Waldo Mendoza
Bellido
Jefe del
Departamento de Economía de la PUCP
La
crisis rusa bajó nuestra tasa de crecimiento de 7 % en 1997 a -1 % en 1998. La crisis
originada en los Estados Unidos la redujo de 10 % en 2008 a 1 % en 2009. La actual
crisis internacional, que coincide con el descenso en el ritmo de crecimiento
de nuestra economía, puede conducirnos al crecimiento cero si, como hasta
ahora, el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) y el Ministerio de Economía
y Finanzas (MEF) se mantienen en calidad de observadores.
La
desaceleración de la economía es nítida. La tasa de crecimiento del PBI ha
descendido desde el 10 % registrado en enero a 5 % en junio último. La tasa de
crecimiento de la manufactura no primaria ha caído de 15 a 4 %, y en el sector construcción, de 16 a – 3 %. En
términos desestacionalizados, el PBI de la manufactura no primaria ha caído en
el segundo trimestre y la construcción
ya registra dos trimestres consecutivos de caída.
Este
enfriamiento made in Perú es previo a
la crisis externa y tiene como determinante principal la parada en seco de la
inversión pública, cuya tasa de crecimiento pasó del 22 % registrado en el
segundo semestre de 2010 a alrededor de -18 % en el primer semestre de este
año.
La
crisis externa puede empujarnos al crecimiento cero. El mejor escenario externo
es de un enfriamiento de la economía mundial que haga caer el precio y el
volumen de nuestras exportaciones. El peor escenario es que caiga un banco
europeo importante y que este evento gatille una nueva crisis financiera
mundial, lo que para nosotros implicaría una salida virulenta de capitales.
¿Cuál
debiera ser la respuesta de política macroeconómica para evitar el crecimiento
cero? Actuar, de inmediato, preventivamente.
En
el caso del MEF la respuesta es obvia: hay que restablecer el ritmo de
crecimiento de la inversión pública. Si ésta creciese por encima de 40 % en el
segundo semestre de este año, podríamos recuperar el ritmo de crecimiento de la
construcción y ayudar así a la economía. En el caso del BCRP, debe rebajarse
inmediatamente la tasa de interés de referencia para dinamizar el crédito al
sector privado.
La
economía peruana tiene los salvavidas suficientes en el BCRP y en el MEF. Lo
peor que nos puede pasar es que esos salvavidas permanezcan guardados.