Kurt Burneo
Ultimamente observo una fuerte presencia en medios de varios ministros opinando sobre las distintas propuestas de los candidatos presidenciales. Al margen que sus opiniones pueden ser discutibles como cualquier otra, el caso es que bizarramente entran al debate entre los candidatos –quizás para tratar de bajarle la llanta al que lidera las encuestas y darle una mano a los 2 candidatos preferidos del Presidente Garcia-.
Adicionalmente como en el caso del Ministro de Economía, intentan constituirse como el referente o gran decidor sobre cuáles propuestas son plausibles y cuáles no lo son. ¿Es esa la función que debería tener este funcionario? ¿No hay temas de su competencia hoy que debiesen ocupar su atención y tiempo?
“Francamente, es irresponsable ofrecer aumentos de sueldos en un Estado que tiene un millón o más de servidores públicos” señaló el lunes pasado el Ministro de Economia aludiendo a una versión distorsionada de la propuesta del candidato que lidera las encuestas, y digo distorsionada, porque esta sólo está referida, al caso de los maestros de escuelas públicas, con aumentos graduales asociados a la indispensable mejora en indicadores de la calidad del servicio educativo luego de una evaluación hecha por entes independientes y resultado de procesos integrales de capacitación previos a los maestros.
Por lo demás y al estar tan preocupado por la responsabilidad, sería bueno preguntarle al Ministro, porqué hasta ahora no se ha culminado con la efectivización de la homologación de los salarios de los docentes de universidades públicas con los magistrados del Poder Judicial, asunto que se deja como presente griego a la siguiente administración o finalmente frente al anunciado (desde el 28 de julio pasado) pero no realizado, aumento salarial a militares y policías, ¿Cuales son las previsiones presupuestales correspondientes a este anuncio? Que para variar deberá ser honrado por la siguiente administración. ¿Cuán responsable es dejar estos regalitos presupuestales?
Por añadidura el Ministro de economía critica que se ofrezca una reducción de precios de los alimentos citando como ejemplo una propuesta electoral (que es la del candidato que lidera las encuestas) que plantea que tal como ocurría en el periodo 2001-2006, la gente compre 10 panes por un sol. Refiere haciendo caricatura de la propuesta que se está planteando control de precios. Nada más alejado de la realidad: Hoy con 1 sol se compra 7 panes, y claro con una coyuntura de precio internacional del trigo al alza, mayores costos de producción presionan a un coyuntural mayor precio del pan. Pero ¿Acaso esta alza en el precio internacional del trigo es eterna? ¿No hay nada que hacer para promocionar productos sustitutos al pan hecho con harina de trigo, posibilitando que la cantidad demandada reaccione con más fuerza ante un aumento en el precio del producto, limitándose así el alza en el precio al consumidor? ¿El Estado debe de seguir cruzado de brazos frente al oligopolio actual existente en la producción y distribución de productos derivados de la molinería, hecho que facilita el rápido traslado de cualquier aumento en el costo hacia el precio final y lento (cuando no inexistente) traslado de un menor costo del insumo en la forma de una rebaja al precio al consumidor? ¿La actual expansión del crédito por encima del 20% acaso no facilita la efectivización de precios mas altos?
Sí debería interesarle al Ministro, la exagerada y desordenada expansión del crédito desde inicios del 2010 hoy a tasas superiores al 20% anual. Cada vez es más común llamadas a nuestros domicilios y trabajos, de distintas instituciones financieras e incluso casas comerciales, avisándonos que tenemos una tarjeta de crédito disponible o, si ya contábamos con ella, nos dicen que nuestra línea de crédito se ha extendido…..…sin que lo hayamos pedido, además de anunciarnos precalificaciones hechas para invitarnos a tomar préstamos hipotecarios. ¿Es esto deseable?.
Hoy, el mayor crédito facilita una artificial mayor demanda en el sector inmobiliario, alejándose el precio de mercado desde hace buen tiempo del precio real o fundamental (burbuja que le llaman) como parece que estaría ocurriendo: En el 2006 el precio del m2 de un departamento en Lima era de US$ 516 luego de crecer sostenidamente pasa a US% 966 en el 2010 con una perspectiva al alza. El aumento del precio de los terrenos que en algunos distritos llega al 300%, del ingreso y sobretodo del crédito hipotecario explican lo descrito. Considérese que cuando menos en el nivel socioeconómico A no es infrecuente que adquieran más de 1 predios para revender o arrendar, práctica que funciona muy bien hasta que no se pinche la burbuja en gestación; pero en fin ellos especulan y que asuman su riesgo, pero el pinchazo también afectará a aquellos que toman un crédito hipotecario y usan el predio para vivir en él. Si en este boom, el precio de la vivienda y el crédito correspondiente digamos es de 100, al romperse la burbuja el predio pasa a valer por ejemplo sólo 80 pero su deuda siempre estuvo y estará basada en los 100 inflados, con lo cual la pérdida patrimonial es clara. Debo advertir que en algunos casos, usar el ratio precio de venta/alquiler anual como indicativo para evaluar si hay o no una burbuja inmobiliaria es discutible puesto que ambos componentes de este ratio están diferenciadamente afectados por el impulso del crédito. ¿No tiene cosas que hacer el Ministro de Economía?