Los Dos Terremotos
escribe Pedro Francke
La semana que pasó vivimos dos terremotos. El más corto e intenso, y con mayores pérdidas humanas, es el que asoló el sur chico dejando centenas de muertos, miles de heridos y cientos de miles de damnificados. Pero hubo otro terremoto: en los centros financieros mundiales, al hacerse patente que una parte importante de los créditos hipotecarios subprime en los Estados Unidos no iban a ser pagados y que quienes, mediante diversos instrumentos financieros, invirtieron en ellos, iban a perder su dinero.
Frente a este terremoto internacional, que en realidad fue el primero en ocurrir, la reacción de la Reserva Federal de los Estados Unidos fue rápida. Apenas dos días después de iniciada la crisis, el Fed anunció que su tasa de interés bajaba medio punto porcentual y que pensaban seguir actuando para sostener la economía si era necesario. De inmediato empezaron a recuperase las bolsas en Wall Street y en todo el mundo. Aunque sin duda queda mucho por discutir respecto de cómo evolucionarán los mercados financieros y cómo resolver los problema de fondo, se trató de una respuesta eficaz de un sistema bien organizado para reaccionar ante las crisis.
En el Perú, ante el terremoto no ha faltado solidaridad pero sí organización. Decenas de iniciativas privadas se han puesto en marcha, y el gobierno también ha tomado algunas medidas. Pero es evidente que, más allá de la voluntad de apoyo a los daminficados de miles de peruanos, la ayuda no ha llegado con la rapidez, magnitud y contenidos necesarios.
¿Porqué la diferencia? El sistema económico en los EEUU pasó hace 78 años por una crisis parecida, sacó sus conclusiones (gracias a Keynes) y se preparó para estas situaciones. Ya saben lo que hay que hacer y quién: un organismo del estado orientado a dar estabilidad al sistema monetario y financiero, como es la Reserva Federal (el equivalente a nuestro banco central).
En el Perú, sufrimos terremotos, inundaciones, El Niño y otros desastres naturales todas las décadas. Pero todavía no tenemos una organización suficientemente preparada para hacerles frente. Quién está llamado a tener un sistema listo para cualquier emergencia es el Estado peruano, porque ninguna iniciativa privada podrá suplir la fuerza y alcance del estado, ni organizar la logística humanitaria con la rapidez necesaria.
Lo más escaso hoy no son alimentos, carpas, medicinas o agua, que todo eso hay bastante en el Perú. Tampoco faltan solidaridad y voluntad de ayuda. Lo que falta es liderazgo y capacidad de gestión de parte del estado.
En otros ámbitos, al Presidente García le encanta hacer llamados al “orden”. Hoy hace falta recordarle que en esta situación de emergencia, es su responsabilidad el establecer el orden necesario para que la ayuda, tanto del estado como privada, llegue rápida y eficazmente a su destino. Las decenas de miles de familias que hoy atraviesan una situación crítica, lo requieren con urgencia.
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