Germán Alarco Tosoni
Investigador CENTRUM Católica
Los indicadores económicos tradicionales del Perú al cierre del año 2010 fueron positivos. El crecimiento de la producción fue elevado y la inflación baja. No se registraron mayores sobresaltos en las finanzas públicas, la balanza de pagos y en el desempeño del sector financiero. Sin embargo, esta situación positiva coexistió con el agravamiento de la desigualdad, del deterioro de los ingresos de los trabajadores dependientes e independientes y los mayores problemas estructurales tradicionales asociados a la desarticulación productiva, heterogeneidad estructural, mayor vulnerabilidad del modelo primario exportador y el surgimiento de la enfermedad holandesa.
La situación de las variables económicas en los países desarrollados al cierre del 2010 fue negativa, a excepción de la China y algunas economías emergentes. El ritmo de crecimiento de los EE.UU se ha desacelerado y los programas de austeridad de los países europeos ya están generando efectos negativos sobre la demanda y producción. Los niveles de endeudamiento y de déficit público están por encima de los estándares tradicionales y es muy probable que se susciten nuevas necesidades de rescate. Otros países de mayor tamaño siguen en la lista amarilla: España, Italia u otros. Estos programas transfieren recursos de la Unión Europea, pero reducen el nivel de actividad económica.
El menor ritmo económico afectará, sin lugar a dudas, las posibilidades de exportación de China hacia EE.UU y Europa. La menor demanda externa de China, de los EE.UU. y Europa impactará negativamente en la demanda externa y en los precios internacionales de nuestros productos de exportación. Siguen sobre la mesa la posibilidad de otros conflictos, como el de una guerra comercial o cambiaria que involucre a las principales potencias mundiales. En esas circunstancias, el agravamiento de la situación económica internacional sería mayor, aunado a que los instrumentos económicos convencionales de la política monetaria y fiscal han perdido potencia o son imposibles de aplicar ante la mayor presencia de los Republicanos en el Congreso y Senado norteamericano. Es imprescindible afrontar la problemática distributiva y de un cambio tecnológico incluyente.
La crisis económica internacional está presente y sigue mutando. Los impactos de la economía internacional sobre la peruana parecerían inminentes. No se puede desechar un nuevo shock externo negativo. La combinación de este elemento con las debilidades estructurales de nuestro patrón productivo son el caldo de cultivo perfecto para que se agrave nuestra situación económica y social (La Primera, 31/12/2010, p.10).