Tiempo de Cambios

jueves, 18 de agosto de 2011


Pedro Francke

Iniciamos un nuevo gobierno justo en un momento en el que el escenario internacional registra también fuertes cambios. El primero es económico, a partir de los problemas de la deuda en Estados Unidos y Europa, con fuertes repercusiones sobre los llamados “mercados emergentes”. El segundo es social, con fuertes protestas en Inglaterra y Chile.

En estas circunstancias, surgen 2 preguntas para el Perú: ¿el sentido de la “Gran Transformación” del nuevo gobierno es concordante con los cambios políticos internacionales o nos estaríamos yendo en una dirección opuesta al cambio mundial? ¿las nuevas condiciones de la economía mundial favorecen o impiden la aplicación de las políticas propuestas para el Perú?

LA IMPORTANCIA DE LO EXTERNO

Recordemos que vivimos en tiempos de globalización. Hoy la predominancia de unas ideas sobre otras en el mundo tiene mucha influencia en cada país; de ahí esta búsqueda de muchos analistas por entender al gobierno de Ollanta Humala como “chavista”, “lulista” u otro.

En el aspecto económico, bástenos recordar que 6 de 7 crisis económicas en el Perú fueron causadas por problemas en el sector externo. Hace apenas 2 años, al inicio de esta crisis internacional, una mala política económica detuvo por un año nuestro crecimiento económico.

El enfoque nacionalista buscar reducir estas dependencias, pero eso no sucede de la noche a la mañana. Reevaluar las condiciones internacionales es fundamental para entender mejor las opciones de política que están a nuestro alcance y las barreras para su aplicación.

POLITICA INTERNACIONALES: NECESIDADES Y ACTORES

A nivel internacional, la situación actual de la crisis indica claramente la necesidad de un mayor peso del estado y de las políticas sociales. Las respuestas de política económica han sido insuficientes y la necesidad de nuevos paquetes de estímulo y de respaldo financiero a los países con dificultades, es obvia. Las protestas en Inglaterra, por su parte, vuelven a mostrar la importancia de las políticas de inclusión y cohesión social.

A pesar de ello, en los diversos países de Estados Unidos y Europa, existen importantes corrientes políticas e ideológicas que insisten en que el problema es que hay estados que gastan demasiado y han generado una deuda demasiado pesada.  Por eso, la principal dificultad que los analistas ven para que la economía se recupere en Estados Unidos y Europa es principalmente política, dado el entrampamiento que en ambos lugares existe para tomar las medidas necesarias (en Estados Unidos por la polarización generada desde la ultra-derecha republicana del Tea Party; en Europa por las relaciones entre los países y con el gran financiador que es Alemania).

Los países en desarrollo, por su parte, son las economías a quienes mejor les ha ido en el contexto 2009 en adelante, en buena parte por la aplicación de políticas anticíclicas.

ECONOMIA: CRISIS Y RESPUESTAS

Como en la anterior oportunidad (2008-2009), los problemas financieros en Estados Unidos y Europa traen consigo la paradoja de que los inversionistas, al sentir un mayor riesgo mundial, se van a lo que consideran seguro, fluyendo del sur al norte. Es en los países en desarrollo en los que, en las últimas semanas, las caídas de la bolsa han sido mayores; mientras que paradojalmente los bonos del tesoro norteamericano suben de precio.

Al mismo tiempo, las expectativas de una menor demanda mundial han llevado a que los precios de muchas de nuestras materias primas han caído un poquito. El cobre, por ejemplo, ha caído de 4,40 la libra a cerca de 4, precio que aún está por encima de lo que hemos tenido antes. Nada cerca al derrumbe de precios del 2009.

Esta evolución, sin embargo, aún está sujeta a altos niveles de incertidumbre, tanto a nivel internacional como nacional. Siendo todavía incierta la magnitud del choque que pueda sufrir la economía peruana, la dirección es segura: se trata de un choque negativo y por lo tanto habrá que estar listos para reaccionar en consecuencia con una política económica expansiva. Subestimar la crisis del 2008-2009 nos resultó costoso.

Al mismo tiempo, hay que tener claro que los precios de los minerales todavía están sumamente altos, por lo que se mantienen las posibilidades de obtener recursos para el fisco mediante el impuesto a las sobreganancias mineras.

BUSCANDO RESPUESTAS

En el terreno ideológico, es notoria la crisis de liderazgo en la política económica mundial.  Pero ojo que la discusión de Estados Unidos y Europa con quienes señalan un sobreendeudamiento como causa de la crisis, no se aplica al Perú: mientras que para los países del norte se habla de una deuda pública que supera su PBI anual, en el Perú no llega ni a la tercera parte de éste.

En la medida que enfrentemos un choque externo recesivo,  éste deberá ser respondido con un paquete de estímulo fiscal. Así, la necesidad de un mayor gasto social que sustente las políticas de inclusión social propuestas, coincide tanto con una política económica que debe ser expansiva como con la posibilidad, que se mantiene vigente, de aplicar un impuesto a las sobreganancias.
En resumen, el contexto internacional ha cambiado pero no impidiendo el giro hacia la inclusión social que el Perú reclama. A seguir adelante.

Actualidad Económica del Perú

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