José Oscátegui A.
Profesor PUCP
Hace algunos días el país presenció la acusación pública que hizo el Primer Ministro contra el Presidente de la Región Ancash por haber cambiado, “inconsultamente”, 140 millones de dólares “provocando” una caída en el precio del dólar. Esta acusación, que también tuvo otros matices no pasó, por supuesto, de una denuncia pública sin fundamento. Lo importante de ella, sin embargo, fue mostrar el impacto que una venta relativamente pequeña de dólares puede causar sobre el tipo de cambio debido a que nuestro mercado cambiario es poco profundo.
Hace algunas semanas el Directorio del BCRP, continuando con una política iniciada desde que asumió funciones, elevó hasta el 15% el monto de los fondos que manejan las AFP’s que ellas pueden invertir en el extranjero. Así elevaba el límite de inversiones en 4.5%, en lo que va de su mandato. Es conocido, sin embargo, que las AFP’s, por decisión propia, en vista del alto rendimiento del mercado nacional, en la actualidad, solo invierten menos de 9% en el exterior. Atrás quedaron, y sin que nadie asuma la responsabilidad, aquellos sesudos comentarios que atribuían la persistente apreciación del sol a la restricción del 10% que el Directorio anterior imponía a las AFP’s. Según ellos, la mencionada ampliación no solo iba a beneficiar a los trabajadores dueños de esos fondos, sino que también iba a controlar la apreciación de nuestra moneda. Bueno, el sol ha seguido apreciándose.
En la actualidad, el valor acumulado del fondo que manejan las AFP’s asciende, aproximadamente, a 18,000 millones de dólares. El 15% de esta cantidad es 2,700 millones. Cerca de un 9% de este monto (1,620 millones), se invierte en el exterior. El resto, es decir, casi 1,100 millones de dólares podrían ser retirados del país en cualquier momento, a voluntad de los que manejan las AFP’s quienes parecería que, en algunas oportunidades, actúan coincidentemente. Pero, además, el fondo crece año tras año porque crecen nuestras aportaciones.
Esta decisión de ampliar el porcentaje de los fondos previsionales que puede ser invertido en el exterior en la actualidad, significa, por un lado, incorporar un desestabilizador en la política monetaria. En los períodos de auge de la economía los capitales ingresan, pero ante un shock negativo de cualquier naturaleza habría el riesgo de una repentina compra masiva de dólares varias veces mayor que la venta hecha por la Región Ancash, lo que agravaría el efecto del shock sobre el nivel de actividad.
Pero, la medida también es un desestabilizador político. Si en algún proceso electoral futuro los directivos de las AFP’s no apoyan a un candidato que tiene opciones de ganar, ahora tienen la posibilidad de desestabilizar la economía retirando repentinamente una fuerte cantidad de dólares, y con ello podrían influir en las decisiones políticas de los electores.
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