Germán Alarco Tosoni
Investigador CENTRUM Católica
La responsabilidad social empresarial (RSE) es importante. Se trata de una metodología de gestión, mediante la cual las empresas se comprometen a participar en el desarrollo sostenible del país y del mundo. La empresa debe asumir un rol como agente de cambio para mejorar el entorno en el que se desenvuelve. Se debe preocupar por sus stakeholders: colaboradores-trabajadores, clientes, proveedores, accionistas, comunidad, medio ambiente y gobierno, más allá de maximizar beneficios para sus dueños. Ahora se valora bien a estas empresas.
La RSE, como toda creación humana, puede ser implementada en serio o como una simple estrategia de promoción para mejorar el entorno de los negocios. RSE no es el simple asistencialismo hacia las comunidades aledañas. Tampoco es preocuparse por el medio ambiente explotando a sus propios trabajadores. No puede haber RSE si no se cumplen con las obligaciones tributarias o cuando las operaciones van contra el medio ambiente. No se puede ser socialmente responsable cuando se considera bien a los clientes pero se aprovecha en exceso de los proveedores. Es una práctica incompleta tratar bien a los colaboradores pero afectar negativamente a las comunidades vecinas. La RSE es una forma de pensar integral puesta en acción. Obviamente se trata de un concepto en proceso de construcción.
En cuanto a lo novedoso. No puede haber una empresa socialmente responsable que tenga ganancias extraordinarias en el largo plazo. Esto reflejaría que se trata de un monopolio o un cartel que aumenta los precios al reducir las cantidades producidas. Al hacerlo genera reducción del excedente de los consumidores y pérdida social. La situación es más dramática cuando las ventas de estas empresas son mayoritariamente al mercado interno. La ganancia extraordinaria debería convertirse en ordinaria al trasladar autónomamente estos mayores beneficios a los otros stakeholders del proceso. Utilidades excesivas son la contrapartida de menor poder de compra y bienestar para la sociedad.
La RSE también implica obligaciones más allá de los que están alrededor de las comunidades aledañas. La producción generalizada de bioetanol o de productos de agroexportación, ante tierras y recursos hídricos escasos, podría generar problemas nacionales en términos de producción alimentaria y afectar la seguridad alimentaria del país. Una menor disponibilidad de alimentos y mayores precios no es una práctica socialmente responsable. Finalmente, tampoco puede haber RSE con empresas mineras y de hidrocarburos de grandes utilidades en medio de un país pobre y extremadamente desigual (La Primera, 7/1/2011, p.10).