La crisis europea

viernes, 11 de junio de 2010


Oscar Dancourt[1]





A raíz de la crisis de la deuda griega, se ha precipitado en Europa un ajuste fiscal y una devaluación de la moneda, que perjudicaran al resto de la economía mundial.

La eurozona importa porque tiene el mismo tamaño que la economía norteamericana. Juntas representan la mitad de la producción anual del planeta. Y sus bancos centrales, el BCE y el Fed, emiten los dos dineros de uso global, el euro y el dólar.


El ajuste fiscal


La crisis griega ha generado que los gobiernos europeos más endeudados (Portugal, España, Italia) apliquen una política fiscal contractiva; incluso Francia y Alemania reducirán gastos y subirán impuestos para reducir el déficit fiscal. El nuevo gobierno ingles se ha sumado a esta ola de austeridad fiscal que recorre el viejo continente. Los recortes de salarios a los empleados públicos están a la orden del día.


Los keynesianos, como Krugman en el New York Times o Martin Wolf en el Financial Times, han criticado este viraje hacia un ajuste fiscal porque puede liquidar la precaria reactivación que exhibe hoy la economía europea. Según el macroeconomista francés Jean-Paul Fitoussi, “la euro zona esta adoptando la política equivocada en el momento equivocado”.


El impacto recesivo de este ajuste fiscal podría ser nulo, como ocurrió en USA a inicios de los 90, si el BCE pudiese rebajar apreciablemente su tasa de interés. Pero al BCE no le quedan municiones pues redujo su tasa de interés hasta casi cero para luchar contra la recesión de 2008-09.


La devaluación del euro.



La crisis de la deuda griega ha generado también una masiva salida de capitales desde Europa hacia Estados Unidos, que ha devaluado el euro. A principios de año, un euro valía 1.50 dólares y ahora solo vale 1.20 dólares; ha perdido un 20% de su valor en 5 meses.


La devaluación del euro abarata los bienes y servicios europeos respecto a los producidos en el área del dólar. Para los turistas con dólares, Paris se hace más barato. Las manufacturas chinas o norteamericanas se encarecen en Europa; sus precios no cambian en dólares pero suben en euros. Y las manufacturas alemanas se abaratan en el área del dólar; sus precios no cambian en euros pero bajan en dólares. La demanda mundial se desvía desde los bienes producidos por el resto del mundo hacia los bienes europeos.


Esta devaluación del euro provocará una mayor producción y empleo en Europa y una menor producción y empleo en el resto del mundo. Las industrias de exportación más grandes del planeta están en China, Alemania, Estados Unidos y Japón.


La economía mundial


Si el impacto expansivo de la devaluación del euro contrarresta el impulso recesivo del ajuste fiscal, la precaria reactivación europea actual sobrevivirá. Esa sería una suerte para Europa que tiene un desempleo del 10% de la fuerza laboral. Pero quedara amenazada la reactivación del resto del mundo porque exportará menos a Europa y porque sufrirá una mayor competencia de las importaciones procedentes de Europa. Si la euro zona recae en una recesión, las cosas pueden ir peor.






[1] Departamento de Economía PUCP

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2 Comments

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Pedro Candela dijo...

Justamente, la amenaza recesiva para el resto del mundo se vería disminuida si China dejara de manipular (hacia abajo) su moneda y al permitir que se revalúe el yuan (versus el dólar) terminaría consumiendo más, sobre todo importando más del exterior.

Pedro Candela dijo...

Te olvidas de mencionar que, la nueva etapa de austeridad fiscal (bastante generalizada en Europa), implica también un desmantelamiento del modelo económico de la "economía del bienestar". Mejor dicho, implica una evolución hacia un modelo más competitivo con menos participación del Estado. Estamos?

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