José de Echave
El pasado mes de diciembre, el oro batió un récord histórico al cotizarse por encima de los US$ 1,425 dólares la onza, continuando una tendencia al alza: el año 2010 la cotización del oro aumentó un 25% en relación al 2009.
La crisis, los ajustes que se siguen haciendo en las economías de la zona euro, las fluctuaciones del dólar, las presiones inflacionarias, la guerra de divisas, entre otros factores, han ayudado a perfilar al oro como el más seguro valor de refugio para los inversionistas. La ecuación parece ser la misma: mientras los fundamentos de la economía mundial se degradan, el oro se hace más fuerte.
Las proyecciones para este año siguen al alza, pese a que la demanda del sector de fabricación de joyas ha retrocedido en un 23%. Cabe recordar que la estructura del consumo mundial del oro sigue siendo predominantemente joyería (por encima del 50%), seguida de piezas y monedas (13%); aplicaciones industriales (11%); inversiones (7%), otros usos (18%).
Luego de tres años de declive, la producción de oro en el mundo aumentó el 2009 a 2,553 toneladas. China mantiene desde hace tres años el primer lugar como país productor, con 320 toneladas de oro producidas. Australia ocupa el segundo lugar con 268 toneladas; Sudáfrica y Estados Unidos se disputan el tercer lugar con alrededor de 200 toneladas por país y el Perú ocupa el quinto lugar, superando apenas a Rusia, con una producción de 178 toneladas.
Por el lado del consumo mundial, China también ocupa el primer lugar (432 toneladas), luego de desplazar a la India, que hasta hace poco era el indiscutible número uno del consumo mundial de oro. Al parecer, los precios elevados han impactado en la demanda de la India, principalmente orientada al rubro de joyería. Finalmente, China también aparece como el país que ha incrementado sus reservas estratégicas: de 400 toneladas el año 2003 a 1,054 toneladas en 2009.
¿Y cómo estamos por casa? Un primer dato muestra que la producción de oro está fuertemente concentrada. Tres empresas dan cuenta del 55% de la producción nacional: Yanacocha representa el 28% de la producción nacional, seguida de Barrick Misquichilca (20%), Buenaventura (7%).
Lo cierto es que el boom del oro que se inició en la década del 90, con la entrada en producción de Yanacocha, Pierina y otras operaciones, ha venido decayendo en los últimos años: el 2005 alcanzamos un pico de 206 toneladas de oro, para luego caer a 166 toneladas el 2007, manteniéndonos en las 178 toneladas en los últimos años.
Pese a la caída de la producción y debido al factor precio, el oro ha venido disputándole al cobre el primer lugar de las exportaciones mineras: el 2009 las exportaciones auríferas alcanzaron los US$ 6,802 millones y hasta noviembre 2010 suman US$ 6,986 millones.
¿Qué hacer? Aparentemente se presentan dos caminos. Uno que anuncia proyectos mineros por 41 mil millones de dólares, que deben ser sacados adelante como si no ocurriese nada en el país y los conflictos mineros fuesen de otro planeta. El segundo, que propone una estrategia nacional de desarrollo que incluye la minería, pero que toma en cuenta temas claves como el agua, la agenda integral ambiental, los derechos de las comunidades y el ordenamiento del territorio. Todo indica que sólo así el país podrá aprovechar de manera responsable los recursos mineros en una coyuntura favorable como la actual.