Banco de la Nación: Riesgos y Limitaciones

escribe Kurt Burneo

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Probablemente sea esta la única vez en que a través de un artículo exponga algunas circunstancias personales asociadas a una entidad tan importante como es el Banco de la Nación (BN); la cual tuve el honor de presidir entre agosto de 2001 y julio de 2006. No creo ser el mejor indicado para calificar la calidad de la gestión realizada en dicho periodo, ya que son los propios clientes del BN los que podrán juzgar si la institución amplió y modernizó sus canales de atención, si se expandieron los productos del banco y en general si se tuvo éxito en revertir la visualización del BN como una mera ventanilla de pagos para pasar a convertirse en una entidad de servicios comparables a los ofertados por la banca privada. Luego de renunciar al cargo el 25 de julio de 2006, a fin de que el gobierno entrante tuviese total libertad de designar a un nuevo directorio, pensé –con bastante ingenuidad- que se seguirían con los proyectos contenidos en el Plan Estratégico 2005-2008 . Lamentablemente, esto no fue así.

El programa de Préstamos Multired dirigido a pensionistas y trabajadores públicos ha sido convertido en un nuevo programa dirigido a los maestros. Sin embargo , se ha eliminado la obligación de contar con una aval, la cual fue fundamental para explicar un nivel de recuperación de estos préstamos desde sus inicios de un 99.98% en promedio. Si bien eliminación del aval hace que más gente tome el crédito, también aumenta el riesgo de la cartera. Más aún, cuando se contempla extender el nuevo producto del BN a policías, pensionistas y militares.

Según el Plan antes referido, el Banco de la Nación debió comenzar a emitir tarjetas de crédito en diciembre del año pasado, pero ya estamos en abril, y aparentemente el proyecto ha sido relegado.

El programa de préstamos a las Mypes lanzado a a inicios de 2006, era claro que esto constituía la primera etapa de un proceso, en que luego que el BN adquiriera la experiencia y la infraestructura material y organizativa requerida para este tipo de créditos, debería comenzar a otorgar estos créditos a las Mypes directamente como sucede con el Banco de la Nación Argentina o el Banco del Estado de Chile. El actual presidente del BN ha señalado que esta institución no desarrollará ningún programa directo de préstamos a las Mypes. Sin duda , esta decisión beneficiará a la banca privada que cobra una tasa de 36% cuando concede créditos a estas empresas.

Todo lo observado permite comprobar que es la discontinuidad de las políticas públicas la principal limitante para el desarrollo de las empresas estatales.

¿Provocarán estas advertencias, a falta de argumentos que puedan rebatirlas, una reacción oficial que tome la forma de un conjunto de acusaciones contra mi probidad personal o mi solvencia técnica? Puede ser. Aunque esta reacción no alterara , en modo alguno, mi decisión de analizar los resultados del Banco de la Nacional ni los programas de su nuevo directorio.