistema de presupuesto por resultados.

Sin embargo, entre todas las políticas, hoy, la social es la más importante. ¿Quién está a cargo de la política social? Todos, o sea, nadie. ¿Quién podría encargarse? Me parece que el MEF.

Uno, porque en el MEF está la gente más calificada y estable. Dos, porque es el MEF quien asigna el presupuesto. Tres, en Chile, el SNIP y los programas sociales están concentrados en el MIDEPLAN, y funciona muy bien. Cuatro, el Presidente tendría un solo un interlocutor, el Ministro de Economía, a quien cortará el cuello si la política fracasa.

Si el 28 de julio de 2016 Wall Street y Vilcashuamán lucen sonrientes, el Perú habrá dado un gran paso hacia el desarrollo.

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