El Libre Comercio a la Mexicana

jueves, 15 de febrero de 2007

Escribe Santiago Roca[1]
La República
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Muchas personas creen por acto de fé que la apertura y la reducción de los aranceles (los tratados de libre comercio) lleva automáticamente a los países a un mayor crecimiento económico. La realidad sin embargo ha mostrado que esto no es necesariamente así. Ha sido ampliamente demostrado que países que abrieron sus economías y se especializaron en materias primas redujeron en muchos casos sus estándares de vida, cosa que no sucedió con aquellos que se especializaron en bienes y servicios industriales. Por eso es que una corriente del pensamiento económico ha argumentado que el tipo de especialización productiva determina el crecimiento, es decir hay actividades económicas que crean más valor que otras.

Un caso sin embargo inédito hasta el momento es el Mexicano. México se abre a los Estados Unidos y al Canadá a través del NAFTA. Fruto de esa apertura y de su inserción, crecen espectacularmente sus exportaciones y cambia dramáticamente la composición de las mismas. Las exportaciones primarias que representaban a comienzos de los 90´s el 50% del total, llegan a representar el 12% a comienzos del 2000. De otro lado, las exportaciones industriales que solamente constituían el 14% del total en los 90´s, terminan siendo el 40% en el 2000. Con tan dramático cambio en su especialización productiva –produciendo una mayor proporción de productos industriales- cualquiera estaría tentado a aseverar que el crecimiento económico y el ingreso per cápita de México debieran haber sido espectaculares.

No hay duda que la realidad se encarga de destruir cualquier cosa que se acepta sin condicionamientos o como actos de fé. Un reciente estudio ha demostrado – todas las demás variables que explican el crecimiento positivo de México constantes- que por cada punto porcentual de aumento en las exportaciones industriales después de la firma de su TLC, se ha originado un descenso de 0.09% en su ingreso per cápita[2]. Es decir especializarse en producir bienes manufactureros les reduce sus ingresos per cápita. ¿ No destruye esta evidencia empírica las teorías que decían que era preferible producir productos industriales que materias primas? ¿Porqué una especialización productiva basada en productos industriales impacta negativamente en el ingreso per cápita?

Tres argumentos nos ayudan a explicar el desempeño negativo de la producción manufacturera Mexicana en su ingreso per cápita: 1) los escasos eslabonamientos internos e interindustriales de su producción manufacturera con las empresas locales, lo cual no propaga los beneficios al resto de la economía, 2) el escaso acompañamiento de valor agregado en cada actividad específica y en todo el sistema productivo, y 3) el crecimiento basado en su mano de obra barata.

Tan increíble como pueda parecer, sí México se hubiera especializado en exportaciones basadas en sus recursos naturales (materias primas) en vez de manufactureras como las que tiene hoy día, su ingreso per cápita hubiera aumentado mucho más del moderado incremento que observó.

En este sentido, más importante que el tipo de especialización productiva en el crecimiento del ingreso per cápita es el modo de inserción de las actividades económicas en la economía, su articulación, creación de valor agregado sistémico y sus fuerzas de diseminación sobre el resto del país. Si hay pocos eslabonamientos, alta propensión a importar y generación limitada de valor agregado, su impacto será poco relevante y hasta negativo. Tomemos consciencia de esta experiencia para que esto no suceda en el Perú.



[1] Profesor Principal, Universidad ESAN.

[2] Santiago Roca y Luis Simabuko “Little Value Creation, Articulation and Propagating Forces: An Hipótesis for The Mexican Manufacturing Sector, por aparecer en World Development, Canada 2007.

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