Pedro Francke
Mantener el crecimiento y la ampliación de oportunidades económicas es una de las prioridades para el próximo quinquenio. La discusión que en esta campaña electoral se ha dado sobre este tema, sin embargo, ha estado muy marcada por prejuicios ideológicos e ideas simplistas levantadas mediáticamente. Replanteemos tres temas críticos al respecto.
MERCADO, INCENTIVOS Y ESTADO
Un prejuicio en el que se insiste es que cualquier mayor intervención del estado para regular y promover la economía, llevaría a que se detenga el crecimiento económico. Con este argumento, cualquier visión que proponga un nuevo rol del estado en la economía, es anatemizada.
Sin embargo, la idea de que mientras más regulada sea la economía menos se crece, no tiene respaldo científico. Los análisis estadísticos que se han hecho internacionalmente no demuestran que a menos estado, más crecimiento. Países donde el estado puede representar 40% o 50% del PBI, como Francia o Suecia, han tenido altos niveles de crecimiento económico. En América Latina, durante los últimos años países como Brasil han tenido un fuerte crecimiento, mientras Uruguay o Costa Rica han logrado a lo largo de la historia alto progreso económico junto con fuerte presencia estatal.
Esto se debe a que el Estado puede promover a los actores privados a invertir más y mejor. En la innovación y cambio tecnológico, por ejemplo, que es un tema fundamental para tener un crecimiento sostenible, es necesario que el estado apoye con fondos y articulando empresas, universidades e investigadores. La promoción de cadenas de valor hacia productos de mayor valor agregado y la búsqueda de nuevos mercados en el exterior, son también acciones necesarias para crecer económicamente. En estas áreas, el Estado peruano tiene que ser más activo y fuerte, ya que priorizar la extracción de recursos naturales es una receta que no permite un crecimiento sostenible, y que solo nos permitirá crecer algunos años.
Las empresas públicas, que en el Perú han sido tan mal manejadas, han sido fundamentales en otros países en sectores como el petrolero. Brasil ha logrado grandes éxitos económicos recientes con Petrobrás, y también otros países como México, Chile o Colombia mantienen empresas petroleras públicas muy dinámicas. La energía es un insumo estratégico, y como tal la tratan todos los países, y en esta área no estamos aprovechando todo lo que podríamos recursos con los que hemos sido bendecidos, como nuestro gas y petróleo.
ESTABILIDAD MACROECONOMICA
Un tema ausente en el debate de estos meses ha sido la estabilidad macroeconómica, que casi se da por sentada, a pesar de que estamos sobrepasando la meta de inflación del BCR y de la mega-crisis internacional vivida hace apenas un par de años. Parecemos haber olvidado que entre 1998 y el 2001, a fines del gobierno de Fujimori, la economía peruana entró en recesión porque hubo un manejo macroeconómico desacertado ante una crisis externa. Luego de que se lograra una recuperación entre el 2002 y el 2008, nuevamente el 2009 una respuesta tardía a la crisis externa hizo que el crecimiento se detuviera.
Nuestro país es vulnerable a crisis externas, porque somos un país pequeño, abierto y con libre circulación de capitales. Hemos acumulado una gran cantidad de Reservas Internacionales, pero tan importante como tenerlas es saber manejarlas bien.
Un mejor esquema de manejo macroeconómico desde el BCR se estableció en el 2003, cuando bajo la dirección de Oscar Dancourt el BCR introdujo el esquema de metas explícitas de inflación y manejo monetario mediante tasas de interés de referencia, que se ha mantenido hasta ahora. Pero en los últimos años el MEF no ha aplicado siempre una política fiscal contracíclica. Afirmar una política macro anticíclica y mejorar la regulación prudencial de los bancos, siguen siendo cruciales para mantener el crecimiento.
IMPUESTOS Y CAPITAL HUMANO
Algunos ponen énfasis en que más impuestos pueden desincentivar la inversión, aunque es claro que con tasas de retorno estratosféricas como las que hoy tiene la minería, el atractivo a la inversión es más que suficiente. Pero se olvida que sin impuestos no hay salud ni educación de calidad, y que sin esos componentes básicos de capital humano, el progreso económico se detiene.
Si queremos avanzar con tecnologías más avanzadas, con mayor diversidad de productos, con negocios más complejos hacia mercados más exigentes, el talento de los peruanos tiene que ser potenciado con conocimientos y habilidades propias del siglo XXI.
No solo es cuestión de mejorar la calidad de la educación. El 20% de niños desnutridos crónicos y el 37% con anemia, va al colegio con grandes dificultades fisiológicas para un buen aprendizaje. Los 30 mil enfermos de tuberculosis tienen también disminuidas sus capacidades de trabajar. La salud pública tiene que ser priorizada.
Mantener el crecimiento económico parece ser una prioridad para los peruanos. Eso no es igual a mantener el modelo económico actual; por el contrario, algunos cambios son indispensables para que ese crecimiento pueda mantenerse y continuar, evitando riesgos y dándole mejores fundamentos.