Luis Gamero Russo, economista
Después de un intenso debate ideológico entre dos visiones económicas totalmente antagónicas entre los Republicanos y los Demócratas, el Congreso norteamericano aprobó el 2 de Agosto el levantamiento del límite de la deuda pública de los EE.UU. Sin esta aprobación, el Ejecutivo norteamericano no hubiera podido seguir cumpliendo con sus obligaciones corrientes y de deuda, y hubiera entrado en cesación de pagos.
De manera sucinta, los
Republicanos, que pasaron a dominar la Cámara Baja, abogaban por un gobierno
más chico y con impuestos más bajos; mientras que los Demócratas, que aún
controlan el Senado, insistían por mantener un gobierno más grande y con características
de economía del bienestar, aunque aceptaban ciertos recortes de gastos, sobre
todo en Defensa.
A pesar de lograrse el consenso, la
principal clasificadora de riesgo, Standard & Poor’s, decidió rebajar la
calidad del riesgo crediticio norteamericano del máximo de AAA que tenía desde 1917,
a AA+ y con perspectivas negativas. Esta nueva clasificación norteamericana es
un punto más baja que la que hoy tiene Australia, Canadá, Suiza, entre otros
países, y debilita al Presidente Obama con miras a su posible reelección en Noviembre
del 2012.
Además, se esperan repercusiones negativas
para la economía norteamericana, sobre todo porque esta reclasificación encarecerá
el costo del crédito (una subida de 1% en la tasa de interés eliminaría como US$1.3
trillones de ahorros al déficit fiscal), y pondrá en peligro su anémica
recuperación económica.
Y aunque el mercado financiero
internacional se muestre nervioso en el corto plazo, su tendencia negativa de
las últimas semanas se debería, más bien, al bajo crecimiento económico norteamericano
(0.4% en el primer trimestre 2011, y 1.3% en el segundo) y sus débiles
perspectivas en el mediano plazo, además de la complicada situación de deuda en
varios países europeos que tampoco muestran señales de dinamismo económico
alguno. Y más bien, ahora las apuestas se están inclinando hacia el lado
negativo de una muy probable segunda recesión mundial.
Por lo que, sin faltarle cierta razón
a su análisis, habría que ser realista y considerar el informe de Standard and
Poor’s sobre la reclasificación de riesgo norteamericano no como la voz de Dios,
ni algo por el estilo. Más bien, al contrario, ya que habría que recordar que
esta opinión viene de una de las tres clasificadoras de riesgo que en plena
crisis del 2008 pensaban que las “hipotecas basuras” eran inversiones de
primera; que años antes clasificaron a Enron Corp. como inversión AAA hasta
días antes que se desvaneciera por completo; y que, obviamente, su proyección
econométrica, con un error de US$ 2 trillones, no merece crítica alguna.