Edgar Salgado Chávez
Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico
La Declaración del Milenio, aprobada por los miembros de la ONU en el 2000, estableció un conjunto de objetivos de desarrollo interconectados en una agenda global, los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) para ser alcanzados en 2015. Hay ocho ODM:
- 1. Erradicar la pobreza extrema y el hambre,
- 2. Lograr la educación primaria universal,
- 3. Promover la igualdad de género,
- 4. Reducir la mortalidad infantil,
- 5. Mejorar la salud materna,
- 6Combatir el VIH/SIDA y otras enfermedades,
- 7. Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente, y
- 8. Fomentar una asociación mundial para el desarrollo).
A pesar de sus irreprochables buenas intenciones, ¿qué justifica la existencia de los ODM?, y en particular ¿Qué representan para nuestro país? El hecho escapa a la retórica política para insertarse en el campo económico. Un inversionista, para intervenir en el mercado y tomar decisiones, considerará variables económicas y financieras, entonces, por qué ha de interesarle que en Chuschi el 97% de la población sea pobre, o que las niñas de Cerro de Pasco tengan menos acceso a la educación primaria que los niños, o que en Huancavelica 108 de cada mil niños no pueda vivir más allá de su quinto cumpleaños. Dejando de lado las conjeturas acerca de la naturaleza moral del empresario, se puede argumentar que estos problemas constituyen respuestas ante una falla de mercado. De esta manera, cabe entender la proclamación de los ODM como una acción que busca corregir las fallas que presenta el mercado, donde se requiere del Estado como ente regulador y corrector. Evidentemente, importa la estrategia que asuma el Gobierno, donde los ODM constituyen una herramienta de gran utilidad para los encargados del diseño de política, en tanto permiten monitorear de manera integral y constante tópicos claves para el desarrollo de un país.
Mirando las cifras uno puede ver que, en la actualidad, no hemos conseguido ninguno de los ODM. ¿Será posible en el 2015? ¿Tasas de crecimiento espectaculares y problema resuelto? Nada más alejado de la misión de un diseñador de política. Si existen tales niveles de pobreza o de mortalidad infantil a pesar del 8% de crecimiento, ello significa que existe también un problema dentro de la estructura de la economía, que permite tales resultados. Si se confía únicamente en el crecimiento del PBI, puede que los resultados no lleguen al sitial esperado. Distintos trabajos reconocen la necesidad de conjugar políticas sectoriales y mejorar la distribución de los ingresos de cara al cumplimiento de los ODM, resaltando así una perspectiva integral del problema en lugar de limitar la tarea a la reducción de manera independiente de unas pocas cifras (se reduce la pobreza nacional, pero en el distrito de Yanacancha en Pasco, las madres gestantes siguen acudiendo donde una partera). Los ODM encierran un concepto amplio del desarrollo. Es improbable que, para el año fijado, las metas sean alcanzadas una independientemente de otra, su naturaleza interconectada hace que los avances se den de forma paralela, se trata de un análisis integral que se refuerza internamente. En ese sentido, los resultados deseados serían el reflejo natural de la correcta fusión de las políticas económicas con las sociales. Es decir, un Estado ordenado, con metas claramente delimitadas y estrategias de intervención delineadas es una condición necesaria para abordar la tarea.
Los ODM son útiles además de tener como objetivo atender problemas neurálgicos del país, porque requieren que el Estado reformule su estrategia de acción, y asuma un comportamiento de verdadero diseñador de política que conjugue los esfuerzos de los diferentes actores involucrados (empresas, comunidades, organismos de cooperación, etc.). Sin duda, la tarea no es sencilla, pues los ODM traen consigo la necesidad de un Gobierno eficiente, integrador, pero no utópico.
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