Escribe Alan Fairlie
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Hace poco celebró su aniversario la UE y a pesar de problemas actuales (especialmente para la aprobación de su Constitución) constituye la experiencia de interacción más avanzada del mundo. Asimismo, los logros del modelo social europeo que se diferencia de otros modelos como el norteamericano. También, hay diferencias en los TLCs que impulsan con países en desarrollo, a pesar de compartir las características típicas de un Acuerdo Norte-Sur: acceso a mercados vs. concesión en disciplinas.
Esas diferencias en temas como servicios, propiedad intelectual, inversiones, sumadas a coincidencias en foros multilaterales (medio ambiente, multipolaridad, etc.) deben ser esgrimidas en la negociación buscando concesiones máximas (tomando como referencia los países mediterráneos).
Del lado nuestro, la Secretaría General anunció coincidencias superiores al 70% para el punto inicial de desgravación, y avances sustantivos en temas aduaneros, servicios y los temas pendientes, que podrían implicar lanzamiento de negociaciones en mayo. Pero, persisten diferencias importantes entre Perú-Colombia vs. Ecuador-Bolivia. Este último ha planteado la necesidad de considerar las asimetrías, trato especial y diferenciado y mecanismos compensatorios, excepciones para productos sensibles, y prácticamente la no negociación de disciplinas (Inversiones, servicios, compras estado, propiedad intelectual).
De otro lado están Perú-Colombia, que con las concesiones hechas a EE.UU. (si se aprueba el TLC) pone un piso en las negociaciones que seguro Europa exigirá. Estos -sobre todo Perú- están dispuestos afirmar solos si Bolivia y Ecuador no ceden posiciones. Buscan un mayor protagonismo de Chile en la CAN para afianzar su posición.
Si bien los planteamientos de Bolivia son plausibles, si no flexibiliza su posición en disciplinas, no habrá negociación. Los otros planteamientos pueden ser aceptables para el resto de andinos. La cuestión clave es si Venezuela regresa a la CAN o por lo menos tiene un rol más activo desde su actual condición de asociado.
Es posible retomar el "nuevo diseño estratégico" que las dos anteriores administraciones de la Secretaria General definieron. Se puede compatibilizar con varias propuestas de Ecuador, Bolivia y Venezuela (inclusive del ALBA). Todo es cuestión de voluntad política de los involucrados, y acercarse a una posición intermedia como la de Ecuador.
También tranquilizaran parcialmente las declaraciones de la Ministra de Comercio de Perú, quien ha declarado que "por el momento" no está en agenda el retiro peruano de la CAN. Si bien no ha escuchado los cantos de sirena neoliberales de gremios y colegas de gabinete, el gobierno debería descartar definitivamente esa posibilidad.
También debe considerarse el tema del banano que Ecuador ha llevado ala OMC contra Europa (con apoyo colombiano). Aquí no debe olvidarse el rol de las empresas norteamericanas exportadoras que operan en nuestro vecino, que han llevado antes a que EE.UU. se presente como parte interesada en el pleito. Ojalá que esto no dificulte en demasía la negociación.
En suma, si bien persisten problemas importantes por resolver, hay buenos augurios para el acuerdo de Asociación con la UE. Un escenario de ampliación del ATDPEA por dos años como mínimo y no aprobación del TLC, brindaría un espacio de negociación que puede implicar un acuerdo previo con Europa para el próximo año, en bloque, y esperamos con mejores resultados que los negocios con EE.UU. Ojalá se cumplan los buenos augurios y lancemos negociaciones en mayo.
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